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Botija
....Que hermoso seria que al cumplir siete años cada niño recibiera el regalo de una caja de colores: ....Un color por cada añito para que comience a pintar el arco iris de su vida, un arco iris inmenso, luminoso, que abarque un larguísimo tiempo. ....Dicen que al final hay una botija que esta llena de oro: esto es un poquito verdad y un poquito mentira: la botija si esta y esta llena de muchos regalos, unos grandes, otros pequeños, todos atados con cintas de colores, unos mas bonitos que otros y con gran curiosidad los vamos abriendo día tras día. Cada paquetico es una sorpresa: unos, un recuerdo escondido, un paisaje, una persona, una experiencia olvidada, algo que no entendimos en su momento y ahora sí. Todos cosas hermosas. ....Caemos en la cuenta de que todos llevamos nuestra propia botija que vamos llenando en el recorrido del arco iris, de que todo lo que teníamos dentro, guardado, escondido, aparentemente olvidado y que al final, con la sabiduría de los años encontraremos que el tesoro estaba allí. ¿Ves que lo de la botija y el tesoro era un poquito verdad un poquito mentira ?
....Olga se llamaba mi maestra: era alta y delgadísima, de brazos largos, manos grandes y expresivas. Era negra, con su cabello rizadito, muy bien peinado. Siempre se veía limpísima, tenia una nariz aplastada y ancha y una sonrisa también ancha y dulce que mostraba hermosos dientes. Era miope y usaba lentes muy gruesos. Todas la respetábamos. Yo la quería y no la he olvidado, creo que porque un día algo bueno haría yo, que ella me premió con una pequeña caja de creyones de nueve lapicitos con los colores primarios, los secundarios y tres mas: uno añil, otro negro y uno blanco.
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