Estos señores han llegado tarde a un debate superado. Estos señores están desactualizados en materia de discusión posmoderna altermundista. Estos señores filman, escriben, producen y fotografían muy pero que muy bien. Muy prolijitos ellos.Tan prolijitos que su perfeccionismo industrial resulta poco menos que aterrador,mano.
Saben poner la cámara donde es , saben dirigir actores (hasta que se topan con el ego monstruoso de Brad Pitt), saben montar secuencias sabrosísimas con un tremendo flow documental (pero sin eludir una mirada etnocéntrica y turística que se regodea en el exotismo de la otredad y en la explotación de la miseria subdesarrollada), saben sacarle el jugo mainstream a una agendita polémica, y saben rodar escenas de una conceptualidad bestial y brillante. Verbigracia, la secuencia de la Japonecita sordomuda en la discoteca,una crítica maravillosa y silente a la tecnocultura cibernética imperante. Es la paradoja de unos medios de comunicación que incomunican y deshumanizan. Por desgracia, ellos de teoría política posmoderna ,ellos de antropología y sociología global, saben bien poco. O saben mucho, o lo suficiente, y se hacen los locos,mi carnal Marcelo.
Sí señor, ellos se hacen los suizos al proponer soluciones individuales, familiares y puritanas a problemáticas de alcance internacional, sin llegar a profundizar en las verdaderas causas del conflicto planetario de la trama.
El gran mérito del director consiste en traficar ideas de derecha, ideas regresivas y reaccionarias, a través de un deslumbrante, cautivante y adoctrinador lenguaje audiovisual progresista de izquierda contracultural. Algo así como lo que ocurre en una fiesta rave, con su estilo de avanzada en función de un egocentrismo hedonista de parque jurásico.
Así, la excelente secuencia de la chica nipona termina de ser empañada por una detestable moraleja paternalista sobre las consecuencias del abandono y la disfuncionalidad en una jovencita-arquetípica, emblema del supuesto abandono de su generación.
Iñárritu manipula su historia,junto con Memo, para obligarnos a tomar partido por una bandera quemada del status quo monogámico y ultracatólico: la bandera de la reunificación familiar, en donde padres e hijos se vuelven a compenetrar, todo lo cual se acompaña con un mensaje anacrónico y republicano en contra de la reproducción sexual de la especie, sin fines maternales. Es decir, la trama asiática suena a propaganda institucional de estado o de Organización No Gubernamental, en pro de “enderezar los desvíos de la infancia carente de afecto”. Gracias por no fornicar, beber, fumar y endrogar ,antes de tiempo. La Gerencia.
Cualquier parecido con la Ley Resorte no es mera coincidencia.
En el mismo sentido, se desarrollan otras tres subtramas de carácter demagógico, a la gloria de las ideas fuerza en boga. En una, dos niños reciben un fusil de parte del segundo padre irresponsable de la tragedia. En la siguiente, el padre irresponsable de Brad Pitt también abandona a sus críos, para irse de vacaciones a Marruecos con su mujer. Y Memo los castigará con un tiro, para obligarlos a protagonizar una odiosa historia mínima, llena de estereotipos, obviedades y memes del gusto políticamente correcto. Aquí los impacientes ingleses y los pedantes franceses se llevarán la Palma de Oro en materia de acribillamiento conceptual. Es interesante destacar el hecho de que Memo rima con Meme. Meme Arriaga.
Luego le toca el turno a la imprudente madre mejicana. “Quien le manda a llevarse a los niñitos al otro lado de la frontera”, extraerá como conclusión la parejita boba sentada en la butaca ergonómica de la sala VIP. Pero eso no es todo. En esta subtrama, Meme se pone realmente Terminator. Primero, hace manejar borracho a Gael, y hace chocar a Gael contra el servicio de inmigración, para justificar, bien chimbo, lo que veremos a continuación.
Segundo, Meme representa a la migra en la figura de no uno sino dos latinos malinches, uniformados como policías fascistoides con bigote y demás. Uno de los dos, por cierto, es el personaje hispano de Crash.
Y tercero y último, logra de esta forma encubrir y darle una siniestra explicación a la salvaje política fronteriza de Bush, ocultando detalles como el muro ilegal y las milicias caza chicanos respaldadas por el estado, todo bajo una cortina de humo en la que las culpas se reparten equitativamente, para tranquilizar al público americano.
Por eso mismo, la idealizada relación entre la familia Pitt y la mucama mejicana, funcionará como tapadera de la realidad de explotación sufrida por el pueblo azteca en territorio yanqui.
