La consiga es: Tú me lo das a mí y yo te lo doy a ti y así todos disfrutamos. Desde la década de los ochenta, ya desde hace casi treinta años venimos asisitiendo a esta suerte de parodia literaria donde los protagonistas son siempre los mismos. En premios y en festivales. Un círculo cerrado donde no hay cabida para una palabra nueva ni para propuestas actualizadas Esto es cada vez más parecido al Círculo de Bellas Artes de comienzos del siglo pasado. No hay espacio allí para los jóvenes, para eso se inventaron el basurero de El Perro y la Rana, donde ellos jamás publicarían porque para ellos son las mejores ediciones y los premios en metálico. Siempre los mismos: el transnochado cowboy Crespo, el trono Osuna, Angel infante repitiendo su Joselolo, Estefanía con moscas, la momia Calzadilla, el sicópata con cara de anestesiólogo Brito. ¡Hasta cuándo señores!, es que no tienen verguenza. Y de paso se hacen llamar revolucionarios.