Si hay algo que siempre me impresiona del catolicismo es la pasividad con que sus fieles asumen todo. Claro. Son siglos de basura cristiana, pero aún así, es asombroso como nadie cuestiona nada, ni un poquito.
Cuando a éste papa lo designaron en su cargo recuerdo que le comenté a mi prima (una chica que hace tan solo diez años era tremenda tipa, odiaba a todo el mundo, oía Zapato 3 y Bersuit y ahora escucha a Olga Tañón y hasta siente asco porque la televisión transmite mucha violencia y sexo), que como era posible que nadie cuestionara el método antidemocrático como era designado un tipo que, en tan solo segundos, había pasado de ser El Cardenal Joseph Ratzinger (1) a ser el enviado de Dios en la tierra.
Ella me dijo de ignorante para arriba y me espetó que yo no entendía nada, que eso era así, que un Presidente es un Presidente y eso es otra cosa que estaba más allá de mi lógica humana.
Ahora El Papa visita a Bush y nadie dice nada, todos callan, todos aplauden al farsante éste que habla en un español tan pirata como mi inglés. Callan porque el bicho pone a Plácido Domingo a cantarle, porque hace una débil condena a la pederastia de los sacerdotes gringos. Vale decir que el tipo relaciona estos abusos con la pérdida de valores, el relativismo, la pornografía y el libertinaje. Es decir: Si fuéramos más conservadores los curas no violaría niños. o Si ustedes no vieran pornos y se hicieran la paja, nosotros no violaríamos carajitos. Fino, tremendo razonamiento.
El Papa ha otorgado con su silencio. En su visita a Estados Unidos ha callado vergonzosamente. No ha abierto la boca para hablar de Abu Grahib o Guantánamo. Ni siquiera ha condenado las invasiones a Afganistán e Irak; apenas y si soltó una condena genérica y vacía a las guerras en general, casi como si una Miss estuviera respondiendo a una pregunta en la ronda de diez finalistas. El Papa compartió con Bush ”su preocupación común por la situación en Irak y particularmente por el estado precario de las comunidades cristianas allí y en otras partes de la región”.
Sobre las torturas, solo soltó una pequeña tontería: “la necesidad de luchar contra el terrorismo por medios apropiados respetando la persona humana y sus derechos”.
Claro qué lo que el papá no hizo por Irak si lo hizo por el país que lo recibía. Hace ratico estaba en su misita de estadium diciendo que “Estados Unidos enfrentó con coraje los ataques del 11 de septiembre y el huracán Katrina”.
Claro al Capo del Vaticano, como acertadamente dice Fernando Vallejo, se le olvidó que el gobierno que lo acoge actuó con una enorme insensibilidad y gran racismo en el caso Katrina. También se le escapa al dictador del Vaticano que después del 11 de septiembre, Los Bomberos, Oficiales de Defensa Civil, Rescatistas y Médicos que atendieron a los heridos o participaron en las labores de rescate, se les ha negado la atención médica necesaria para su recuperación, puestos que gracias a su labor ahora sufren de enfermedades respiratorias y un gran deterioro de su salud física. También se le olvidó al enviado de Dios que hasta ahora no se han hecho investigaciones serias e independientes que determinen lo que realmente ocurrió ese día, lo que ha generado una marabunta de teorías conspirativas, algunas razonables y otras producto del sensacionalismo y la paranoia, pero todas, fundadas por la enorme desconfianza que generan los dudosos informes oficiales sobre lo ocurrido ese día.
El Papa sin embargo, si ha tenido tiempo para “orar por la familia presidencial”.
También para reiterar su desprecio por los gays, por las uniones libres (cada día estoy más convencido de que no me voy a casar nunca, viviré sin un maldito papel que diga que soy el dueño de la mujer que está conmigo), por los divorcios, por el sexo, por el libertinaje, por la pérdida de valores y demás mierda ultraconservadora.
El Papa habló en español y todos aplaudieron como focas. Habló en español y se negó a condenar los abusos y atropellos a que son sometidos los latinos en Estados Unidos, se le chispoteó al Papita que su anfitrión está construyendo un infame muro para separar México de Estados Unidos, El Papa de mierda no dijo ni pío sobre las cacerías de mexicanos que se ejecutan en la frontera, bajo el amparo de Bush y del partido republicano y de los demócratas que tampoco han dicho nada al respecto en su campaña por la Casablanca. Eso sí, el Papucho le agradeció a los latinos qué, además de cruzar la frontera americana para ser explotados y masacrados, llevan a Estados Unidos sus creencias cristianas tan arraigadas en países como México.
Pero lo que más lamenté fue el lameculismo, la bola de güevones que se le arrodillaron a este cabrón, la vieja ridícula que salió lloriqueando por CNN diciendo “El estar cerca del Papa confirma esa esperanza que trae a nuestro pueblo. Renueva mi responsabilidad, como laica, de evangelizar a todo su pueblo” JA JA JA. Pero que gente más patética. Igual que mi mamá, que luego de ver como coronaban a éste farsante opuso se puso a llorar dizque de la emoción.
En Venezuela la reacción fue lamentable. El siempre oportunista Urosa Savino, después de ser recibido por el superpresi cuando vino del Vaticano días después de que le pusieran el ridículo capelo episcopal, después de haber bailado con Chávez, se pasó a la oposición y estuvo jodiendo por allí, justificando sus cambios bruscos escudándose en su posición de guía espiritual del pueblo venezolano . Esta mañana estaba El Cardenal aprovechado, dando loas al discursito de su jefe, igual que Roberto Giusti que lo que hizo fue lanzarle centros al charlatán, para que éste chutara golazos.
En fin, la visita del mercader de la fe, del estafador del estado más pequeño del mundo, del cretino que esconde debajo de sus ropajes ridículos y arcaicos rituales las oxidadas bases del podrido catolicismo, fue terrible, pero por lo menos honesta; digo, ya sabemos para donde va el reinado de este Papa.
Esto, cuando Darwin y Jesús se dan la mano en las escuelas norteamericanas después del 11-S, cuando fundamentalistas islámicos, sionistas y demás, se confrontan en la forma pero hacen lo mismo en el fondo, con los mismos medios y con la misma doble moral, que utilizan para condenar lo que no les conviene y justificar lo que les apetece en nombre de Dios.
Del otro lado, afortunadamente, avanza el relativismo y algunos que queremos seguir siendo librepensadores.
La visita del Papa a Bush es la hermandad de la muerte y de los valores más atrasados del mundo y los discursos del Papita son una farsa, tan grande, como la que llevó a la santificación de Escrivá de Balaguer y tan mal construida como la que llevará a la santificación de Juan Pablo II.
Yo creo que Dios no existe, pero ojalá exista y un día baje a la tierra a ver lo que estos comemierdas hacen en su nombre.
John Manuel Silva
(1)Ratzinger, en inglés traducido al español, suplantando la “Z” por una “S”, sería: La Rata Que Canta.