Hoy 18 de mayo

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No sé para qué, aun, conservo esta esperanza tísica
Esta esperanza tan escasa y tan inapropiada.
Esta esperanza sin fundamento, sin pasado, sin futuro…
A veces, la veo caer, de reojo
y cuando nadie me ve, la ayudo a levantarse…
Cuando está a punto de dejarse vencer por la falta de alimento,
cuando está ciega del hambre, débil, moribunda,
le estallo un poco de mi aliento en la cara,
un poco de mi aliento dulce,
la revivo…
Entonces me ve con desprecio,
casi le provoca no agradecerme el no dejarla morir
(igual que a mi misma)
Porque el padecimiento continúa…
Y parece que mis actos más que compasión encierran un sadismo espeso
(masoquismo, turbio masoquismo)
Pareciera que disfruto con verla vivir mediocremente,
que me desentiendo de mi responsabilidad sobre ella,
como esos padres latinoamericanos que hacen al hijo y luego se marchan, sin explicaciones…
Ella me ve (siempre) acusándome,
desde lejos me ve, queriendo que la deje en paz
que la deje morir como esperanza
o que la deje vivir como otra cosa más grata,
menos incompleta,
más útil,
menos insuficiente…
Pero no puedo más que paralizarme,
dudar inerte,
sin saber si soy capaz de enterrarla viva,
(viendola comer, respirar y oir tierra húmeda y gusanos)
capaz de vivir sin ella,
capaz de enfrentarme a su inexistencia.

No lo sabré,
Hasta que un día, de repente, deje de verla,
de extrañarla…
Entonces habrá caido feliz y suicida en alguna cloaca
y yo no sentiré sentimiento de culpa,
No nos extrañaremos más.
No tendré más esperanzas contigo.

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