Y todavía hay más, porque Babel no es otra cosa que un biombo gigante, que como Fox News, revela una imagen interesada y sesgada del descalabro del mundo, desde la óptica del gendarme global. De ahí que las víctimas del tiro de desgracia sean anglosajonas, y que los victimarios sean de origen musulmán.
Para equilibrar las cargas, Meme inventará una crítica contra la política terrorista internacional, que no molestará a nadie, porque al final, las víctimas americanas se salvarán, gracias a los helicópteros artillados de la política antiterrorista internacional, en una escena que parece un remedo serio de una secuencia chistosa de Team America.
Entre tanto, Meme aprovechará la ocasión para revelar el estado de ignominia, miseria e insalubridad al que ha llegado el tercer mundo, en donde ni siquiera se podrá disponer de un equipo mínimo de primeros auxilios, dándole la razón a la mirada turística y antiséptica de la Cate Blanchet.
Para rematar el hilo de todas las historias, Babel nos dirá que el tercer mundo es como un gran niño, al que no se puede entregar un fusil, porque ya ven todas las consecuencias que ello acarrea, como un efecto mariposa.
Y para que los pinches gringos no se molesten, Meme hará que sea un japonés el que entregue, como padre irresponsable, un fusil a los niños del tercer mundo. De manera que todo el problema del mundo actual, reside allí, en entender que debemos prestarle ayuda, atención y cariño a nuestros niños, a los eslabones más débiles de la cadena mundial.
Ojalá todo fuera tan sencillo, Meme. Ojalá así pudiéramos acabar con la hambruna, la guerra, la deshumanización,la tiranía financiera y el colapso ecológico de nuestra Babel apocalíptica. Pinche, Memo. Pinche gringo, te digo, Meme.A la porra contigo, Iñárritu!!!
Babel no llegó al excelente retrato multipolar que si logró Crash cuando mostraron que el problema de la intolerancia no es el odio o el resentimiento sino la ignorancia más allá de lo que podemos imaginar. La diversidad es tan complicada que decirle mexicano a todos los latinos podría ser una doble ofensa y que el mundo árabe no es tan plano como lo desearían ellos. No todo es blanco, educado y católico, pero tampoco todo lo contrario.
De acuerdo, Jean, con tu idea final sobre el blanco y negro. Ahora bien, en cuanto al tema Crash no tenemos nada en común. Yo sencillamente detesto a Paul Haggis y Crash me parece un desperdicio sobrevalorado.
Gracias al editor por el apoyo gráfico!!!
Bueno, personalmente no coincido con tu lectura de la peli, ya que no la veo tan derechoide y moralizante. El buen cine (o el buen arte) funciona porque permite varias interpretaciones y eso ciertamente es el caso de Iñarritu. That said, creo que en la trilogía Memo-Guille Babel es la más ambiciosa aunque la más floja de las tres. Entiendo esta serie como una colección de películas tratando de ventilar algo (que no entiendo del todo) sobre las conexiones del universo, el destino y el efecto mariposa, más allá de establecer una relación causal y moralista entre lo que ocurre.
En cuanto a lo demás, me parece que una de las obras mejor logradas del Guille es “3 entierros de Melquíades”, menos pretenciosa y más profunda. Sin embargo, no puedo sino admirar a un carajo como Iñarritu quien, metido en la lógica hollywoodense de hoy en día, intenta seguir haciendo su propio camino en vez de tomar el puesto confortable de dirigir un Batman o cualquier otra chaborrada gringa que no propone nada. No digo que la peli sea perfecta, tiene sus bemoles, pero que gente como él y Aronofsky le pinten una paloma al sistema para dirigir lo que les dé la gana lo aplaudo con fuerza. Cuando lo “otro” es la mediocre “Bobby”, el trabajo bueno pero nada genial de Scorcese y la gente cita bodrios como “Crash” como “cinéma d’auteur” (nada que no hiciera Altman hace 20 años), gente como Iñarritu empuja los límites de la bestia hollywoodense.
Eso siempre hace falta…
Saludos,
K.
Sí va Krisis, pero creo que igual el señor Iñarritu ya se dejo tragar por la chingada bestia, al punto de que la ha fortalecido y alimentado muy bien desde adentro.Por eso, lo han nominado al Oscar, y por eso, Paramount ha hecho tremendo negocio con Alejandro. Así que más que empujar limites, Babel ha logrado expandir las barreras comerciales del mercado de la meca.Sin duda, una gran operación financiera, la de esta pinche gringada.
