Libros electrónicos: lo real sigue ganándole a lo virtual

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La revolución literaria y bibliotecaria es inevitable: los libros electrónicos llegaron para quedarse. Esto es, el soporte que permite el acceso a los símbolos cuneiformes que se supone transmiten ideas (dicho esto, cuando vemos la cuestionable calidad de ciertos libros, hay que preguntarse cómo diablos hizo el escritor para no avanzar imagen alguna, idea alguna, durante páginas y páginas de texto). La realidad es que la muerte del libro electrónico y la vuelta a la versión «árbol muerto» de la literatura es prácticamente imposible.

Sin embargo, el libro electrónico aún no logra imponerse como una alternativa viable en muchos países, sobre todo aquellos de raigambre nostálgica y conservadora (estamos pensando en Europa). Las razones de esto y los problemas derivados de la dicotomía real/virtual son el tema de este artículo.

Intentaré separarme de los argumentos reaccionarios personalistas de tipo, «adoro el olor de las páginas de un libro» para tratar de realizar una evaluación sincera de las diferencias entre estos dos soportes, el físico y el virtual. Trataré de afirmar que si el libro electrónico pretende destronar al libro físico como objeto cultural, aún le faltan muchos problemas por resolver.

No es un problema de mercado, ya que las ventas de Amazon de libros electrónicos sobrepasan las ventas físicas hoy en día y el aparato «Kindle» es extremadamente popular en los Estados Unidos. Igualmente, quienes vaticinaba la muerte del «Kindle» con la aparición del «iPad» de Apple se han equivocado ya que el público parece distinguir claramente entre estos dos objetos. Un Kindle y un iPad no son para nada parecidos en lo que a la lectura se refiere. El aparato de Amazon, con su luminosidad atenuada, se hace muy agradable para la lectura mientras que los propietarios del iPad utilizan este último para la lectura sólo de manera accesoria. Muchas personas poseen ambos objetos y utilizan el Kindle para leer libros electrónicos y el iPad para consultar sus correos electrónicos, ver videos y jugar videojuegos.

Estamos hablando entonces de la calidad de la experiencia puesto que el objetivo de la tecnología siempre ha sido mejorar ésta, no empeorarla. Nadie extraña los teléfonos con cableado por encima de los inalámbricos, nadie argumentaría que el desarrollo de pantallas de ordenador capaces de reproducir películas en alta calidad, navegar en la red y ver los canales de televisión tradicionales todo en uno, sea una mala idea.

Entonces, cuando hablamos de la dicotomía real/virtual en torno a los libros, creo que aún hay muchas cosas que mejorar para que la experiencia virtual pueda sustituir la experiencia real y podamos finalmente entrar en la era digital de la literatura. He aquí algunas ideas.

El problema físico. Una de las ventajas más grandes del libro físico es su presencia. No hablo solamente del hecho de que el libro «exista», hablo del hecho de que, al estar allí (¿Dasein?, Heidegger) nos obliga a leerlo. Igual que el acceso a los MP3 ha trivializado el acto fundacional de «descubrir» un disco (tocarlo, explorar la carátula, leer las notas de producción, poseerlo en cierta manera y luego disfrutarlo en la privacidad del hogar con el tocadiscos) y que hoy en día la diferencia entre descargar un disco de Miles Davis y toda la discografía es de escasos minutos (lo cual conlleva a que no escuchemos ni la mitad del material descargado), la capacidad de acumular libros en el Kindle y olvidar de leerlos es inmensa. Por sólo atisbar una solución: si existiese una aplicación que nos recordara que empezamos a leer «Crimen y castigo» y que vamos por la página 200 para así incitarnos a terminarlo, esta carencia de brújula y orientación en nuestra biblioteca de Babel virtual podría evitarse.

La falta de biblioteca. Extendiendo el punto anterior, la guerra entre los proveedores virtuales de libros es infantil y contraproducente. No hay manera de contar con una sola base de datos o biblioteca virtual, ya que cada empresa ofrece su aplicación y son incompatibles. El usuario debe abrir el programa de Kindle, Nook o Borders para buscar el texto; de no conseguirlo, debe cerrar la aplicación y abrir la siguiente. Para que los libros electrónicos se impongan, es necesario crear una sola aplicación que sirva de raíz a todos los libros que hemos comprado o descargado.

Imposibles de traspasar o prestar. Los libros electrónicos no son mucho más baratos que los libros físicos (dependiendo de la edición) y muchas veces el ahorro se cuenta en escasos dólares entre los dos soportes. Sin embargo, las diferencias en lo que respecta a la posesión y a la pertenencia son abismales: el libro electrónico no puede ser prestado a un amigo que desee leerlo, no puede ser donado a la biblioteca municipal o revendido. Si los usuarios dicen sentirse distantes del libro electrónico, esta sensación de falta de propiedad es sin duda una razón mayor.

Son demasiados privados. Mucha gente cultiva el fetiche del libro y utiliza éstos para definir su personalidad en la biblioteca de su casa. No es lo mismo entrar en casa de alguien que tiene la colección completa de En busca del tiempo perdido en la estantería de la sala, que en casa de alguien que posee los siete tomos de Crepúsculo/Twilight (¿son siete, no?). En este sentido, los libros electrónicos, con su carácter privado y oculto en algún disco duro, no ofrecen alternativa alguna al fetiche físico.

