![]() -Alejandro Graziani |
-Daniel Pratt
Está tomándose un cafe, impávida, sola, es la niña linda del claret. Me regala dos segundos de ojos azules que deben valer millones. Sin emgargo, los acepto por una miseria. No me entusiasmo, nadie me garantiza que haya algo detrás de esos ojos. Está sola, abandonada por su novio seguramente (un muchacho mas normal, del este). Juega con el vaso, come lentamente con su celular sobre la mesa, como si no tuviese a nadie a quien volver, como si no le importase que el tiempo y los ojos transcurrieran. Permanece impávida, sublime, con sus zapaticos de exploradora, su correa marrón, bella como su colegio de origen lo exige. Toma un microsorbo de café y decide irse, caminando lentamente entre torpe y fingidamente sexy a la vez (quizás con la intención de prolongar la agonía de mi mirada), camina sublime a su carro, no espera a nadie, no tiene que volver a ningún sitio, probablemente solo quiera caminar (entre torpe y fingidamente sexy) lentamente por toda la Universidad. Pero siempre hay un hogar, siempre hay una madre de 40 años esperándola, siempre hay un novio y siempre hay soledad. BLAM! VROOOOOOOM!
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