A continuación, publicamos un artículo inédito de una periodista renegada y excomulgada de los grandes medios de comunicación privados y públicos. Hoy en día, nadie quiere, ni se atreve a darle espacio a los sesudos trabajos analíticos de Ximena. Paradójicamente, en el pasado fue una consentida de las revistas y periódicos de mayor circulación, donde la acogieron por su inteligencia, hasta cuando comenzó a tocar intereses editoriales con sus polémicos escritos. Desde entonces, cayó en la mala de los comités de redacción en el país, al extremo de ser condenada a la exclusión y el anonimato forzado. Luego de meses de marginación, ahora regresa a la opinión pública para dar la pelea con otro artículo censurado por la prensa mainstream, a pesar de su rigor científico.Por fortuna, existe panfletonegro para hacerle justicia a las investigaciones de Ximena, quien nos trae una oportuna deconstrucción de la revista Todo en Domingo, después de conocerla desde adentro. Disfruten entonces de su vena combativa y de su feminismo demoledor.
Por Ximena González.
Analizar el cuerpo de la mujer en los
medios de comunicación significa, en principio, un intento por
encontrar o revelar entre los intersticios de la pantalla del televisor,
las páginas de los diarios y revistas,
la imagen y el discurso que los medios masivos
han construido del cuerpo femenino.
Entrados en el siglo XXI, seguimos insistiendo en la idea de legitimar la caverna platónica a través de la imaginería de los medios de comunicación. En éstos, el cuerpo de la mujer funciona como conducto y reducto de signos, construyendo complejos sistemas referenciales. Así el cuerpo femenino que publican día a día las revistas de variedades, erige e impone diferentes hábitos de consumo, que se traducen en moda, estilos de vida, y patrones de belleza; que componen, signo a signo como piezas de un rompecabezas, una realidad que se atrinchera en otros cuerpos, esta vez, fuera de los medios de comunicación, pero dentro del cuerpo y en la mente de otras mujeres de carne y hueso.
La siguiente reflexión en torno al cuerpo que habitamos no pretende ser una aproximación desde un enfoque apocalíptico. Sin embargo, nos da pistas para comprender nuevas lecturas de la realidad, pues en vez de seguir observando las formas que se proyectan en la pared producto de las sombras que crea el fuego dentro de la caverna, permite levantar la mirada y ver qué pasa fuera de la cueva.
Marshall Mc Luhan durante los años 60, se refirió a los medios de comunicación como las prolongaciones por excelencia de nuestros sentidos, también aseguró que éstos estarían transformando la cultura. Sin embargo, entrado el siglo XXI, más que simples dispositivos, los Mass media significan uno de los referentes y productores de significado más determinantes para el mundo contemporáneo, configurando la vida y representando la realidad social.
Bajo el complejo esquema que establece la industria cultural, el individuo termina por consumir una versión procesada de sí mismo, a través de la representación que construyen los medios de comunicación sobre él. Jugando un doble rol, el individuo es objeto y sujeto de consumo mediático, borrando por completo los límites entre el consumidor y el objeto de consumo.
Este doble rol traspasa las fronteras de los medios de comunicación para hacerse carne en la vida social. En la sociedad de consumo, explica el sociólogo Zigmunt Bauman, una vez construida esa representación, la idea es apropiarse de ésta para transformarse en un producto deseable y deseado, para así poder establecer el mismo juego de roles fuera de los límites de los medios de comunicación. ¨Los miembros de una sociedad de consumidores son ellos mismos bienes de consumo¨. (Bauman. 2007: 83)
Citando a Nietzsche, Bauman explica que: El cuerpo humano, como lo recibimos accidentalmente de la naturaleza, es algo que debe ser superado y dejado atrás. Los cuerpos en crudo y sin adornos, no reformados ni intervenidos, son vergonzantes, ofensivos para la vista, dejan mucho que desear, pero sobre todas las cosas son la prueba viviente del fracaso, la ineptitud, la ignorancia, la impotencia y la falta de recursos del yo. (Bauman, 2007: 86)
De este modo, la sociedad utiliza su cuerpo como lugar de apropiación de toda aquella imaginería que los medios de comunicación han creado en función del consumo.