Para concluir podemos afirmar que, si el libro electrónico desea imponerse como un objeto cultural y un referente para nuestra época, aún debe evolucionar para suplir las necesidades que por los momentos sólo puede darnos el libro físico. De no hacerlo, será simplemente una moda más, un tamaguchi de principios del siglo XXI que alimentó las arcas de Amazon y Apple durante un tiempo. Pero esto es poco probable ya que las posibilidades que abre el libro electrónico son casi infinitas. Sin embargo, para desarrollarlas se requiere un poco más de tiempo de reflexión y desarrollo que lo que impone el mercado y sus lógica de inversión/ganancia. Podemos imaginar, no libros electrónicos sino paquetes culturales en los cuales el soporte permite el acceso a un abanico de estímulos: literarios, fotográficos, audiovisuales y demás. El usuario podría leer En busca del tiempo perdido y escuchar la sonata de Vinteuil al mismo tiempo. Podría recorrer París de la mano de Cortázar, con un plano interactivo al lado. Podría tener una tabla de conversión monetaria ajustada a la inflación y a la época para entender cuántos rublos gastó Dimitri Karamázov en champaña.

En fin, las posibilidades son inmensas. Pero aún hay mucho camino, digo gigas, que recorrer.

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Barman, guía turístico, sirviente y amo de casa, traductor, profesor de lenguas, niñero, encuestador en la calle, extra de películas, vigilante nocturno, obrero de mudanzas, editor de películas, músico de Metro; eso hasta ahora. Aparte de sus incursiones en el mundo laboral, escribió y publicó novelas (https://www.panfletonegro.com/v/2010/11/22/yo-mate-a-simon-bolivar/), colaboró con periódicos y revistas electrónicas y participó en debates y mesas redondas. Hoy en día, colabora con oscuros y desconocidos artistas de todo tipo y añora realizar su sueño, ser dueño de un circo. Por las noches lleva a cabo audiciones para el puesto de “tragadora de espadas” con mujeres de todo tipo. Jamás ha practicado patinaje artístico.

33 Comentarios

  1. Fascinante discusión

    Creo que das en el clavo en todas las razones que das en tu artículo.

    Pienso que el cambio, en el caso de los libros, es mucho más drástico, y por lo tanto, más difícil de llevar a cabo. Y aquí no tiene mucho que ver seas un apocalíptico o integrado, lo que influye más es la relación con el objeto. Por ejemplo, el teléfono o la televisión, por más que sus tecnologías avancen, siempre la relación con el objeto y los gestos permanecen intactos, te llevas el primero al oído y te sientas en frente del segundo. El caso del skype es importante, porque a parte de oír puedes ver, pero al contrario de lo que muchos piensan, al no llevarte el teléfono al oído se pierde una cierta intimidad, esa cercanía de la voz… En fin, es una percepción muy personal.

    Yo no tengo aún esos dispositivos especialmente diseñados para leer, pero en una laptop no puedo leerme un libro, aunque me la pase leyendo todo el día en la computadora otras cosas. Mi limitación radica en que no me puedo acostar en la cama o en mueble con la laptop, y esa es la forma en que leo libros. Entiendo que los ebooks son más cómodos para éstos casos, veré entonces.

    Por otro lado, a mi me encanta sumergirme en bibliotecas propias y ajenas, la verdad es que me resulta tan placentero que creo será lo que más extrañaré el día que no pueda hacerlo. Si es que ese día llega.

    No sé si te pasa, pero, a veces, estoy leyendo un libro y pienso: esto le va a encantar a fulano. Y la cosa llega el punto que no sabes que te da más placer: si leer el libro o terminarlo para prestárselo. El día llega y vienes, todo excitado y dices: ¡Tú tienes que leer esta vaina! Y Coño, no es lo mismo entregarle un pendrive, que el libro en sí. (Decir pendrive me hizo sentir algo trucutru)

    La otra cosa es que tengo en ambas mesas de noche, en mi cuarto, torres de libros que me producen una ansiedad terrible. No me pasa lo mismo con las maravillas que tengo ocupando un importante espacio de mi disco duro, a la espera de ser impresas.

    Y por supuesto, está el fetiche. Todavía lloro por el primer Rayuela que leí. Era una cosa horrenda, con hojas amarillas y super incomodo para leer, forrado además, ¡de vinotinto! Lo extravié y cierro los ojos y lo puedo ver. No me recupero, te digo.

    Hace como 15 años, coincidí en unas vacaciones con un primo que estudió letras en la ULA, es poeta, una biblioteca andante. Por supuesto, no perdí la oportunidad para preguntarle por el mejor libro que había leido: «Aunque no lo creas, es de un venezolano, Doulos Oukoon de Jonuel Brigue». Me explico que es un libro de culto, muy difícil de conseguir, pero que le sacaba una copia y me lo mandaba, anota tu dirección, etc. Tú sabes,esas promesas que son hermosas, porque son promesas.

    Estoy llegando del colegio, y el vigilante de mi edificio me dices que me llegó un paquete. Un sobre de Domesa brother, con el libro fotocopiado, DOS años después de esa conversación. Hace poco editaron el libro y lo compré. Imposible, nada supera ese libro fotocopiado sujeto por dos grapas.

