La niña se encuentra sentada
a la orilla de crepúsculo,
desea la inevitable aparición
de la luz que cegará sus ojos.
Su cristalina alma emergerá
del amor que le dará su gloria.
La niña vivirá el dolor mas agudo,
ella lo sabe y aún así no desea renunciar
a quien tanto teme; conoce
que es sabio dejar guiar al corazón.
Sabe que él volverá a su pasado,
eso es algo inevitable…
no importa -le dice susurrando a mi corazón-,
el dolor te tocará por causa del amor
pero gracias a el creceré.
La niña no lo entiende
y sin pensarlo se deja guiar por él.