Sin embargo, esta apropiación pertenece a lo que Michel Foucoult denominara hace más de tres décadas la ortopedia social, en este caso accionada desde el cuerpo humano. La utilización de un cuerpo dócil para disciplinarlo a la luz de la articulación de un cuerpo-objeto, una fórmula de esclavitud, fundada en la dominación del cuerpo.
El cuerpo está directamente inmerso en un campo político, las relaciones de poder operan sobre él (…) los cercan, lo marcan, lo doman, lo someten a suplicio, lo obligan a unas ceremonias. (…) el cuerpo, en una buena parte, está imbuido de relaciones de poder y de dominación como fuerza de producción. (…) el cuerpo sólo se convierte en una fuerza útil cuando es a la vez cuerpo productivo y cuerpo sometido. Pero este sometimiento no se obtiene por los únicos instrumentos, ya sean de la violencia, ya de la ideología; puede muy bien ser directo, físico, (…) y a pesar de todo esto no ser violento, puede ser calculado, organizado, técnicamente reflexivo, puede ser sutil, sin hacer uso de las armas ni del terror, y sin embargo, permanecer dentro del orden físico.
(Michel Foucoult 1998: 32.)
En este sentido, el individuo dentro de la sociedad de consumo termina por ser esclavo de su propio cuerpo, a través de la apropiación de estas representaciones provenientes de los medios de comunicación.
El sociólogo Pierre Bourdieu, explica que la disciplina del cuerpo se haya también en el esquema y la actitud corporal como mecanismo para la distinción social. Las clases sociales se distinguen por aquellos alimentos que consumen, creando al mismo tiempo la distinción de los cuerpos. La clase hecha cuerpo. El gusto contribuye a hacer el cuerpo de la clase: principio de enclasamiento (…) que encabeza todas las formas de incorporación, elige y modifica todo lo que el cuerpo ingiere, digiere y asimila, fisiológica y psicológicamente. De ello se deduce que el cuerpo es la más irrecusable objetivación del gusto de clase. (Bourdieu, 1979: 45)
Además de considerar el esquema corporal, como elemento importante para la construcción de un lenguaje para la distinción social, Bourdieu incluye en sus investigaciones sobre los gustos y las clases sociales, lo que él denominó como correcciones conscientes: utilización de productos cosméticos y prendas de vestir entre otros accesorios, que funcionan como signos distintivos del sistema de posiciones sociales. A través de la accesorización, el cuerpo se transforma en un portador y productor de signos. Así se dibujan cuerpos a la medida de las clases sociales. El cuerpo se reproduce y se representa en el espacio social al que pertenece.
Todos los elementos antes mencionados están contenidos en el cuerpo de la mujer y en los modelos de representación que los medios de comunicación hacen de ella. Vivimos sumergidos en una cultura icónica en la que los símbolos significan más que la propia realidad, y en la que las personalidades y las imágenes se crean con el propósito de vender productos. La periodista Lucía Extebarria explica que el mercado, a través de los medios de comunicación, ha encontrado en el cuerpo femenino el lugar por excelencia para el establecimiento de un sistema comercial que va desde prendas de vestir, estilos y formas de vida, hasta ideologías. Esta es la esencia de la posmodernidad, entendida como la lógica cultural del capitalismo tardío. (Etxebarria, 2000: 97)
Según Etxebarria, los medios de comunicación y la publicidad han conseguido que olvidemos lo que es una mujer y su cuerpo, porque lo que vemos en los medios de comunicación no son mujeres, sino representaciones bidimensionales de ellas mismas. En consecuencia, la mujer, al enfrentarse a su propia imagen superreal, no le queda más remedio que tratar de apropiarse de tal representación. El cuerpo femenino como objeto de consumo termina por ser lo único real en una sociedad de simulacros. (Etxebarria, 2000: 96)
En medio de ese sistema de consumo el cuerpo femenino necesita aferrarse a la belleza para abrirse paso en el mercado. En este sentido, Umberto Eco explica que los medios de comunicación de masas ya no presentan un modelo de belleza unificado, por el contrario, proponen una iconografía decimonónica y democrática. Eco asegura que esta diversidad en los cánones de belleza responde a una necesidad del mercado de hacerse un espacio y abrirse paso entre la multiculturalidad en todas sus formas y estereotipos, a fin de aprovechar sus posibilidades como mercancía. El cuerpo en los medios de comunicación deberá rendirse a la orgía de la tolerancia, el sincretismo total, el absoluto e imparable politeísmo de la belleza (Eco, 2005: 428)
La Eva Futura
Todo en domingo, tanto en la superficie redaccional como en la publicitaria, permite la configuración cognitiva de la idea del cuerpo femenino a través de un proceso de objetivación puesto en manifiesto en la presencia de patrones característicos recurrentes como: una anatomía hermosa, pero también profesional, ejecutiva, de piel blanca, contextura delgada, joven o adulta temprana, activamente sexual, que no presenta problemas ni limitaciones corporales relacionadas a la salud o al aspecto físico del cuerpo.
