En Venezuela el teatro se llama degradación

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Se cierra el telón, se abre el telón y aparece Mimí Lazo con una malla de licra a cuerpo entero, recitando un monólogo de Mónica Montañes. El Aplauso va por dentro.

Se cierra el telón, se abre el telón y aparece Luis Fernández echado sobre un sofa en plan de divo arrogante, declamando un pasaje escrito por él mismo. No eres tu, soy yo.  

Se cierra el telón, se abre el telón y aparece Luke Grande disfrazado de Judas,el traidor, mientras entona una balada rock mal doblada al español.Jesucristo Superestrella. 

¿Cómo se llama la obra? “Bienvenido a la destrucción cultural del teatro en Venezuela”.

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Hagamos ahora un repaso por su ficha técnica. En el apartado de los actores, debemos imputar a los siguientes responsables por la autoría conjunta de semejante descalabro: Ana María Simon, Pastor Oviedo, Gustavo Rodríguez, Carlota Sosa, Haydee Balza, Wilmer Ramírez, Nacho Huett, Carlos Omobono,Simón Pestana, Iván Tamayo y un largo etcétera. Todos ustedes, cuerda de bandidos, son cómplices del crimen. Sin embargo, todos ustedes apenas llegan al rango de marionetas. Por tanto, deben ser enjuiciados como tales, por un delito menor pero grande en su escala.

Por ende, es el momento de revisar el listado de los promotores intelectuales del atentado: Javier Vidal, Héctor Manrique, Michel Haussman, Mario Sudano,Viviana Gibelli, Mariela Romero, Guillermito González, Carmencita Ramia, Solveigh Hoojestein, la familia Cohen, la familia Escalona y pare usted de contar homicidas turbocapitalistas del proscenio.

De hecho, ellos cometen la fechoría con total alevosía en pro de sus oscuros intereses comerciales. Para mí, son igual de ladrones, igual de rastreros, son el equivalente refinado de una pandilla de capriceros, de guapetones de barrio, prestos a disparar por puro afán de lucro, sin compasión y sin miramientos, bajo la obvia colaboración de las autoridades competentes en materia de difusión y producción de eventos. Léase desde políticos de la clase dirigente, hasta la cámara de representes municipales, por no reparar en la abierta contribución del inmundo, ignorante y complaciente público de la república boliburguesa, cuyo respaldo incondicional garantiza la perpetuación del estado de impunidad sobre las tablas de Venezuela.

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Con la maestra Ximena, vengo tomando nota del asunto en medios de comunicación, y nadie nos hace caso, nadie nos quiere publicar, nadie nos quiere dar tribuna.Ni en radio, prensa y televisión. Hemos intentado denunciar el tema en revistas, pretendidamente serias, y sus editores prefieren evadir la discusión, so pena de buscarse mayores problemas.Por un lado, dicen defender la libertad de expresión; por el otro, nos condenan a la censura y a la exclusión cuando osamos a poner el dedo en la llaga del cadáver putrefacto de la escena nacional.

La razón para silenciarnos es evidente: darle espacio al debate, pondría en juego su negocio redondo con los anunciantes y patrocinantes del aborrecible teatro nacional. De igual modo, comprometería a la lectoría, en su visión maniquea de la realidad contemporánea, según la cual, existen dos formas de cultura: una fea, la del gobierno, y una bonita y chévere, la impulsada por la oposición. Pero nada más falso. Ambas son las dos caras de una misma moneda de corrupción y de expresión de la progresiva tragedia caraqueña, de nuestra progresiva deshumanización.Y como nosotros rechazamos el esquema binario y señalamos con el dedo a los agresores y a los sospechosos habituales con nombre y apellido, somos marginados, somos relegados, somos rechazados, somos apartados de las gloriosas páginas de la izquierda y la derecha. Sin embargo, el esfuerzo por acallarnos carece de sentido y es en vano, porque aquí venimos, aunque sea en internet, a romper con el celofán del mutismo, a drenar lo abiertamente aplacado y contenido por el muro ideológico del colegio nacional periodistas. Otro hermoso órgano a favor de la muerte anunciada del teatro criollo. Desde aquí, los retamos a respondernos, pila de cobardes.  

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Por su parte, las instituciones encargadas de velar por el derecho a un teatro de calidad, tampoco ayudan, desde el Celarg hasta el Teresa Carreño, pasando por el Ateneo del Hatillo y terminando en el caduco Trasnocho Cultural, donde sus directivas y directores cierran el paso a cualquier iniciativa experimental, poco rentable en términos económicos, para acabar favoreciendo a la eterna rosca farandulera de los mercaderes del gremio.

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Así pues, mientras el Trasnocho Cultural le cierra sus puertas a grupos y proyectos alternativos, le da carta blanca a cuanto desastre se le ocurre a Héctor Manrique, porque el hombre garantiza flujo de caja. No en balde, viene de estrenar, junto con Carolina Rincón, su desastre de adaptación del no menos anacrónico texto de Vargas Llosa, “Al Pie del Támesis”, a beneficio de los bolsillos del grupo Actoral Ochenta. Un timo avalado por la presencia del propio escritor peruano, quien fue importado por algunas horas para darle el visto bueno a la pieza de marras. Según la prensa oficial, el frustrado candidato presidencial y novelista de la esterilidad conservadora, aprovechó la ocasión para comer arepas con Manrique y Fabiola Colmenares, en compañía de dinosaurios de la talla de Teodoro, Manuel Caballero y compañía. Todo un mal síntoma del devenir del teatro nacional.

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Conceptual y formalmente, el cuadro lejos de mejorar, empeora. En términos genéricos, abundan las comedias de medio pelo , los melodramas reaccionarios y las obritas infantiles. Pero la regla es el trillado esquema de la pequeña farsa de cámara, según el patrón argentino y mejicano de la revista de variedades. Es decir, la negación absoluta del teatro de investigación, de análisis y de confrontación. En lugar de ello, reina la complacencia del argumento convencional de baja definición, resignado ante el compromiso de la risa fácil y el chistecito grueso, para consentir y masajear el ego populista del respetable en su grado cero de amplitud intelectual.

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Los guiones pecan de superficiales y exigen lo mínimo para ser decodificados por la audiencia. Se evade olímpicamente la realidad del país, y cuando se la afronta, el resultado sigue siendo fallido y desolador, al optar por la salida rápida del moralismo, el estereotipo, el maniqueísmo y la miserable parcialidad política de nuestros días, a favor o en contra del proceso, como en el caso de “Yo Soy Carlos Marx”, supuesta alegoría antichavista, o del musical rojo rojito “A Barrio Vivo”, socorrida reivindicación del coraje cultural del pueblo. Meras propuestas reduccionistas y oportunistas, orquestadas para sacar partido económico e ideológico de la situación vigente. Nadie se plantea una obra diferente y a la inversa del cerrado dilema contemporáneo.

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En el plano de la puesta en escena, los montajes hacen gala y derrochan escasez de ideas, invirtiendo solo en lo estrictamente necesario y demostrando la incapacidad para compensar la ausencia de presupuesto. Se utiliza a la crisis como pretexto y como excusa para justificar la austeridad de medios, aunque al final se prefiera ahorrar el dinero para incrementar el índice de recaudación a repartir entre los involucrados.

De ahí la búsqueda pragmática por reproducir monólogos a diestra y siniestra, o en su defecto, conversaciones banales y costumbristas a cuatro bandas en un escenario desnudo. Por desgracia, la austeridad de nuestro teatro de costumbres jamás deriva en una meditación formal y estética a la manera de Bertold Bretch. En cambio, la norma es hacerlo al estilo del cartón piedra del grupo Rajatabla.

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En cuanto a las actuaciones, ni hablar. Las actuaciones brillan por su ausencia. La carencia formativa impone la sobreactuación o la subactuación insegura, ante la nula exigencia de los directores, cuya verdadera preocupación radica en incorporar a la última vedette del horario estelar en sus filas protagónicas, para ganar más efectivo por concepto de taquilla.

De tal modo, caemos en un círculo vicioso, donde la necesidad de sobrevivir obliga a pactar con el diablo de la frivolidad mediática. Por ello, Winston Vallenilla puede convertirse tranquilamente en el monarca, en el soberano imbatible del teatro musical, con su disfraz de “Hércules”.

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Al mismo tiempo, Fabiola Colmenares puede hacer lo propio con “Los Productores”, aun cuando sus dotes como cantante y bailarina sean tan poco elocuentes y encomiables como los del inconsistente Roque Valero.

De igual manera, Michael Haussmann logra catapultarse y erigirse en el semidios de la opereta criolla,tipo Broadway de Chacaíto, gracias al consenso y al concurso de un país de ciegos, atolondrados y oligofrénicos.

