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poema de Maribel Da Silva (Los Teques, Venezuela, 1962)

Cada día me abordo en este vehículo modelo sesenta y dos
Abro el día con ducha tibia con aire húmedo y sol nuevo
Desfilo frente al espejo grande del cuarto de muñecos
Acaricio los relieves las líneas indicativas de mi comienzo
Hablo en sánscrito en griego en latín para afianzar sonidos en la memoria
Me abrocho un traje largo de espalda descubierta azul como la noche
de llena luna
Bailo atornillada de hadas con la cara feliz y el alma
Moldeo mi peinado felino decoro con rosas enanas una aureola y un aro
al cuello
Camino como las misses me contemplan jurados cámaras ojos dispersos
Mi cuerpo desnudo se atavía de velos mi cara tiene uno mi vientre no
Danzo acompañada de ávidas presencias que me desean
Yo rítmico acento del agua moviendo mi espacio de colores evanescentes
El soplido de la flauta la serpiente la alfombra el almizcle
TODO me delata
Miro de soslayo un cuerpo aceituna rizos largos hasta el final
justo al comienzo de mi cadera
Hombros desprendidos de la leyenda falda terracota larga vientre afuera
Cascabeles riendo en mis tobillos
Mis muñecas aducen otro texto tonal
Ojeras pelo negro ojos negros un duende liberado en mis labios
Avanzo dando saltos frente a Málaga mi gente se agita al ritmo mío
Decreto discursos con mis gestos me labro en otra fuente en otra vuelta
Visto traje de campana de edad media me renace el minué como antesala
Doy pasos y sonrisas y timideces al hombre que me toma de la mano
y me sonríe
Un peinado de alto vuelo me permite lucir el cuello que busca el beso
Mis pechos diminutos sobresalen juntos elevados y dichosos
No pierdo la cordura del movimiento atrapo el final con una reverencia
Subo la cara iluminada pelo corto cinta raso pantorrilla expresa
Vestido rojo cinta raso en las caderas boquilla larga cigarro encendido
La música tiembla me llama me necesita prolongo el momento
Doy bocanadas y me río
El ritmo no puede más amenaza con irse de este mundo
Y yo me le lanzo en el último instante
Me vuelvo mediodía mi cuerpo es un disco me atrapa la aguja
Soy giro de extremidades
Pareja danzarina cabellos con gomina bigote fino con rosa en la solapa
La sala es una fiesta de luces pieles empapadas de mares
Me miro frente al espejo mi piel es de agua soy el agua
Al fondo los vestidos accesorios vigentes de este sueño
Volteo mi desnudez todo se ha esfumado sólo queda esta piel
de virgen blanca
Retorno al espejo
Yo quiero asir las versiones de mi templo los rostros adjudicados a mi cara
Pero nada
La nula acción denota finitud
y todo se empapa de silencio

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