La acción pura y dura de los ochenta regresa en plena forma con “Crank”, ópera prima de la pareja rápida y furiosa constituida por Mark Neveldine y Brian Taylor, quienes parecen dirigir bajo el influjo de una sobredosis de Red Bull.
En realidad, los dos arrancan su carrera en la meca con el motor fuera de borda y a la retaguardia de la velocidad hecha superestrella, Jason Statham, el frenético y seductor intérprete reconvertido en un género por sí mismo, a la saga de la imagen al descuido de Bruce Willis. En el 2000 lo descubrimos por “Snatch” y en el 2005 lo ignoramos por la serie de Luc Besson,“El Transportador”.
Ahora, en el 2008, el encasillado antihéroe hace las veces de un asesino a sueldo de los Ángeles, al estilo “Collateral”,cuya sed de venganza se desencadena al enterarse de una mala noticia: un veneno corre por sus venas y sólo puede sobrevivir si permanece en movimiento.
Ello permite desenredar el nudo de una trama deliberadamente absurda, cercana a la histeria de la caricatura surrealista de la Warner,predestinada a inaugurar la próxima franquicia de Lionsgate. No en balde, la secuela viene camino para el 2009.
Por eso, el productor ejecutivo de la franquicia “Saw”, Peter Block, figura en la ficha técnica del estreno de la semana, como patrocinante de la empresa. Naturalmente, el sello de sus tanquecitos de “serie b” condiciona el devenir y la evolución de “Crank”, al punto de precipitarla hacia el terreno común de la fábrica de sueños. En suma, es la remodelación “Pymp My Ride” del viejo diseño de Hollywood para el mercado de los piques, las explosiones y las peleas cuerpo a cuerpo.
Ocurre en Los Ángeles, es políticamente incorrecta y y el protagonista es el last action hero. Completamente de acuerdo. Crank parece la avanzada de un revival.
¿Pillaste el guiño a Lola Rennt en la secuencia de la escalera al comienzo?
La relación con el culito es genial. La persecución con felación es brillante. Un vacilón de película.
Vaya pana, buen comentario. Gracias por escribir.