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El encumbramiento de Michael Hausmman certifica la mala hora del teatro criollo, y la emergencia de una nueva mafia especulativa dentro del gremio. Por algo, Michael Hausmman delega sus responsabilidades en otros hombros, como los de Luz Urdaneta, para dedicarse al oficio de alimentar su ego delante de la prensa, a costa del esfuerzo ajeno. Por supuesto, no pasa de ser otra rémora intelectual de la cultura foránea, condenada a repetir, a destiempo, formatos ya procesados en el extranjero. Por consiguiente, es el gemelo teatral del dueño de la franquicia Graffiti, acusado de contrabandear mercancía de segunda.En paralelo, su sed de prestigio y de reconocimiento lo lleva a desconocer y minimizar la labor de sus incondicionales, creyéndose con el derecho de encabezar la ficha técnica de los créditos, porque él paga los salarios de hambre, cobra las entradas(a precios inflados) y se da los vueltos.

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Para rematar la historia, el bodrio de “Visa para un Sueño” amenaza con destronar o pelearle el puesto de liderato al equipo de Michael Hausmman.

“Visa para un Sueño” es un musical sobre la odisea mayamera y gusana de Raúl González, el de Chamokropolis, en su búsqueda material, espiritual y existencial del sueño americano. Vaya imbecilidad, vaya mediocridad, vaya apuesta chabacana y mercantilista a lo Sábado Sensacional, legitimada hasta por las primeras planas de los cuerpos de cultura de la gran prensa nacional. Así de enorme es la degradación del teatro nacional.

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Frente a ello, sólo nos queda ofrecer resistencia y llamar al completo boicot. Es el momento de sumarnos a la conspiración del aguante o de tomar las tablas por asalto. Tu decides ,mi pana.Lo otro es cruzarse de brazos y aguardar por la hecatombe en el marco la Quinta República. Al final y después de todo, el socialismo del siglo XXI es puro teatro. 

 

 

48 Comentarios

  1. amigo aqui tiene un grave problema. si eso es lo que pide el publico, es lo que le dan. Hacer otro tipo de teatro no da dinero, y tener una sala de teratro es caro.
    el publico venezolano como promedio, le falta mucha preparacion intelectual.
    el problema radica en aumentar el conocimiento del publico para que pueda optar por otras alternativas y esas alternativas sean viables economicamente, antes de convertir la sala de teatro en otro antro de «Pare de sufrir» que parece ser el destino de las salas de teatro y de cine.
    Si las persona le gusta eso es debido a que syu gusto no ha sido cultivado.
    yo perteneci al grupo de teatro de la UCAB, y luego en la UDO-NE. este ultimo fenecio de muerte natural, debido a que le publico no entendia las obras y por lo tanto no iban.
    hacer teatro si publico es bastante parecido a la masturbacion.
    En otras capitales del mundo pasan las mismas obras o parecidas a las de aqui ¿de donde vino el monologo de la vagina? pero tambien hay espacios para el teatro alternativo, ya que existe un gran publico para ello.
    Y los actores suelen tener las mismas carencias culturales que los especatadores ¿Que se puede esperar?.
    Lo malo es un publico en promedio, imbecil que pide obras imbeciles. y por lo tanto para ser rentable hay que darle obras imbeciles.
    yo hace años que no voy a una obra de teatro. no me interesa.
    Y las experimentales son incluso peores que esas de faciles risas, ya que salen los seudo intelectuales ahcer obras que ni ellos mismos entienden. como los libros de Lezama lima, que son en su mayoria una estupidez, para hacerse pasar por culto.
    Y si a eso vamos al parecer usted no conoce la obra de Vargas Llosa, esa amnera despectiva de tratarlo solo demuestra una soberana ignorancia de su obra, quizas leyo la ciudad y los perros en el bachillerato y hasta ahi llego, ya que no se comprende un ataque a ese escritor ¡envidia quizas?
    Pero en vez de estar mentandole la madre al teatro ancional, deberia intentar hacer algo para educar al publico, para tener mejores obras. O por lo menos escribalas, ya que tambien hay una excases inmensa de dramaturgos, y sino lo sabia, esa es al materia prima.
    o alquile una sala e intente ver si con el teatro que usted desea se puede mantener y pagar el alquiler ¿lo quiere intentar?
    despues de ello puede hacer una critica realmente valida sobre el teatro del pais

  2. Estimado Luis, gracias por comentar y por el feed back, aunque debemos aclarar algunas cosas. Primero, yo también vengo del mundo del teatro y hacía obras experimentales. Las iban a ver cuatro gatos, nadie las reseñaba y el público salía enojado porque lo retábamos y lo sacábamos de sus casillas. Después de mucho tiempo en el combate, nos cansamos de pelear y decidimos tirar la toalla, porque no había caso. Eso fue hace como ocho años. Ahora la situación es mucho peor. Ya ni siquiera hay espacio y la gente sigue igual, en lo suyo, en su idea de masturbación egocéntrica, en su búsqueda de complacencia. Así es imposible continuar. Luego, tomamos el camino de la crítica, y aquí andamos al pie del cañón, intentando abrir un debate necesario y mil veces postergado.

    En cuanto a Vargas Llosa, sencillamente no me interesa ni como escritor, ni como articulista, ni como político y ni como dramaturgo, desde sus últimas debacles literarias, celebradas por mera corrección política del lector promedio. Yo no me trago el cuento del Vargas Llosa infalible y más allá del bien y del mal, vendido por la gran prensa. Eso es un vulgar mito. Para mí, Vargas Llosa murió y no hay manera de resucitarlo.
    Finalmente, es una molestia responder a tus reclamos personales, fuera de lugar y de tono. Ni me conoces, ni sabes quién soy, ni tiene el más mínimo interés para la discusión. No vale la pena concentrarnos en mi persona. El post no es sobre eso.

    De nuevo, gracias por comentar y espero tu próxima respuesta.
    Muchos saludos.

  3. Sin ser más allá de un espectador (y en alguna oportunidad picado por el gusano de las tablas en el colegio), comparto tus críticas. Sin embargo, quiero ser menos apocalíptico. Creo, y quién sabe cuánto más me dure la fe en esta teoría, que la abundancia de material desechable en las tablas nacionales generará un mayor tino selectivo en el público.
    La generación de los señores acomodados ya esté en su antepenúltimo estertor, y muchos de esos espectadores juveniles que comparten el criterio expuesto por ti tomarán (seguimos en la onda esperanzadora) la senda del teatro que analiza, muestra y desnuda nuestras vidas.
    Ahora bien, y es tema de otro post, ¿crees que la avasallante tecnología termine por devorarse al teatro, al menos en nuestro país? Me explico, hoy los jóvenes prefieren expresarse en cortometrajes, incluso grabados en su celular, que fomentar un grupo místico (porque el teatro requiere kilos de eso) que decida exponer sus ideas al feedback inmediato.
    La verdad, yo me inclino a pensar que la experiencia de las tablas tiene fehca de caducidad, al menos en su sentido clásico.

  4. Es que ese es el punto, educar al espectador, mientras no se eduque al espectador no podra existir un buen teatro.
    La critica tiene una funcion cuando hay un buen teatro que criticar, pero en el estado actual, la critica es improductiva, entonces el deber de quienes hacen teatro es educar al publico.
    esa funcion la hacia el festival de teatro de caracas, que muchas personas hasta por snobismo iban a ver buen teatro y de cierta manera hacia que subieran sus espectativas de lo qe deberia ser buen teatro. en especial entre los mas jovenes que se tenia las entradas a mitad de precio.
    pero desde hace unos años no se realiza ese festival, creo que por razones revolucionarias.
    ¿y que hacen las personas preocupadas por el teatro’ prefieren irse a bogota a ver buen teatro, en vez de tratar de hacerlo aqui.
    Y nadie hace nada.
    Mi opinion es que hay que hacer algo, y las personas mas indicadas para ello, los que estan preparados y tienen un interes en el, se lamentan de la situacion en vez de hacer algo, cualquier cosa, un gesto.
    no podemos criticar que exista un mal teatro con pesimos actores 8con honrosas ecepciones) si el publico mismo no se da cuenta de ello, y de hecho los alaba para que persistan en su mediocridad.
    y por supuesto como eso es por lo que paga ese publico, los que tienen teatros solo quieren mas basura, ya que la basura le paga sus cuentas.
    es en el publico donde hay que hacer enfasis.
    Sobre los de vargas llosa el en su vida privada puede ser pedofilo, zoofilo, comer moco, oser chavista. una vaina es su vida privada y otra es su obra. yo prefiero ver la obra y olvidarme del del hombre, ya que lo importante es la obra, y su obra es realmente impresionante, barbara cataclismica es algo verdadero, solo hay que recordar su obra 2la guerra del fin del mundo», o 2la tia julia y el escribidor» todos los autores han tenido altibajos, muchas de las novelas ejemplares de cervantes son una porqueria, e incluso lopez de vega tuvo sus altibajos, que no todo puede ser tan excelente. el caso que me recuerdo mas dramatico es garcia marquez, que se fundio luego de escribir 100 años, la cual es posible la mejor novela de lengua española, pero luego de eso el tipo bajo a un nivel increible. y desde ese moemnto no realizo nada que valga la pena si quiera recordar.
    Por lo menos Llosa ha tenido un nivel similar desde sus comienzos con algunos picos como La guerra del fin del mundo, y otros mas abajo.
    Pero no se le puede juzgar por que ha tenido uno que optro altibajo.
    y por el contrario si estoy interesado en una discusion, y utilize el mismo tono » tus reclamos personales, fuera de lugar y de tono.» que utilizastes en tu post ( es una pregunta retorica) pero, si te molesta ese tono ¡por caul razon lo utilizas en tu post y de paso cuando hablas de vargas Llosas?
    ¿no seria mas consecuente que no lo utilizaras?
    si yo no quiero que me injurien con groserias, trato de no hacerlo, si las utilizo estoy dispuesto aceptarla del interlocutor.
    quid pro quo

