Los farsantes de la información han decido hacer sus cumbres en Venezuela. Supongo que es un signo de lo que somos; los embaucadores creen que en Venezuela pueden desplegar sus farsas y aquí serán recibidos y nadie, o muy pocos, se atreverán a cuestionarlos. Entonces, diseccionemos a los farsantes, que en este caso son dos, pero son muchos:
S.I.P.
La Sociedad Interamericana de Propietarios. Son derechistas, conservadores y profundamente reaccionarios. Su penúltimo director fue el señor Jorge Fascetto, director, en sus años mozos, del periódico “La Plata” uno de los diarios que más entusiastamente apoyó la dictadura de Videla.
La S.I.P. solo agrupa a los propietarios de los medios, unos 300, más conservadores de Latinoamerica. Entre ellos destaca la presencia del diario “El Mercurio”, aquel periódico que era como la gaceta oficial de Pinochet.
La S.I.P. solo habla del derecho a la propiedad, del derecho de los medios a existir, del derecho de los medios a luchar contra los gobiernos, en especial si son de izquierda, del derecho de los medios a “equivocarse” y no ser castigados por ello; aun cuando el “error” le cueste la vida a alguien o implique una difamación de la que el agraviado no pueda recuperarse.
La S.I.P. sin embargo, evade cualquier discusión sobre la responsabilidad social de los medios, nada que decir acerca de la relación de los medios con la sociedad, acerca de los obscenos monopolios que mantienen empresas como la News Corporation o la Organización Cisneros, nada que comentar sobre México y el señor Carlos Slim, nada que decir sobre los guetos publicitarios que se le imponen a cualquier iniciativa editorial pequeña y no comprometida con sus oscuros intereses, nada que comentar sobre como muchas de las “luchas” de los medios contra gobiernos vienen dadas por los intereses económicos y políticos de sus dueños más que por cualquier presión ciudadana, nada que decir sobre los medios y partidos políticos que hacen pactos de contraprestación de servicios, como los que se vivieron en Venezuela entre la Cadena Capriles y Copei, o como los que se viven ahora entre la misma Cadena Capriles y los partidos de La Alianza Oficial.
La S.I.P. magnifica cualquier agresión a los periodistas venida de países como Cuba, Venezuela, o Bolivia, pero minimiza el hecho de que en Colombia haya una carnicería contra comunicadores sociales o que en México el narcotráfico haya asesinado de manera increíble a decenas de periodistas, con la complacencia oficial, y sin que se hagan investigaciones o juicios al respecto.
La S.I.P. no dice nada de Irak, y de cómo los periodistas Norteamericanos tienen vetadas las informaciones sobre la guerra, como no pueden fotografiar a los ataúdes que vienen con los soldados gringos caídos en combate; tampoco alzan su voz para protestar por los “errores” que comete el ejército norteamericano, que le han costado la vida a muchos periodistas en Irak.
La S.I.P. calla cuando se trata de hablar de la situación interna de Usa, como los periodistas americanos han sido llevados a juicio por no revelar sus fuentes periodísticas, a pesar de ser este uno de los derechos fundamentales de los profesionales de la comunicación social.
En fin. La S.I.P. tira para su lado, magnifica lo que le conviene y minimiza lo que le incomoda, por eso su cumbre en Venezuela es y será una farsa. Ya sabemos que discutirán y que concluirán, ya los veremos el domingo emitiendo sus comunicadito que dice que en Venezuela, en Cuba y en Bolivia no hay libertad de expresión y que Chávez, Castro (el actual y el que se fue), y Morales son una plaga para nuestro continente. Por eso no me cuadro con esa pedazo de cumbre y la considero una basura.
Cumbre contra el terrorismo mediático
Como para dejar en claro que es lo que son y como va a ser la cuestión, se buscaron a un Ministro para que les inaugurara la cumbre. Los otros farsantes son la clásica cohorte de lambucios que vienen a Venezuela en vuelos de Primera Clase y se hospedan en hoteles cinco estrellas dizque para solidarizarse con el gobierno ante los rudos ataques de los malvados medios de comunicación.
Aquí vendrán tipos como Juan Carlos Monedero, Fernando Buen Abad y demás representantes de la izquierda tarifada, demás intelectuales con salario, a reunirse bajo el auspicio del gobierno revolucionario y de todos los pajúos que pagamos impuestos en Venezuela.
