Advertencia: Estas instrucciones van dirigidas a tipos comunes con miras a seducir chicas “intensas” o “interesantes” en un bar. En ese sentido, “bar europeo” no es más que un concepto, se trata de un “bar” o “café” donde la mayoría de las chicas busca al intelectual anarquista odio-al-mundo que está en contra de las modas, en contra de la política, en fin, en contra de todo. Estas personas son conocidas bajo diferentes etiquetas; “progres” o “postmodernos” son las más comunes. Hoy en día, los “progres” están de moda. Y en los bares “europeos” este artista misterioso que nadie entiende goza de un sex appeal inigualable. El objetivo de estas instrucciones es exactamente eso: Convertirte en un pseudo-intelectual “progre” que cita a Cioran de memoria y lleva a la cama a todas las chicas “inteligentes”. Por eso, a menos que seas un súper modelo o un billetudo con un mogollón de plata, lo más probable es que tengas que recurrir a estas instrucciones. Si puedes ir a una discoteca y derrochar cuatro sueldos mínimos para conquistar falsas rubias, hazlo, nadie te criticará ya que todos haríamos lo mismo si pudiésemos. Eso sí, como buenos pseudo-intelectuales que somos, debemos condenar este tipo de acciones y llamarte una prostituta del sistema. Es parte de la naturaleza “postmoderna”.
Advertencia 2: El objetivo de esta colección de instrucciones es lograr convertirte en una mezcla de Marlon Brando en Un Tranvía llamado deseo con Woody Allen. Tendrás el erotismo de uno y la inteligencia del otro, a pesar de que sigas siendo el mismo jetón ignorante de siempre. En nuestro mundo globalizado, todo está en las apariencias. Si sigues estas instrucciones al pie de la letra, la empresa Krisis co. te garantiza que pasarás por un artista intenso y seductor, o en el peor de los casos, quedarás como un poeta inédito. Cualquier cosa es mejor que el estatus de simplón común con el cual cuentas ahora ante el sexo femenino.
Sujeto 1: Llamaremos Hummer al protagonista de las instrucciones. Debes ser como una camioneta cuatro por cuatro, que pasa por encima de todo y de todos sin tomar en cuenta el entorno. No eres un humano, eres una máquina para follar. Las incongruencias te resbalan, como que hables de yoga y salud mientras fumas Camel sin filtro. Que odies el mundo corporativo pero uses zapatos Converse. La lógica no cabe en tu mundo, tú vas hacia adelante. Si todavía no entiendes la actitud Hummer, piensa en un corredor de la bolsa que trabaja en Wall Street y jala perico todos los fines de semana. Tú eres un corredor de bolsa intelectual: Hoy Roberto Bolaños es Dios, hace cinco años era una basura. Arrímate al equipo ganador. Siempre con las acciones en alza. Günter Grass fue bueno, antes de descubrirse que era nazi. Borrón y cuenta nueva, cambio de ideas y de libros. Ese es el espíritu Hummer.
Sujeto 2: Llamaremos Desodorante a la víctima femenina de tus imposturas intelectuales. Desodorante es una mujer cualquiera, que está convencida de ser especial y diferente, sobre todo porque “lee libros”. Ahora bien, la empresa Krisis co. rechaza cualquier intención misógina, ya que mujeres inteligentes y profundas las hay, al igual que hombres verdaderamente cultos. Pero vamos, ni por nada son la mayoría. Así que a menos que quieras tener una vida sexual igual de interesante y activa que la de un monje tibetano, es mejor que pases varias Desodorante por tu axila antes de encontrar a la mujer ideal
Cómo reconocer a una Desodorante
Será muy fácil apuntarle a una Desodorante en un bar europeo. Ella será seria (sólo las mujeres superficiales y las supermodelos sonríen), utilizará gafas a pesar de no tener miopía y comenzará todas sus frases con algo parecido a: “Bueno, Julia Kristeva diría que…”, o “Simone de Beauvoir respondería…”. En esa misma línea, afirmará haber entendido a Kristeva, y tal vez incluso diga haberla leído en francés.