El anclaje se establece cuando estas características se enraízan formando un concepto que interviene en la conformación de las relaciones sociales más comunes. Este elemento nos hace suponer que gran parte de la nueva tendencia y el interés femenino de los sectores de clase media y alta por la propia construcción de un cuerpo femenino, hermoso, sano, inteligente, proactivo e independiente, así como la explosión de lugares para el consumo de belleza: Spas, peluquerías, centros de yoga, y talleres de mejoramiento personal, pudiera tener su rizoma en la apropiación de algunos elementos del discurso mediático que ofrecen estas publicaciones de variedades.
Esta publicación dominical esquematiza su discurso, desde la organización de distintas secciones que conviven codo a codo con la publicidad. Estas secciones pueden variar dependiendo del tema presentado en cada edición. Entre las más constantes podemos nombrar las siguientes: La vida sigue (ensayo), Mi domingo (entrevista a personalidad), Metrópoli ( espacio para la exhibición de productos), Manual de curiosidades (guía turística), sección de reportajes centrales, sección de moda, , imprescindible (presentación de productos que debemos adquirir), Gastroetc y Buen Beber (reseñas culinarias) Salud, Belleza (Reportajes y reseñas sobre estética corporal) automotriz (exhibición de autos de última generación), Macotas, Internet, Pauta comercial ( venta de productos), Alquimia (Reflexión sobre temas espirituales), Horóscopo, y Mujeres alteradas (Caricaturas femeninas). Sin embargo, es a través de las entrevistas y la publicidad es donde se erige la mayoría del discurso mediático de Todo en domingo.
Observando los rasgos generales de la representación mediática que ofrece esta publicación, podemos interpretar que el cuerpo femenino como objeto de consumo mediático por excelencia es aquel que logra fundir dentro de si los elementos que provienen del hedonismo, el culto por la belleza y la espiritualidad, con aquellos alcanzados hace más de 30 años con la revolución femenina, y que tienen que ver con la liberación, la autosuficiencia, el equilibrio de género sexual, el cuerpo sutil y virginal, al tiempo de ser rudo e indomable. Parece que Todo en domingo está ofreciendo la apropiación de la Eva futura, la Eva del siglo XXI.
Sobre la base de estos rasgos generales, Todo en domingo apuesta por la imposición de temas del cuerpo como representación de la belleza. En este sentido, mediante las entrevistas, las fotografías, reportajes y reseñas focaliza sus contenidos a lo largo de la publicación principalmente en el desarrollo de argumentos relacionados a mostrar los atributos y beneficios que trae como consecuencia una figura y una apariencia hermosa, teniendo como propósito del discurso exaltar y mejorar los patrones estéticos del cuerpo femenino.
