Ishira regresaba a su casa, viniendo de una batalla.. Era miembro de los Kashiras (En japonés antiguo. Los guerreros que estaban a la orden del Emperador de ese entonces Kashir – Yu allá por el siglo 10 u 11 A.C.) Era la batalla mas sangrienta de su vida; eso le costó la muerte de 3 de sus amigos y casi la muerte suya de no ser porque se declaró la retirada cuando los soldados japoneses estaban perdiendo contra los salvajes yuties (De Yutia, una región olvidada de Mongolia). Cuando regresó a su hogar en lo mas apartado de el bosque -una humilde cabaña campesina- se encontró con un panorama desolador: Todo estaba destruido, ni su abnegada esposa, ni sus pequeños hijos estaban presentes. Desconsolado fue a ir al Palacio Imperial a pedir clemencia.
El viaje fue dificil. Ya que se andaba malherido por la batalla y falto de fuerzas por haber estado en ayunas por varios días. Al llegar al Palacio Imperial – ya sucio y harapiento por caminar varios días- Se postró humildemente ante el Emperador y dijo con voz de súbdito a señor…
«Mi señor, he venido desde mi humilde casa. pasando valles y colinas para perdir justicia por mi esposa e hijos»
El Emperador Kashir-Yu , Sentado en su trono con un kimono ricamente adornado con detalles de oro. Permanecía adusto sin dar la mas mínima impresión de immutarse ante la angustia del desconsolado guerrero. De repente con gesto hizo venir a dos de sus hombres. Ishira pensó que lo ayudarían. Pero lo aprendieron fuertemente, mientras un cortesano extendía un papel recitando el siguiente mensaje
«Soldado Ishira – San. Por los delitos de alta traición a la Patria» Será vendido como un simple esclavo al enemigo»
Fue arrojado a la mas lóbrega de las mazmorras del Palacio Imperial. Ishira desconsolado, rompió a llorar amargamente por su desgracia. Una voz temblorosa empezó a oírse desde un lado de la celda…
«Amigo ¿Le pasa algo?»
Ishira movio la cabeza. A su izquierda, en un rincón, aún entre la penumbra pudo distinguir a un viejecito encorvado de barbas blancas con ropas harapientas. Se levantó de su sitio y a duras penas con ayuda de su raído baston caminó y se acercó hacia el infortunado guerrero…
«Me he dado cuenta que lo quieren vender al enemigo como un vulgar esclavo por los delitos de alta traición a la Patria, pero eso no es cierto. Usted es un valiente guerrero, que luchó por su país »
«¡¿COMO SABE ESO?! Preguntó asombrado Ishira que aún no podía creer lo que pasaba
«Sé de muchas cosas acumuladas con el paso del tiempo. Y descubrí que el Emperador es un vil cobarde que quiere entregar a su pueblo al enemigo a cambio de riquezas» prosiguió el anciano.
«¿Y que puedo hacer yo?. Mi esposa y mis adorables hijos, que son la cosa que yo quiero mas en este mundo desaparecieron» Y rompió en llanto nuevamente…
El anciano por toda respuesta le entregó un misterioso medallón compuesto por una piedra preciosa aguamarina. Después se desvaneció… Había muerto. Ishira no sabía si llorarle al cuerpo sin vida del bondadoso anciano o llorar a su familia perdida. Al poco rato se durmió.
