Hay novelas construidas de acuerdo a normas intelectuales, a elaboradísimas estructuras narrativas o que tratan temas de enorme profundidad filosófica, pero carentes de alma, por decirlo de algún modo. En cambio hay otras que, sin descuidar la forma o sacrificar estilo son sencillamente grandes novelas, El Bululú de las Ninfas es una de esas.
Narrada en pequeños relatos, sin divisiones de capítulos y escrita adhiriéndose al máximo al lenguaje de los guaireños, renunciando a las grandes y sesudas reflexiones sobre la vida y permitiéndole al lector interpretar lo que quiere y como quiere, el bululú de José Pulido es una novela despreocupada por vomitarle un discurso a los lectores y más impacientada por contar una historia simple y al mismo tiempo genial.
Todo comienza así: “Un cangrejito casi transparente, de esos que asumen el color amarillento de la arena, se detiene justamente entre los muslos, en las esquinas redondas de las nalgas. Está vibrando de miedo o de quién sabe qué, en el fondo de un risco y si por casualidad su mirada es amplia y ve más allá de lo que su tamañito merece, quién sabe que impresión le dará esa parte de arriba, donde se abren unos labios de caracola revelando una gruta. El cangrejito y otros más que orillan el cuerpo, huyen ante la presencia de los pasos que se agolpan. Ésta es una mañana alteradora, de hormigas buscando mieles podridas y de moscardones humanos, zumbando por todos los ámbitos la mala nueva de una mujer que amaneció desnuda, violada y muerta, en el ensimismamiento de la playa.”
Y a partir de esa apertura fluye un relato de personas comunes y corrientes que de alguna manera u otra están ligadas a ese crimen, todos se conocen desde niños y han vivido toda la vida en el mismo lugar, en Naiguatá. Así conoceremos a Pancho Cumbancha hermano de Antonia, Sargento de la policía encargado de investigar el asesinato de la mujer hallada en la playa, junto a Hans Stieguer detective alemán enviado por la embajada para acompañar la investigación ya que la fallecida es Marta Krueger una turista de ese país. Conoceremos también a Yuleisis y Anaconda, las mejores amigas de Antonia. Sabremos de la existencia de los compinches Rado Pernoso y Jackson Arubo, quienes eventualmente serán seducidos por la revolución; del mismo modo aparece el Sacerdote Bernardito y Bubute, el alma del libro sin duda alguna; alrededor de ellos una serie de personajes característicos de la zona, unidos circunstancialmente a los ya nombrados.
De una manera brillante todos estos personajes nos irán develando las conexiones entre ellos, por qué se detestan y se aprecian al mismo tiempo. En una suerte shakesperianismo tropical sabremos de los lazos que unen a estas personas, sus sueños y ambiciones, sus pesadillas y apetencias, sus frustraciones; como la de Bubute por no tener el amor de Antonia, o que llevó a Bernardito a convertirse en sacerdote, o de cómo Pancho Cumbancha debió ser padre y madre de su hermana desde muy temprana edad.
El crimen ocurrido y las festividades de Corpus Cristi sirven de catalizador para que surja un aluvión de recuerdos y memorias que descubren una infancia llena de despertar sexual, pero donde todos de algún modo se querían y su máxima preocupación era la de orinar grillos. Hasta que un desafortunado suceso provocado por Bubute lo arruinaría todo; interrumpidos los recuerdos y la investigación del crimen cometido, por el deslave y la desgracia de diciembre de 1999. De hecho, en un momento excepcional del relato, Hans reflexiona “Aquello le pareció un gran borrón: el cadáver quieto y hasta apacible de Marta había quedado atrás, completamente sin importancia, ante los cuerpos que se llevaba el torrente hacia los sedimentos marinos o los cientos de seres humanos que la montaña había sepultado…” todo esto, cargado de un deliciosamente descarado erotismo que abdica a las metáforas elaboradas y poéticas y expone, sin filtros o eufemismos, el erotismo más puro y duro, aderezado de un sentido del humor cálido y sabroso. Ya cerca del final, y sin querer contarles nada porque sería arruinarles la lectura, hay un giro que parece extraño y hasta rebuscado, relacionado con un ticket de lotería, pero todo tiene su explicación en las memorables últimas páginas del libro.
Leí en Analítica un artículo que decía qué esta era una novela legítimamente venezolana, una novela que olía a mar y a semen y yo estoy totalmente de acuerdo; en ese sentido, si tuviera que buscar un referente a este libro, sería el de Campeones de Guillermo Meneses, aunque con mucho más feeling. Y es eso lo que me cautivó de este libro, que más que leerlo es un libro que lo sientes, por eso, y luego de posponerlo durante un buen rato (lo compré en junio), comencé a leerlo y no pude parar hasta terminarlo.
En fin, una gran novela, un libro excepcional y cautivador. Hasta ahora, a excepción de las columnas que escribe para El Mundo, no me había leído nada de José Pulido, recuerdo que una vez iba a comprar La Canción del Ciempiés, pero terminé comprando Cuentos que hicieron historia de El Nacional, pero después de leer esta novela, pueden tener la seguridad de que voy a seguir alimentándome de este escritor.
El Bululú de las Ninfas 10/10
Editorial Alfa Colección Orinoco.
Precio: Lo compré en junio en las librerías Nacho a 49.000 Bs.
John Manuel Silva.
PD: Por cierto, a partir de ahora trataré de comentar libros por aquí…
Para Daniel: ¿a Cuál basura te refieres, a la que escribió el artículo Muerte a Panfleto Negro?
Ja. No panita, estaba haciendo una prueba de spam para quitar la fulana operación matemática. Te pedía disculpas por el embasurar este post con pruebas. Siéntete libre de borrar este comentario también.
mamalo vale