AMOR Y MUERTE HERMANOS EN LA FORMA DEL TEXTO
Aproximaciones a los temas mediavales de la literatura española
Es cierto que lo que hoy llamamos literatura medieval, en apariencia, tiene como temas principales el trillado dilema entre la vida y la muerte, en este caso y bajo la concepción cristiana, el amor y la muerte.
Al visualizar un panorama de la literatura española de la alta edad media, podremos concertar la existencia de gruesos tomos de diferentes tópicos que podrían iluminar esta obvia contradicción de las apariencias, que nos podrían dar una vaga y difusa aunque útil y sutil pista para llegar a una solaz análisis. Paseemos por los Cantares del Mio Çid, y fijarnos como el aparente dilema de la valentía se traduce en un acto fe y un conflicto de poderes. El mismo dilema que nos muestra Gonzalo de Berceo con astucia en los cifrados versos de su cuaderna vía.
En el libro del buen amor, Juan Ruiz, se convierte en el mayor exponente español del doble juego, entre lo que esta dicho y que se quiere decir. Realmente la literatura española de la edad media esta repleta de estos casos; lo que hemos llegado a considerar literatura, tenía por finalidad (no todos los casos, existen excepciones como el caso de Don Juan Manuel don la intención principal es el divertimento y la enseñanza) conducir a flote y a los ojos más suspicaces de otros lectores, las ideas y sentimientos que la propia realidad social reprimía en los pechos sensibles de los poetas.
“et desecharán et aborreçerán las maneras et maestrías malas del loco amor, que fase perder las almas et caer en saña de Dios, apocando la vida et dando mala fama, et desonra, et muchos daños a los cuerpos; en pero, porque es humanal cosa el pecar, si algunos (lo que non los consejo) quisieren usar del loco amor aquí fallarán algunas maneras para ello” (Libro del Buen Amor, Juan Ruiz, Instrucción escrita por el autor)
En el texto citado, de manare fragante, pero cifrado en un contexto de excusas piadosas y arrepentimientos el Arcipreste de Hita aconseja a sus lectores otras formas de interpretación, que al parecer esta oculta pero en realidad esta presente en todo el texto. ¿Es el loco amor la verdadera intención del libro? ¿Es tan solo enseñar a amar lo que ha catapultado este libro a los brazos de la modernidad? ¿Octavio Paz lo considero el significativo libro de la literatura medieval española simplemente porque su escritor esta arrepentido de sus malas acciones? o ¿El libro es una denuncia a las fuertes censuras de la inquisición y al desmoronamiento de la iglesia por los procesos de reforma y las Cismas?
No podemos cerrar los ojos y desentendernos de la intención del escritor. y si lo hacemos, tal vez no apreciemos la amplia gama de ideas que nos ofrecen las nobles mentes creativas que perturbaron las aguas mansas de una sociedad sometida. En el caso de Jorge Manquire, quien escribió a la muerte y ha pasado a la historia con las coplas elegiacas que dedicó a su padre, tampoco se encuentra exento de la suave saeta de la forma y el fondo. En la undécima copla de la colección de poemas editada por el editorial el perro y rana, titulada “A su monte que dice: ni miento ni m’arrepiento”:
Ni miento ni m’arrepiento,
ni digo ni me desdigo,
ni estó triste ni contento,
ni reclamo ni consiento,
ni fío ni desconfío;
ni bien biuo ni bien muero,
ni soy ageno ni mío, ni me venço ni porfío,
ni espero ni desespero.
Fin
Comigo solo contiendo
en vna fuerte contienda,
y no hallo quien m’entienda,
ni yo tampoco m’entiendo:
entiendo y sé lo que quiero,
mas no entiendo lo que quiera
quien quiere siempre que muera
sin querer creer que muero.
No hace más que proponer y exponer una prohibición, alguien lo condena a vivir en una contienda consigo mismo, una fuerte contienda. Entonces, ¿estará hablando de una mujer que no lo entiende o esto serán sólo apariencias?
Esto es la maravilla de la literatura, su constante afán de producir cambios, su interminable látigo que se extiende (cuando es realmente literatura) hasta las inalcanzables cimas de la atemporalidad y la inagotable fuente de interpretaciones que pueden nacer de ella. La Muerte y el amor, constantes en la literatura medieval; pero no como temas principales o como ranzón del texto. El Amor y muerte ha sido siempre esa máscara superficial, ese inexorable túnel a través del cual el escritor conduce lo grueso de su obra. Amor y muerte, de la mano, hermanos en la forma del texto.