    En fin, ya me bajé una jarra de café y estoy tarde para el trabajo, no te fastidio más. Gracias por los recuerdos y las reflexiones, un gran abrazo.

  2. de pana tienes razon…
    y bueno lo unico que se interpone en lo digital y su masificacion es bueno ese valor sentimental que le ponemos a los objetos, por ejemplo yo tengo una coleccion de discos entera en la pc de mi trabajo y le he dado rosca, pero igual quiero traerme los discos y oirlos pues, hay algo alli que no se consigue con los digitales…
    y bueno con los libros digitales, tengo el detalle que soy burda de malazo leyendo en pantalla, si en los blogs a a veces me quedo como pegado, como sera un libro de tantas páginas, no seria malo eso de las comodidades para leer, aunque todavia sigo prefiriendo los libros, por lo menos yo me leia un libro de Millenium en 2 días, pero el primer capítulo en digital le llegue a la mitad y de verga…
    igual la gran ventaja es que se masifica más facil los contenidos y eso siempre estara bien… creo yo…
    saludos chamo, un placer leerle…

  3. Bien interesante el tema, por lo menos yo no he pensando siquiera en comprarme un Kindle, un amigo me iba a regalar uno y le dije que ni de vainas, no se por cual razon pero aun quiero vivir y no quiero que me maten para robarmelo.
    Ya que me mopnto en el metro con un libro o a a veces voy a tomarme un cafe con un libro, o cuando se que voy hacer cola, me llevo un libro, hacer lo mismo con un kindle, en caracas, es como temerario.
    Tambien el libro electronico tiene que bajar mas sus precios, y lo puede hacer, para hacerlo mas deseable.
    De cierta manera estoy de acuerdo con adriana, me encanta meterme en bibliotecas y librerias y viendo a veces encuentro libros que quizas nunca pense en leer.
    Cuando estudiba bachillerato,al salir para mi casa, paba por librerias y por lo regular me compraba dos o res libros semanales.
    Aun recuerdo que estaba en tercer año uy pase por la libreria y veo un monton de libro, con una caratula horrible, veo el npombre del autor y es un latinoamericano, en esa epoca no leia nada de autores latinoamericanos. Romulo galllegos habia matado el deseo de hacerlo. Pero abri el libro casi con asco, y lei la primera frase «muchos años despues frente al peloton de fusilamiento el coronel aureliano buendia se ºabria de recordar del dia…» me lo lleve, mucho despues descubri que era un autor famoso. ¿Eso podria pasar con el libro electronico?
    Otran gran ventaja del libro en papel, es que no nesecita pilas. Esto es para leerlo es mas barato leer el libro fisico. y si no tienes pilas no puedes leer ¿no daria un poquiito de rabia estar leyendo una novela de misterio y en el momento donde se sabe todo, se te acaban las pilas?
    Creo que pueden coexitir por mucho, mucho tiempo.
    Pero aun los autores no le han sacado todo el jugo a los libros electronicos, hace como unos tres años lei una novela (mala) de SF que solo se podia leer en computadora, ya que habian link, fotos, videos, mapas, canciones mientras leias la novela, Esta es la era en que cortazar quisiera vivir, ya que el realizo experimentos similares, pero con el papel.
    Aun los autores no han realizo obras que sean espeficamente para libros electronicos y no puedan ser publicadas en papel, quizas se pueda ver una paraliteratura que sea para libros virtuales y otra para los libros fisicos.
    Muchas veces cuando me iba o voy a la selva me llevo dos o tres libros, ¿Como podria cargar el kindle en plena selva? .
    Creo que el costo seguira siuendo un factor importante, leer libros fisicos siempre sera mas barato

  4. A finales de noviembre pasado mi casa se anegó completamente (vivo en Higuerote, Edo. Miranda) Perdí casi todo: PC, muebles, utensilios y aparatos de cocina..y libros. Todos mis libros, acumulados por casi 70 años tanto por mi madre como por mi. Casi los únicos que pude salvar fueron los descargados en formato PDF o Word de distintos sitios desde donde se puede… «¡que pena perder mis novelas de Yukio Mishima! Ah, no, mira, aqui las tengo en este pendrive».
    Uno de los personajes de «El jorobado de Notre-Dame» dice, refiriéndose a los libros de papel con respecto a la iconografía de las iglesias, creada para instruir a los ignorantes e iletrados, «esto matará aquello».
    Cuando se pasó del papiro y el pergamino al papel ¿hubieron las mismas discusiones? Pienso que lo importante no es el continente, sino el contenido.

