Tengo un amigo que es un valiente artista cubano de tendencia anticastrista que me ha enviado, vía mail, algunas notas sobre la realidad de ese país que transcribo a continuación.
En líneas generales dice mi amigo que la situación de la isla está “bastante mal. Después de tres ciclones, una crisis que no se acaba de solucionar y unos dirigentes que no hacen nada por sacar adelante el país nuevamente en medio de esta parálisis. Si a esto se agrega la crisis mundial, pues estamos bien arreglados.”.
Le pregunté a mi amigo cubano si confía en Raúl Castro y me dijo: “yo no confío en ningún dirigente cubano que tenga más de 75 años porque todos, en mi criterio, pasaron sus momentos de gloria, que fueron muchos, pero ya están listos para ser retirados. Hay que pasar el testigo a las nuevas generaciones para que hagan otro socialismo, porque este socialismo ya se estancó. Ya dio todo lo que podía dar, momentos de gloria, cosas imperecederas que aún perviven en la memoria y en los hechos cotidianos del cubano, pero tenemos que hacer reformas en muchísimos frentes de la Revolución, porque nuestros dirigentes ya no son capaces. Sus ideas revolucionarias de antaño se han vuelto reaccionarias y esa reacción no deja continuar, no deja avanzar a la nueva generación que viene implantando un nuevo socialismo, una nueva revolución que hay que hacer en Cuba.”
Refiriéndose a la cacareada calidad de la educación cubana, mi amigo dice: “Los jóvenes cubanos se forman de un modo muy hermoso, pero luego tienen que emigrar para proyectar lo que estudian. Es muy triste porque ni siquiera es un exilio político, sino un exilio económico por las pocas condiciones que hay en nuestro país. Que se divida la familia, que se cercene esa relación filial es absolutamente inadmisible en estos momentos.”
Sobre la situación de los gays en Cuba (coge dato, Sean Penn), mi amigo dice: “no es tan brutal (la represión) […] Pero en esencia esa realidad no ha cambiado todavía. Hay que ir más allá, pasar de las palabras a los hechos. Todavía hay muchos prejuicios contra los homosexuales en Cuba.”
Sobre la censura, mi pana dice: “Mucha gente tiene miedo a hablar porque hay un sistema detrás de censura, de represión callada y oculta que no te permite hablar libremente y que hay que echar abajo ya, cuestionarlo de un modo radical.”
Mi amigo, que por cierto es negro, también es medio pitiyanqui, medio chupamedias de los gringos. Afortunadamente no es venezolano, porque si lo fuera no podría decir cosas como estas, refiriéndose a Barack Obama: “soy ciudadano negro y que Estados Unidos haya tenido una ley de derecho civiles conquistada en los años sesenta y que, menos de 40 años después, ya tenga un presidente negro es tanto o más que lo que (sic) hemos logrado nosotros en Cuba, donde los negros aún no tienen ni poder real ni verdaderas oportunidades. [Nota mía: ¿no se habían dado cuenta de que Cuba, a pesar de ser un país de mayoría negra, no tiene muchos dirigentes negros, que casi todos los cabecillas de la dictadura son blanquitos, algo que dista muchísimo de los dirigentes políticos de Estados Unidos, donde los negros son minoría?]”.
Y para cerrar sus reflexiones, mi amigo cubano, me habla del bloqueo: “El bloqueo tiene dos caras: realmente nos ha afectado durante cincuenta años, pero está la otra cara, el auto-bloqueo, que hemos utilizado como una emergencia para defendernos de nuestros errores en determinados momentos.”
Ahora bien, una confesión: ese amigo no existe. En realidad todas esas frases tan críticas sobre Cuba las suelta Pablo Milanés en una entrevista que le hizo el periodista Carlos Fuentes en Madrid – España, donde el trovador se encuentra de gira. La entrevista fue reproducida en Tal Cual el pasado viernes 9 de enero. Si se la quieren (mal)tripear completa, lo pueden hacer en este link: http://www.publico.es/culturas/186756/socialismo/cubano/estancado
Para quien no lo sepa, Pablo Milanés es, junto al farsante de Silvio Rodríguez, el máximo representante de ese putrefacto movimiento musical llamado “La Nueva Trova Cubana”, movimiento que se dedicó, desde su cursi trinchera, a promover, con cancioncitas pavosas y más cursis que todos los temas de Roque Valero juntos, a la dictadura castrista. Ahora, que Fidel está viejo y tiene una pata más allá que acá, ahora que saben que ya no los pueden perseguir, ahora que tienen la tranquilidad de haber acumulado fortuna, fama y culitos (estos señores fueron como los Beatles de la izquierda, Silvio tiene un poco de carajitos regados a lo largo del Continente) con su imagen de humanistas románticos del tercer mundo, pueden dedicarle los últimos años de sus vidas a soltar declaraciones como estas desde la comodidad de su vejez y de su condición de intocables. Pablo Milanés, luego de haberse hecho cómplice de torturas, fusilamientos, censuras, persecuciones, etc. Luego de haber viajado por el mundo defendiendo una dictadura horrible, de haber dicho que los crímenes cometidos eran legítimos, de haber usado el bloqueo norteamericano como excusa del autoritarismo, y luego de haber vivido bajo la protección del poder, bajo la comodidad en la que vive todo jalabolas que se respete. Entonces viene Milanés a decir que la revolución persigue a los homosexuales y aplica censura. Coño, ¿será que le tomó cincuenta años el darse cuenta de eso? ¡Que lento es este pana!
