Cuando uno se enamora, todo es color de rosa. Nada nos preocupa, todo es maravilla. No obstante el hecho de amar, que de por si, es un sentimiento genuino cae en uno de dos parámetros que voy a presentar a continuación. El amor sincero y genuino, y el amor carnal y por deseo. Obviamente es entre las relaciones de pareja que ocurre este fenómeno. Ustedes lectores me pueden corregir. Dentro de estos dos “esteriotipos” del amor existen muchas otras clasificaciones pero estas son las dos más importantes. Estas son las dos que son más palpables al sentir del ser humano.
El surgimiento del amor espontáneo esta en peligro de extinción. Usualmente ese amor se arrastra desde temprana la juventud. En la mayoría de los casos son esos primeros amores. Ese primer encuentro con el sexo opuesto que trae al joven o la jovencita a la realidad de adulto. Este amor usualmente se manifiesta con maripositas en el estomago, ese sustito en el pecho y esa ansiedad que provoca el saber o no si vas a ver a esa persona. Ya sea por razones de peso o por simple casualidad (causalidad) el amor se condiciona a ciertas expectativas. Estas expectativas de vida que generalmente son las causantes de que ese amor perdure o no.
De grande ya pasados los 18 años ya el amor se vuelve más sexual más carnal. Ya no se sienten maripositas en el corazón, pero si el deseo de estar junto a la persona “amada”. Hay relaciones que se basan solo en lo sexual. La compenetración y la comprensión solo se obtienen en la cama. Ya fuera de ella la relación se convierte en una pelea campal; esto versus al amor sincero y genuino; que no necesariamente tienen que tener relaciones sexuales para sentirse compenetrado uno con el otro. En este tipo de “amor”, la relación se basa en el tiempo compartido, en las largas horas al teléfono y sobre todo en esos minutos eternos solo mirándose a los ojos. No estoy idealizando el amor solo estoy sentando las diferencias existentes entre un tipo y otro.
Las relaciones de pareja son sumamente complicadas. Los seres humanos no nacimos para estar solos y usualmente no somos conformes con lo que tenemos. Siempre estamos buscando como mejorar. Dice un dicho muy conocido “Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde”. Si consideramos este dicho como una aseveración afirmativa estamos entrando en temas muy profundos. Muchos amores se “destruyen” por dejar ir a esa persona amada. Esto debido a malos entendidos o solo al miedo al compromiso. Los malos entendidos son el veneno de cualquier relación de pareja. Debido a episodios de mentiras (de hecho muy frecuentes) la relación se va deteriorando. Tanto el hombre y la mujer cometemos los mismos errores; unos mas que otros. La gran mayoría de los hombres (que conste que no generalizo) son infieles por naturaleza; la mujer es mentirosa de nacimiento. Son “virtudes” con las que nacemos y con las que tenemos que aprender a lidiar a lo largo de nuestras vidas.
Puede ser que nos volvamos “ariscos” a las relaciones de pareja por experiencias pasadas. Tendemos a ser repetitivos, cometemos los mismos errores una y otra vez. Sufrimos de amnesia selectiva, olvidamos lo que nos conviene. Las mujeres tenemos (A) en esa materia. Perdonamos una y otra vez; ¿Será la costumbre la mala consejera de nuestros sentimientos? Y que hay del miedo a la soledad; tendemos nosotras a sufrir de este mal. No toda, pero la mayoría de nosotras se sienten vacías si no tienen a un hombre a su lado. ¿Por que se dará este fenómeno en nosotras?
Bueno seguimos con el tema; el amor sincero y genuino se da en circunstancias especiales; o cuando eres un adolescente (en la época de la pavera) o de adulto, algo mas místico. Esto último usualmente sucede en ya edad madura cuando las expectativas de vida han cambiado. A esto yo le llamo la adolescencia madura. En esta etapa de la vida los seres humanos volvemos a aquella época; la cual fue y es muy divertida. Ya los hijos están grandes, no tienes preocupaciones, están estables con su casa, su carro y todo aquello que anhelaban tener. Aquí los hombres empiezan a comprarse carros deportivos o esas motoras que hacen mucho ruido. Nosotras nos decidimos finalmente en hacernos ese levantamiento de busto que “necesitábamos”; sin contar con el gimnasio, las salidas con las amigas a los salones de baile, etc. A esta edad buscamos a una persona para compartir el tiempo libre, pasar noches a la luz de la velas y por ende, para que nos acompañen en nuestra vejez.
El amor carnal y por deseo; se da en la edad joven adulta. En esta etapa de la vida que buscamos erradamente la perfección en una pareja. Bien sea por el libre albedrío o por simple congenialidad escogemos parejas para no estar solos. Pero a la relación no funcionar por falta la congenialidad le tiramos la culpa al destino por cruzarte en el camino a tal persona. Somos hipócritas con nosotros mismos. Jugamos a ser felices y tomar el control de la vida. Como dice un cantautor muy conocido “Con ese miedo idiota de verte solo y sin pareja te hace elegir con cabeza lo que es del corazón”. Esta frase que pertenece a una canción de Ricardo Arjona tiene mucho contenido; en ella recopila todo lo que significa una relación por pasión y carnal o en ultimas instancia por conveniencia. No una conveniencia monetaria sino por no verse solo. Otras de las estrofas de esa misma canción dice “Pero llegamos tarde, te vi., me vistes, nos reconocimos enseguida pero tarde. Quizás en otras vidas, quizás en otras muertes”. Aquí te expone lo que es el amor sincero y genuino. Esa conexión que puede surgir con una mirada, con un roce, con una simple palabra. Queda de nosotros elegir cual de estos dos amores elegimos. Si aquel que es por pasión o por pura soledad, o aquel que nos llena, que nos complace, que nos da vida.
Por favor no elijan con la cabeza, ni con la razón. Elijan a conciencia, con el corazón, con la visión a futuro de que es para toda la vida. Así nos evitamos tantos problemas; tanto personal como social. Aprendamos a ser selectivos con las personas que elegimos como pareja. No cualquiera se merece tu cama, ni mucho menos cualquiera se merece tu corazón. Aprende que es mejor ser feliz y vivir una vida de regocijo junto a esa persona; a estar con una persona que solo te atraiga físicamente con la que solo te llevas bien en la cama pero no congenian fuera de ella para nada.
Tanto hombres como mujeres tenemos derecho a ser felices; y a vivir a plenitud, a gozar de la vida junto a una persona que nos quiera, nos ame y nos valore. Es tu decisión, queda en tus manos. Es libre albedrío…
Alondra del Mar Feliciano Oms