Miranda Regresa: a paso de cangrejo

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Advertencia: esto es  apenas un adelanto de un ensayo en el que estoy trabajando sobre el tema.Espero que lo disfruten igual. Esta aventura continuará…

Un chiste de mal gusto patrocinado por enciclopedia Quillet y el libro gordo de Petete. Miranda regresa más pavoso, conservador , fanfarrón y pedante. Más culturalista y kistch. Miranda regresa con un periodista que le pregunta estupideces de cuarto grado, para que el procer se luzca, en un proceso de reescritura histórica lleno de manipulación y parcialidad, amén de un Bolívar nada fuerte(China dixit) incorporado por un llorón Hector Palma, a quien Jorge Reyes disculpa y justifica en nombre de la imaginación edulcorada del guionista. Es que los dos eran tan perfectos que no sabían lo que hacían cuando se estaban equivocando. Es que los malos no eran ellos, los malos eran los aristócratas, los imperialistas y los canallas de la iglesia. Pero gracias a dios que llegó nuestro salvador, nuestros salvadores de la patria, para guiarnos en la gesta heroica por la recuperación de la soberanía. Culto a la personalidad a la enésima potencia, propio de los periódos audiovisuales de máxima adoración al lider populista. Leáse Stalin, Franco, El Duce, Hitler y Mao.

Miranda regresa racista, secundado por un criado salvaje que el hombre de la Carraca se encarga de civilizar con sus tomos recalentados de la Enciclopedia Barsa, Quillet y Británica. Sí hombre, la lectura redime, ja,ja,ja, como redimió a Hunter Thompson, William Burroughs y Bukowski.

Miranda regresa con un casting de comiquita,donde Luis Gerónimo aparece pintado con la cara de marrón, y después se transforma en otro señor maquillado. Miranda regresa para subestimar al público, y el público subestimado lo aplaude. El público subestimado goza con la serie de preguntas y respuestas subestimantes de Miranda Regresa. El público subestimado no repara en los tomos de la enciclopedia Quillet atrevesados en la balsa de Miranda Regresa. El público subestimado quiere que lo subestimen con parlamentos explicativos donde no se deja espacio al vuelo subjetivo. Todo es redundante, panfletario y demagógico en Miranda Regresa. Todo es involuntariamente tragicómico en Miranda Regresa, desde el respectivo curita demonizado de hábitos oscuros hasta las incómodas secuencias de discusión con Carlos Mata y el tipo aquel de Bienvenidos. Pero lo peor es que nunca se divertirán aquí, porque el show de este Miguel Angel Landa es aburrido, largo y plano, como una cadena del presi sobre la independencia venezolana, segun un esquema paleomarxista y piratoide de buenos contra malos.

Miranda regresa conservador, puritano y contrarevolucionario. Esta es una película visual, estética y éticamente contrarevolucionaria, es decir, retroprogresista y moralmente reaccionaria con su Miranda censurado, familiero y cero promiscuo. Mientras tanto, la hipocresía cultural del país celebra el despropósito y lo magnifica en primera plana. He aquí el triunfo de la política de normalización y domesticación de Farruco Sesto. He aquí la derrota del mundo intelectual caraqueño, amordazado por la complicidad funcional con la Villa del Cine. Bienvenidos a la era de las conciencias adormiladas, los críticos silenciados y las relaciones carnales con el poder. McCartismo asumido y aceptado de manera tácita, al tiempo que Farruco impone explícitamente los criterios de la nueva temporada de inquisición mediática. Como diría Dalton Trombo, hemos llegado a la temporada de sapos, al reinado de la cacería de brujas. Supongo que denunciarlo publicamente, me convierte en el equivalente de un infiltrado comunista durante la guerra fría en Estados Unidos. En todo caso, ya todos estamos amenazados de caer en las listas negras de Farruco. Así de histérica es esta revolución a paso de cangrejo. Paradójicamente, es una actriz frívola , una ex Miss, quien pone la cara en nombre del gremio, desnudando el derrumbe moral de la plataforma cine. Abajo Chalbaud, arriba Fabiola.

3 Comentarios

  1. Además me parece muy interesante que la película se haya centrado más en la lucha y la obra de Miranda más que en su vida amorosa y sus costumbres sexuales, ya que su legado es lo que importa

  2. Acaso nuestro mordaz crítico se haya deslumbrado con el despilfarro de cinta y de recursos que Diego Rísquez acometió el año pasado. (No sé por qué se me ocurre pegar el nombre propio de Rísquez con cierto olvidado derrumbe moral, para usar el lenguaje del post).

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