13 de diciembre de 1977
No sé que es el Punk; por allí se escucha el rumor de unos grupos que dizque vienen a destruir la mierda melódica de Los Beatles y los Rolling Stones, parece que son ingleses, parece que el cantante se baja del escenario y le zampa unas manos a su propio público; no sé y no me interesa, lo que si me interesa es decirles que los detesto, a todos ustedes, sin excepción.
Miro a mi alrededor y no me gusta lo que veo, dicen que nacionalizaron el Petróleo y a mi eso me sabe a mierda porque pienso que los políticos son todos una manada de cabrones e hijos de puta, malditos malparidos.
Me levanto a las diez de la mañana, me baño y salgo a encontrarme con mi gente en Sábana Grande, a veces nos vamos a sifrinolandia a cazar coñazas con los sifrinitos que viven por allá, los sometemos, les damos unas patadas, grafiteamos las paredes de los sótanos y colocamos una A rodeada de un círculo con una raya horizontal atravesándola de lado a lado.
Ando con La Negra, ya me la cogí y fui el primero, ella también fue mi primera pero me avergüenza admitirlo. La amo, que bella es la piel de La Negra, como me gusta lamerle la oreja cuando estamos solos, sentarla un ratico sobre mí y hacerle sentir mi erección. Anoche nos metimos coca luego de hacerlo, al rato, ella sacó una Polaroid instantánea y me tomó fotos desnudos, yo hice lo mismo con ella, pero cuando me la iba a zampar otra vez, no sé que pasó, no pude, aún así, bebimos hasta perder la razón y al despertar ella ya no estaba.
Mis padres dicen que no tengo arreglo, y tienen razón, no tengo arreglo y no quiero tenerlo, no me interesa el futuro, solo me interesa la coca, el rock y las coñazas. El mariquito de mi hermano mayor se acaba de graduar, es abogado y ayer me dio una charla de lo más zanahoria acerca de la responsabilidad, dice que estoy creciendo y que debo buscarle un rumbo a mi vida. ¿Cuál rumbo?, le grité, guevón tengo catorce años y ya detesto lo que conozco, quiero morirme, no soporto a mis padres ni a los vecinos de ñoña que viven en el edificio, no soporto la política, detesto prender la tele, solo quiero raspar caña, estoy arrecho. El teléfono suena:
-Aló.
-…
-¿Un nuevo Centro Comercial?, seguro guevón, vamos a reventar esa mierda…
-…
-Sí tranquilo chamo, yo llamo a los demás, ¿sabes que a mi papá le acaban de asignar un teléfono de esos grises con ruedita de números? ¡Bueno, yo los llamo y paga el viejo! Una cosa, por favor chamín, háblate con Cara ´e Guayaba para que nos lleve el casette que se suponía nos iba a dar ayer, dile que estoy full pendiente de oír la música esa y que ya conseguí quien nos haga los tatuajes sin el papelito firmado, eso sí, el pana nos cobra 5 bolívares…
-…
.Sí guevón, un fuerte completo, que bolas tienen ese mamaguevo, pero bueno que se le hace, al fin y al cabo tenemos que hacérnoslo, sin tatuajes somos pendejos con ínfulas, tenemos que demostrar que somos serios. Dale pues, voy a bañarme y nos vemos en Plaza Venezuela, vamos a joder ese nuevo mall de mierda…
http://www.youtube.com/watch?v=8z2M_hpoPwk
Continuará…
John Manuel Silva.
30 años después dices. que vacio era jejeje, ni siquiera me pude matar.
Pues sí, de eso se trata es un relato por partes, que, de alguna manera trata sobre la intrascendencia de cierta rebeldía que te llega en un momento de la vida, es como el diario de un punk, escrito cuando el punk es ya un señor de 50 años.
Hace 30 años creo que no se decía «mall». Eso vino con los sambiles.
Yo creo que le oí esa palabra a los patineteros que se reunían en la redoma de San Antonio , mucho antes del sambil, pero bue…
bien =)