Estimados brothers, voy a echarles un cuento chimbo, así que prepárense…Todo comienza el sábado de la semana pasada, a eso de las cuatro de la tarde, cuando decido ir con la Nane al concierto de Bersuit, Desorden y El Gran Silencio, patrocinado por la Alcadía Mayor.
Antes llamamos al Massiani, para que se pegara, y a la China también, pero los dos huyeron por la derecha, prudentemente.
La última vez que hablé con M, me dijo: “váyanse ustedes adelante, porque todavía estoy de visita en casa de mi abuela, y después nos vemos por allá”.
La Ch igual.
Mi idea ,y la de Nane, era armar el respectivo grupete, calentar motores en algún lado, y llegar prendidos como a las siete, para no tener que calarnos al Chuntaro Style en vivo. Para Nane, el Gran Silencio no es ninguna sabrosura.
Por desgracia, ni tuvimos poder de convocatoria, ni pudimos cumplir con el plan B, el de tomarnos dos, picar los cabos y arrancar para el toque. Por fortuna, sí aterrizamos en el sitio, justo a tiempo, cuando el Gran Silencio había dejado de hacer su ruido insoportable.
Ahora bien, la sensación de arribar sobrios y serenos al concierto, no estuvo nada fácil. Desde que entramos, éramos vistos como lo que somos en realidad: una parejita de bohemios burguesitos, putrefactos, con ganas de vivir una experiencia diferente, en un lugar de la ciudad que no es el nuestro.
En pocas palabras, no éramos más que otro par de turistas, que otro par de extranjeros en nuestra propia ciudad. Así de simple, así de triste.
Pero en todo caso, para consolarnos, la Nane y yo pensamos en voz alta: al menos somos conscientes de lo que somos, y no andamos echándonolas de malandritos, como ciertos pajuitos de la Central . Todo lo cual, no le agregaba un ápice de valor a nuestra pequeña empresa.
Por el contrario, el resto de los chicos intensos del este, se esforzaban por lucir como locales, como los amos y señores de Plaza Venezuela.
Por ejemplo, un pana de la Castellana, cuyo nombre no revelaré, se fue con su pinta de montar patineta y en medio de una olla para bailar ska, le tumbaron la gorra. Por gafo, agregó la Nane. Vale acotar que el pana se veía como Kevin Costner en Danzando con Lobos, todo rodeado por huelepegas con mohicanos, punketos de Chacaíto y come gatos del Ateneo, llenos de acné y drogados hasta el culísimo.
Por cierto, a mi lado tuve a dos sifrinitas de la Monte Avila, fumando monte parejo toda la noche. Lo peor es que en la universidad son unas gallas reprimidas, unas alumnas de veinte en línea. Pero aquí vinieron a dárselas de raticas y a poner su cara de culo, disfrazadas de chicas urbe. Pero basta que algún recojelata les busque conversación, para que enseguida se les salga la Marisa Román que llevan por dentro, impidiendo el contacto y botando el culo. Yo les regalaría una franela que dijese: No se habla con Niches.
Entre tanto, el ambiente no era de fiesta, o si acaso de concierto, sino más bien de mitin político. Para ser exacto, mi estimado Pratter, la vaina era como la puesta en escena de un mitin político para lanzar la candidatura de Juan Barreto a la Alcadía Mayor. Me explico, brou.
Primero, había una tarima, y en la tarima habían banderas y afiches de la Alcadía Mayor, con muchos colores rojos. A los lados de la tarima, figuraban las respectivas pantallas de propaganda, donde proyectaban video loops, conductistas, de niños y civiles muertos en el Líbano, intecarlados con imágenes de Bush(bañado en sangre) y tomas de tanquetas fuera de contexto. Era el montaje intelectual según Avila Tv(la nueva AlJazira de Juamba).
