The Fountain (La fuente de la vida)

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Darren Aronofski es el director de par de películas de culto: Phi y Réquiem for a dream. Ambas; cintas que revelan un estilo personal de hacer cine, una búsqueda de expresión de las condiciones más extremas del ser humano (la locura, la desesperación por bajar de peso, la adicción a las drogas, etc.) a través de imágenes frenéticas, de movimientos esquizofrénicos de cámara, de una determinada fotografía y de las desesperantes actuaciones, siempre al borde nunca exacerbadas. Ese estilo suyo, esa firma personal; en tiempos de homogenización y mediocridad al por mayor, es bastante respetable. Es decir, el cine de Aronofski, merece mi respeto por ser un cine personal, propio y de autor, algo escaso en estos tiempos.

Dicho esto, he de confesar que The Fountain, traducida en Venezuela como La Fuente De La Vida, es un film que dejará a algunos insatisfechos, a otros, les parecerá una cinta incomprensible y absurda, pero a mí, me pareció fascinante.

La premisa es interesante: El Doctor Tommy Creo (Hugh Jackman) forma parte de un proyecto secreto que investiga, usando simios como conejillos de India, la cura a los tumores cerebrales. La verdadera razón por la que Tommy forma parte de ese proyecto es que su amada esposa Izzy (Rachael Weisz), está muriendo, precisamente, de un tumor en el cerebro. Izzy, además, está escribiendo un libro en el que narra la historia de la Reina de España que ordena a un conquistador, que la ama en secreto, viajar a Guatemala donde aparentemente los Mayas tienen oculto el bíblico árbol de la vida.

Pero esta sinopsis es vaga, ya que la película tiene tres narraciones paralelas que vamos desentrañando y comprendiendo su significado a medida que avanza. La primera se desarrolla en la época actual contándonos los avances, retrocesos, descubrimientos y frustraciones del Doctor en su investigación secreta dirigida por la Doctora Lilian Guzzeti(Ellen Burstyn). La segunda ocurre con la trama del libro que escribe Izzy, se desarrolla en la España de la corona y nos muestra la fascinante búsqueda que del árbol hace el conquistador, para darle eterna vida a su Princesa. Y la tercera, se desenvuelve en un tiempo impreciso, en un espacio que a ciencia cierta, no se sabe cual es, pero según entendí vendría a ser la agonizante estrella Xibalba, utilizada por Los Mayas como representación del renacimiento y la vida eterna. A pesar de esta aparente complejidad la película se sigue con facilidad, entre otras cosas, gracias a la excelente edición y montaje.

Es una interesantísima historia que, a pesar de lo cuestionable que pueda ser en su basamento ideológico y filosófico: no a todos los presentes les van a convencer las referencias bíblicas al árbol de la vida o las referencias metafísicas al valor de la vida y la posibilidad de la vida eterna etc. Pero obviando eso y asumiendo que el cine puede ser la expresión de los pareceres particulares de sus autores, sin que por eso estemos necesariamente de acuerdo, hay que admitir que es un palazo de película.

La realización es tremenda, la precisa dirección de Aronofski; mucho menos rebuscada que algunas de las tomas de Réquiem for a Dream, la estética, la asfixiante banda sonora compuesta casi en su totalidad de violines y chelos, la ya mencionada edición, su brillante fotografía que crea ambientes alucinantes; especialmente cuando vemos la parte que se desarrolla en la estrella con una iluminación amarilla y una fotografía casi surrealista y en fin, toda la producción es impecable y muy original. Aunque en algunos pasajes me recordó la cursi y superficial película protagonizada por Robin Williams What Dreams may come.

La brillante secuencia de apertura, o los memorables cinco minutos finales – Atención a la escena en que una planta nace del abdomen del protagonista— valen sobradamente la entrada al cine.

Finalmente aquí tenemos a una extraordinaria Rachael Weizs y a Hugh Jackman en el que es, de lejíiiiiiiiisimo, el mejor trabajo de su carrera.

Un peliculón.

10/10

John Manuel Silva

1 Comentario

  1. A mi también me pareció excelente. Odio ese cine que todo lo explica, tipo código de Da Vinci. Que pases 45 mins sin entender nada y que al final se exija la interpretación del espectador es para mi arte, en la mejor forma de la palabra.

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