me estoy aburriendo, es verdad,
por eso invento estos cuentos de llaves perdidas
el mundo va lento y las oficinas frías huelen a alfombra
tengo muchas deudas y muchos bancos me esperan
solo el escritorio entiende que estoy solo
me habla por un asunto de madera, eso es la palabra,
quisiera pensar que con Marihuana todo se arregla
pero aunque trate de hacer siempre lo mismo
una idea brillante que arranque sonrisas sigo celebrando la muchacha de espalda de yeso
siempre el mismo miserable del trompo
me estoy aburriendo, es verdad,
mejor dejo esto de escribir para un día sin verdades.
No dejes de escribir. Y sé que esto puede sonarte a consejo, igual corro el riesgo. Los días sin verdades, como dices, precisan del calco de una realidad menos veraz, más irreverente, que alcanzas a ratos con tu circo de mujeres de cocoyas gigantes y la de espalda de yeso, tus manifiestos contra la gran cultura, las grandes instituciones, los reclamos de tu soledad. No dejes de escribir.