Mónica Belluci va a cruzar la calle, se encuentra con carros que pasan a toda velocidad y decide cruzar a través del puente de peatones. En el puente de peatones que, por cierto, es de paredes rojas, ve a un hombre que “discute” con una chica. Al verlo intenta regresar pero el tipo no la deja, le blande una navaja y le dice “¿A dónde crees que vas?”. Luego de intimidarla, la baja al suelo, la coloca boca abajo, le sube la falda y le tapa la boca; al fondo del túnel vemos que un hombre presencia lo que ocurre y en vez de hacer algo se va, en la que quizás sea una de las muestras de insensibilidad más geniales y contundentes de la historia del cine; comienza la violación. Escuchamos los gritos reprimidos de la chica, durante unos cinco minutos en los que la cámara permanece estática y el sonido es puro y nos aturde. En un momento el violador le quita la mano de la boca a la protagonista y se oye por unos breves segundos el horroroso grito de ella. Una vez violada la chica intenta levantarse al notar que el agresor está jadeando, el profanador ve que ella desea irse, así que la toma por los cabellos y le estrella el rostro en el piso hasta dejarla en coma. Hubo gente que se salió del cine de La Previsora cuando exhibieron esta cinta en Venezuela.
Ahora bien, ¿ustedes se imaginan que en ese momento de la cinta apareciera la voz en off de Gaspar Noé diciendo “En este momento usted acaba de ser testigo de la más cruda escena de violación que se haya visto en la gran pantalla”. ¿No, verdad? Hay cosas que son obvias y no necesitan explicación.
Hoy quiero pensar que Venezuela y su situación política es tan explícita como Irreversible, aquella ruda, contundente, –para muchos desagradable– y brutal película de Gaspar Noé. Una cinta con muchos méritos, también con muchas lecturas (hubo gente que creyó que era un filme fascista), pero sin duda alguna, una película que no necesitaba explicaciones o narraciones porque lo que veíamos lo veíamos claramente y sin borrones. Aunque la cámara no dejaba de moverse y las escenas se hacían difíciles de seguir debido al frenetismo de las imágenes, se entendía lo que veíamos, es una de las cintas más obvias que he visto.
Yo admito que ya no sé que escribir, no sé como hacer más explícita la situación de Venezuela. ¿A estas alturas del partido tengo que decirle a alguien que Chávez es un sicótico desquiciado que no puede vivir sin el poder? ¿En este punto debo explicarle a alguien que la reforma negada el año pasado no puede volver a presentarse a referéndum? ¿Todavía hay alguien aquí que piense que en Venezuela hay un “peo” entre la oposición y el gobierno y que ambos son “la misma mierda”?
Llevo casi cuatro horas escribiendo este artículo: busqué metáforas, frases hechas, ironías, chistes, quise tirármelas de Paulo Coelho para darle un toquecito filosófico a mis palabras y hasta busqué una forma de hablar como habla William Lara pero no me salió, no pude, no tengo metáforas, se me acabaron las ideas y honestamente estoy arrecho. Así que me salió este artículo que podría estar en Noticiero Digital
Estoy arrecho porque el Presidente de mi país ha utilizado durante todos los días de esta semana su poder para convocar cadenas y en las cadenas que ha realizado ha procedido a agredir y faltarle el respeto a todos los venezolanos, diciendo que le sabe a mierda nuestra voluntad, que se limpia y le sobra papel con los resultados electorales que le son adversos, que le importa un coño si la mayoría de los venezolanos le dijimos que NO el año pasado.
Anteayer estuvo en Los Teques, llegó (yo lo vi) acompañado de cien motorizados que escoltaban su automóvil negro, ¿se acuerdan, uno de aquellos carros que él dijo que no utilizaría? Aquí volvió a decir que estaba “convencido” (él se convenció a si mismo) de que el año que viene empieza una nueva etapa de la revolución “que abarca diez años más, desde dos mil nueve hasta dos mil diecinueve”.
Mientras lo oía y veía solo podía pensar en dos cosas: la primera es que ese acto no debió hacerse, es increíble pensar que el egoísmo de un señor llamado Daniel Alvarado hizo que se perdiera la Alcaldía de Guaicaipuro por menos de 1000 votos. Lo segundo es que el señor que estaba desgañitado, hablando como si estuviera borracho, está, honestamente, fuera de sus cabales; mientras lo observaba solo podía pensar ¡mierda, ¿cómo llegamos a este punto?!
Ayer lo mismo desde Sucre. Hoy fue lo mismo, aunque extrañamente Chávez no se presentó a la juramentación del poetucho Tarek, mañana también y así… Chávez se presenta a la juramentación de sus Alcaldes y sus Gobernadores cual capataz, él habla y los funcionarios que se juramentan quedan reducidos a actores de reparto, casi extras. Entre otras cosas, así evita que algunos de esos gobernadores se crea que tiene poder por si solo y se le ocurra pensar en ser el relevo del Comandante. La estrella es Chávez, como para confirmar que quienes decían que con la elección de los candidatos oficialistas se acababa la descentralización, era verdad. Chávez habla y nos suelta un melodrama barato en que él es un humilde caballero atrapado por la historia, un hombre que desea volver a su pueblo a dirigir una escuela de béisbol y a criar vacas y sembrar ñames pero no puede hacerlo porque Venezuela no existe sin él.