  5. ¿Es verdaderamente así de malo como lo describe Cobra el teatro en Venezuela? A mi me gusta el teatro. Todos los años voy a Stratford, en la provincia de Ontario, Canada al festival de Shakespeare.
    Este año presentan mi favorita, Hamlet, sin embargo no fui a verla. Vi el musical Cabaret y la nueva versión en inglés de Fuenteovejuna. Ese es mi marco de referencia para el teatro.
    http://www.stratford-festival.on.ca/
    Tambien veo la Royal Shakespeare Company cuando visita Ann Arbor.
    http://www.umich.edu/pres/rsc/calendar/october.html

    Pero lo que describe Cobra no parece relacionarse con el teatro sino con una intifada contra cualquier vaina degradante. En verdad, leí 0 (esto es, CERO) en materia de teatro. Nada sobre la relación personaje-actor, o la dinámica entre naturalismo y racionalismo tan elocuentemente desarrollada en Bretch (a quien Cobra menciona, incidentalmente), o los méritos del verso o la prosa (remember flat verse and iambic pentameter?), o la escenografía (bueno, cierto que dice que es frugal, aunque la razón es la voracidad por utilidades de los dueños del negocio).

    Sin embargo, a mi me gustó la crítica de Cobra desde un punto de vista ontológico. Es bueno que ella exista porque demuestra la preocupación y el esfuerzo que acompaña a esa preocupación, del Sr. Cobranza. Es altamente probable que pudiese haber escrito una crítica más constructiva, por el simple hecho de que esta crítica es tan mala que cualquier otra vaina sería mejor. Pero esto fue lo que hizo, y le echó bola a su vaina, con fotos apropiadas y bien montadas en el texto.

    Cobra critica al teatro de una manera bochornosa. Es como tirar la granada dentro del cuarto para que todos los que están adentro se jodan. Y, por supuesto, todos los que están adentro, son todos menos Cobra. Y tal vez otros cuatro pelagatos.

    ¿De qué otra manera pude uno interpretar esto?
    «De igual manera, Michael Haussmann logra catapultarse y erigirse en el semidios de la opereta criolla,tipo Broadway de Chacaíto, gracias al consenso y al concurso de un país de ciegos, atolondrados y oligofrénicos.»

    Bueno, ahí todo el mundo agarró su poquito de ñoña (mierda, para los iniciados)

    Yo tengo una opinión respecto al teatro venezolano. Es la misma opinión que tengo con respecto a la crítica de Cobra: desde el punto de vista ontológico, es bueno que exista. Igualito a como lo hace el Sr. Cobranza, alguien le echa bola y alquila la sala, paga por el entrenamiento, genera empleo, genera entretenimiento para un mercado que demanda ese entretenimiento. ¿Que pudiera ser mejor? Por supuesto! Igualito a como pasa con Cobra, casi cualquier otro teatro pudiese ser mejor, porque este es muy malo. Pero es lo que tenemos y sería de pinga si todos encontrásemos la manera de subir el calibre partiendo desde aquí, donde estamos ahora.

    Tal vez el primer paso en esa dirección es el tipo de crítica de Cobra. Denunciarlos a todos como la crápula de la pústula (ojo, copyright con esa frase), decir que todos ellos son unos comemierdas en un pais de oligofrénicos. Pero yo no creo que esa sea la mejor manera de iniciar el camino. Tiene que haber algo valioso en las obras que Cobra reseña. Una canción tal vez, o un diálogo. Uno podría empezar por ahi. Concentrase en lo que es bueno y celebrarlo.

    Ese es precisamente mi peo con Chávez. Ese carajo no hace más que mentarle la madre al imperialismo, decir que ellos son la crápula de la pústula. Y cuando uno voltea a ver quien es el imprerialismo, resulta que es una etiqueta para ponersela a todo el que esté en desacuerdo contigo. ¿No sería más chévere si este Sr. Chávez se enfocara en las cosas buenas? Mejorar los hospitales, por ejemplo. Hacer allí una buena labor. Sería magnífico si las cosas fueran así.

  6. Y ¿que tiene de malo terminar hablando del hijo e puta mayor?
    ¿acaso el no ha elevado la mediocridad a un estado de mito olimpico?
    ¿acaso no fue chavez quien elimino el festival de teatro? ¡O fui yo?
    ¡alguien tuvo que eliminarlo?
    La mediockridad es la marca registrada ¡sabes lo aburrido que es el arte socialista? o socio estas listo.
    vamos no creo que defiendas el teatro de la antigua URSS et al.
    Pana, el tipejo ese a hecho mas por la destrucon del `pais que cualquier otro, ser inculto es el mayor logro que un revolucionario puede pedir, no tener ningun pensamiento critico es lo deseable.
    ¿Y eso es ladilla?
    ¿me lo juras por tu mamacita, o tu mamasonga?
    no ver la relacion es ser algo, digamos amablemente, miope.
    Aunque puedo utilizar otras palabras mas adecuadas.

  7. Lee de nuevo, Luis, yo tambíén crítico al proceso y a la revolución en su manera de haber contribuido a la destrucción del teatro nacional. Pero tampoco voy a reducir el tema a la clásica diatriba antichavista. Saludos.

  8. Queridos críticos de Panfleto negro:

    Vale la pena señalar algunas cosas en la pequeña polémica que nos ocupa en esta ocasión. Lamento en primer lugar no poder dialogar abiertamente con el Sr Cobranza, ya que como él dice, viene del mundo del teatro y sería provechoso mantener un intercambio de ideas desde su formación teatral, pero «descartando las máscaras». Le aseguro que el día que decida abandonar el seudónimo, todo será más enriquecedor, porque siempre queda la sospecha de quién se esconde tras soberbias críticas con un nombre prestado.

    Igualmente quiero expresar lo siguiente:
    No es falso que muchas de nuestras salas están llenas de un teatro comercial, que son más bien una prolongación de nuestra televisión. No desdeño la idea de que las «estrellas»de la pantalla, vengan a probar sus «dotes» actorales al teatro, a pesar de que en su mayoría son obras convencionales, un tanto vacías y en algunos casos, hasta nulas. No son el tipo de obras que enaltecen nuestro quehacer dramaturgico, ni son, en muchos casos, piezas de trascendencia que nos coloquen en un lugar privilegiado en el la escena latinoamericana. Nuestras herencias dramáticas (Cabrujas, Chalbaud, Chocron, Santana, Romero, Peña, Moreno, Shon y un montón más), a las que tanto le debemos, no han sido siempre el modelo a seguir o el modelo a negar. No podemos ni siquiera presumir que estas obras comerciales nieguen o confronten a ese legado, pues más bien se desvinculan de todo rastro del buen teatro, que si bien no es tan antiguo, ha marcado un hito en la historia de nuestro país. Lo comercial viene a ser más bien otra vertiente en nuestra escena contemporánea.

    Ahora bien, lo que ud señala sólo se reduce a lo que en mi formación llamariamos «criticastro». Una buena crítica, sr. Cobra, y ud lo debe saber, no se reduce al mero gusto, eso lo dejamos a los ciudadanos que no están formados en el área -quienes incluso, a veces, son más profundos-. Una crítica que se precie de serlo, sr. Cobra, puede querellarse con cuánto le plazca, pero ojo, sin dejar a un lado las cosas que puedan ser rescatables, importantes y solucionables. Se puede ser mordaz y descarnado pero eso no le impide proponer una salida, o rescatar, en su planteamiento, una resolución posible a la escena teatral venezolana, pues la crítica tiene sus funciones. La situación de nuestro teatro actual es mucho más compleja de lo que ud plantea. No sólo es un problema lo que se monta, sino también valdría preguntarse por qué se está haciendo, cuánta gente convoca este tipo de teatro, y si es provechosa esta situación. ¿Nuestro teatros están vacíos? ¿Realmente estamos en una crisis? o ¿Ya no tenemos nada que ofrecer? ¿Qué se está escribiendo? ¿Caracas es el único lugar para la cultura teatral? ¿Se sabe cuántos de nuestros grupos están de gira en el exterior con sus apuestas escénicas nada comerciales? ¿Hay una crítica que respalde y considere toda esta situación?