  5. Se me olvido no puedo evitar parafrasear a Le Bay el dueño de «Cristhine» 2No hay nada mejor que el olor de un libro nuevo. Excepto, quizas, el coño de una mujer» (es el de la novela de S. King)

  6. Hola a todos,
    Excelentes anécdotas y comentarios. Yo no estoy para nada negado a la idea de los libros digitales, sólo creo que tienen gran camino que recorrer para implantarse como «la» alternativa y no una versión bis/beta mala de los libros en papel.
    De hecho, soy burda de hard core, y más por pelabola/pichirre que otra cosa, confieso que me leí todas las 1500 páginas de «Los pilares de la tierra» de Ken Follet en una pantalla de Blackberry, así que sí puede hacerse.
    Sin embargo, creo que el mundo literario evolucionará más allá de la dicotomía papiro/papel cuando el soporte electrónico pueda funcionar para hacer otras cosas.
    En algún momento barajé una quimera con el editor de PanfletoNegro para hacer publicaciones interactivas y qué sé yo; pero por falta de plata para desarrollarlo, tiempo y conocimiento nunca pasó de conversación de bar.
    Saludos

  7. P.d.: Y se me olvidó agregar la gran diferencia entre la toma de notas y el subrayado, por ejemplo, que en el Kindle y iPad es bastante complicado: el usuario debe abrir *otra aplicación* y saltar entre el libro y la toma de notas, lo cual, comparado al método proustiano de rayar los bordes y anotar números de página, es bastante impersonal.

  8. Excelente conversación. Me parece que hay varios puntos válidos en el artículo y en los comentarios.

    Sin embargo, creo que las razones que la mayoría expone para poner en duda la adopción masiva de los e-readers son «detalles» de implementación. Meros obstáculos de los que nos reiremos en 5 años.

    Hace 5 años, por cierto, escribí que para el 2016 un libro físico será un instrumento incómodo hasta para llevar a la playa. Todavía creo que vamos en esa ruta.

    Yo dejé de leer libros físicos a comienzos de 2010 -al principio, por razones de espacio- y sólo vuelvo al viejo vicio por libros que no tengan versión digital, o sean de gran formato (como los que no se leen, sino que se miran).

    Top-10 Razones por las que no leo libros físicos:

    1. No tienen buscador.
    2. Tengo que tomar un lápiz para hacer una nota (Vinz, algunos ereaders permiten resaltar y hacer notas al margen directamente sobre el texto).
    3. Las notas al margen no se sincronizan automáticamente con mi PC.
    4. No puedo seleccionar un fragmento y enviarlo inmediatamente por email diciendo «Tienes que leer esto!!!». Tampoco puedo prestar inmeditamente la copia de un libro. Tengo que terminar de leerlo (o ¡Dios mío! pagar por una fotocopia).
    5. Si dejo el libro en casa, no puedo leerlo en el teléfono.
    6. No puedo leer a oscuras.
    7. Tengo que ir a una librería. O tengo que esperar que llegue el libro por correo.
    8. Ocupan espacio. Se acabó la idea loca de pagar un alquiler para que los libros duerman cómodos.
    9. La torre de libros pendientes me causa angustia.
    10. No puedo leer panfletonegro en ellos :P

  9. En diciembre me regalaron un sony reader, la experiencia ha sido mixta. xluis ha señalado que no se lo llevaría en una de sus viajes a la selva, yo tampoco lo haría, ni siquiera a la playa, me da temor que los granos de arena rayen la pantalla al pasarle los dedos, hasta tengo cuidado cuando lo pongo sobre la cama por temor a sentarme sobre él. Son puntos a favor del libro de papel y que lo hace tecnológicamente superior: no necesita energía externa, es resistente al medio ambiente y bien cuidado puede durar décadas, el aparato que tengo seguramente estará obsoleto en un par de años (como lejos).
    El otro punto en contra es el acceso al aparato, por el momento es costoso y seguramente bajará su precio a medida que se masifique, pero además debes tener una computadora en tu casa para descargar el contenido y conexión a Internet (esto es necesario para el modelo que yo tengo). Lo cual acarrea una serie de costos que irían implícitos en el libro digital, otro punto a favor del libro de papel. Además no hay plataformas decentes para la compra de libros electrónicos en español, Libranda hace que Nacho se vea como la biblioteca pública de Nueva York.
    Por otra parte, la experiencia con el aparato no fue agradable al principio, el reflejo de la pantalla era un problema, también leo en la cama y de noche, por lo que uso una lámpara. La vista se me cansaba más rápido y era medio fastidioso pasar el dedo por la pantalla para el mover las páginas, ir hacia atrás también era un problema a veces.
    Sin embargo, mi primera satisfacción la tuve cuando pude leer La Afirmación de Christopher Priest. Una novela de Minotauro que no pude conseguir ni en un viaje que hice a España (la última edición es de los años ochenta). Punto a favor del libro digital, se pueden mantener “vivas” ediciones de libros poco salidores porque se obvian todos los temas de producción, logística y almacenamiento. Cuando leí La Afirmación, encontré un ángulo en el que no me molestaba el reflejo de la luz, iba para adelante y atrás sin problemas, descubrí el subrayado y marcado de páginas del aparato y usé el diccionario electrónico, pasas el dedo sobre la palabra y activa el diccionario en una ventana inferior. Finalmente el efecto de ser atrapado por una historia hizo que dejara de ver los inconvenientes del ereader.
    Había escuchado a una de las “jóvenes” promesas de la literatura nacional, de una revista que se llama La Cachama o algo así, decir que en un ereader no podías leer “literatura seria”, tipo Ulises o Rayuela. Así que me descargué 2666 y me la leí completica. Fue la experiencia que me hizo saltar todos los prejuicios sobre el libro electrónico. Disfruto ambos formatos aunque recientemente me leí un par de libros de papel y mi “resistencia lectora” es considerablemente superior con el papel.
    Además al empezar este año hice un trasteo de mi biblioteca para limpiar y acomodar y el polvo acumulado me activó una alergia que aún estoy padeciendo. Cosa que no sufro con el libro electrónico. El ahorro del espacio físico es otra ventaja ahora que estoy por mudarme al apartamento tipo clóset que pude comprar. No tengo fetiches con el libro como objeto, atesoro contenidos, pero si pudiera migrar completamente al digital lo haría.
    Ahora el extremo aquel de que “sólo importa el contenido no el soporte”, no es cierto, en el caso del libro el formato de papel sigue teniendo ventajas sobre el digital. Uso, costo, disponibilidad y otros que ya han dicho siguen superando al libro, pero el digital evolucionará a medida que el mercado lo demande y, creo que el digital se impondrá cuando el costo del papel vegetal aumente como consecuencia de las limitaciones de su disponibilidad en el futuro.
    Otra cosa es que la digitalización puede ser impulsada por el mundo corporativo y gobiernos, que podrían migrar casi por completo a este formato y dejar mucho más papel disponible (y más barato) para libros. Pero bueno, esta es una fantasía personal.
    Excelente post.