Frente al Presidente un funcionario le rinde tributo, se le arrastra y le dice “Sí Hugo, yo te debo esta victoria a ti y en vez de sentarme a gobernar mi estado o municipio me dedicaré a promover tu enmienda, porque me sabe a enmienda la situación del país, yo solo estoy aquí para ser tu empleado”. Y es allí cuando me veo los resto de tinta azul en el meñique izquierdo y pienso que Radonsky es lo que sea, un mamagüevo, un marico que no paraba de temblar mientras leía su tétrico y mediocre discurso de juramentación, un tipo que no sale del rigor mortis con que fue formado en Primero Justicia, el partido de los niños acartonados, etc. Pero me siento bien al saber que el gobernador de mi estado no está buscando la forma de perpetuar en el poder al Presidente sino haciendo su trabajo, si es malo o no es algo que nos corresponderá juzgar en su momentos. Pero no me arrepiento de haber votado, al contrario. Sí el Presidente ha reaccionado de esta forma ante una victoria aguada como la del 23N, no me quiero imaginar que hubiera pasado si el triunfo hubiera sido de mayor magnitud.
Así que adelante Lacán, insúltame, honestamente me sabe a mierda, maricón.
Ahora, vuelvo a lo del principio, ¿alguien todavía tiene alguna duda sobre lo que ocurre en Venezuela? ¿De verdad?
Aclaremos: Esto dejó de ser, desde hace mucho tiempo, un “peo” entre la oposición y el gobierno, entre Rosales y Chávez, entre Capriles y Diosdado, entre El Pollo y Mario Silva. Esto pasó a ser la lucha de una sociedad y un ególatra megalómano, un señor desaforado y desquiciado que ha hecho todo lo que está en sus manos para tener el mayor poder y dinero que haya tenido Presidente alguno en nuestra historia. Esta es la pelea entre una visión de país centralista con un Presidente eterno y un país medianamente serio con poderes desconcentrados y poderes limitado para el Presidente, con toda la mierda que implica la democracia. Este ya no es el conflicto político de un gobierno y una oposición, es Chávez versus la sociedad, es Chávez versus el mundo, es Chávez versus la cordura, es Chávez versus el sentido común, y el que no lo entienda y se sienta bien creyendo que lo que pasa aquí es un lío político normal, como el de otros países, con partidos corruptos de un lado y del otro y que lo mejor que se puede hacer es mantenerse al margen, pues está pelando bolas y lo está haciendo arrechamente.
Una cosa es que tu me digas que crees que Rosales es un güevón, que Capriles es un mariquito, que Colomina te parece una versión desmejorada de Doña Cleotilde, que no soportas a Carla Angola, que te da asco el bigote de Teordoro o el de Leopoldo Castillo, que estás cansado del mas y su oportunismo, que cada vez que ves a un adeco en televisión hablando como si ellos no tuvieran nada que ver con lo que ocurre en Venezuela te dan ganas de vomitar, que quieres que Yon Goicoechea se muera de una cirrosis hepática cuando se ponga “showcero” luego de beber, que te parece que Ricardo Sánchez es un bocón y gritón que ni sabe lo que dice, que le tienes rabia a la “información justa y balanceada” de Venevisión, que crees que Primero Justicia es un partidito de derecha medio opuso y ultraconservador y que eso no te gusta para nada, que deseas que Kiko se vaya al jardín de niños del que no debió salir, que te cae gorda Cecilia Sosa y que yo, el que escribe esta basura que estás leyendo, soy un “cerdito” o un “adeco sanantoñero”. Fino, si así piensas es tu derecho. Lo que no me puedes decir es que te sabe a mierda si Chávez gobierno diez años más, lo que no me puedes decir es que no te importa el país y que de veras te parece aceptable una nación donde un tipo se reelija constantemente hasta que le de la gana y que, por si fuera poco, diga que si pierde unas elecciones las repite hasta que el resultado le cuadre. Pana, tú a mí no me puedes decir que quieres vivir en un país donde un solo Presidente haya gobernado más de la mitad de tu vida. Y lo digo usando mi ejemplo personal. Cuando Chávez fue elegido (el sábado se cumplen diez años de eso) yo tenía 14 años de edad. Hoy tengo 24, éste es el único Presidente al que he conocido, porque cuando CAP gobernaba yo estaba gateando y cuando Caldera lo hacía yo jugaba con carritos, he pasado mi adolescencia y adultez con un mismo Presidente, estoy llegando al cuarto de siglo de vida y el mismo Presidente me dice que desea gobernarme hasta que yo tenga 35 años y eso no me parece ni racional ni razonable. Y menos si cuando me lo dicen, me agregan que no es que Chávez esté enamorado del poder (no, que va), sino que es una necesidad. Que a ti eso te parezca bien me parece enfermizo, así de simple.