    Con ello no desestimo su afán trágico en querer ver al teatro venezolano sólo y unicamente a tráves de un cenital, el comercial. Nuestro teatro, Sr. Cobra, no sólo está lleno de eso: le recuerdo por ejemplo que el montaje del director EXPERIMENTAL y ganador del premio municipal de teatro 2006, Dairo Piñeres «La cantante calva», tenía pautadas pocas semanas en el ateneo; pero luego de su contundente éxito, la sala estuvo abierta por varias semanas más y siempre con el aforo completo. También tenemos el caso de «La señora Klein», también presentada en el Ateneo, con muy buen público (nada de cuatro gatos), y con un texto impecable, que sí, no era venezolano, pero era montado, dirigido y representado por nuestra gente. Algo importante, ¿no?. Volviendo al absurdo, tuvimos también en el Ateneo, «Final de partida» dirigida magistralmente por el señor Héctor Manrique, lo cual no concuerda precisamente con la imagen que ud. deja ver de él. Manrique ha demostrado que sabe traducir escénicamente lo comercial y también lo que no se le parece. Esta pieza fue además interpretada por el Ga80 y no recuerdo haber visto a ningún actor de la TV dramatizando ningún parlamento. Otro proyecto interesante es el de Rajatabla, que viene a montar algunos autores ganadores del concurso de Inéditos de Monteávila, entre los que se encontraba en escena «Los dioses del sur» de Vicente Lira, que si bien no es una obra de grandes alcances, es un proyecto que se desmarca de todo gesto publicitario. Es en todo caso, esto es una apuesta a un teatro que nada tiene que ver con lo que Ud denuncia. Rajatabla también ha venido remontando obras como «El coronel no tiene quien le escriba», reponiendo la dirección de Carlos Giménez. Así pues, Sr Cobra, un sinfin de obras y salas están dispuestas en la semana al público que finalmente decide a cual entrar (público que por cierto no debemos subestimar) y que no es cierto que todas están copadas con la producción comercial. Revise la cartelera, vaya al teatro, haga un paneo y escriba sus críticas, pero por favor, vaya más allá de los meros gustos. Insértese a establecer comparaciones, propuestas, respuestas, y le aseguro que su texto será mejor acogido por los lectores.

    Ahí le dejo mi nombre, no tengo nada que enmascarar, será más fácil siempre que discutamos esto, que es cosa seria, sin tantas caretas.
    Saludos cordiales,

  9. Lo de las caretas está completamente de más. Aquí no andamos con moralismos a la hora usar anónimos o seudónimos.Luego no me venga con eso de la crítica constructiva, porque la función de la crítica no pasa necesariamente por aportar soluciones. La crítica se puede quedar tranquilamente en el plano de la destrucción, la demolición o la deconstrucción. Ahí tiene el caso, por ejemplo, del despiadado Eduardo Antín de la prensa argentina, por citar un nombre. Después, usted me habla de situaciones aisladas, del teatro minoritario, mientras yo me refiero a un hecho preciso e innegable de la actualidad caraqueña: el chabacano devenir del teatro nacional, cuya omnipresencia monopólica se hace notoria desde el Celarg hasta el Ataneo. No se puede ocultar con un dedo o justificar por la supuesta diversidad de la oferta. En realidad, amiga y usted lo sabe bien, no hay mayor diversidad en la actualidad, y sería absurdo querer disminuir o suavizar el impacto arrollador de la farándula sobre las tablas nacionales. A ello se refiere mi artículo, con no poca molestia y aversión. Por ello, vuelva a leerlo para salir de dudas. Por lo demás, si usted quiere conseguir críticas constructivas sobre el teatro nacional, búsquelas en la prensa convencional, donde hacen música para sus oídos. Por el contrario, si le interesa conversar sin hipocresías y falsas imposturas, aquí la estaremos esperando en panfletonegro. Muchos saludos y gracias por comentar.

  10. Completamente de acuerdo, Mr. Cobra. Hay que darles duro a estos sinverguenzas que han convertido al teatro en un tele en vivo y en directo. El teatro en venezuela se ha telenovelizado. Lamentable. Aunque habría que decir que el mismo Manrique hace ya algunos años hizo lo mejorcito que se recuerda en las tabas nacionales: El día que me quieras.
    Mis respetos.

  11. Así como está escrito, este texto es publicable sólo en soportes como este. Es donde merece estar. Te invito a que hagas un reportaje sobre la situación actual del teatro en Caracas, y tomes como marco histórico los últimos 40 años. Creo que bien planteado, y revisado junto a sus protagonistas (te guste o no lo que ellos hagan u opinen), puede leerse en unos 15 mil caracteres con espacio. Miles menos, pero no miles más. El espacio es arbitrario, pero como sabrás, responde a unas necesidades de diagramación y compaginación propias de medios más tradicionales, tribunas en las que exiges, al principio de tu texto, ser leído.

    Debe ser mordaz, pero claro. Y concluir con un diagnóstico. Nada de lugares comunes y frases vacías. No es que yo tenga un medio (periódico o revista) donde peinse publicarlo de entrada. Pero si me convence, puedo intentar ayudarte en eso. Después habría que resolver la documentación fotográfica. El tema me interesa. Tú asumes una postura y yo creo que eso mismo se puede decir mejor (mucho mejor, en realidad) sin desviar sus pretenciones.

    Por cierto, me pasa con la señora que te llama señor, lo mismo que contigo esta vez: opinamos casi igual, pero no por las mismas razones.

    Saludos.

  12. Bueno pana, gracias por comentar, pero de verdad no voy pendiente de suavizar o de atemperar el artículo para poder publicarlo en la prensa convencional, o en las revistas del momento. Sencillamente, no me interesa. Allá ellas con sus códigos de ética y con sus requerimientos de publicación. Yo en lo personal, Leo Felipe, no estoy interesado en hacer un reportaje periodístico sobre el tema, recogiendo opiniones y justificaciones de gente comprometida con la rosca del teatro. Para eso, insisto, me quedo con las reseñas de los periódicos. Yo quiero, nada más, expresar y drenar un descontento muy personal, cuyo contenido escapa de los rígidos cánones de la política editorial al uso. Es todo.
    Por lo demás, me llegó a las manos el último número de 2021, y me encantó el cuento de Belmonte. La diagramación y el contenido de la revista, me gustan, pana. De verdad, de lo mejor hecho por ustedes hasta ahora. Sin embargo, y a modo de confesión, el nombre de la revista me inquieta y me despierta algunas suspicacias. ¿Por qué 2021?¿Me lo podrías aclarar, viejito?Muchos saludos y mis más sinceras felicitaciones por la llegada de tu nena.

  13. De acuerdo con todo, estimado Cobra, y aun con ánimos de añadir que el teatro, tal vez más que el resto de las artes, es cosa negada al venezolano. Ante un personaje trágico o ilustre, estos maleducados se ríen. No dan para más. Recuérdese el colonial Teatro de Madereros, sito en Caracas. En tierra donde el nombre de artistas se da principalmente a los seudoactores de televisión, el teatro no puede otra cosa sino la oportunidad de verlos fuera de la mísera pantalla televisiva. En tierra donde los artistas proceden de ese vil medio, un Cabrujas, responsable de ese contrasentido que llaman «telenovela cultural», es todo un paradigma o, como escribió alguien digno de la atención del virólogo Carlos Elio, «el modelo a seguir o el modelo a negar». Otra para usted, doctor: «No es sólo un problema lo que se monta», como si el problema fuera caballo. Es una variedad hípica de su famoso sila.

    Y si la calidad de las obras se deduce por los montos de taquilla, El aplauso va por dentro es lo mejor del teatro venezolano, y Harry Potter lo más logrado de la literatura universal. El de la taquilla o las ventas es un triste criterio de gerente o empresario. En realidad no es otro que el del statu quo, y el responsable de que toda posibilidad artística sea una triste añoranza.

    Bueno, Cobra, oiga consejo: mejor póngase con sus artículos a salvar cosas, o a rescatarlas, como si usted fuera un salvavidas. O un alcalde. Yo creo que este panfleto es leído por menos artistas que políticos.

    Saludos

  14. Y eso de educar al público, cabrones, es demagogia. Cada quien es responsable de su educación. Lo contrario sí es subestimar al prójimo, a quien se considera incapaz hasta de pensar por sí mismo. La educación no es una dádiva ni una labor de caridad.

