Mirada Profunda (fusil de asalto para K) Te escribo porque no puedo evitar perderme en tu mirada. Frente a ti se me olvida todo lo que he aprendido sobre la calma y mi conflicto con el habla se vuelve peor. Mis ojos pasean por el piso, las paredes, tus zapatos, los asientos, los árboles desesperados buscando algo interesante que mirar y no lo encuentran, mientras tu mirada como un agujero negro, los atrae siempre a la perdición, a sumergirse en la tontera, a no mirar mas que el precipicio. He aprendido a no mirarte a los ojos para no sufrir ese desvanecimiento, para no sentirme impotente, pero rara vez aplico lo que aprendo y de nuevo, cada vez que nos encontramos, miro como el piso, mis zapatos, las hojas, el cielo resisten impávidos la atracción imposible de tu mirada, mientras mis ojos se deforman, pierden su convexión y se vuelven hilos de materia absorbidos por los tuyos. Mi vértigo me ha inducido a hablarte desde sitios seguros, a buscar libros milenarios que hablan de ti para luego dejarlos escondidos entre poemas que nadie nunca lee, a escribirte notas desesperadas honrando a la luna en medio de la madrugada mientras tus ojos cerrados preciosos descansan satisfechos con la pesca del día. Pido un día, sólo un día contigo, un traje de amianto y unos lentes de sol para intentar explicarte con claridad que fue lo que sucedió ese día que por primera vez te vi. -Alejandro Graziani |
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-Daniel Pratt
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Noche de Mujer
Anoche soñé que te daba un beso fugaz y lo aceptabas con una sonrisa, cara de preocupación y sonrisa de nuevo.
Anoche nos soñé en un enredo de piernas brazos risas y partes lubricadas. Luego recordé que estabas enferma y desperté.
Hace tanto tiempo que me gustas que he perdido la noción de lo que es vivir sin desearte, mi pasión por ti se ha incorporado al sentir de la vida.
Ayer deseé tomarte de la mano mientras veíamos una película, sábado en la noche sentados al pie del sofá.
En estos días, después de ésa noche, me he preguntado por qué no he hecho todo lo que he debido hacer en su momento.