  10. Ayer justo leía este artículo en Wired: http://bit.ly/loQdyV, donde el autor toca más o menos los mismos puntos. Lo recomiendo como complemento a éste. Particularmente hice la transición sin dolor, primero con mi iPhone y luego con un Nexus One, llevo mis libros electrónicos a dónde quiera sin largar la espalda, también he aumentado la cantidad de libros que leo al mes desde que leo en electrónico. Claro que en mi caso confieso (no sin vergüenza) que me bajo todos los libros, si los tuviera que comprar sería otra cosa probablemente. Tomar notas, resaltar y marcar las páginas se me hace mucho más cómodo en electrónico que en papel, porque luego lo tengo todo organizado sin tener que rumiar las páginas.

    Todavía no me convence sin embargo el precio de los electrónicos, me cuesta entender que recortando el costo de producción y distribución considerablemente, la diferencia de precios sea tan poca entre una versión física y una versión digital, quizá estoy equivocado pero se están quedando con más por menos. Tampoco me convence no ser el dueño del libro y no poder hacer lo que quiera con él y si eso lo atamos a lo del precio, realmente estamos alquilando el libro, no comprando.

    Yo propondría que las versiones físicas de los libros vinieran con una versión digital, como hacen con las películas en alta definición que vienen con una copia digital para evitar la piratería. Y así todos podríamos lucir nuestros libros en nuestras bibliotecas como trofeos.

  11. «Había escuchado a una de las “jóvenes” promesas de la literatura nacional, de una revista que se llama La Cachama o algo así», joder, qué risa. Comentario venenoso/golpe bajo del año.

  12. On topic,
    si no me he comprado un aparato de esos (a pesar de que sí los he utilizado) es por muchas de las razones antes descritas por XLuis y Puma (la fragilidad) y porque francamente, no me veo con otro perolito electrónico aparte del iPod y el teléfono.
    En ese sentido, el Kindle me parece hasta ahora la mejor opción, porque la luminosidad no molesta a los ojos (no como el iPad). Sin embargo, en mi muro Facebook alguien comentó que más de una vez se ha quedado sin batería, así que supongo que la autonomía también es otro punto a mejorar.
    Yo creo que los tiros van por otro lado: igual que la inteligencia artificial nació tratando de replicar el cerebro humano y luego tomó su rumbo propio (y ahora se usa al revés, para entender cómo funciona nuestro cerebro), el E-book debería dejar de tratar de competir con el libro-libro pra explotar muchos de los aspectos que señala Daniel, pero de manera autónoma.
    Yo me convencería con una edición que tenga acceso directo a la Wikipedia y a YouTube, por ejemplo, con hipervínculos (¿por que no explotar la textualidad de los hipervínculos, en vez de tratarlos como simple citas al pie?). Concretamente, en estos momentos me estoy leyendo La Eneida, de Virgilio, y el mapita minúsculo que trae el libro (sacado de la biblioteca) es vergonzoso. Basta que los tirios se peleen con los etruscos para que tengas que interrumpir la lectura y tratar de entender dónde diablos están los personajes, amén de tener que memorizar que Efaistos es Vulcano en la mitología romana porque si no estás perdidísimo.
    Si el E-book trascendiese pedagógicamente estos límites y de manera accesible, sería muchísimo más que un libro. Permitiría entender por qué Hamlet es príncipe de Dinamarca, no de Inglaterra, o dónde diablos se supone que estaba el Cíclope que mató Ulises.
    Corríjanme si me equivoco, pero no veo a nadie apuntando hacia allá, no veo a nadie haciendo hipervínculos entre La Ilíada y La Eneida, para que cuando maten a Laomedón puedas leer los dos lados de la historia de manera fluída.

  13. Buenísimo los comentarios. Daniel tiene razón, pero y a pesar de, los puntos de Vinz se mantienen vigentes. Por ejemplo, la solución de que los libros vengan como las películas, dado por Ares, es lógica y solucionaría el problema de la biblioteca pero iría en contra de cierta funcionalidad que la tecnología ofrece como principio o atractivo.