Sí va Krisis, pero creo que igual el señor Iñarritu ya se dejo tragar por la chingada bestia, al punto de que la ha fortalecido y alimentado muy bien desde adentro.Por eso, lo han nominado al Oscar, y por eso, Paramount ha hecho tremendo negocio con Alejandro. Así que más que empujar limites, Babel ha logrado expandir las barreras comerciales del mercado de la meca.Sin duda, una gran operación financiera, la de esta pinche gringada.
Saludos de vuelta,estimado.
Sr. Cobra.
Yo no la vi derechoide. De resto, tal como señalas, solo los superficiales podran afirmar algo como «que bruta la mexicana, ¿como se atreve?». Creo ademàs, que la escena «Team America» es una burla a la atención mediática excesiva y todo el aparataje paranoicoso gringo.
Escribi una reseña no tan elaborada: http://reindertot.blogspot.com/2007/01/babel-causa-efecto-de-una-globalizacin.html
Fino, brother. Gracias por opinar. Ahora para equilibrar las cargas, voy a publicar tu artículo aquí. Vaya.
Babel: Causa-efecto de una globalización desigual
Babel no va a ganar el Oscar. Seria una agradable sorpresa, eso si, si la cinta de Gonzales Iñarritu ganara. Le daría “legitimad hollowoodense” plena a la pequeña broma que el director mexicano le gastó al cojo y conservador gobernador republicano y ex – terminator Arnold Schwarzenegger , al recibir de él el Globo de Oro a mejor película: “le prometo que tengo todos mis papeles en regla señor gobernador, no me deporte”.
Babel es una película clásica de la dupla Arriaga-Iñarritu a escala mundial, con una profunda critica a la paranoia del gobierno estadounidense. Son diferentes historias en cuatro países cultural y geográficamente muy distintos (Japón, Marruecos, Estados Unidos y México, con sus personajes en uno u otro lugar) y las relaciones y consecuencias que cada acción tiene sobre la otra.
Uno de los aspectos mas grandes de “Babel” es la afirmación de que no es meramente la diferencia de idiomas lo que impide la comunicación, sino las paranoias y diplomacias estadales de –sobretodo- Estados Unidos y otras naciones. El desbalance entre la enorme atención política y del aparataje mediático a un accidente de una turista estadounidense calificado por el gobierno estadounidense paranoica y erróneamente como un “acto terrorista” y la historia de una mexicana cuidadora de niños que sufre injustamente el maltrato del mismo estado, por las mismas causas: la desconfianza y la predisposición.
“Babel” tiene todo correctamente estructurado: Otro buen guión típico de Arriaga (aunque la película podría funcionar también sin la secuencia japonesa, es un aderezo interesante a la misma premisa comunicativa del film), muy buena dirección de Gonzáles Iñarritu (esa cámara intimista y nada clavada al piso) y una gran musicalizacion del monstruo Santaolalla (que correctamente mezcla a Celso Piña, tex-mex, música marroquí, rock, la “changa” dance pop mas japonesa del mundo y esa guitarra acústica tan característica en los filmes de Iñarritu) y buenas actuaciones.
En este apartado yo destacare a Adriana Barraza en el gran papel de Amelia, una niñera mexicana a cargo de dos niños estadounidenses, que, por osar llevárselos una tarde a su casa natal para poder asistir a la boda de su hijo, termina enredada injustamente en la problemática de la frontera mexico-estadounidense. Un personaje martirizado injustamente, que acepta como “torpeza” algo que no debería serlo.
Gael García Bernal hace un breve pero carismático trabajo. Brad Pitt, conscientemente envejecido, hace también una buena interpretación del descontextualizado turista estadounidense en Marruecos. De Pitt esto no impresiona. Blanchett cumple pero no deja huellas. Rinko Kikuchi, en el papel de la sordomuda y trastornada Chieko, hace creíble un personaje que, por sus características, pudo haber empalagado.
Sin embargo, no toda la culpa es de los republicanos. “Babel” deja claro en sus dos horas y picos la intencionalidad de su “tagline”: “Si quieres ser comprendido… escucha”. El estado es culpado en su justa dimensión, pero siempre será fundamental y prioritaria la comunicación individual. Una de las secuencias mas subestimadas pero mas simbólicas del asunto es cuando el turista gringo Richard le ofrece dinero al marroquí que lo ayudo incondicionalmente (luego que el resto de los turistas europeos huyeran en busca de aire acondicionado) durante su tragedia y éste no lo acepta. Richard se asombra profundamente, haciendo prácticamente un “insight” de cómo si puede existir verdadera solidaridad, en una sociedad totalmente capitalizada.
