Este mexicano amante del anime, de los cuentos de Poe y Lovecraft entre otras cosas, ha realizado durante 13 años un total de 6 largometrajes, quizás un número no muy abultado si comparamos la media de otros directores.
Quizás para apreciar la obra de Del Toro tengamos que hacerlo desde una perspectiva cualitativa y no cuantitativa, y es que de lo bueno poco.
Escencialmente las películas de este mexicano residenciado en EEUU pertenecen al género fantástico, aunque bajo una observación más minuciosa, sus películas son dramas profundos con uno que otro destello de acción que nunca está de más.
Luego dentro de ese género fantástico, que permite más libertades que ningún otro, el mismo Del Toro se divide en 2, aquel que busca contarnos una historia de errores y virtudes humanas y de como nuestra propia naturaleza es puesta a prueba; y otra faceta muy distinta donde la acción es la predominante.
Así pues Cronos, El Espinazo del Diablo y El Laberinto de Fauno son películas, en apariencia, distintas a Mimic, Blade II y Hellboy.
Digo en apariencias porque sus diferencias no dejan de ser en el aspecto formal y no de fondo, quizás la película que más se aleja del universo «Del Toriano» es la secuela del cazador de vampiros, y eso por las restricciones que supongo conlleva trabajar con universo ajeno que ya cuenta con una identidad y evolución propia (Igual sigo pensando que Blade es superior a Blade II)
Pero finalmente todas las películas terminan siendo, en mayor o menor proporción, el mismo estudio de las relaciones humanas dentro de un contexto fantástico.
¿O es que no está claro que Hellboy es una reflexión acerca de la madurez, el amor no correspondido y el papel de la figura paternal en la formación de nuestra persona?.
Revisar: Del Toro Films, sitio no oficial. en inglés