Uno siempre se queja de todo, de cualquier cosa, pero ahora es tiempo de hacer un pequeño y merecido reconocimiento. “Exceso” acaba de publicar su mejor especial en meses, desde la ascensión de Boris Muñoz a la jefatura de redacción. El número en cuestión se centra en el tema del mayo francés, bajo la perspectiva descentrada de no menos de quince plumas de lujo, entre quienes figuran Juan Villoro, Paul Auster, Andrés Schaffer y Alejandro Rebolledo, quien sin ser santo de mi devoción, publica una de las crónicas más interesantes de su carrera. El artículo del escritor de Pin Pan Pum analiza la decadencia de la internacional situacionista a la luz de la sociedad espectacular de nuestros días, en el marco del fenómeno mediático del año, Facebook.La acumulación de reportajes de diferente estilo y procedencia, engranan un sólido discurso polifónico, apenas lastrado por dos o tres firmas periodísticas sin mayor peso intelectual. De resto, la revista merece revisarse de principio a fin, de cabo a rabo, para descubrir las innumerables paradojas detrás de la celebración del suceso. Ojo, porque en el brillante capítulo de Andrés Schaffer se incluye un recuadro maravilloso, donde la imagen populista de Sarko queda por el piso, al lado de la galería demagógica posmoderna conformada por Bush , Berlusconi y Hugo Chavez. Por último, cabe destacar la contribución de Ezequiel Borges sobre la irrupción del graffiti político durante la época de Dany el rojo, así como la entrevista de Faitha Nahmens al polémico Heinz Sonntag, cuya discutible tesis pone en tela de juicio el origen francés del estallido mundial del 68. Para el profesor alemán, la verdadera raíz del asunto proviene de su país natal. Una teoría nacionalista, medio chauvinista, no exenta de verdad. En el mismo sentido, el testimonio del Príncipe Negro viene como al anillo al dedo para cerrar, con el toque de locura habitual en el egocéntrico artista plástico, el volumén de oro de la revista Exceso en el año 2008. Mis más sinceras felicitaciones a sus creadores, colaboradores, cómplices y productores.
Se me había olvidado darte las gracias por esta recomendación. Más allá de las firmas de Ángela Oráa y de Julio César Pineda, el resto de la revista es un palo. En particular me quedo con el análisis de Scharfer sobre Sarko; es grandioso, no solo cuando le reclama al Presidente Francés por haber renegado del 68, del cual es hijo natural este Presidente divorciado, sino por la fenomenal conexión que hace entre Sarko y Chávez. El otro punto grandioso de la revista es la entrevista con el fundador de los Weathermen; en particular, porque no conocía casi nada de este grupo…