    Creo que, en lo práctico, la cosa se decantaría hacía el análisis de Puma y el futuro estaría en lo que propone Vinz, que el ebook se convierta en otra cosa, algo novedoso, que no acepte comparación con el libro aunque tenga su origen en él.

    En todo caso, lo fascinante de la discusión para mi radica en que ésta es muy propia de nuestra generación, nosotros venimos del libro, de la vieja escuela, del mismo objeto que no tuvo alteraciones significativas durante miles de años y vamos hacía el ebook, y aunque no estamos llorando por los rincones como quinceañeras apocalípticas, hay aspectos, que nosotros lectores apasionados, tomamos en cuenta, que parecerán tonterías pero no lo son.

    Los recuerdos, por ejemplos. Las anécdotas que les conté, que seguramente ustedes tendrán también, son recuerdos, no fotos ni cuentos, recuerdos, sensaciones que también son parte de nuestra educación libresca y sentimental. En fin, recuerdos, que para las próximas generaciones serán ciencia ficción.

    Me dio mucha gracia cuando me sorprendí diciendo cosas como pendrive, fotocopia, etc. Yo harías las delicias de un geek que ande en nota retro. El otro día dije, escuchen bien, dije: Gameboy. El chalequeo no fue normal.

    Pero es que, fuera del chiste, yo sufro las desventajas de vivir en un país atrasado tecnológica y socialmente (te tocan la ventana del carro y chao). Ahorita estoy haciendo un curso de crónica en ICREA. Por supuesto, nos recomiendan libros, a ver si los conseguimos, la joya de la corona es Yo amo a Columbo de Lisa Lerner, no porque sea el mejor, sino porque es prácticamente imposible conseguirlo, ni siquiera en internet. Una compañera de curso que trabaja en la Biblioteca Nacional ofreció sacarle copia porque allá está el fulano libro. Mañana, un día de junio de 2011, voy a pagar 60 lucas por el libro fotocopiado.

    Claro, todo lo anterior es un retrato de, no solo la poca importancia que se le da a la lectura en el país, sino la inexistencia de una cultura de la reedición. El estado fracasado… y aquí paro.

    Sabroso la conversa con ustedes, nos estamos leyendo

    Adri

  14. Yo me alegré cuando vino la revolución del MP3 y los iPods porque pensé (y este es el comentario tipo «ríanse de mi ingenuidad») que, con mayor acceso a la música, la gente iba a *refinar sus gustos* ya que, liberalmente hablando, que todo el mundo haga música pero al final, el mercado decide y siempre podemos ponernos objetivamente de acuerdo en que Howard Roark es la ostia y Lady Gaga una basura (a pesar de que nadie lo diga).
    Por supuesto que eso no pasó…
    No niego los puntos de Daniel, estoy seguro de que tiene razón, en el futuro se impondrá el libro electrónico. End-o-discussion.
    Mi duda es más fenomenológica y tiene que ver con la *posesión* y la *apropiación* de los objetos (o el original/serie de Baudrillard). No estoy seguro de que *la experiencia* de leer las obras completas de Sherlock Holmes sea equiparable a ir a este sitio http://tcog.co/5ciHd y descargarlas para que se pudran en el ordenador.
    Es decir, hoy en día, todo el mundo tiene un MP3 de Pink Floyd en si iPod, pero poca gente lo *escucha* en vez de simplemente *oirlo*. Antes, no te ibas a comprar The Wall en vinil a menos que de verdad estuvieses seguro de *querer escucharlo*. Hoy, solo *quieres poseerlo*.
    Por allí van mis ideas.
    ¡Saludos!

  15. Y estoy de acuerdo contigo con que el objeto, sostener el objeto, es primordial.

    **parentesis**
    Al igual que tú, creo que la gente ahora escucha menos los discos. La gente oye las canciones en shuffle y rompe la estructura del álbum.

    El otro día compartí un vídeo en el que le preguntaban a la gente en la calle qué estaba oyendo en el iPod. Casi la mitad no sabía. Estaba oyendo sin escuchar, y eso no tiene que ver con la música portátil. Eso no pasaba cuando usábamos cintas en el walkman.
    **/parentesis**

    Creo, al igual que tú, que los libros se pudren en los discos duros. Pero la manera de lograr que no se pudran, es también un detalle de implementación. ¿Cómo hacer que las carátulas sean atractivas en un ereader?. Algo de eso trata el artículo que compartió luis(ares) un poco más arriba.

  16. Estamos de acuerdo.
    Por eso digo que el objetivo debería ser, en vez de «emular» la experiencia del libro físico (sostenerlo, olerlo, etc.), «crear» una nueva experiencia, con otro valor agregado, que jamás se pueda comparar.
    Nadie en su sano juicio diría que el teatro es una basura porque existe el cine ya que la experiencia no es la misma.
    Por allí iban las ideas que alguna vez comentamos, de poder recorrer virtualmente las calles de París en busca de La Maga de la mano de Cortázar o escuchar a Bird mientras lees a Kerouac… Aunque el proyectico se tornó irrealizable :-(
    Saludos

  17. Algo de eso hay, hace poco leí El Cementerio de Praga de Umberto Eco en el teléfono y cuando aparecía una referencia histórica con la que no estaba familiarizado (situación que se presentaba con frecuencia) simplemente seleccionaba el texto y ya estaba en google buscando información que por lo menos me situara en contexto. Sin mencionar el súper útil diccionario que me saca las patas del barro a cada rato.