Pero no crean, yo no estoy escribiendo esta nota para resaltar el cinismo asqueroso del señor Milanés, en realidad lo hago por otra cosa: uno de los mitos más grandes que yo he oído sobre la política es la supuesta capacidad que tienen algunos “líderes” de obnubilarle el conocimiento a las personas, de lavarle el cerebro a los habitantes de un país para convencerlos de hacer cosas que, si la gente estuviera en pleno uso de sus facultades y no bajo la hipnosis de ese líder, nunca harían. Yo me permito decir que creo que eso es una gran paja. No sé, a mi me cuesta creer que toda la gente sea estúpida como para no saber si algo está mal o bien (y me perdonan lo binario del planteamiento). Yo puedo creer que mucha gente dude al principio, sobre todo cuando hablamos de un gobierno como el de Fujimori que siempre estuvo en la delgada línea que divide una dictadura de una democracia, o cuando se trata de una figura como Fidel Castro que, en un principio, representó la esperanza de muchos latinoamericanos (aunque se haya exagerado o mitificado lo que Castro y los barbudos hicieron en la sierra). Pero llega un punto de quiebre, un momento en el que uno puede decir, ok, esto no se parece en nada a lo que yo soñé. Si me permiten una referencia cinéfila, como decía Natalie Portman en Closer “siempre hay un momento en el que uno dice, puedo hacer esto o puedo resistirme”. Para mi es comprensible que alguien haya tenido sus dudas con el inicio de la revolución cubana, pero luego de la invasión a Checoslovaquia apoyada por Cuba, de la incursión en Angola, de los campos de trabajo, del caso Padilla, etc. ¿Quién tenía dudas sobre lo que pasaba en Cuba?
¿Adónde quiero llegar con esto? Pues a que pienso que a la gente no le lavan ningún cerebro, ni la “adoctrinan”, a lo mejor a algunos sí, pero esos son minorías, yo creo que quienes apoyan dictaduras o gobiernos de dudoso proceder simplemente son CÍNICOS. Personas que saben que algo no está bien y callan, se hacen los pendejos y dejan que otros den la cara por ellos, personas que saben cuadrarse con quien se tienen que cuadrar para sobrevivir y en muchos casos para vivir muy bien, aunque sea a costa de los demás. Artistas mediocres y eunucos que cambian su conciencia por un subsidio, gente como los mediocres de la Villa del Cine o escritores correctos como Rodrigo Blanco y Leonardo Padrón que saben muy bien que decir y como decirlo para no incomodar a nadie y seguir chupando un poquito de cada teta estatal o privada que tengan a disposición. Cantantes como Paul Gillman u Horacio Blanco que le cantan por igual a unos y a otros a cambio de algunas monedas. Gente tipo Oscar de León, dispuestos a colocar su talento en subasta al mejor postor. Empresarios mafiosos y corruptos como Wilmer Ruperti y Gustavo Cisneros.
Mientras leía la entrevista a Milanés me dio una sensación extraña, no por él, ni por las cancioncitas que le dedicaron a Fidel cuando estaba joven y sano, sino por nosotros. Como les digo, mientras leía la entrevista a Milanés, ví el futuro e imaginé una entrevista en el año 2049 en la que Eloi Yagüe, Rodolfo Santana, Dilia Walkirán, Néstor Caballero, Luis Brito García, o Luis Alberto Crespo decían cosas parecidas. Imaginé a nuestra mediocre y arrastrada intelectualidad, a nuestros “artistas”, a la parranda de jaladores que ayer estaban haciéndole el corito al Ministro Soto en su “Frente Cultural por el Sí” tomando distancia del, para entonces, anciano Comandante Chávez y admitiendo, en ese hipotético futuro, los abusos que hoy se denuncian y ante los cuales callan por conveniencia. Y me disculpan pero es que cuando veo actos como los de ayer lo que me viene a la mente no es la imagen de unos “artistas” convencidos de sus ideas, sino la imagen de un montón de oportunistas y lamebotas que están con el gobierno por comodidad y no por convicción.