A la mañana siguiente, los cortesanos del Emperador fueron a buscarlo. Fuertemente escoltado por los guardias. Lo presentaron ante unos extraños seres altos y fornidos que vestían unas extrañas pieles de animales que no les permitían ver mas que unos extraños ojos verdes oblícuos que montaban unos preciosos corceles de color violeta lavanda, cuyas alforjas guardaban oro y plata y algunas piedras preciosas -algunas similares de color aguamarino, como la del medallon cuyo misterioso anciano le dió a Ishira antes de morir- fue entregado – Tras un humillante acto en que le cortaron la cola de su cabello (Su identidad de guerrero samurai) y despojado de su uniforme militar, quedandose con su ropa interior. Lo entregaron a aquellos extraños seres por una considerable cantidad de piezas de oro y plata. . Acto seguido lo pusieron con mucho esmero a la grupa de uno de uno de aquellos portentosos jamelgos, Lo cual a Ishira le pareció extraño, porque a los que normalmente que eran vendidos como esclavos eran tratados en las peores condiciones…
EL COMIENZO DE AQUEL VIAJE FANTÁSTICO…
A partir de tres días, con sus respectivas noches hicieron un largo viaje hasta llegar a un gran claro vacío y desolado donde se detuvieron. Uno de los sujetos sacó un gran bastón jaspe de su abrigo. Y tras pronunciar unas extrañas palabras en una lengua que Ishira no pudo comprender. Golpeó tres veces la tierra con el báculo y esta se abrió en dos causando un gran temblor dejando ver una especie de subsuelo. Volvió a golpear tres veces con el consabido bastón y un halo de luz misteriosa aguamarino cubrió el piso haciendo aparecer una especie de gran escalera. Bajaron cuidadosamente por ella. Al entrar el ultimo de aquellos extraños seres la escalera desapareció y la grieta se cerró con el mismo temblor que fue provocada dejandolo todo en la mas absoluta oscuridad.
Cuando los ojos de Ishira se acostumbraron a la penumbra del lugar. pudo ver que en todas partes brillaban piedras de los mas variados colores y formas, casas extrañas en forma de medias cupulas hechas de bloques con algún extraño material brillante, estaban a cada lado del camino. Todos los habitantes tenían abrigos de piel como la de su extraños captores. Al final llegaron a un imponente Palacio de grandes cúpulas cuya puerta principal estaba hecha con una gran misteriosa joya aguamarina, como la del misteriosos medallón que le entregó a Ishira aquel misterioso anciano con el que compartía la celda. El guerrero se preguntaba que tenía que ver eso con su destino.
Tras apuntar con el baston el sujeto que lo poseía. La puerta desapareció permitiendo ver una majestuosa estancia hecha toda de jaspe. Pasaron otras estancias de rubí y diamantes llegaron a una de colosales dimensiones hecha totalemte de oro. En el medio de todo había un trono resplandeciente en donde un extraño ser grueso con manos y pies como aletas y cola de ballena y largos colmillos como los de un elefante se sentaba ahí. Vestía una tunica de terciopelo y lucía un regia corona de ambarino y se deleitaba comiendo unas almejas servidas en una escudilla de plata: Era una morsa. A cada lado de él extraños cortesanos que eran representados por diversos animales: Gato, perro, zorro, serpiente, cerdo, rata, camello, etc. Murmurban ante la venida del nuevo visitante. Al llegar a dos pasos de tan singular monarca. Ishira se postró humildemente. Pero el soberano lo obligó a levantarse para luego decirle unas efusivas palabras…
«Bienvenido Ishira. Fuiste elegido para ser un gran luchador»
«¿Pero que cosa es todo esto?» preguntaba asombrado Ishira que aún no comprendía todo lo que pasaba.
El Monarca soltó una gran carcajada para proseguir con su discurso.
«¡Que maleducado soy! Olvidé presentarme. Soy el Rey Ulm, y esta es la tierra de los Innuits (Hombres por excelencia) y a los que fueron una vez valientes guerreros en la vida terrenal, los traemos a nuestro mundo y los hacemos grandes luchadores con poderes especiales»
Ahora Ishira comprendía todo. El medallón que le entregó el anciano era una llave para aquel maravilloso mundo subterráneo que cambiaría su destino de convertirse en esclavo de los mongoles.
El anfitrión extendió un largo cetro lanzando un misterioso rayo de luz sobre Ishira quitandole su memoria y sus recuerdos para siempre.
«¿Quién soy yo y que hago aquí?» Se preguntaba…
El Rey Ulm batió palmas y aparecieron unos sirvientes que eran unos monos que lo llevaron a un baño en donde lo trataron como a un huesped importante.