  15. El teatro «experimental» o «alternativo» carece de mediadores capaces de arrancar dinero a los mecenas, como fuera Giménez. Si a eso agregamos el pragmatismo inmediatista que nos submerge -la búsqueda de la risa fácil, la negación de la reflexión en todos los ámbitos-, no es difícil de constatar lo que afirmas.
    No tienes ni que llamar a boicot. Yo eso no lo veo ni que me paguen por asistir al «teatro». Vaya mamarrachadas…
    Tienes toda la razón en poner el dedo en la llaga. ¿Hasta cuándo el conformismo en el país de las Misses? Nadie en su sano juicio puede defender el estado del teatro nacional en la actualidad, y el que lo haga no es más que un cómplice del asesinato, un tonto útil, una traba para que el teatro renazca de las cenizas.

  16. Ejercicio: ver una obra de arte, separar el gusto propio y el entendimiento, hacer la crítica sin gusto.

    Arrogancia e ignorancia pueden ir juntas. Prueba: «el mero gusto lo dejamos a los ciudadanos que no están formados en el área».

    Mira, chamita, y cómo le haces para no meter el gusto tuyo en la crítica. ¿O es que tú criticas sin gusto? Coño, métele aunque sea un poquito, porque, muy falto de gusto y todo, eso que escribiste es un galimatías. Aunque se ve que te gustaron algunas obritas pendejas, algunas de ellas sin mérito alguno, como tú misma señalas. ¿No será mero gusto el tuyo, y por cierto bien dudoso?

  17. Cobrita, lo que escribiste no puede llamarse crítica al teatro. No tiene nada que ver con teatro. Tú escribiste sobre tu disgusto con la gente que está detrás del teatro en Venezuela, lo que a ti te molesta de los tipos que hacen teatro, los grandes villanos de la escenografía. Pero no escribiste nada sobre teatro. ¿Estamos de acuerdo? Si no estás de acuerdo, dame una muestra de la crítica al teatro en tu escrito.

    Si estamos de acuerdo en que tu critica va dirigida a los personajes detrás del telón, es bueno reconocer que esa no es una pérdida de tiempo. James Shapiro publicó un libro sobre Shakespeare (A year in the life of William Shakespeare: 1599) donde no habla de teatro. Describe los problemas de la compañía que Burbage formó con cuatro socios (Shakespeare entre ellos) y sus peos construyendo the Globe en diciembre de 1598. También habla de los problemas de Ben Johnson con los censores y la muerte de Marlowe en el bar.

    Pero Shapiro no dice que el teatro era una cagada, ni siquiera hace un comentario sobre el teatro. Mi punto es que podemos tener conversaciones sobre la sociología del teatro (creo que es lo que tú haces) o las virtudes literarias y escenográficas del teatro (lo cual tú no haces).

    Shapiro buscó datos, hizo una buena investigación, y ello contribuye a la formación de una imagen del entorno social de aquella época. A mi me ha sido útil para entender el teatro elizabethiano. Lamentablemente, no encontré datos en tu escrito, solo opiniones personales. Por supuesto que tienes perfecto derecho a expresar tus opiniones personales. Genralmente, tiene más sentido expresarlas entre amigos y familiares ya que ellos tienen que lidear contigo como persona. Pero en un medio como este las opiniones personales tienen poco mérito. ¿Tienes datos de todas las trastadas que reseñas en tu escrito?

  18. Sin duda, eres un pésimo lector, Carlos Elio, o un tipo sencillamente mezquino , mentiroso o ciego. Échale una ojeada a los siguientes párrafos, para ver si no hablo de teatro, Mister Magoo del Sila, embustero, estafador. La psiquiatría, al igual que tú, es una pseudociencia.Vuelve a revisar antes de hacer tu diagnóstico chimbo, bandido.

    Conceptual y formalmente, el cuadro lejos de mejorar, empeora. En términos genéricos, abundan las comedias de medio pelo , los melodramas reaccionarios y las obritas infantiles. Pero la regla es el trillado esquema de la pequeña farsa de cámara, según el patrón argentino y mejicano de la revista de variedades. Es decir, la negación absoluta del teatro de investigación, de análisis y de confrontación. En lugar de ello, reina la complacencia del argumento convencional de baja definición, resignado ante el compromiso de la risa fácil y el chistecito grueso, para consentir y masajear el ego populista del respetable en su grado cero de amplitud intelectual.

    Los guiones pecan de superficiales y exigen lo mínimo para ser decodificados por la audiencia. Se evade olímpicamente la realidad del país, y cuando se la afronta, el resultado sigue siendo fallido y desolador, al optar por la salida rápida del moralismo, el estereotipo, el maniqueísmo y la miserable parcialidad política de nuestros días, a favor o en contra del proceso, como en el caso de “Yo Soy Carlos Marx”, supuesta alegoría antichavista, o del musical rojo rojito “A Barrio Vivo”, socorrida reivindicación del coraje cultural del pueblo. Meras propuestas reduccionistas y oportunistas, orquestadas para sacar partido económico e ideológico de la situación vigente. Nadie se plantea una obra diferente y a la inversa del cerrado dilema contemporáneo.

    En el plano de la puesta en escena, los montajes hacen gala y derrochan escasez de ideas, invirtiendo solo en lo estrictamente necesario y demostrando la incapacidad para compensar la ausencia de presupuesto. Se utiliza a la crisis como pretexto y como excusa para justificar la austeridad de medios, aunque al final se prefiera ahorrar el dinero para incrementar el índice de recaudación a repartir entre los involucrados.

    De ahí la búsqueda pragmática por reproducir monólogos a diestra y siniestra, o en su defecto, conversaciones banales y costumbristas a cuatro bandas en un escenario desnudo. Por desgracia, la austeridad de nuestro teatro de costumbres jamás deriva en una meditación formal y estética a la manera de Bertold Bretch. En cambio, la norma es hacerlo al estilo del cartón piedra del grupo Rajatabla.

    En cuanto a las actuaciones, ni hablar. Las actuaciones brillan por su ausencia. La carencia formativa impone la sobreactuación o la subactuación insegura, ante la nula exigencia de los directores, cuya verdadera preocupación radica en incorporar a la última vedette del horario estelar en sus filas protagónicas, para ganar más efectivo por concepto de taquilla.

    De tal modo, caemos en un círculo vicioso, donde la necesidad de sobrevivir obliga a pactar con el diablo de la frivolidad mediática. Por ello, Winston Vallenilla puede convertirse tranquilamente en el monarca, en el soberano imbatible del teatro musical, con su disfraz de “Hércules”.

  19. ¿Lidear? ¿Elizabethano? La última vez que fui a preescolar, era lidiar e Isabelino.

    El arribismo es una vaina. Sin embargo, creo que he descubierto un secreto: la forma de leer a Carlos Elio es imaginárselo hablando como Eeeel Chuniooooor.

  20. Resulta que Monsalve, como siempre, que arrechera!, tiene absoluta razón. Muy bueno haberle dado hasta con el tobo a gente como Haussman, se lo merece, diste en el clavo, me leiste la mente! De Manrique, es una lastima, sigue siendo el mejor director teatral que tenemos, pero el dinero y los cargos publicos lo tienen distraido, aun asi le sobra talento, es recatable, no asi el adefecio de Javier Vidal, alguien deberia declararlo persona non grata! Mimi y Luis son honestos, ellos saben lo que son y lo que hacen y cual es su gancho, no tienen mayores pretensiones, son estrellas y estan claros, se les agradece la honestidad al menos.
    Carlos Elio no ha entendido aun de que se trata esta pagina, y algunos otros tampoco. Esos cuentos del teatro shakespereano, son precisamente el otro lado de la moneda de lo que explica tan fielmente Cobra. Eso es lo que no existe aqui Carlos Elio, porque esto Venezuela y no Ann Arbor, ni Ontario, ni mucho menos Londres. Ese es el meollo del asunto. Y si es un problema de estrellistas de television y un publico que las pide y las desea. Si es el teatro que merecemos porque es lo que queremos, porque si es verdad que no hay formación como en los paises del sur por ejemplo, donde la gente va al teatro un lunes a las 5 de la tarde y aqui solo existen los fines de semana. Y no, no hay mucha critica que hacer porque no hay teatro, solo comedias de vodevil, divertimentos para pasar el rato y de eso no es mucho lo que se puede decir. No hay reflexion porque no hay estudio ni investigacion ni esfuerzo. Porque no hay nadie que le diga a Pastor Oviedo que el no es Sanzon porque su fuerza actoral no esta en su tumusa ni en ninguna parte de su humanidad porque simplemente no tiene talento, y aun asi aparece en cine teatro y television. Esto nisiquiera es Hollywood donde la gente tiene que hacer casting y luego estudiar y leerse libros antes de que se aprenda el libreto. Aqui nisiquiera hay libreto. El teatro venezolano esta muerto hace años. Por eso yo tambien lo deje, por las estrellitas, por la taquilla, por los monologos y por los que creen que hacer teatro es lo mismo que hacer terapia de grupo. Porque nadie se lo toma en serio, nisiquiera los que alguna vez se lo tomaron en serio. Porque todos creen tener la formula magica para convertir cualquier bodrio en un exito superrentable. Porque nisiquiera saben leer ni pronunciar correctamente. porque hacen un cursito de actuacion de 3 meses y ya se creen preparados para hacer Ricardo III. Porque el teatro es solo un ejercicio, una experiencia, el verdadero trabajo esta en la television, eso es lo que si toman en serio porque alli si les pagan. Es perfectamente comprensible. El teatro en este pais es un lujo de clases pudientes pero ahora embrutecidas y en el mejor de los casos el experimentico de los niños bien y atormentados. No hay remedio, no hay salvación, estamos jodidos!
    Monsalve, como dice el verdadero chunior, gracias por existir!