Además de focalizar los contenidos en la belleza, esta publicación dominical incluye otros subtemas y enfoques dentro del desarrollo de contenido. Estos contenidos se encuentran de forma explícita en las diferentes atribuciones que la revista le confiere al cuerpo femenino en cada uno de los temas que se publican. En este sentido, la cognición polifacética se demuestra principalmente en la exposición de contenidos relacionados con el cuerpo profesional, el cuerpo deportista, el cuerpo ama de casa, el cuerpo espiritual, y el cuerpo como lugar de consumo sexual.
Estos rasgos específicos nos permiten descubrir en primer lugar que la belleza de cuerpo debe ser el tema de agenda para la mujer de los tiempos que corren, y en consecuencia las anatomías femeninas de la vida real deben serlo también. Sin embargo, la repetición de los subcontenidos anteriormente descritos, indica que la el cuerpo perfecto del siglo XXI no solo depende de los esfuerzos en materia de estética, sino de un conjunto de elementos indispensables para lograrlo. Se necesita de una suerte de belleza integral muy compleja que involucre el cuerpo, la mente, y las sensibilidades femeninas, con los más profundos estereotipos masculinos adaptados a la anatomía de la mujer contemporánea.
Los contenidos mediáticos de Todo en domingo contienen una serie de valores, creencias, e ideologías, nexus, categorizaciones sociales, y atribuciones causales que componen el discurso que nos conectan a éste, y que funcionan como formas de conocimiento social y mediático. En cuanto a los valores encontramos que los contenidos apuntan a imponer en primer lugar el valor que tiene un cuerpo hermoso y saludable dentro de la sociedad. Asimismo se le concede a la mujer el valor de la influencia social, la cantidad de entrevistas concedidas dan cuenta de la necesidad de la revista de ubicar a la mujer como un elemento importante de influencia positiva en la comunidad de lectores. El valor de la familia funcional, monogámica y heterosexual es también un valor que permanece monolítico durante todas las ediciones de la revista.
Estos valores se encuentran estrechamente vinculados con diversas creencias, la más importante tiene que ver con la idea de que el prototipo de belleza proviene de un cuerpo holístico, esbelto, joven, delgado, de apariencia inmaculada, y sano. Otra creencia que se desprende del contenido de esta publicación es que el cuerpo femenino perfecto debe ser un reducto de cualidades positivas provenientes de la belleza y la salud. La idea de que el sobrepeso, la fealdad y la vejez son problemas y que tienen solución. Que La mujer contemporánea debe desarrollarse en todos los ámbitos de la vida, principalmente en el profesional, pero sin descuidar el hogar, al cual todavía pertenece dentro del rol de ama de casa.
En consecuencia se generan nudos afectivos que, en el caso de Todo en domingo, parten del propio cuerpo como activador de otros nudos fuera de la propia anatomía de la mujer. Es decir, que los contenidos de la revista intentan vincular a la mujer con sus propias emociones para así conectarse con el mundo que la rodea. La mujer debe crear lazos afectivos con ella misma, a través del cuidado corporal y las rutinas de salud, para poder involucrarse afectivamente con otros; parte creencia, parte Nexus. Alrededor de esta conexión, orbitan otros nexos como el amor por la familia, la pareja, y los hijos.
La teoría de construcción de las Representaciones mediáticas funciona como una especia de trama, en la que los elementos que la componen pueden viajar de una categoría a otra. En este caso, nuevamente las atribuciones del cuerpo son oportunas para el análisis de las categorizaciones sociales puestas de manifiesto en Todo en domingo. Las principales categorías que plantea la revista como representaciones de la realidad del cuerpo femenino están la mujer como objeto sexual, la mujer profesional, y la mujer ama de casa, joven, de piel blanca, y delgada.
A pesar que Todo en domingo, no plantea el conflicto, existen algunos elementos que nos pueden dar luces de la presencia de atribuciones causales, que en este caso no están ligadas a conflictos que se manifiestan fuera de la mujer. Por el contrario, están vinculados al propio cuerpo femenino. Las atribuciones causales relacionadas a la imposibilidad de la belleza son los el estrés, los problemas estéticos, y la vejez.