Al respecto, un señor muy serio, bigotudo y molesto, nos comentó off the record: que mierda que uno viene para acá a distraerse con su familia, para escuchar el concierto gratis de Desorden, y estos carajos le imponen a uno la misma mierda que nos tenemos que calar en el ocho, en Telesur, en Vive y en el canal de la Asamblea…que falta de respeto…y pensar que aquí hay niños que están viendo esta vaina tan asquerosa…
Y en efecto, el dispositivo audiovisual no escatimará en recursos pornográficos, sádicos y crueles, para reforzar el carácter maniqueísta del discurso del evento, cuyo objetivo será abogar por la paz mundial.
Contradictoriamente, como diría Gustavo Bueno, se hará campaña por la paz, con los métodos de la propaganda de guerra: repetición, satanización, simplificación y conjugación de la retórica beligerante y blasfema, tipo la Hojilla. Un idioma polarizante y ofensivo que Juan Barreto conoce y domina como pocos, aunque le pueda costar la vida, como a Goebells. Y no lo digo a forma de amenaza.
Así las cosas, el concierto se realiza una semana después del bochornoso espectáculo de Juan Barreto contra Leopolpo López y Capriles Radonsky, a quienes humilló desproporcionadamente sin derecho a defensa, provocando un efecto boomerang de solidaridad automática con los agraviados, por su condición de inferioridad numérica ante un aforo completamente adverso. Ello se tradujo en la victimización de los Alcades de Primero Justicia, y en la condena inmediata de Juan Barreto. Y mientras los días pasan, aumenta la popularidad de unos, mientras baja la del guapetón de barrio, al punto que publica un promedio de dos comunicados de prensa , a página entera, por día, para explicar y justificar sus arranques de ira.
Y así, para arreglar las cosas a punta de regalos como en el colegio, llegamos al día del concierto gratis. Y gratis y todo, la convocatoria es nula. 2500 personas y es mucho. Así estará de mal,la imagen de Juan.
Imagínate, Carlos, que Barreto tuvo las bolas de montarse en tarima para hablar por el micrófono, para recordarnos que él había pagado todo, y para informarnos que el próximo concierto gratis se haría en el Country Club. Y adivina qué, mi pana, al hombre lo recibieron a botellazo limpio, y se tuvo que ir por donde entró en menos de un minuto. Con decirte que no alcance a entender casi un coño de lo que dijo.
Lo que sí pude captar de una, al igual que Nane, fue la traba que cargaba el Alcade, así como el crew de jala bolas que lo rodeaba. Eran como veinte peluos, raperos y músicos que lo rodeaban como si él fuera 50 Cents y ellos fueran G-Unit, como si él fuera Dr. Dree y ellos fueran Wu Tang Clan, como si él fuera el P.I.M.P. y ellos fueran el círculo del terror de Snoop Dog. Desde los videos de Puff Daddy, no pillaba algo así. La buena noticia es que nadie quiso escuchar las líricas explícitas de este vago y maleante de la V república.
Lastimoso es que Desorden le haga el juego al orden reinante, contra la voluntad, eso sí, de varios de sus integrantes. Sé de muy buena fuente, y sino que O me corrija, que las cosas no marchan bien dentro el grupo, y que la mayoría no está conforme con el empeño de Horacio por empujar al conjunto hacia las trincheras ideológicas de la revolución bonita. Me cuentan que hace poco quisieron contactar a Emigdio para que se reincorporara al grupo en el toque de Inglaterra, y que Emigdio les respondió con un no rotundo.
De tal manera, y me cuesta decirlo como fan, tuve la ocasión de padecer una de las presentaciones más grises en la carrera de Desorden, no sólo por lo oscuro y rojo del contexto, sino por lo deslucido del perfomance. Atrás quedaban los buenos recuerdos de cuando Blanco cantaba sin miedo “políticos paralíticos” y “somos peces del guaire”. Desorden, como Venezuela, ahora es otra y por eso tocaron música para los oídos del Alcade: «el racismo es una enfermedad»…»lo bueno está por llegar»…y «música de paz, música de amor» con los perdedores de Papashanty…
Menos mal que Bersuit sacaría la cara por el verdadero desorden público, al invocar las inmortales y glorisas notas del himno de la política latinoamericana, Señor Cobranza.Con su profético estribillo, me despido de ustedes, estimados amigos:
Tienen el poder y lo van a perder, tienen el poder y lo van a perder…