El método cuasi infalible de Krisis Co. para garantizar tu presidencia en el 2012.
Tres pasos sencillos (no seas necio, chico, lee más allá del paso uno, verás que te conviene):
1) Renuncia a la presidencia.
2) Deja que el período lo termine el Vice, o quién sea, mientras más malo y mediocre, mejor.
3) En el 2012, después de: (a) el impacto de la crisis económica que has sorteado, pillín, porque el petróleo lo cobras a noventa días, (b) el necesario recorte del gasto social; que las misiones terminen de desbaratarse; que los estudiantes de la bolivariana se gradúen y no consigan trabajo ni de buhoneros; y que alguien con el Q.I. de más o menos un Barreto expropie campos de golf o cualquier barrabasada más, llegas tú, de lo más tranquilito, de lo más fresco, de lo más Clint Eastwood disfrazado de vaquero con la pajilla en los dientes.
Y dices, así, campante y con mucho tupé (a lo CAP, pues): «Se acuerdan cuando yo gobernaba, como todo iba bien… Las misiones funcionaban… No había escasez -bueno, mucha menos-, sólo cuatro apagones por año… Todos gorditos y rozagantes… Voten por mí, que vuelvo a encarrilar esta vaina».
Y ganas. Ganas de calle, ganas con revolcón, porque aquí no nos acordamos de nada y somos incapaces de analizar lo que sea.
Te la pongo mango bajito, bróder. Claro que, para que todo esto funcione, tendrías que aceptar el paso 1, y los que te conocemos y te queremos como el inmenso ególatra alienado psicótico de orientación vertical militarista que tanto nos gusta a los venezolanos, sabemos que no lo vas a hacer.
Es una lástima. La otra es que, con reelección o no, con la crisis económica que se viene y la teoría de Bodega-nomics que empleas, este rancho se te va a caer encima. Te mato dos pájaros de un tiro, bróder, te saco de este lío y encima te pongo la reelección en bandeja de plata.
Porque es Navidad. Y todos perdonamos. Y es la época del amor, eslogan más mediocre que el tuyo en la campaña de hace un año. En fin. Nos vemos en el 2012.