  18. Interesante, Luis.
    Mira, ¿qué tal ese libro de Eco?
    Yo lo vi en Maiquetía pero costaba un ojo de la cara.
    ¿Hay chance de que te mande un email y me lo pasas o lo compraste para Kindle?
    Salud

  19. Si me parece raro que nadie ha dado el argumento que los libros electronicos sean mas ecologicos, ya que no lo son. La mayoria de pulpa para el papel esta hecha con bosques sembrados para ese fin. Son bosques artificiales, pero creaqn lugares donde existen bosques donde antes no existian. Para la creacion de los aparatos se abren miunas para obtener los minerales raros que necesita, y sobre todos las pilas que son altamente contaminantes, ya que contienen acidos fuertes y al desecharlas inapropiadamente – lo cual es lo regular- crea una cotaminacion de los suelos que dura siglos, algo que evidentemente no pasa con el papel. Aunque parezca paradojico, los libros de papel son mas «ecologicos» que los libros electronicos

  20. A mí me gustó, está bien entretenido como a medio camino entre El Nombre de la Rosa y el Péndulo en mi opinión. Te lo puedo enviar sin problema que lo bajé de internet.

  21. Luis1210: Te mando un correo.

    XLuis: Excelente acotación. Hoy en día hay una suprema obsesión con el tema ecológico que me parece ya raya en lo ridículo y deslegitima lo sensato de las propuestas ecologistas. Por allí leí a un bobo diciendo que si cambiabas tu estatus en Facebook, contribuías al calentamiento global. Qué tontería. Bajo esa óptica, respirar contribuye al calentamiento global… etc.
    Paz

  22. Yo lo veo más en la onda de Pratt. Los inconvenientes a los ebooks que ustedes mencionan son todos fácilmente superables y parece más una resistencia por razones generacionales que otra cosa. En mi humilde opininión, los libros físicos van por el camino del formato físico para almacenar audio/data/video. En otras palabras, camino a la extinción, lento pero seguro.

    Yo que tuve que volver a estudiar recientemente, pasé de ‘qué ladilla tener que leer papers en la pantalla del laptop’ a ‘que depinga es leer de un pdf, no quiero saber de libros ni nada impreso en papel más nunca en mi vida’. Es cuestión de costumbre, y las nuevas generaciones que están pasando toda su vida académica descargando papers en pdf van a apreciar aún más las ventajas de los formatos digitales. Como dijo Pratt, la función de búsqueda, bookmarks, el poder resaltar texto y añadir anotaciones y post-its en donde te provoque sobrepasan plenamente las fallas que estos formatos puedan tener.

    Y algo que he notado en los viajes en tren y autobús en horas pico. Un ebook reader/tablet es mucho más conveniente de leer cuando se dispone de poco espacio que un libro convencional.

    Yo definitivamente me voy por los electrónicos, sólo compro libros normales de 2da mano a precios irrisorios, pero ni de vaina que vuelvo a gastar sumas de más de una comida en objetos que van a terminar llevando polvo, ocupando espacio y me ladillan la vida cuando tengo que mudarme. La única razón por la que no me he comprado un e-book reader es que son gadgets demasiado limitados, por lo que preferiría comprarme el iPad más barato. Y como en este momento tengo otras prioridades, tampoco me he comprado el tablet y lo que hago es descargar los e-books en el laptop que tiene instalado el software para e-books.

  23. Con respecto a lo de cual formato es más ecológico, no me atrevería afirmar cual de las dos formas es menos perjudicial. En lo personal, no he visto ningún estudio de impacto ambiental que abarque toda la cadena de producción para hacerme una opinión al respecto.

    Pero el análisis de xluis está incompleto. No toma en cuenta las variables del impacto de esos bosque en las especies autóctonas de la zona, ni las emisiones de CO2 desde las fases de tala, transporte y procesamiento de la pulpa. Tampoco toma en cuenta las descargas de los químicos usados en los cuerpos de agua. Igual con las emisiones producto de la distribución y reciclaje del papel como tal. En fin, demasiadas variables en juego para poder afirmar ‘X’ es más contaminante que ‘Y’ sin un estudio completo y serio de por medio.

  24. No Warto, estoy seguro que por ahi hay un estudio sobre los costes energeticos, una vez lo vez en la pagina sobre costes energeticos, recuerda que esos artilugios etan hechos de plasticos.
    Durante la segunda guerra, los nazis hicieron miles de cosas con plasticos sinteticos (no es una redundancia) ya que como no tenian petroleo, pero si carbon, hicieron las cadenas de polimeros sin petroleo. Pero es muy caro.
    El solo hecho que sea de petroleo eleva sus costos energeticos al cielo, ya que tiene que ser trasportado a una refineria, luego de sacarlo, y ahi separado, y luego en otra planta polemirizado.
    Una de las cosas buenas de la industria papelera es eso, los bosques que hacen, la mayor parte de los bosques que existen son talados, no para hacer libros, si no espacio, para la produccion de alimentos, agricultura y cria. Ese es nuestra cruel paradoja, todos queremos tener hijos, pero eso niños necesitan comer y vestirse. Queremos bosques pristinos, pero tambien tenemos que alimentar a nuestros hijos. Pero tambien hay que vestirnos, en el post Critica a ZEITGEIST pongo un mapa donde aparece la superficie que se necesita para vestirnos, esto que este cultivada con algodon y lino.
    Puede ser malo, pero ellos por lo menos hacen bosques en un mundo enpeñado en comerse los bosques, no seran los mejores, pero algo es mejor que nada

