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Yo Se Porque Le Llaman

Yo.
Sí yo.
Algo aprendí una vez,
aprendí algo si,
que embriago mi alma.
Escuche algo que sonando llegaba,
llegaba como sonando con las letras.
Amar escuche que le llamaban.
le llaman
y en el eco de los besos
le siguen amando.
Le siguen llamando,
le siguen buscando en el silencio,
ese que solo y siempre
palpita en la altura de los pechos.
Es pues le digo a todo el que pregunta:
iré a buscar en la villas de un cuerpo,
la respuesta a lo que todos llaman
la dulzura de un amor que establece el movimiento.

Nació levantándose en neblinas de fragancias.
Vivió como tejiendo rebozos
esos que entibian mis instintos.
Voy a empezar a deslizarme por sus praderas,
será donde como campesino sin empleo
pisque y busque la cosecha de su encanto.
Buscare que sus manos estén abiertas,
como dos puertas faltas de cerrojos,
abriendo el paso hacia la huella del camino
aquel que me lleve al hogar de las hortalizas,
donde cada legumbre se fertiliza
con el secreto de sus besos.

Alguien mas me pregunta,
sobre la belleza de sus caminos.
Si, aquellos que se dibujan en el nácar de sus piernas
y que llevan al destino de un pueblo,
donde habitan los placeres,
como cantos de madrugadas,
como cantos de lobos enamorando
la bellezas que provienen de la luna.

Yo no se le dije:
a ese que pregunto sobre sus caminos,
si podría hablarle de un encuentro con la vida
allá donde la luz nace de lo bello,
ya que hubo algo que cegó el encanto,
que mis ojos imaginan.
Fue una noche primera en el silencio de sus brazos.
Fue el quejido de unos besos asustados.
Solo ahí encontré,
lo que hoy puedo decirte:
que el amarle a ella en los sueños de la noche,
fue la delicia de los despertares
que se levantan al sentir el eco de sus besos.
Con ella en mis brazos sabrás,
que me siento así como bañado
por el húmedo de unas lluvias aisladas,
al igual de las que se derraman en el desierto.

Su amor amigo,
Si, tu el que preguntaste de sus secretos.
Ese amor que ella cultiva
lo derrama como vino en un oasis,
una copa en día y noche
morena timidez libre,
se emana como una palabra
que huye de los secretos
y queda dormida en el silencio de los besos.

Negor Len

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