Ultimas advertencias
La empresa Krisis co., no se hace responsable si el uso de estas instrucciones produjera o produjese desagravios al interesado Hummer. En cualquier caso, no todos podemos convertirnos en Hummer, y estas instrucciones tienen resultados extremadamente contraproducentes en:
-Personas que comen más de dos Big Mac por semana.
-Personas que hayan visto todas las películas de Ingmar Bergman, en sueco con subtítulos y aún se resistan a ser internadas en un hospital psiquiátrico.
-Lectores de Boris Izaguirre.
–Fans de Shakira que coleccionan sus discos “para la posteridad”. En cambio, funcionará a maravillas en toda persona que se haya masturbado con la carátula de Fijación Oral o que haya colocado “Shakira sex video” en el motor de búsquedas Google.
-Domadores de focas.
-Campeones de Sudoku.
Preámbulo: La vestimenta
Hummer es un intelectual progre, a quien no le interesa la moda. Deberás seguir la moda de los que no siguen ninguna moda, o sea, la anti-moda a la moda. Franelas del Ché Guevara, por ejemplo, zapatos Converse y chaquetas gastadas son lo ideal. Debes dejarte el cabello largo u optar por todo tipo de boinas o sombreros ridículos de más de cincuenta dólares pero que parezcan sacados de una tienda de todo por un dólar. Debes fumar, pero siempre cigarrillos enrolados a la mano. Nunca llevas fósforos o encendedor, siempre los pides prestado.
Luz, cámara, acción
Una vez que Hummer haya ubicado a la Desodorante respectiva, debe seguir al pie de la letra las instrucciones siguientes. El objetivo es proyectar una imagen misteriosa e inteligente a la vez, de un ser intrigante y sabio. Para ello, lo mejor es proceder a la humillación intelectual de Desodorante. Es un hecho probado que las Desodorante suelen ser mucho más aplicadas en los estudios que el Hummer promedio, y discutiblemente más inteligentes. Sin embargo, también es un hecho probado que tienen la mitad de la autoestima y confianza del Hummer promedio, y eso es más de lo que necesitas. Hummer, siguiendo su naturaleza, no tiene más que aplastar cualquier destello de inteligencia en Desodorante para lograr pasar por el intelectual consumado y postmoderno que es.
Para empezar, cuando aparezca el mesero, Hummer deberá ordenar vino, francés, de ser posible. Lo mejor es dejar que Desodorante haga su elección primero para que Hummer pueda enseguida increparla por su escogencia de vinos. “Nada como un buen Chatêau La Merde”, dirá Hummer, y como este viñedo es algo desconocido, nadie ripostará. De hacerlo, replicas que era el castillo favorito de André Malraux y quedarás como un perfecto Dios.
Música
Ahora bien, en cuanto a la conversación en sí, lo mejor es no sólo guardar su aura de misterio y de aburrido por la vida banal del bar que llevan los progres, sino contestar todo citando siempre algo más complicado. Por ejemplo, si Desodorante o alguien más en la mesa habla de Jazz, Hummer simplemente afirmará que el único Jazz que sirve es el Free Jazz. Si hablan de Miles Davis, Hummer citará el compás 342 del Live in the Isle of White para extenderse media hora elogiando un acorde de Keith Jarrett. Si alguien habla de Coltrane, Hummer dice que lo mejor de todo fue el disco libre “Kulu se mama”. Si aún así insisten, Hummer debe monopolizar la conversación con un extendido ensayo sobre el concierto de Cactus eléctrico de John Cage. Será un propio erudito.
