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Conmoción Momentánea.

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“Foto tomada del diario La Región”

Lunes 01 de octubre de 2007.

Son casi las cinco de la tarde; estoy a punto de entrar a clases y mi mamá, a quien había visto hacía un par de horas ya que me dijo que pasara a buscarla en su trabajo para darme el feliz cumpleaños y entregarme un regalo: me envía un mensaje: “¡Ay papá! Acaban de matar a dos niños en la camioneta de Matica Arriba”

La llamo y me hecha el cuento:

“Cuando venía llegando del trabajo, veo que hay una cola y no dejan pasar a los carros para arriba; luego de casi una hora de esperar, me bajo de la camioneta y viene gente bajando para contarme que dizque acababan de matar a dos niños que salían de la escuela y yo, no supe que hacer. En principio pensé que era tu hermano, así que subí apurada para la casa para saber si tu hermano estaba bien; cuando llegué a la calle que da hacia la casa, estaban las patrullas de la policía y unas ambulancias, los pacos estaban buscando a quien cometió el asesinato. Lo que ocurrió es que dos malandros estaban buscando venganza porque un miembro de su banda había sido asesinado días atrás y se dieron cuenta que el tipo al que estaban buscando iba en la camioneta, así que empezaron a disparar como locos y terminaron matando a los dos muchachos que iban en la camionetica, mi primera impresión fue creer que tu hermano era uno de ellos ya que los mataron cuando venían saliendo de la escuela y tu sabes que tu hermano sale a esa hora.Resulto que uno de los malandros que mataron a los muchachitos fue encontrado huyendo hacia donde vivimos nosotros; así que la policía fue a la casa, nos pidió la cédula y nos ordenó que nos encerráramos en la casa [Nota: Sí, así de simple, señora enciérrese en su casa porque nosotros nunca portamos por este barrio a menos que haya un muerto, y si no lo agarramos hoy, mañana no vendremos a buscarlo], mi cuñada colocó unos alambres para atar la puerta y mantenerla trancada, afortunadamente tu hermano está bien, él, todavía estaba en la escuela cuando ocurrió todo, y bueno, aquí estamos, esperando, ya que al parecer el tipo huyó por la quebrada y lo están cazando, aunque yo no creo que lo agarren.”

Esto fue lo que me dijo mi mamá en medio de su angustia. Al final los niños eran: una chica andina de 14 años, muerta de un tiro en el ojo, estudiante de la Escuela Básica María Auxiliadora. Y el otro, un chamo de 13 años, cursante del 8vo grado de bachillerato en el Instituto Básico Antonio José de Sucre. Los mataron dos integrantes de la banda Los Simpsons, cuando iban a vengar la muerte de uno de los miembros de su banda que había sido asesinado por un miembro de la banda Ayacucho. Uno de los tipos fue muerto por la policía en horas de la noche; al otro lo agarraron y… ¿Al que iban a matar? ¡El está muy bien!, recibió un impacto de bala en el muslo y otro en el brazo; ambos izquierdos. El tipo se llama Michael Alexander Filippo Flores y está vivo y vivirá para contarlo. Los que no vivirán para contarlo son esos chicos inocentes que ayer murieron sin que casi nadie lo supiera.

Ahora bien: Esto ocurrió ayer y… ¿Estaban algunos de ustedes enterados del hecho?

Hoy me dispuse a revisar los periódicos nacionales y ninguno tiene la noticia, apenas y si hay una referencia en El Universal y otra en El Nacional. ¿Por Qué?

Fácil, porque los niñitos muertos son pobres y por eso no conmocionan a nadie, o mejor dicho, causan una conmoción momentánea. Cuando los hermanos Faddoul murieron hubo un escándalo nacional, un luto, una alharaca en todos lados; ayer, a plena luz del día, dos niños que podrían haber sido mi hermano o cualquiera de los niñitos que siempre juegan en la calle con mi hermanito, fueron asesinados a sangre fría A LA UNA DE LA TARDE y eso no genera mayor escándalo, ni nada, nadie se impacta, apenas y dos canales le dieron un ínfimo tratamiento a la noticia: Televen, con un reportaje de un minuto y Globovisión le dedicó un par de minutos en el programa Buenas Noches, cuando Pedro Luís Flores leyó la noticia en los periódicos La Región y Avance: los únicos que pusieron esta horrenda reseña como titular. De resto AQUÍ NO HA PASADO NADA.

Siempre, cuando voy a visitar mi madre, me sorprenden dos cosas:

Primero, que la violencia dejó de ser noticia, niños muertos sobran en La Matica. Los fines de semana se han convertido en una ruleta rusa, es fijo, habrá uno o varios muertos entre el viernes y el lunes. Así de sencillo, ¿Quién murió este fin? Una niña que jugaba a la pelota en el porche de su casa. ¿Quién murió este otro fin de semana?, una señora que llegó a su casa tarde porque estaba en un matrimonio. ¿Quién murió el sábado?, pues uno de los miembros de la banda tal y en el enfrentamiento falleció un obrero que venía de la ferretería a la que fue a comprar unos materiales para la casa que está reparando. ¿Quién murió el pasado Jueves? Un estudiante del Muñoz Tebar que iba hacia Vuelta Larga. Eso es cotidiano, un muerto aquí, un muerto allá, sin que eso altere mucho la vida de las personas.

Lo segundo, la rutina de la violencia: Mi mamá sabe que no puede llegar después de las siete al barrio, mi hermano, que lo que tiene son diez años, sabe muy bien como se llaman los malandros del sitio donde vive; en La Matica, un carajito de 9 años te maneja un arma con una pericia que no alcanza el mejor pistolero que exista. Tú los ves, allí, a las 3:00 de la tarde, el muchachito de metro treinta de estatura con aquel pistolón en las manos.

¿La policía? ¡Bien Gracias! Ellos solo portan por esos lares cuando hay un muerto, por aquello de que cada vez que hay un asesinato llegan los periodistas y hay que darles la imagen de que están trabajando y tal… De resto, los pacos de la policía regional están más pendientes de matraquear a los choferes en Los Nuevos Teques, o de meterse en el Paseo Mirandino a babosearse a las liceístas que caminan por allí. Lo espectacular es que la gente no se mueve, no hace nada, no protesta, viven inmersos en una inercia espectacular, en un no-estado en el que contemplan todo esto de manera realmente impávida e insensible.

Hoy, no quedó otra, mi hermano tuvo que volver a clases y mi mamá al trabajo y, muy probablemente, la policía ni se molestará en ir otra vez a La Matica, hasta que haya otro muerto y otra indignación momentánea.

¿Venezuela?, ¿los venezolanos? ¡Chévere! En Venezuela esto dejó de ser una noticia extraordinaria, a menos que los niños muertos sean de buena familia, y sean catiritos y tenga familiares dispuesto a que se les atienda y se les preste atención, pero casos como este ABUNDAN EN TODOS LADOS Y NADIE LES PARA y eso no es problema.

Apuesto a que muchos me dirán insensibles, pero es que hay que verlo para creerlo, tenían que haber escuchado a mi mamá con un bajón de tensión o a mi hermano con la crisis que le dio para saber de que estoy hablando.

En fin, quería contárselos, porque seguro no lo saben ya que nadie ha reseñado esta noticia. Les dejo el link del diario La Región, el único que reportó el asunto (también lo hizo el diario Avance, pero no tiene página Web).

La Region

John Manuel Silva

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