hice lo que debía.
pensando en esas horas
de metralleta y calibración, hice exactamente
lo que debía
corrí
hacia donde corría la inercia
pero hoy
he hallado
para mi propio estupor
el límite
del corpus legal
del que tiene los pies
bien plantados
en el suelo,
plantados digo
con cemento armado,
Mi sombrero rebosa
de flores marchitas y hastaluegos,
de medusas y pelanas
que ocultan siempre
la luz.