En Amores Perros fue un choque, en 21 gramos un arrollamiento, en Babel una bala. Meras excusas “Arriagasticas” (y algo sadicas para Iñarritu, que siempre le da con todo a sus personajes) para, desde un centro o pico narrativo, desarrollar historias que nos describan la sociedad que estamos construyendo.
Siempre me ha parecido que la dupla Iñárritu-Arriaga ha sido sobre dimensionada, ultra valorada, sobre todo aquí en Venezuela. Y me parece que la razón es, simplemente, el supuesto crossover exitoso de estos cineastas, Cuarón incluído. Subyace la idea pacata y parroquial del «latino que triunfa en Usa», el sueño mayamero hecho realidad.
En Blogacine puede verse esta tendencia, los eternos hurras a Jonathan Jakubowicz (y otros), porque posiblemente trabajará en los estates, sin llegarse a hacer un verdadero análisis de la importancia, gran importancia, que tiene el hecho de que los artistas deben crear en su país, deben aportar a su país…un cierto espejismo, patético, de que sólo en Usa o en Europa podrán hacer uso (y ser valorados) de todo su potencial creativo…»aquí no hay los medios»…el mensaje subliminal es, básicamente, «mi película es mala porque la hice aquí…si la hubiese hecho en Usa sería una obra maestra»…
Las películas de Iñárritu y Arriaga siempre me han parecido enormes catedrales góticas hechas de barro. 21 gramos da ganas de reir, un montaje efectista que no lleva a ninguna parte, un guión de telenovela que no convence, unos actores que parecen estar trabajando en otra película. Sean Penn nunca logra convencer como enfermo de muerte, Benicio parece más un drogadicto en vías de desintoxicación que un hombre atravezando una profunda crisis de culpa. Un final que no tiene nada que desearle a cualquier novela de Rctv. Y Babel, bueno Babel…ya Cobranza lo dijo todo…
Saludos!
Estoy de acuerdo que Inarritu expande el universo comercial de la mecca, sin embargo tambien a raiz de estos films se prueba la abilidad de absorcion de los grandes estudio que buscan las nuevas formas de «cautivar» a un publico cada vez mas critico y con sed de algo mas que un simple plot lineal. Si bien amenabar tambien entra en este lote, cabe destacar que mantienen cierta linea con la cual se han caracterizados en sus peliculas…
Bueno por otro lado, me entere que a raiz del 20 aniversario de la Sala Margot Benacerraf, las celebraciones incluyen un cambio de nombre: Sala Negra Primera. Que te parece esto Senorrr C?…
Qué vaina y yo que pensaba que le iba a poner Sala Elia Scheineider, Patricia Velazquez, Mimí Lazo o Ruddy Rodríaguez, porque esas sí te están haciendo plata con la revolución, al igual que Alejandra Szeplaki, Lorena Almarza, Fina Torres, Solveigh y un largo etcetera.Porque sus películas y sus obras, también son amores.
Qué vaina y yo que pensaba que le iba a poner Sala Elia Scheineider, Patricia Velazquez, Mimí Lazo o Ruddy Rodríaguez, porque esas sí te están haciendo plata con la revolución, al igual que Alejandra Szeplaki, Lorena Almarza, Fina Torres, Solveigh y un largo etcetera.Porque sus películas y sus obras, también son amores.
Otro mensaje patrocinado por el Gobierno Bolivariano.
Pinche gringo… ya que toda pelicula que sale es una mierda aqui tienes tu oportunidad de mostrar lo contrario… pinche gringo…
http://www.laopinion.com/entretenimiento/tv/?rkey=00000000000001179640
http://www.thelot.com
Bueno, personalmente no puedo odiar a nadie o tenerle resentimiento por ser director de cine y querer dirigir en Hollywood. Tiene sus bemoles (horribles, asquerosos, populistas), pero no quita que si quieres hacer una película en la que destruyes todo New York o le cae un meteorito a París, Hollywood te pone todo a tus pies. No sé, sonará pitiyanki, pero creo que hay Hollywood y luego el resto del cine. Es verdad que el país que más produce es India, pero los gringos, pinches o no, mueven una industria impresionante. Más a favor de Almodóvar, por ejemplo (de quien detesto sus películas pero admiro su actitud), de decirle no a la bestia, igual que Oscar de León diciéndole no a las Fania de Masucci. No por nada casi todos los que pueden, intentan hacer algo por allá, ya sea desde un Jackubowikz o como se escriba, hasta un Danny Boyle saliendo con las tablas por la cabeza.
