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Lust, Caution. (Pasiones Peligrosas)

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Wong Chia Chi (Tang Wei) es una estudiante comprometida con la resistencia china, durante la ocupación de China por parte de los japoneses. Para colaborar con la causa trabaja como actriz en obras panfletarias y patrioteras que se montan para recaudar fondos que financien la guerra de los chinos contra los japoneses. Ella y los estudiantes que le acompañan sienten que deben hacer algo más y entran a la resistencia como miembros activos, de esa forma les ordenan planificar el asesinato del Sr Yee (Tony Leug), empresario colaboracionista de la causa japonesa, casado con la Sra Yee (Joan Chen). Para matarlo, los estudiantes infiltran a Wong Chia Chi para que seduzca al señor Yee y los ayude a planificar el atentado.

Wong Chia Chi asume así el papel más importante de su vida como una mujer casada y de sociedad. Rápidamente se infiltra en el círculo de Yee y se hace amiga de su esposa, pronto comenzará a seducirlo. Cuando la presa cae en la trampa y los estudiantes piensan que Yee ya está pronto a caer en la red de Chia Chi, surge un problema: Wong es virgen; pero como la chica está comprometida con la causa acepta ser “entrenada” sexualmente por un torpe camarada lo que causa celos en el líder del grupo Kuang Yu Ming (Wang Leehom), quién está enamorado en secreto de Wong.

Wong, desde el mismo primer encuentro con Yee, se ha percatado de la diferencia que hay entre Yee y los demás hombres que conoce. Yee es culto, elegante, afectado y muy caballeroso; pronto pasará de ser la cazadora a ser la presa. Y lo demás no se los cuento, porque tienen que verlo ustedes; lo que si es previsible es que Wong y Yee se verán envueltos en una incontenible pasión y en una magnifica relación atracción-desprecio…

Ang Lee ha logrado, nuevamente, una gran cinta. Después de Brokeback Mountain y todo lo bueno y malo que esa película le trajo al director, uno esperaría que Lee se hubiera desviado y que se traicionase a si mismo haciendo una mediocridad. El que no lo haga es plausible. Pero no es solo eso, es que “Lust, Caution”, pésimamente titulada como “Pasiones Peligrosas”, es un film excelente. Lee, vuelve a entregarnos una cinta cuyo ritmo es una bofetada al cine comercial; nada de plantear los hechos con rapidez, nada de voces en off redundantes y explícitas; Lee se toma el tiempo para definir sus personajes y para que nos relacionemos con ellos. Así, las primeras dos horas son de una parsimonia admirable, lo que resultará aburrido para el público al que no le gustan las “películas lentas”.

A mí me gusta ese cine de Lee, es retador. No se me olvida cuando fui a ver Brokeback Moutain y la gente se ladillaba, yo creo que no es sencillo hacer un cine silente y elegante. Claro, la cinta explota cuando tiene que explotar. Por ejemplo, en el momento en que los estudiantes asesinan a un tipo que intenta chantajearlos luego de descubrirlos; los chicos no saben nada de armas así que lo matan a puñaladas en una secuencia brillante. Igual cuando Yee lleva a Wong a su casa, luego de su primera cita y ofrece acompañarla hasta la puerta sin saber que detrás de la puerta están los estudiantes apuntándole con armas. Y, desde luego, en las secuencias sexuales, que no solo son violentas, sino que son honestas, duras, y debe ser así, porque si no, nunca entenderemos lo que sienten los personajes. El final, también es notable.

Ang Lee es un director que a pesar de tener una filmografía más o menos heterogénea que abarca desde el melodrama hasta un comic, siempre ha versado sobre los mismos temas: Sus personajes son caracteres atrapados en su ser, personas que no pueden ser más que lo que son y que parecen condenadas por ello.
Me explico: En “El Tigre y el Dragón” eran guerreros que se admiraban entre ellos y al mismo tiempo peleaban entre sí, es decir se admiraban y se destruían. En “Hulk” (una cinta fallida) era un monstruo obligado a renunciar a todo contacto humano, no solo por su condición de engendro, sino también por sus arranques de ira. En “Brokeback Mountain” eran unos vaqueros obligados a ser masculinos y fuertes ante el mundo, a mantener la fachada de hombres duros y casados; y al mismo tiempo estaban atrapados no tanto en su condición de homosexuales (que no era tal, al menos en el caso de Ennis) sino en el amor que se tenían uno al otro. En “Lust, Caution” ocurre igual. Los personajes son una cosa, pero eso los atosiga y atormenta: Wong no puede negar sus convicciones políticas, pero tampoco la atracción que siente por Yee. Yee no solo cree en la causa japonesa, sino que también es un duro hombre de familia (en una escena en la que creemos que Yee ya sospecha de Wong, éste se regodea en la tortura y ejecución a la que sometió a unos militantes de la resistencia china) pero, al mismo tiempo, Yee no puede negar ni la atracción que siente por Wong ni el amor que empieza a florecer entre ellos. Los demás personajes también se mueven en la misma dualidad. El más notable es Kuang Yu Ming el líder del grupo que se debate entre sus convicciones, su compromiso con el movimiento y el amor secreto que siente por Wong.

A nivel cinematográfico es una joya. Desde la extraordinaria fotografía de Rodrigo Prieto, colaborador habitual de Lee, hasta la exquisita música de Alexander Desplat. Coronando con unas excepcionales interpretaciones. La forma en que Tang Wei y Tony Leug se miran y se tratan es maravillosa; se trata de actuaciones trabajadas, contenidas y comedidas, no son interpretaciones de gritos y llantos destemplados sino de miradas, gestos, silencios y cuando tienen que explotar; por ejemplo la escena en que Wong le confiesa a sus superiores la pasión que siente por Yee, pues explotan, pero sin excesos.

10/10

John Manuel Silva.

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