Cine
Lo primero que debe entender Hummer es que para un progre es inaceptable hablar de cine de Hollywood. Para que una película sea comentada, deberá haber sido rodada en blanco y negro o ser tan vieja como El ciudadano Kane. Lo demás es basura, y se lo debe hacer ver a sus interlocutores. Al final, el único punto a recalcar aquí es que todo cine, venga de donde venga, plagia al grupo Dogma de Lars Von Trier o a algún oscuro cineasta chino. En cuanto a Dogma, Hummer debe citar cortometrajes o películas experimentales, si el título está en sueco, pues mejor (ejemplo: “Mifunes Sidste Sang” de Soren Kragh-Jacobsen). Por eso, películas como Dogville son simplemente para retardados mentales, una “banalización» de Dogma. Recuerda, si tiene sentido, no es cine. Siempre se podrá salir por la tangente diciendo que “esa toma” la hizo Chen Ki-Mak en los años ochenta (“¿No conoces a Chen Ki-Mak? Pues contigo no vale la pena hablar de cine…”) y que eso lo sabe todo el mundo. Si se dice con confianza y aplomo, nadie cuestionará siquiera la existencia del cineasta fantasma.
La otra opción es apelar a Godard (alguien que todo el mundo conoce pero que nadie soporta). Citar “Made in the USA” es la mejor opción. A menos que Desodorante sea una zombie sin cerebro o una verdadera drogadicta, es probable que no haya pasado de los primeros veinte minutos, como todos los demás mortales. Hummer no sólo la vio completa (3 veces), sino que le parece genial.
Literatura
Hummer es una rata de biblioteca. Nadie, absolutamente nadie, ha leído más que él. Tanto así, que todo comentario le parecerá trivial y será recibido con un bostezo. Solamente cuando él habla es que se dice algo importante.
Hummer cita a Heidegger de memoria. Preguntas retóricas e incomprensibles tomadas de “El ser y el Tiempo” lo sacarán de apuros. Por ejemplo: “La problemática no puede ser entendida sin hacer un profundo estudio de la esencia del ser, el da-sein o ser ahí. Si el ser-allí es un ser tachado, ¿cómo resuelve la metafísica las aporías de la presencia?” (Risa o sonrisa de alguien que resolvió un problema profundo).
En cuanto a la narrativa de ficción, toda escritura, según Hummer, sale del Ulises de Joyce y de la Odisea de Homero. Si por mala suerte le toca una mesa de Joyceanos (si Desodorante es Joyceana, lo mejor es salir corriendo en el momento), Hummer será Proustiano. El quinto tomo de “En busca del tiempo perdido”, y alguna oscura reflexión sobre la pintura o la música lo pondrán otra vez como el erudito del grupo.
Conclusiones
A estas alturas, Hummer habrá logrado retener la atención de Desodorante a la vez que se habrá ganado la ira de todos los demás asistentes del bar. Lo bueno es que esa ira aparece gracias a la inteligencia de Hummer y nada más. Ya que de conclusiones se trata, en este momento Hummer puede permitirse unos minutos de humor. Se debe voltear hacia Desodorante para susurrarle al oído, “qué te parece si hacemos como que tú eres Anaís Nin y yo soy Henry Miller», (guiño pícaro) o “me recuerdas a Lou Andreas-Salomé”. Invitar a Desodorante a casa de Hummer para leerle algunos versos propios siempre es una posibilidad. Cosas como “Oda al hueco del culo” de Verlaine y Rimbaud o un “Spleen” de Baudelaire seguramente la harán salivar, sobre todo pensando que son de tu autoría. Nada como un intelectual radical y progre.
Ultimas consideraciones
Si a éstas alturas el lector aún tuviese dudas sobre la eficiencia del método progre, se le puede recordar que Arthur Miller, quien era más feo que un choque con muertos, se casó con Marylin Monroe; que Sartre era bizco (y era considerado un bombón) y que el filósofo Bertrand Russell utilizó el premio Nóbel de la paz para acostarse con media Inglaterra. Cada quien tiene su método, pero si eres medianamente feo y no tienes mucho dinero, siempre podrás aprovechar la moda intelectualoide anti-globalización para volverte un tipo interesante.
Krisis co. no se hace responsable de las consecuencias acarreadas por estas instrucciones. Si en la aplicación de este texto alguna persona se convirtiera en un Hummer insoportable para sus amigos y familia, la proyección de “Mi pobre angelito 2” once veces seguidas garantiza su vuelta a la normalidad.
2006, Krisis co. ®