Hugo Chávez ha gobernado diez años a Venezuela, DIEZ MALDITOS AÑOS y hasta ahora nos salen con que todavía no se han definido las cosas, con que necesitan más tiempo, con que apenas estamos comenzando la construcción del socialismo del siglo XXI. Diez años, mi pana, y las casas se siguen cayendo con una piche lluvia, diez años y todavía no hay una política seria de construcción de viviendas, diez años y la pobreza sigue igual, diez años de los cuales hemos pasado la mayoría yendo a elecciones, no porque así esté previsto sino para complacer los deseos de un sádico que cree que Venezuela es un juguete que le obsequiaron y que puede hacer y deshacer con él tantas veces como le de la gana. Diez años de Chávez y el tipo quiere diez años más. Diez años de corrupción y clientelismo, diez años de bravuconadas, diez años de amenazas y persecuciones. ¿Brother, no te das cuenta? Este no es un “peo” de Rosales, ES TUYO, GÜEVÓN.
Y esto lo digo para que vengan a insultarme y subestimarme diciendo bobadas que yo ya sé y que francamente no quiero escuchar: Que si la oposición y el gobierno son la misma mierda, que en cualquier momento salen los “líderes” de la oposición a pactar con el gobierno y se acaba el peo, que si los opositores tiene un pasaporte en el bolsillo para irse, como ya lo hicieron otros, cuando esto se ponga feo. Coño, esa mierda yo ya la conozco, y me sabe, en serio, yo no estoy aquí por ellos. Estoy aquí por mi y por ti, porque aquí vivo y aquí seguiré viviendo y me importa. Me importa que el Presidente de mi país no gobierne hasta que “dios diga” sino por el tiempo que fue elegido. Así que no me vengan con sus jodederas y sus posturas de el-mundo-me-sabe-a-mierda o yo-estoy-por-encima-de-todos. Blah, blah, blah. Al Diablo, pana. Yo no me la calo.
Así que aquí estamos, a solo días de las elecciones, el Presidente se mea en los resultados, saquea las gobernaciones y alcaldías que perdió y, cual Tony Soprano, les impide a la fuerza que se juramenten, el Presidente sale a decir que en esta ¿nación? se hace lo que a él le sale del forro de los interiores. La enmienda se va a dar: dejen de engañarse con argumentos legales o jurídicos, eso no importa, el TSJ no va a decir nada, solo obedecerá las órdenes del poder central, el CNE aceptará esa reforma y si la introducen con firmas no saldrá ninguno de esos cabrones a decir que las firmas son planas o que las planillas están manchadas de café ni se controlarán los abusos previsibles que ocurrirán en la administración pública cuando lleven a los empleados públicos a firmar contra su voluntad so pena de perder su empleo, la lista Tascón está viva. Por eso, Luis Tascón, es que no entiendo como no fuiste elegido en las pasadas elecciones si los venezolanos te debemos tanto, chico.
Así las cosas, simples, sencillas, si no las entiendes es porque eres tarúpido. Si no entendiste Irreversible es porque no entiendes nada, es porque ni lo más explícito te entra en la cabeza y te alborota la conciencia. Si yo tengo que explicar porqué es inaceptable esta propuesta de enmienda, si tengo que decir por qué está mal que nuestro Presidente parezca un amante psicópata que se va a violar a una mujer que no quiso salir con él porque no acepta un no como respuesta, si yo tengo que decirte por qué es que si entras a un túnel de peatones franceses y ves que están violando a una mujer tú tienes que hacer algo, así sea pegar un grito o lanzarle una piedra al violador, y además tengo que darte un sesudo razonamiento en el que te exponga los motivos por los cuales tú no puedes simplemente dar la vuelta, cruzar por la calle y fingir que no viste nada. Entonces: ERES UN IDIOTA. Ah y si además te lo tomas a bromita y te ríes cuando ves al Presidente decir, así sin que le tiemble la voz o le de algo de vergüenza, que desea gobernar hasta morir, entonces ERES UN RECONTRA IDIOTA.
Así que no tengo nada que explicar, ni nada que decir. Tú verás si dejas que te metan el güevo por el culo, si te vas a quedar sentado como un becerro viendo como el Presidente del basurero donde vives se perpetúa en el poder, diciéndote a ti mismo “Es que yo no me meto en ese peo, yo soy neutral, yo no cago mierda sino flores y soy mejor que los demás”. Cool, chamo. Eso sí, déjame en paz, te lo agradezco. Deja de subestimarme y de creer que soy un tarado y deja de decirme boludeces y de pedirme que me cale con una sonrisa todo lo que ocurre, ¿estamos?
Hoy ni siquiera firmo con seudónimo:
John Manuel Silva.
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