  21. Ajá, pasé a agradecer los buenos deseos y las felicitaciones. Qué bueno que te guste la 2021. Yo también creo que es de lo que hemos hecho, lo mejor hasta ahora. Sobre tu inquietud no pienso aclarar algo. A algunos se les llama por su nombre. A ti, supongo, te llaman mucho por el apellido. Y -a veces- hasta por un pseudónimo. Pero la cosa no es como te llames, sino lo que escribas. ¿O no? Las suspicacias son consecuencia de una premeditación y en este caso, como la misma revista, gratuitas. No te detengas en ellas más de lo necesario. Saludos.

  22. Yo firmo. Nosotros sabemos lo que hacemos. Lo hacemos con respeto. Ve las caras del público complacido despues de cada función. Sr. Resentido. No critique. Haga teatro. Enséñenos como se debe hacer entonces?.. cuando estrena?.. espero ser invitado.

    Samuel Hurtado.

  23. Debo informar a todas las personas invitadas a este evento que lamentablemente la Función «DIVERSOS» fue cancelada.

    Las fechas que el Taller de Danza de Caracas había reservado para la realización de esta Función desde Marzo de este año, fueron eliminadas arbitrariamente por el Director de Promoción Cultural del CELARG José Ignacio Chirimelli sin notificarnos o consultarnos previamente. Dichas fechas ahora estan siendo utilizadas para presentar las «obras de teatro» JUNTOS PERO NO REVUELTOS con Gledys Ibarra y LA GRAN RAQUEL con La Beba Rojas.

    Agradecemos la difusión de esta noticia como muestra de solidaridad al Taller de Danza de Caracas y en general con todo el sector que se dedica a hacer danza en este país.

    Igualmente les estaré informando de posibles próximas fechas para que puedan disfrutar de nuestro programa «DIVERSOS».

    Gracias por su apoyo!! Saludos a todos!!

  24. Alquimio, ¿qué es lo que Monsalve le empuja a Andreína? Yo soy mal pensado y tengo unas teorías. Ahora pienso que Andreína tiene un par de camionetas malas (ergo, mal pensado), con problemas de arranque, y Monsalve las empuja para que prendan. ¿Acerté?

    Ojo, no creo que sean las gónadas. Monsalve se la pasa mandandome mil besitos y no creo que piense en Andreína para esos menesteres.

  25. estoy contento que exista actividad en nuestro pais ,pero esto no es teatro de clase,es un triste teatro de chacaito con actores de tv,engañando a la gente sobre todo con el montaje bulgasr y de poca imaginacion el aplauso de mimi.que lastima que manrrique sea tan mesiocre y la gente de tv.que muchos no son actores lo consideren director

  26. ustedes me van a perdonar, pero esta cosa ni siquiera dan ganas de seguir leyéndola. tengo la seria sospecha de que quien arrancó con este «blog» es alguien muy resentido a quien en sus fallidos intentos por ser visitado en las salas de teatro lo único que consiguió fueron grillitos de fondo musical.
    siento mucho que te haya ido tan mal, pero como dirían en la obra de Indira Páez, dirigida por uno de esos que tu llamas «intelectuales del teatro» con tanto sarcasmo como lo es Mario Sudano: «Pana…MÁTATE!».
    es muy fregado vivir con tanta envidia y resentimiento. honestamente me da mucha risa todo esto porque me encantaría que me dijeran quién hace teatro para que vaya a verlo a uno su mamá y su novia.
    además, deja de llamarte «crítico» del teatro que te queda muy grande. los críticos son gente madura, gente seria (en muchos de los casos), gente culta, pero en otros, y lamentablemente son de los que abundan en este mundillo teatral venezolano, gente resentida, «loosers», «wanna be» de actor, escritor o director exitoso y a quienes al ver que nadie hablaba ni bien ni mal de ellos, no les quedó otra cosa que hablar mal de los demás.
    jajajaja! en serio, panita: MÁTATE, que mientras tú lo haces, toda esa gente a las que pretendes destruir es cada vez más exitosa, tiene más dinero, está más satisfecha y orgullosa de sus trabajos y, sobre todo, que creo que es lo que más te saca de tus casillas: tienen las salas a reventar!

  27. ah, por cierto, creo que desenmascararte pude ser un juego de niños. quieres que diga quién eres o te da pena porque estás avergonzado de tí mismo?

  28. y por último: criticas todas estas producciones, pero eso sí: no te pelas un estreno! será que en realidad SI te interesa lo que ahí se hace o es que es el único sitio en el que puedes tomar whisky 18 años? jejeje! pelabolas!

  29. Tú mismo eres: es verdad que el cartel que acapara las salas de teatro es cada vez más exitoso y rico, como cualquier capo de la droga, que medra con el vicio. De hecho van a seguir enriqueciéndose, pues su asunto no es el arte sino el dinero. Son comerciantes a la medida de personas como tú, que confundes el éxito y la riqueza con la excelencia estética. Ahí te cito: «toda esa gente a las que pretendes destruir es cada vez más exitosa, tiene más dinero, está más satisfecha y orgullosa de sus trabajos y, sobre todo, que creo que es lo que más te saca de tus casillas: tienen las salas a reventar!» Este punto de vista es el más corriente en una sociedad cuyo único bien es el dinero. De hecho, el «pelabolas» con que al final quieres ofender, como si fueras una vulgar chica plástica, al acertado autor del artículo, muestra la profundidad de tu comentario.

    Y en cuanto al resentimiento ¿en qué cambia las cosas? ¿Acaso debemos callarnos cuando algo no es de nuestro gusto? ¿Acaso no es una infamia que el Ateneo de Caracas dé sala únicamente a las implantadas de la televisión o mujeres Frankenstein? ¿Acaso no es una infamia que se den los papeles a tipos sin talento y sin más mérito que el que una publicidad tramposa les ha dado? ¿O es que Luis Fernández, en tu elevado concepto, puede hacer algo que no sea el estereotipo homosexual de su gran éxito de taquilla Jav y Jos? ¿O distinto a su patética encarnación de Miranda, película en la que guionista, director y actores compitieron para saber quién lo hacía peor? Si expresar esto le gana a uno el mote de resentido, pues lo llevo con orgullo. Y no me vengas con cuentos de que nos avergonzamos, pues el nombre tuyo no lo veo por ninguna parte.

  30. La verdad es que el resentimiento es el peor consejero de las personas. Qué envidian? La fama y el éxito de los artistas? Que el público vaya y pague por ver a sus artístas? Qué el boca a boca haga que se llenen las salas? Qué un artísta como Héctor Manrique, monte Final de Partida de Beckett y Monólogos de la Vagina, con la misma excelencia? O qué actue en cine, teatro y televisión y además monta El día que me quieras y Cophenague? Qué Mimí Lazo, haga El Aplauso va Por dentro o Golpes a Mi Puerta y además protagonize una telenovela y sea chavista pá mas ñapa? Qué Luis Fernández, lleve como 400 funciones y además escribe libros que se venden como pan caliente? Señores el talento no se regala, échenle bolas y dejen la envidia. A el supuesto artísta que creó este blog, lo único que le digo es que otros no tienen la culpa de su ausencia de talento y que ni su madre lo fuera a ver en el teatro.
    Otra cosa que me parece espantosa es que se critique y además les tengan miedo a quién crtican. Pongan su nombre y déjense de seudonimos. De qué tienen miedo? Que no les den la sala del Trasnocho? Qué Manrique no los llame hacer una de sus obras? Que la gente los rechace, así como ama el trabajo de estos artístas?
    Mi nombre es Ricardo Benitez.

  31. Sarna con gusto no pica, y si les dan mierda es porque eso piden.

    Aunque yo ni siquiera creo que lo pidan. Sencillamente aplauden lo que ven. Y más si viene con el encanto de las vallas publicitarias.

