Poeta que te conviertes en ministro
Que siempre fuiste ministro
Empresario rígido y administrador público
Que nunca un día te despiertes y descubras que eres
Eso patético que te asustaba cuando niño
Que llamabas el coco o las brujas.
Que un día tu hijo no te pregunte
Qué es la poesía y no sepas contestarle,
Que un día tu hija no haga el amor
Y diga: “Que lejos está mi padre de esta alegría”.
Poeta que te conviertes en ministro
Y te sacas discos y te montas en tarimas
Porque eres ministro más que poeta
Ojala nunca tengas que bajar la cara
Y gritarle a tu mujer que te deje en paz
Porque le fuiste infiel con una alumna tuya
Que tiene la edad de tu niña mayor.
Poeta, que ayudas a otros como tú,
Lerdos, sonsos, del ministerio
Para que ocupen cargos y hagan cosas que les ordena
Ojala no bajes la cabeza un día
Y recibas del niño que mataste al hacerte corrupto
Un palazo cochinero mientras te grita
Idiota! Idiota! Solo tenías que ser gente!
Ex – poeta y gran ministro
Que tristeza que creas que el dinero de la gente es tuyo y de tu obra
Y en ella lo utilices vanidoso y ególatra
Autodidacta del robo y la mala costumbre
Y nadie de los que tiene poder te diga nada
Porque como tú, son negociantes, mercaderes, pillos de la palabra.