  25. De nuevo, xluis, el análisis que haces es incompleto. Talar bosque para sustituirlos con agricultura y ganadería no significa un ahorro de energía, sino todo lo contrario. La agricultura convencional es una de las industrias más intensas de energía que existen. De hecho, si calculas tu huella de carbono te darás cuenta que las fuente más grande de carbono prviene de tu dieta.

    Me parece que estás manejando conceptos un poco anticuados. Sembrar un árbol no es en si mismo un acto bueno ni malo para el ambiente. Hay distintas variables que entran en juego las cuales hay que considerar. De hecho, el sembrar árboles en zonas donde no existían puede terminar produciendo efectos contraproducentes en esa bioregión en específico. Toda esa paja de ‘se verde, siembra un árbol’ quedó atrás en el siglo 20. Los resultados de esas políticas resultados saltan a la vista. Hoy se sabe que cada bioregión tiene características y relevancia distintas. El impacto producto de urbanizar un wetland no se enmienda con sembrar unos pinos en un peladero. Como se dice en criollo, el culo no tiene nada que ver con las pestañas. Por eso del Environmental Impact Assessment se está pasando al Strategic Environmental Assessment y al Sustainability Assessment, que son enormemente más complejos y difíciles de realizar, pero con mayores probabilidades de tomar en cuenta efectos acumulativos y de valorar los impactos con base a un contexto más amplio. La lógica con la que se han manejado los offsets y los trade-offs ha sido bastante cuentionada y re-pensada en virtud de los resultados más que deficientes que se han obtenido en el pasado.

    En cuanto a los e-books se podría decir que el formato como tal no es el problema, son los gadgets. Al final, para leer texto de una pantalla sólo se necesita el color, brillos y contraste adecuados y no creo que se necesiten muchos años para obtener el resultado deseado en las pantallas de las computadoras y tablets convencionales. Esto haría a los e-book readers completamente redundantes e innecesarios. Y como al final las computadoras van a seguir siendo usadas para cualquier cantidad de tareas, los e-books no tendrían un impacto significativo en su producción y uso. En este escenario no resulta descabellado pensar que los e-books terminan siendo una ganancia en términos ambientales.

  26. Warto eso fue lo que dije, que talar bosques para alimentos es lo que se esta haciendo, y obviamente estoy contra ello. La mayor tala que se da en el amazonas es para sembrar soya. Sembrar arbokles si sirve en mas de un sentido, primero concentra el CO2 segundo produce sombra que disminuye la temperatura. Ahora bien, yo no dije que sembrar bosques en el sahara, donde no ha existido bosques en millones de año sea bueno. Si no que sembrar cualquier tipo de bosque es bueno, debido a que tambien produce nichos ecologicos para muchas otras especies, que lo han perdido debido a la tala para la agricultura. Y como dije disminuye la tremperatura. Yo he estao en uverito, por ejemplo y en las noches la temperatura llego a bajar a 17ººC cuando en las afueras, por lo menos en el tigre hacia 21ººC, la cantidad de avifauna que existe en ese bosque es mucho mayor que la que existe en las cercanias que son llanuras. Las aguas residuales de la planta de papel son tratadas antes de verterla en el orinoco. La forma como son tratadas (con bacterias y algas) consume muy poca energia y produce fertilizantes, los cuales dejaron de producirse desde que esta este gobierno de mierda.
    Y ¿ya votastes por mi post? http://t.co/TfCeYNm

  27. El principal problema que le veo al libro electrónico es que no puede existir sin una civilización altamente tecnológica. Así, si en algún momento se perdiera esta civilización y toda la información estuviera en formato electrónico sería muy difícil recuperarla.

  28. Hola, Frank:
    Bueno, las impresoras hoy en día trabajan con formatos digitales iguales a los de los libros electrónicos. Si de mantener el soporte se trata, no creo que un líbro físico sea garantía de permanencia. Si esta civilización «desaparece» y suponemos hipotéticamente que algún alien llega y encuentra mi novela, entenderá más o menos lo mismo que nosotros entendimos de la piedra de Rosetta que estuvo casi 2000 años sin que nadie supiese qué diablos quería decir. Incluso, después de que Napoleón la descifrara, su interés es netamente antropológico, no literario o estético.
    Es decir, nuestros libros y nuestra literatura existen porque hay una sociedad que los lee. Si esa civilización se extingue, puede que quede el objeto, pero su sentido estará perdido para siempre. Por eso es que la «ilusión de la permanencia» del objeto físico no creo que se aplique a la diatriba libro digital/físico.
    Saludos

  29. Sigo prefiriendo los libros de toda la vida, aunque si es cierto que es mucho mas ecologico utilizar e-books, aunque ya se sabe que con esto de la pirateria es un desastre para los autores de libros..

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