    ¿En serio te parece, Ricardo, que las actuaciones y los libros de Luis Fernández, vendidos como pan caliente, son arte? Si así lo crees, ojalá puedas explicarme las razones. En mi opinión ese fulano no es convincente en las tablas. Y supongo que sus libros son redactados por los libretistas de su programa de radio.

    ¿Mimí Lazo? En la inmediatamente olvidada película BORRON Y CUENTA NUEVA, de su hermano Henrique, mal cantante, mal animador, mal locutor, encarnaba a una borracha, en una actuación digna de la peor Radio Rochela. Emilio Lovera travestido habría representado mejor al personaje.

    ¿Héctor Manrique? Muy buen director, sobre todo en años pasados. Esperando a Godot fue un grato suceso a finales de los noventa. Lo único malo de ese montaje era la actuación de Iván Tamayo, que tenía en su dicción todos los vicios de la televisión. Basilio Álvarez es mejor, y es de admirar que su ceceo no mengue su histrionismo, a veces inmoderado. En cambio, Julio Mota resultó inolvidable en su representación del escalvo que aparece en medio de la obra. Pero todo esto es de hace diez años, y no de ahora, en que no se ven sino obras protagonizadas por promotoras de marcas.

    La envidia mata, cierto, Ricardo. Y no es oro todo lo que brilla.

    Mi nombre es Nabor Zambrano.

  32. Nabor: Luis Fernández no me parece un genio. Pero es una persona muy trabajadora. Yo no vi el montaje del Grupo Actoral 80 de Golpes a mi puerta, pero a mi me gustó el que él hizo. Entiendo que Mimí Lazo, trabajó en la Compañía Nacional, que ahora no existe y estudíó con buenos maestros. Creo que podría vivir sin hacer teatro y sin embargo lo hace y este gobierno le da bastante plata. Yo no vi el «Esperando a Godot, de Manrique. Pero «Final de Partida» me parece el mejor montaje de este año y Cophenague, es de los mejores montajes que he visto en mi vida y fue hace muy dos años y la comedia ART, es un maravilloso montaje, excelentemente actuado y dirigido, por esos dos actores que a ti no te gustan. Osea que para mi sigue siendo el mejor director del país, más allá de las comedias ligeras que monta, que además las hace con mucho profesionalismo. Ojalá que aquí hubiesen 5 personas como él y el teatro venezolano sería otro.
    Gracias por no esconderte.

  33. Amarren a Diego Rísquez

    Vamos a decir las cosas como son: ni El Caracazo de Román Chalbaud (2005) es una buena película, por no decir directamente que es mala, a pesar de que Román sea un cineasta con una sólida trayectoria y comprometido con el Proceso; ni que Secuestro Express de Jonathan Jakubowicz (2005), aún cuando a muchos chavistas les pareció una película que enseña un lado de Venezuela que no les gusta que se vea, es tan mala como algunos pretendieron. Sin ser tampoco ninguna maravilla, es definitivamente mejor que la de Román.

    No confundamos la política con el cine.

    Tenemos que admitir que últimamente el cine nacional no pasa por sus mejores momentos.

    En el caso del largometraje de Diego Rísquez, Miranda, sobre la vida del Generalísimo Francisco de Miranda, recientemente estrenado a nivel nacional, da la impresión de que, por el simple hecho de realizar una película sobre un personaje de tal peso, el cineasta creyó que tenía el éxito asegurado y no se preocupó demasiado por todo lo demás.

    Nada más desacertado.

    El problema no es que Diego Rísquez esté o no con el Proceso, si no que no tiene talento alguno. Ciertamente Rísquez nunca ha sido un director demasiado bueno, a diferencia de Román Chalbaud. De Diego no nos esperábamos mucho, con Román teníamos otra expectativa. Lo que no alcanzamos a comprender es que la película de Rísquez sea tan mala. Es lamentable que se hayan malgastados tres millardos de bolívares, de los cuales una buena parte salió de entes públicos como el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (Cnac) y de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), en una obra semejante. Hubiese sido mucho más provechoso repartir esa plata entre los productores independientes que andan sufriendo para ver como conseguir recursos para sus proyectos.

    Pareciera que Diego nunca va al cine ni ve la tele, porque si no, no se explica como pudo sacar semejante producto.

    No se salva nada.

    El guión: De Leonardo Padrón. Pareciera escrito por un estudiante de tercer año de bachillerato. Ningún rompimiento de los planos temporales, un cuento lineal, aburrido y superficial que no profundiza ningún rasgo del personaje, a excepción de sus dotes de Don Juan. Nada que de pié para alguna reflexión más o menos seria o inteligente. Una visión simplista de un personaje del cual sin duda alguna, se puede sacar muchísimo provecho.

    Para alguien que no conoce la historia de Venezuela, la película se le hace incomprensible.

    Los diálogos: Inexistentes, al estilo telenovela RCTV, pobrísimos de contenido. El asunto de los acentos además es caricaturesco: venezolanos imitando el acento español, anglosajones que hablan entre si en español con acento inglés, grotesca mezcla de spanglish con frases tales como “Aquí en London” y lo mismo con otros idiomas. En fin realmente ridículo.

    La actuación y los actores: Pésima. No se salva nadie, a excepción de John Gorness, que interpreta a George Washington y que por lo menos es gringo; hace una breve aparición y casi no dice nada. Mimí Lazo, que no actúa por más de tres minutos como la madre de quien en la vida real es su pareja, fue quizás la peor de todas y todos en términos absolutos. La culpa es básicamente del director porque ella no es tan mala en realidad, la hemos visto en otras películas, dirigida por otros cineastas, actuando bastante mejor. La Lazo, no debería volver a participar en ninguna película de Diego Rísquez si no quiere echar por la borda una respetable carrera como actriz. Qué decir de Luis Fernández quien protagoniza a Miranda: lo único que el papel de Generalísimo le queda Grandísimo.

    A los demás actores ni vale la pena mencionarlos, a excepción de una hermosa morena y nada más que por su belleza. Ella interpreta una de las amantes de Miranda; es la única que nos muestra sus encantos en las numerosas escenas pretendidamente eróticas, las otras, las amantes blanquitas, no enseñaron ni sus escotes, a lo mejor porque no podían competir con la escultural morenota. Finalmente no podemos pasar por alto al mismísimo Diego que tiene una actuación fenomenal como el pintor Juan Lovera. Siempre lo hemos visto de espaldas pintando. Hay que puntualizar que Lovera pintó el cuadro de la Firma del Acta de la Independencia en 1838, o sea 27 años más tarde, a lo mejor lo comenzó en aquellos días y se tardó un poco para terminarlo.

    En definitva el único personaje que faltó en la película fue Cantinflas, que gracias a los avances digitales del cine, hubiera podido estar perfectamente, por ejemplo personificando al caricaturesco espia español que persigue a Miranda «muy discretamente» por todas partes.

    La firma del Acta de Independencia del 5 de julio: Esta parte es digna de un comentario especial. En esta escena, entre tanta gente conocida, pudimos reconocer a Carlos Genatios, Pedro León Zapata y a su lado al inefable gobernador de Estado Anzoátegui Tarek William Saab, quien no pierde oportunidad de enseñar su cara en cuanto lugar pueda.

    Faltaba solamente el jingle “…Tarek Gobernador, Tarek es el Gobernador….” y por cierto tanto él como Zapata con unos cortes de pelo muy al estilo Siglo XXI.

    El chupamedismo de Diego llegó a tal extremo que hizo unos buenos primeros planos del gobernador-actor a quien no se le ocurrió mejor idea, porque suponemos que fue suya, de levantar el brazo izquierdo con el puño cerrado, después de la fatídica firma, gesto que para la época de los acontecimientos, no tenía significado alguno. No se sabe si a Diego se le pasó por alto este detallito por chupamedias o por ignorante.

    Vestuario, utilería y reconstrucción de locaciones, etc.: Deben haber conseguido todo el vestuario en alguna agencia de alquiler de disfraces de Carnaval. En Europa existen empresas muy especializadas en eso.

    Bolívar llega a la casa de Miranda en Londres con su uniforme militar como se lo representa en la iconografía clásica: pantalón blanco apretado, botas negras, chaqueta azul y rojas con enormes charreteras doradas, faltaba solamente que “estacionara” el caballo blanco a la puerta de la casa de su anfitrión. Cuesta creer que Bolívar se paseara por “London” vestido así. En todo caso durante toda la película no se cambió nunca ni de ropa ni el uniforme.

    Además Miranda, al buen estilo de un gentleman europeo, andaba casi siempre empelucado y, por la iconografía que conocemos, o encaneció precozmente o se empolvaba el pelo, cosa que no se refleja en la película. En todo caso eso sería un detalle insignificante si la película fuese buena.

    Lo mismo vale para la utilería prestada seguramente por el Teatro Teresa Carreño, la que usan para montar las óperas.

    Que decir de la reconstrucción de los ambientes, vimos un salón con un piso de parquet emplomado y plastificado estilo Parquetek.