En otro comentario ridículo y para que me agarren a cayapa, me atrevo a decir que en Venezuela al menos, la gente es demasiado escéptica con el “arte nacional” y jalabolas con lo que viene de afuera. Recuerdo haber visto a los Amigos Invisibles tocar por cien bolos en los ’90 en restoranes chinos, cuando nadie iba y decían que era una mierda. Bastó que los firmara Luaka Bop para que todo el mundo se fuera de bruces en halagos… Igual pasa con “Secuestro”: debe ser buena porque la distribuye Miramax, King Changó es arrecho porque toca en New York y Edgar Ramírez es el mejor actor de la historia porque hizo la horrible “Dominó”.
No nos caigamos a coba. Aparte de un grupito de intensos respetuosos, nadie en Venezuela apoya lo nacional, a menos que se consagre. Y francamente, viendo las groupies a las que puedes aspirar en la plaza de los museos y el Rajatabla, no puedo culpar a nadie por querer ira la Norte a filmar en Holly-whats.
Holly Cow no es necesariamente el infierno que pinta Lynch en Mullholland…existe siempre la tentanción de demonizarla, estilo Hollywoodland…está claro que no es el paraíso, pero mucho menos el apocalipsis now del cine.
Aprovecho la ocasión para publicar un artículo de Carlos Caridad, que creo que viene bastante al caso.
Blogdecine.
Detrás de ‘Babel’, Oscar, enemistad e incomunicación
Por Carlanga
Resulta curioso cómo una película termina siendo el retrato fiel de la vida de quienes la hicieron, así sea de manera indirecta. Pienso en cuánto del Ciudadano Kane tuvo la vida de Orson Welles o en cómo Tucker fue casi el recuento de la debacle financiera de Francis Coppola. No en vano todos los manuales de guión coinciden en un consejo único: escribe (o dirige, o habla) sobre lo que conoces.
Esta vez pienso en Babel, un filme cuyo tema es la incomunicación y cuyos autores, Alejandro González Iñárritu y Guillermo Arriaga han cortado todo tipo de comunicación entre ambos, protagonizando en el camino lo que el New York Times llamó “una pelea de perros”, que acaso no tenga nada que envidiarle a las de Amores Perros.
De una manera fortuita y completamente inesperada, en las navidades del 2005, supe de la ruptura de ambos. Fue alguien cercano a la producción de Babel, con quien coincidí en la piscina de un hotel de la isla de Margarita, quien me lo contó. Entonces, no le vi el “filón” periodístico. Como ahora tampoco se lo vería sino fuera porque Babel ha sido nominada a siete premios Oscar.
Luego, en Cannes, alguien me explicó que el pleito entre ambos también era la razón de que Arriaga no asistiera al festival. Una ausencia más que notable, si se toma en cuenta que el año anterior había ganado la Palma de Oro por el guión de Los Tres Entierros de Melquíades Estrada.
En octubre, las desaveniencias entre ambos, públicas en México, alcanzaron las páginas del New York Times.
Los Angeles Times recientemente reportó que, en mayo, al señor Arriaga se le prohibió asistir a la premiere de la última película que ha escrito, Babel. ‘Prohibido’, sí, por su principal colaborador, el director del filme, Alejandro González Iñárritu. Según el artículo de Los Angeles Times, el realizador estaría molesto porque Arriaga se había atribuido la responsabilidad por el éxito de crítica de 21 Gramos.
El reportaje añadía que, aunque el “embargo de Cannes”, hacía lucir petulante a González Iñárritu, había que tomar en cuenta la postura de Arriaga ante el tema de la autoría de un filme.
Cuando la gente dice “una película de autor”, yo digo “una película de autores”. Siempre he estado en contra del crédito “Una película de” en los filmes. (Hacer una película) es un proceso de colaboración y merece que sus autores sean reconocidos. Hay que proponer un debate saludable sobre este asunto. La gente va a las películas por las historias. Ellos recuerdan las películas por sus historias.
