The fiction no funny
The Word is death
the literature is death
Él: Mi padre golpeaba a mi madre cuando yo tenía cinco años. Una noche le destapó la cabeza pateándosela contra el piso, yo lo vi todo. La hermana de mi padre la llevó al hospital, le cogieron 12 puntos. Lo recuerdo vagamente. Un crac raro contra las baldosas. La mancha de sangre creciendo y las botas vaqueras de mi padre pisoteando la sangre. Sé lo que piensas, es probable que lleve las botas de mi padre conmigo. Pero no debes temer, (aunque sé muy bien que no lo haces) creé una tubería de pequeño, por donde desechar toda frustración y rabia. He escrito largos poemas manchados de odio y sangre, todo el mundo muere, es un Apocalipsis, en ellos no hay pizca de paz. Ni gentes que se quieran y generalmente llueve fuerte, hay truenos y relámpagos. Esta fuera de mi alcance aquella frase del Poeta: «Toda palabra es la ceniza de un sueño». En mi caso la palabra es la materia viva de una constante pesadilla, que cuando me descuido quiere aniquilarme. Creo saber porqué te cuento todo esto, puedo oler en ti el rastro de sangre, detecto la siniestra herida que guarda tu mirada. Comprendes por qué nos entendimos enseguida. Estamos aquí en esta sucia habitación, en esta ciudad de mierda, disfrutando, lo que la gente busca, excitadas como gusanos en un cadáver. Somos almas gemelas…Espera, no tienes que vestirte tan rápido, ¿quieres cigarrillo? Sí, entiendo, va a llover y tengo que pagar lo que te debo. Sí, es preferible tener el dinero dentro de la bolsa. Este es un barrio de porquería, deprime a la primera. He estado pensando largarme de una vez, cambiar de ciudad. Toma, sé que son 10 dólares, pero quiero darte 20. ¿Puedo verte más tarde?
Ella: No, voy a trabajar toda la noche.