1. Jorge. Siendo el candidato chavista de Libertador (¿sabes? donde todo el mundo está contigo) y compitiendo contra una nulidad como Stalin Rivas, ¿cómo hiciste para sacar nada más el 53%? Pana, eras tú contra un significante vacío. Eso fue una demostración de habilidad, eres un talento.
2. Diosdado y Jesse. Cuando tu discurso se reduce a regalar electrodomésticos y pierdes, ya sabes que se fue la magia (Santo Cristo ¿Quién pierde regalándole cosas a los pobres?). Diosdado, lo tuyo fue notoriamente espectacular, pues te di millones para que compraras a todos los votantes de Miranda, y ni con eso les caíste simpático. Tenía mis esperanzas en ti ¿Ahora quién va a ser nuestro presidente en el 2012? Me rompiste el corazón, ojitos lindos.
3. Ledezma. Dios, la gente en Caracas está desesperada ¿no? Ambos sabíamos que ni íbas a ganar ni querías meterte en ese lío. Ahora aprieta, que vamos por ti.
4. Aristóbulo y Muller. Viejos, a veces se gana y a veces se pierde. Además, ya es hora de empezar a pensar en el retiro, en que «los objetivos no fueron alcanzados», etc. Los hombres conceden, las niñas amargaditas, hablan como ustedes.
5. Mario. Cediste tu alijo de coca para meter preso a Makled y tumbarle la candidatura al General Eructo ¿y no arrasaste? ¿Cómo hiciste? Chávez te hizo toda la campaña ¿Qué pasó hermano? De verdad en serio en serio (así como dices tú cuando te burlas), la gente no te quiere. Vuelve a la tele e insúltame. Te extraño.
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Cuando los efectos del barril a $50 (o $40) se empiecen a sentir, Chávez va a estar en el poder, la asamblea va a ser monocromática y partisana y la mayoría de los gobernadores (y de los venezolanos) van a ser chavistas. La mesa está servida para un espectáculo delicioso.