El conjunto de valores, creencias, nexos afectivos y atribuciones causales dan forma a un conocimiento social bastaste conservador, que plantea una realidad que está lejos del contexto que nos ha tocado vivir. El cuerpo femenino latinoamericano promedio no cumple con las características fenotípicas que propone la revista, la anatomía de la mujer está luchando por subsistir entre los roles que se ha impuesto y que le ha impuesto la sociedad. La vejez es un proceso natural y degenerativo del cuerpo. Ha sido muy lenta y poco progresiva la introducción de la mujer en las decisiones de carácter social y político de la comunidad. Por otro lado, ya es un cliché hablar del incremento en las cifras de parejas disfuncionales y de divorcios, así como la aprobación de matrimonios entre mismos sexos en algunos países de Europa y en ciertos estados de Norteamérica. No obstante, la continua imposición de estas visiones permite pensar que no queremos experimentar la realidad en la que nos ha tocado coexistir, y que todavía estamos buscando construir una utopía desde aquella trinchera que llamamos cuerpo, y no desde la tolerancia ante lo diferente.
Estos elementos nos permiten construir pieza a pieza el rompecabezas del discurso mediático que plantea Todo en domingo. La utopía del cuerpo femenino se erige alrededor de un mundo ideal, holístico, una sociedad que gira en torno al culto de la belleza del cuerpo, en torno a la apariencia. Todos los procesos de socialización, mediación, así como las diferentes actividades de carácter individual y social tienen su razón en el consumo de la belleza del cuerpo femenino. Este mundo ideal, despojado del más mínimo signo de conflicto económico, social o político, logra penetrar rápidamente en las lectoras para profundizar aún más los lazos entre el medio y el consumidor de este discurso mediático.
El espacio de representación mediática del cuerpo de la mujer de Todo en domingo es aquel terreno fértil donde la imaginería del cuerpo perfecto puede encontrar su reducto, echar raíces y liberar sus poderes. Las casas de las grandes ciudades, habitadas por mujeres de clase media y media alta, que tienen mismo referente de belleza femenina, pero esta vez provenientes de canales por subscripción, cine, o viajes al exterior, con poder adquisitivo suficiente para pensar lograr la utopía de la belleza que observar a diario. Peluquerías, centros de estética corporal, Spas, Gimnasios, institutos de yoga, y toda clase de academias para la liberación y comunión mente-cuerpo. En fin, en todos aquellos espacios donde el cuerpo femenino funcione como dispositivo de consumo. En consecuencia, el fin que acompaña en este discurso, así como el espacio de representación es unificar y relacionar criterios sociales, hacer del cuerpo bello un discurso comprensible para todo el mundo. El objetivo es lograr que el cuerpo femenino como lugar de consumo se convierta en otro elemento más de mediación social.
Mucho tienen que ver las condiciones de producción de la representación mediática en la construcción de la configuración del cuerpo femenino en Todo en domingo. El sesgo periodístico del colectivo de redacción, está determinado, entre otras cosas, por las formas de producción y consumo de la clase a la cual pertenecen. En este sentido, sus inquietudes terminan siendo tan comunes como la de cualquier mujer venezolana.
En suma, Todo en domingo es una revista que en la mayoría de los casos incluye temas autoreferenciales, escritos con la tinta del miedo, la frustración, estereotipos, valores, creencias individuales que terminan por ser la referencia de toda una comunidad de mujeres. Una suerte de universalización de una visión personal del mundo que termina por arraigarse en el pensamiento de toda una sociedad a través de los medios de comunicación; en esta oportunidad en una revista que no terminó por ser tan inocua como solíamos pensar.
Sin duda, todavía observamos y comprendemos el mundo desde la teoría de la caverna platónica. Las mujeres se encuentran dentro a una cinta de Moebius, pues al consumir Todo en domingo la mujer consume también su propio cuerpo, pero a través de una versión distorsionada de si misma. Un fenómeno de consumo que parece no tener punto de partida ni final.
Bibliografía
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