Luego, el reportaje agregaba:
Es de hacer notar que el señor Arriaga, desde el éxito de Amores Perros, ha sido portavoz y un insistente promotor de la importancia de los guionistas. Es conocido el hecho de que él asegura ser el responsable del 95 por ciento de la estructura de 21 Gramos y 99 por ciento de la estrutura de Amores Perros, dos filmes que han sido ampliamente alabados por la complejidad de su construcción narrativa. ¿Debate saludable? Esto más bien parece una de esas feas y agrias rupturas de las bandas de rock. O una pelea de perros.
Más recientemente, el londinense The Guardian también reseñaba el impasse y recogía las palabras de Arriaga:
No es cierto que esta trilogía sea de Alejandro González Iñarritu.
The Guardian se preguntaba, ¿quién realmente hizo Babel?
Acaso no sea de extrañar, pues, que a González Iñárritu no le haga la menor gracia todo este asunto. Pero ¿tiene razón? ¿O la tiene Arriaga?
¿Cine de autor o de autores?
Aprovecho la ocasión para publicar un artículo de Carlos Caridad, que creo que viene bastante al caso.
Blogdecine.
Detrás de ‘Babel’, Oscar, enemistad e incomunicación
Por Carlanga
Resulta curioso cómo una película termina siendo el retrato fiel de la vida de quienes la hicieron, así sea de manera indirecta. Pienso en cuánto del Ciudadano Kane tuvo la vida de Orson Welles o en cómo Tucker fue casi el recuento de la debacle financiera de Francis Coppola. No en vano todos los manuales de guión coinciden en un consejo único: escribe (o dirige, o habla) sobre lo que conoces.
Esta vez pienso en Babel, un filme cuyo tema es la incomunicación y cuyos autores, Alejandro González Iñárritu y Guillermo Arriaga han cortado todo tipo de comunicación entre ambos, protagonizando en el camino lo que el New York Times llamó “una pelea de perros”, que acaso no tenga nada que envidiarle a las de Amores Perros.
De una manera fortuita y completamente inesperada, en las navidades del 2005, supe de la ruptura de ambos. Fue alguien cercano a la producción de Babel, con quien coincidí en la piscina de un hotel de la isla de Margarita, quien me lo contó. Entonces, no le vi el “filón” periodístico. Como ahora tampoco se lo vería sino fuera porque Babel ha sido nominada a siete premios Oscar.
Luego, en Cannes, alguien me explicó que el pleito entre ambos también era la razón de que Arriaga no asistiera al festival. Una ausencia más que notable, si se toma en cuenta que el año anterior había ganado la Palma de Oro por el guión de Los Tres Entierros de Melquíades Estrada.
En octubre, las desaveniencias entre ambos, públicas en México, alcanzaron las páginas del New York Times.
Los Angeles Times recientemente reportó que, en mayo, al señor Arriaga se le prohibió asistir a la premiere de la última película que ha escrito, Babel. ‘Prohibido’, sí, por su principal colaborador, el director del filme, Alejandro González Iñárritu. Según el artículo de Los Angeles Times, el realizador estaría molesto porque Arriaga se había atribuido la responsabilidad por el éxito de crítica de 21 Gramos.
El reportaje añadía que, aunque el “embargo de Cannes”, hacía lucir petulante a González Iñárritu, había que tomar en cuenta la postura de Arriaga ante el tema de la autoría de un filme.
Cuando la gente dice “una película de autor”, yo digo “una película de autores”. Siempre he estado en contra del crédito “Una película de” en los filmes. (Hacer una película) es un proceso de colaboración y merece que sus autores sean reconocidos. Hay que proponer un debate saludable sobre este asunto. La gente va a las películas por las historias. Ellos recuerdan las películas por sus historias.
Luego, el reportaje agregaba:
Es de hacer notar que el señor Arriaga, desde el éxito de Amores Perros, ha sido portavoz y un insistente promotor de la importancia de los guionistas. Es conocido el hecho de que él asegura ser el responsable del 95 por ciento de la estructura de 21 Gramos y 99 por ciento de la estrutura de Amores Perros, dos filmes que han sido ampliamente alabados por la complejidad de su construcción narrativa. ¿Debate saludable? Esto más bien parece una de esas feas y agrias rupturas de las bandas de rock. O una pelea de perros.
Más recientemente, el londinense The Guardian también reseñaba el impasse y recogía las palabras de Arriaga:
No es cierto que esta trilogía sea de Alejandro González Iñarritu.
The Guardian se preguntaba, ¿quién realmente hizo Babel?
Acaso no sea de extrañar, pues, que a González Iñárritu no le haga la menor gracia todo este asunto. Pero ¿tiene razón? ¿O la tiene Arriaga?
¿Cine de autor o de autores?