Aquí los veremos, con sus actos culturales de quinto grado, con sus refritas denuncias contra el imperialismo yankee, con sus clásicos discursitos antiamericanos, con sus típicos memes que dicen lo que ya sabemos.
Los asistentes a esta cumbrecita ocultan el hecho de que en Cuba no hay libertad de expresión, minimizan las agresiones físicas sufridas por muchos comunicadores sociales en Venezuela, ocultan las presiones que sufren a diarios periodistas en Argentina y en Bolivia para no publicar noticias que incomoden a los gobiernos de Kirchner y Morales. Ocultan que en caso como el de Antonini Wilson, se han acusado a los medios de exagerar y se les ha amenazado judicialmente para que no investiguen ni denuncien.
A los asistentes a esta cumbre los veremos lamentarse de los monopolios privados de medios, pero jamás los oiremos mencionar a los monopolios de los estados; como el estado Venezolano que han comprado una gran cantidad de medios, u otros gobiernos que poseen redes gigantescas de información, que han sobornado a dueños de medios para que cambien su línea editorial, como es el caso de Cinseros y Venevisión en Venezuela, por solo citar un ejemplo.
A estos señores los veremos rasgarse las vestiduras, en nombre de la diversidad, pero jamás sentiremos que les importa la diversidad cuando alaben la pésima labor de VTV o de los demás medios oficiales.
Lo que discutirán y concluirán ya lo sabemos, lo mismo de siempre, lo que puede leerse en Aporrea, lo que dice Ramonet en sus libros, lo que dice Galeano, lo que dice Buen Abad, un discurso repetido y carente de discusión; la discusión es una pantomima, las mesas de trabajo también, todo es una farsa, ya todo está discutido y el comunicadito del domingo ya nos lo sabemos de memoria. Aplaudirán al gobierno y criticarán a la oposición, defenderán el cierre de RCTV y celebrarán a algún ministro que vaya a clausurar el evento, quien sabe, a lo mejor tienen suerte y vendrá el comandante mesmo a cerrar el evento.
Conclusión
Lo de siempre. En Venezuela el periodismo está en terapia intensiva, ya nadie quiere ser un poco sosegado, ya nadie quiere poner las cosas en perspectiva, todos tiran para su lado, todos hacen sus cumbres y se encierran en ellas, dejan de mirar a los lados, niegan la diversidad, todos son clientelares.
Los de la S.I.P. serán financiados por los señores de Fedecámaras, tendrán amplia cobertura de Globovisión, serán aplaudidos por Leopoldo Castillo, serán elevados a la categoría de “genios” por analistas idiotas como Kiko y serán reseñados el domingo en El Nacional; todo, mientras en VTV y en el diario Vea los ridiculizan y ofenden y acusan y cuestionan y a veces dicen contra ellos cosas que son verdad. Los de la cumbre contra el terrorismo mediático, serán financiados por el gobierno, tendrán amplia cobertura de VTV, serán aplaudidos por Vanessa Davies, serán elevados a la categoría de “genios” por analistas idiotas como Ernesto Villegas, serán reseñados el domingo en el diario Vea; todo, mientras en Globovisión y en el Diario El Nacional los ridiculizan y ofenden y acusan y cuestionan y a veces dicen contra ellos cosas que son verdad.
Ese es el país donde vivimos, a eso se reduce el debate, a ese maniqueísmo y binarismo se ha achicado nuestra discusión. En lo que a mi respecta, se pueden ir todos al carajo, no quiero discursos a medias, verdades a medias, no quiero personas tarifadas diciéndome que pensar, no quiero calarme este espectáculo decadente que lo único que confirma es que en Venezuela ya no existen periodistas éticos y responsables.
Solo espero que algún día se pueda discutir sin maniqueísmos y manipulaciones la situación de los medios, ojalá algún día se aparezca alguien con algo de cerebro capaz de reconocer que en Granma y en Fox News solo vemos diferencias de estilo, pero en el fondo es la misma porquería. Yo, por mi parte, no me uno a la farsa, ni creo en Ramonet ni menos en Miguel Henrique Otero, ni en Vtv ni en Globovisión. Basta de manipulación, basta de periodismo mediocre y tarifado, venga de donde venga.
John Manuel Silva