WILLIAM PADRÓN
ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL
Layne Staley (Alice In Chains) y Kurt Cobain (Nirvana) suman un año más de sus tristes partidas. Coincidencialmente ambos nacieron en Seattle en el año 67 y murieron un 5 de abril, aunque sus cuerpos fueron encontrados días después. Considerados las mejores voces de la década de los noventa, comparten el dolor de una vida gris y tormentosa que supieron plasmar en su música.
En pleno apogeo de los noventa, el consentido de la Generación X, Kurt Cobain, responsable de todo ese éxito que él mismo aborrecía pero que jamás supo dominar gracias a sus excesos, dio vida al inevitable furor del mainstream que él mismo atacaba y del que le hizo el juego contradictoriamente a su formación indie; era encontrado muerto el 8 de abril del año 94, consecuencia de un tiro en la cabeza detonado por él¿ aunque la teoría de su asesinato tramado por su esposa Courtney Love y otras hipótesis al respecto siguen siendo disputas entre sus seguidores 13 años después.
«Me odio a mí mismo y me quiero morir» -I hate myself and I want to die»-, uno de sus últimos temas, un b-side aparecido en el álbum The Beavis and Butt-Head Experience, parecía profetizar el triste final de Kurt, entrando al 27 Club (Brian Jones, Jimmy Hendrix, Janis Joplins, Jim Morrison) de los fallecidos a esa edad y que para otros simplemente era el «club de los idiotas».
A Layne Stayle le tomó 8 años después de la partida de Cobain para sucumbir ante los excesos de las drogas. El 19 de abril de 2002, a la edad de 34 años, fue hallado su cuerpo, junto a una parafernalia de estupefacientes ilícitos. La mezcla de heroína y cocaína, conocida como speedball, fue la causante de su fallecimiento por sobredosis. «El cielo detrás de ti¿ infierno por dentro» (Heaven beside you¿ hell within), fue más o menos lo que le tocó vivir y expresaba en su éxito Heaven beside you. Personaje oscuro, uno de los primeros en disparar el fenómeno grunge con la incursión de Alice In Chains a una disquera multinacional, solía ser callado, pocas veces comunicativo, aunque alegre.
Sus últimos días fueron un autoexilio rockero, un período de casi 3 años donde sus más cercanos desconocían sus pasos y sólo se le había oído cantar en el cover de Another brick in the wall, junto a miembros de Rage Against The Machine y Porno for Pyros, que se hizo llamar Class of 99, usado en la película The Faculty dirigida por Robert Rodríguez.
«Es mejor quemarse que desvanecerse» (It’s better to burn out than to fade away), son las célebres líneas que el llamado abuelo del grunge Neil Young suele entonar en el tema My, My, Hey, Hey (Out of blue), frase que dejó Cobain plasmada en su nota suicida y que podría adaptarse al estilo de vida de otros cantantes de su generación como Shanon Hoon (Blind Melon) o la voz inmortal de la escena alternativa de Seattle, Andrew Woods (Mother Love Bone), parecieron tomarse enserio.
El legado de Cobain y Staley se mantiene, aunque la voz de Layne es la que más ha influido en la actualidad y eso se evidencia en bandas como Godsmack o Staind. El espíritu de libertad de Cobain, a pesar de ser consecuencia del punk que lo formó musicalmente, ha servido para alimentar el mito alrededor del rock que siempre idolatra a los fallecidos a temprana edad, convirtiéndolo en el ícono comercial del rock más explotado de este siglo.
El año pasado se estrenó en el Festival de Cine de Toronto el documental Kurt Cobain About a Son, dirigido por AJ Schnack, quien usó el audio de la entrevista que le hiciera el periodista Michael Azerrad cuando editó el libro Come As You Are: The Story of Nirvana!
Sin embargo, lo que sí es un rumor constante es el biopic de Kurt Cobain que podría ser interpretado por el escocés Ewan McGregor, mientras que el de Layne Staley está en la mente del director Eric Moyer.
Y es que hace más de 15 años que el grunge se formó junto a los excesos, el dominio de las disqueras corporativas, la inestabilidad emocional e ideales independientes de sus protagonistas quienes no supieron hacerle el juego al mainstream y acabaron con sus propios sueños. El grunge está en duelo, su generación se sumerge en el recuerdo de aquello que ahora Chris Cornell (Soundgarden/ Audioslave) y los sobrevivientes de Pearl Jam, liderado por Eddie Vedder, han sabido mantener, impulsado por la música y de lo que se trató todo el asunto¿ sin el sufrimiento adolescente de esos días.