Tras ser perfumado y vestido con ricos atuendos. Lo llevaron a el comedor dende le esperaba un gran banquete donde se servían unos suculentos manjares. Ishira con el hambre que sentía por varios días se lo devoró todo e inmediatamente lo llevaron a una recámara en donde se acostó es una cama en forma de una gran ostra y sabanas de terciopelo. Ishira se durmió al instante.
EL INICIO DEL ENTRENAMIENTO…
A la mañana siguiente nuestro héroe se levanto placidamente despues de un largo sueño. A su lado estaba el sirviente mono con una bandeja de plata portando el desayuno. Tras terminar el banquete el primate le hizo seas para que se levantara. Se vistió y se puso en camino. Al salir del Palacio Real, un extraño carruaje lo esperaba. Tras mucho correr llegaron a una gran cueva custodiada por dos feroces perros que vomitaban fuego por la boca. Ishira fue dejado ahí justo en la entrada del lugar mientras el carruaje desapareció. Temeroso un poco vió salir de la gruta un sujeto todo amortajado y encapuchado.
«Bienvenido Ishira, te estabamos esperando» dijo con solemnidad.
Ishira fue conducido hasta la sala principal en donde sujetos amortajados y encapuchados como su misterioso anfitrión estaba sentados ante una gran mesa redonda. El que parecía ser el jefe de todos ellos, se levantó de su silla y dijo las siguientes palabras…
«Bienvenido Ishira,.Somos la «Orden Suprema De Los Hermanos Kahzer» Fueiste elegido para ser un Shint-Zu, un guerrero con habilidades sobrenaturales, pero primero tendrás que pasar algunas pruebas…
LA PRIMERA DE AQUELLAS PRUEBAS…
Lo llevaron cerca de dos acantilados. En donde solo pendía un cuerda entre ambos y debajo habían feroces bestias que escupían fuego y amenazaban romper la cuerda. Le vendaron los ojos, le dieron un palo largo y le dijeron…
«Sin mirar y ayudándote solo con este palo para mantener el equilibrio. Deberás atravesar esta cuerda que pende de estos dos acantilados solo con el resto de tus sentidos»
Ishira se puso en camino, Y mientras pasaba por el débil punto de unión de los acantilados las bestias le escupían fuego y amenazaban con romper la cuerda. El seguía tranquilo hasta llegar al otro lado del acantilado. Se quitó la venda de los ojos y vió que la cuerda que unía los abismos, desapareció por obra del fuego. Ishira tragó grueso pensando en como pudo superar eso.
«Muy bien Ishira» dijó solemnemente el Hermano que estaba a cargo de juez de la prueba » Veo que posees los poderes de la Paciencia, la Constancia y el Equilibrio»
LA SEGUNDA DE AQUELLAS PRUEBAS…
El segundo día lo llevaron ante un gran corredor que poseía todo tipo de trampas: Fosos de lava, otros con feroces bestias, pinchos movibles, etc.
«Ishira, ahora deberás pasar por esta serie de trampas intentando huir de este perro»
El hermano que estaba a cargo de supervisar aquella prueba, tenía sujeto a una cadena un feroz perro como aquellos que custodiaban la entrada a la cueva. A determinada señal lo soltó e Ishira emprendío una rápida carrera atravesando toda aquella serie de trampas que le pusieron en su camino.
Llegó a la meta asombrado de haber superado aquellas duras trampas y teniendo a un feroz perseguidor.
«Ishira, veo que tambien posees los Poderes de la Rapidez y la Agilidad» dijo muy solemnemente el Hermano.
LA ÚLTIMA DE AQUELLAS PRUEBAS…
Tras superar diversas pruebas mas. Ishira fue conducido hacia una especie de laberinto. El Hermano que lo guiaba le dijo estas palabras.