    En las escenas de batalla aparecieron 4 caballos y una veintena de hombres como máximo.

    Sonido y fotografía: Pésimo el primero y el segundo regular.

    Banda sonara: Compuesta por el director y compositor venezolano Eduardo Marturet.
    Típico representante del sifrinismo caraqueño, asociado al jet-set económico-culturoso capitalino y a sus ramificaciones en el exterior, cosa que explica porque pudo dirigir de vez en cuando alguna orquesta de importancia a nivel internacional. En cuanto a su talento como compositor, está a la par que Diego Rísquez como cineasta.

    Como director, seguramente no pasará a la historia junto a Arturo Toscanini, Herbert von Karajan o Zubin Mehta, basta decir que desde enero del año pasado ha sido designado director principal asociado de la Orquesta Sinfónica de la cultísima ciudad de Miami, en donde, según declaraciones que el mismo dio recientemente a la prensa nacional, dice “sentirse muy a gusto”.
    Estamos seguros que, a la mayoría de los exigentes melómanos maiameros, le da igual asistir a un concierto de Gloria Estefan con su Miami Sound Machine que a uno de Mozart o Beethoven dirigido por Marturet.

    Nuestras esperanzas, para llevar en alto el nombre de Venezuela en este campo, están más bien depositadas en estos momentos, en Gustavo Dudamel quien, en 2004 con sólo 23 años, ganó el Concurso de Dirección de la Sinfónica de Bamberg en Alemania.

    Eduardo compuso, según se supo, para la película unas 30 piezas. Nada, tratándose de una película épica, al estilo de la Obertura 1812 de Chaikovski, por ejemplo, o parecida a la sugestiva música de Vangelis, autor de las bandas sonoras de Carros de Fuego (ganadora del Oscar a la mejor banda sonora en 1981), Blade Runner (1982), de la música para la serie televisiva Cosmos, producida por Carl Sagan, así como de 1492: La Conquista del Paraíso (1992).

    Ninguna de las 30 piezas de Marturet nos llamó la atención. Una música absolutamente anónima, que ni siquiera nos dimos cuenta que estaba de fondo. La única música que pudimos captar fueron las notas compuestas por Juan José Landaeta (el himno nacional) introducidas de manera extemporánea y fuera de contexto.

    Efectos Especiales: ¿Se acuerdan de la serie de películas japonesas de las décadas de los 50, 60 y 70 sobre un monstruo llamado Godzilla? Bueno más o menos de la misma calidad, pero más parecidos a los de la primera década. Soldaditos de plomo, con fosforitos que se prenden, barquitos sobre espejitos azules que simulan el mar cual pesebre navideño en una típica casa andina.

    Se utilizaron algunos efectos visuales anticuados estilo cine de los años 40 para aludir a los desplazamientos del protagonista por Europa y al transcurrir del tiempo, pero parecían hechos con Powerpoint o Photoshop.

    Peculiar fue recurrir al surrealismo para contar la relación de Miranda con Catalina de Rusia. De repente una película absoluta y banalmente realista, se trasforma, durante un breve lapso, en una película totalmente surrealista al estilo, Delicatessen de Marc Caro y Jean Pierre Jeunet (1991). Entre otros originales recursos visuales, la zarina empieza a volar por los aires como un globo en medio de una catedral gótica!!??

    Rísquez tuvo la genial idea de reinterpretar el cuadro de Edgard Álvarez Estrada, Miranda sin La Carraca (1999), quien a su vez reinterpreta la famosa obra de Arturo Michelena, Miranda en La Carraca (1896). Álvarez Estrada pinta a Miranda recostado en su catre imitando el cuadro de Michelena, pero en lugar del calabozo con su muro de piedra como fondo, lo pone en una playa con un mar azul como escenario, con un evidente significado simbólico. Rísquez, tuvo la genial idea de mejorar aún más esta imagen, poniendo a Miranda directamente dentro del agua del mar, pero no solamente a él y a su catre, sino también a sus libros y otra utilería como muebles, candelabros y etc.

    Conclusiones:

    Si la intención de Diego era de hacer una película épica al estilo de El Patriota, de Roland Emmerich (2000) con Mel Gibson, obviamente los tres millardos de bolívares no le iban a alcanzar para reconstruir épicas batallas, escenografías de la época, filmar en distintas localidades del mundo etc.
    Ahora bien, si no se tiene con que, entonces hay que inventarse otra cosa.

    Por otro lado no hacía falta contarnos toda la vida de Miranda desde su infancia hasta su muerte, para hablar de su trayectoria y de la relevancia histórica del personaje.

    Si Rísquez hubiese sido un poco más talentoso, con los recursos de los cuales disponía, se hubiese orientado más bien, por ejemplo, a enfocar su obra al estilo de Danton de Andrzej Waida (1983) con Gerard Depardieu; sin batallas, sin grandes escenas, pero con mucho contenido, diálogos políticos y filosóficos de altura y un gran drama humano.

    Pero para eso hay que tener talento.

    A estas alturas, para salir honrosamente de este impasse cultural, sugerimos que a ese largometraje se le aplique la misma forma de censura que la Miramax le aplicó Fahrenheit 9/11 de Michael Moore (2004). O sea, que alguna distribuidora compre los derechos para su distribución, sobre todo para el exterior, y después no lo haga, para que, de esta manera, no tengamos que pasar por semejante vergüenza y salvaríamos además el honor de los actores, que francamente no se merecen ésto.

    Pudiera ser una buena acción patriótica. Proponemos que la nueva distribuidora del estado, Amazonia Films, cumpla con esta penosa tarea. Total: ¿No es qué en este país hay una dictadura y no hay libertad de expresión? Bueno, ¡Aprovechémonos de esta coartada para una buena causa!

    http://encontrarte.aporrea.org/criticon/cine/48/a12512.html

  34. Miranda”, así se llama la última producción cinematográfica de Diego Rísquez. En ella, el director nos retrotrae al siglo XIX para mostrarnos como fue la vida del General Francisco de Miranda. El filme es protagonizado por Luis Fernández quien, según él mismo director, “siempre estuvo en su mira como el más indicado para dicho papel. En principio, por su arquetipo físico y adicionalmente porque domina distintos idiomas, lo que era sumamente importante para darle credibilidad al personaje de Miranda.”

    Sin embargo, durante el desarrollo de la película, el actor -Luis Fernández al igual que el resto del elenco- hacen una mezcla de idiomas que logran confundir en muchas ocasiones al público en si lo que se está viendo es una escena en donde habla Miranda con un francés -por ejemplo- o si son dos personajes de una novela puertorriqueña según les provoque.

  35. Arriba hay un comentario extenso que dice:

    (Nabor Dijo:)
    (Sarna con gusto no pica, y si les dan mierda es porque eso piden.)

    (Mi nombre es Nabor Zambrano.)

    El que scribio este aticulo no es Nabor Zambrano. es un usurpador de su nombre.

    No se que fin tendrá pero es un Cobarde Irresponsable al usar el nombre de tan presigioso periodista.

    Ernesto Foldats

  36. Lástima no haber encontrado este post en su momento. Y han pasado dos años desde que se escribió y todo sigue igual. No leí todos los comentarios porque discutir sobre teatro es como discutir sobre religión. Un tema de nunca acabar.

    Pero estoy totalmente de acuerdo con el autor del post. Yo tengo tiempo pensando todo eso y me parece aún mejor que no critíca oposicion o oficialismo, algo tan acostumbrado en nuestros días. Sino que mete a todo el mundo en la misma rosca y me alegra. Porque eso es lo que son los que manejan la escena teatral actualmente, una rosca.

    Rosca nueva, por cierto, pues siempre ha habido un grupo de personas que por tener más experiencia en el manejo de la producción teatral sacan provecho de eso. Por ejemplo aquellos que pedían millonaras sumas al CONAC para hacer una obra que al final resultaba simple y falta de producción para quedarse con todo el resto del dinero que seguramente hubiera alcanzado para hacer dos o tres obras más.

    Hace tiempo que me retiré también, por motivos personales, no lo hice por desilusion. Si por mi hubiera sido, hubiese continuado luchando. Me hubiese gustado ser como Gilberto Pinto, valiente y luchador incansable de nuestro teatro. Algunas de las estrellitas nuevas sabran quien es?.

    Las estrellitas actuales hacen lo que tienen que hacer y lo que hacen todos los venezolanos, «buscar los reales» no les critíco eso. Pero si por un momento ellos aoyaran a grupos emergentes, no solo con real, sino prestando un tiempo de su sala para mostrar el trabajo de ellos o enseñarles el camino para conseguir los subsidios. Pero no. Su egoísmo es terrible.

    Y antes que me digan algo. No hago nada para cambiar todo este escenario triste. Pero algo haré.

    @krakerbrain

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