«Has superado la infinitas pruebas que te hemos puesto. Y nos hemos dado cuenta de lo poderoso que eres. Ahora esta es tu última prueba. Solo y sin armas atravesaras este laberinto para enfrentarte con el Monstruo»
Y la entrada del laberinto fue encerrada con una enorme piedra. Ishira fue tanteando poco a poco, ayudandose solo por su oido y su olfato, fue adentrandose mas y mas en el enrevesado laberinto hasta que llegó a un claro en que el suelo estaba repleto de calaveras y huesos humanos y en el medio de todo esto… ¡El monstuo mas horrible que haya visto jamas! Era enorme y corpulento como un gorila con 6 ojos grandes como platos y su boca dejaba ver un cerco de puñales afilados. Sin inmutarse Ishira le asestó un puñetazo en el pecho que lo dejó aturdido, agarró una estalacita y se la hundió completamente como una lanza causandole la muerte en acto. En el momento aparecieron todos los hermanos. El que parecía ser el Jefe de todos ellos dió un paso adelante y pronunció con solemnidad.
«Hemos obervado cuidadosamante todas las pruebas que te hemos puesto y nos damos cuenta que eres el elegido. Acercate a mí para otorgarte el traje sagrado de los Shin-Tzu»
El Jefe de los Hermanos Kahzer extendió sus brazos hacia Ishira y con un movimiento de dedos convirtió la túnica de novicio por una reluciente armadura de oro y plata y un yelmo samurai de diamante. El jefe continuó hablando.
«Esta armadura no debe usarse para beneficios personales. Te dara los poderes de la fuerza, la rapidez y la magia. Para invocarla solo tienes que frotar tres veces el medallón que tienes puesto. Y ahora regresa pronto a la superficie que tienes que estar con los tuyos»
Dichas estas palabras, Ishira se sumergió en un profundo sueño. Al despertar, se encontró nuevamente en la mazmorra donde lo habían encerrado.
EL FINAL DEL COMIENZO…
«Esto no fue nada mas que un simple sueño» Se lamentó Ishira. Miró en todos los rincones de la celda para ver si encontraba al anciano que le otorgó el medallón que aún tenía puesto, pero no estaba (El anciano era en realidad un espíritu antepasado de Ishira que vino para protegerle) Se oyó un ruido de cerrojos. La puerta se abrió y parecieron los cortesanos del Emperador acompañados de varios de los guardias para llevarlo con los salvajes yutíes.
Mientras estuvo a punto de ser vendido al enemigo. Ishira nervioso se empezó a tocar el medallón y la armadura mágica apareció en el acto. Se libró de sus captores y corrió con una velocidad sorprendente todas las estancias del Palacio Imperial hasta llegar a el cuarto donde dormía el Emperador. Este ultimo se despertó sobresaltado por el brillo de la armadura que despedía el guerrero.
-¡¿QUIEN ERES?! Gritó de miedo el hombre
-¡SOY ISHIRA, EL INTRÉPIDO! Dijo decididamente «Y voy a acabar con tu maldad y tu tiranía para siempre»
En el acto Ishira desenvainó de su traje una refulgente espada samurai hecha de jade El Emperador se puso con rapidez su armadura y sacó su espada. La batalla fue feroz. Hacían tanto ruido que los cortesanos como los guardias acudieron a ver que sucedía. La puerta estaba cerrada que la tuvieron forzar con los guardias mas fuertes del Palacio. Cuando al fin lograron tumbarla. Se encontraron con un panorama desolador. El Emperador yacía muerto en un charco de sangre mientras Ishira estaba agachado con la espada extendida como si fuera a dar el ultimo golpe. Quisieron matar al guerrero pero este con agilidad se les escabulló para descansar en un saliente del Palacio y pronunciar el siguiente discurso:
«Hermanos, hemos sido esclavizados durante años por este tirano que nos tenía año tras año en la mas absoluta pobreza. Además que es un vil traidor que quiere vender nuestro país a cambio de riquezas. Juré que no descansaría hasta matar a este vil desgraciado que mandó matar a mi esposa e hijos, Y hasta que no lo lograra, sus almas no reposarán en paz »
Los cortesanos impresionados por su arenga, lo proclamaron el nuevo Emperador y con su ayuda lograron vencer al invasor yutí. Mas tarde se volvió a casar con una princesa de un reino vecino y vivió feliz durante muchos años. Pero sobre todo jamas olvido aquel viejito que le otorgó aquel medallón magico que le otorgaría aquella misteriosa armadura…
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