Por eso es que hay que votar NO. Debemos hacerlo antes de que todos nos convirtamos en cínicos insensibles como Milanés y nos hagamos los locos respecto a lo que ocurre hoy para salir, cincuenta años después, a lavarnos las manos y a desentendernos de aquellos que nosotros mismos ayudamos a construir. Los “artistas” que ayer gritaban: “Con Chávez todo, sin Chávez nada”, son los que saldrán dentro de muchos años a decir que ellos nunca gritarían una consigna tan reaccionaria y reduccionista como esa. Por eso es HOY que debemos alzar la voz ante ellos.
John Manuel Silva.
Comparto tu rabia, tu desesperacion. Entiendo tu indignacion que tambien es la mia.
Lo que nos diferencia es que yo creo esos actos de resistencia que promueves, como el NO con el que estoy absolutamente de acuerdo, no deben olcultar los muchos otros actos de resistencia y enojo con los que deberiamos identificarnos hoy en dia a nivel nacional e internacional. Todos medios de comunicacion, los electos de la oposicion, la situacion en Gaza…
A pronunciarse es lo que es! Arrechos si, pero contra todo lo que de arrechera!
Cónchale, Bruja. Sobre Gaza, ya yo hablé. Escribí un post en este Panfleto y recibí muchos comentarios negativos, por cierto. Ahora bien, una cosa es pronunciarse sobre algo por convicción y otra es ser un intelectual de alquiler, un clientelar mediocre que habla sobre Gaza porque de esa forma favorece al gobierno que le paga el sueldo. Es de eso de lo que trata el post. De ahí el paralelismo con el hipócrita de Pablo Milanés. Que decía que la democracia gringa era una farsa cuando le pagaban para eso y ahora viene a decir que Obama es un gran avance y blah, blah, blah.
Por cierto la oposición se ha pronunciado sobre Gaza, lo ha hecho sin complejos y en vez de meterse en el conflicto ha llamado a que se resuelva pacíficamente. Más sincera me parece esa postura que el oportunismo del gobierno.
Si disculpa JM, se que hablaste de Gaza en otro articulo…
Ahora, con respecto a Pablo Milanes y el resto de los «artistas confundidos», creo que hay que tener un poco de cuidado. Hubo una epoca en la que si representaron algo verdadero, por lo que creyeron… la vaina es que rapidamente tendrian que haber asumido otras posiciones mas sinceras y no esperar, como tu lo dices, ahora que Fidel ya esta fuera de juego para manifestar el descontento…
Bueno, varias vainas que hay que aclarar para no confundirnos:
1) Una cosa es la ética y la militancia, otra el talento. Silvio Rodríguez toca temas del cantautor callejero cubano Sindo Garay, cuyas composiciones son tan complicadas (porque nunca estudió), que mira que hay que echarle bolas para tocarlas y cantar. Igual que Milanés, son tipos afinados y musicalmente improbos, amén de que nos gusten o no. Hay miles de tipos y bandas que no me gustan pero de las cuales reconozco su talento. No escucho Heavy Metal ni Country y sin embargo te puedo reconocer lo talentoso y extravagante de un Slipknot, a pesar de que jamás en la vida les compraría un disco.
2) Luego tenemos el intelectual acomodado, que creo subestimas y abordas con la lupa negro-blanca de apoyo repudio a la revolución que se me hace reductriz. Ojo, entiendo tu punto y hasta comparto tu crítica, pero creo que nadie, ni García Márquez, ni Saramago ni Britto García, pueden ser entendidos desde la lógica binaria del por qué no rompen con la revolución.
No es mi posición particular, así que no me metas en ese saco con esa gente, pero sí trato de entender cómo piensa el ser humano, amén de mi acuerdo o no. Es por eso que cualquiera de ellos te va a inscribir la revolución dentro de un «proceso histórico», un devenir por pasos. Hay intelectuales que rompieron con Stalin por los goulag, hay quienes lo vieron como un mal necesario (Sartre). Hay quienes vieron en Fidel un mandatario que permitió el acceso a la Universidad a los negros, hay quienes lo acusaron de fusilar a Ochoa.
La verdad es que en la Realpolitik, la verdadera, la militante, siempre te vas a enmierdar. Porque nadie en su sano juicio puede defender a Batista, lo cual te lleva a aplaudir a Fidel, entonces viene la pregunta de cuándo rompes con él. Y eso es algo nada científico.
Sartre decía que los limpios no se ensucian las manos, pero es porque no tienen manos. Es decir, no nos metemos y preferimos criticar. Pero es cierto que en política la gente tiende a mancharse. Y no es raro que un viejo que tiene toda la vida tirando piedras como nosotros al final diga, bueno, le echo bolas, así me manche, qué más queda; porque es su última oportunidad.
En fin, esto está largo y da para mucho. Seguimos conversando…
Yo creo Krisis que más alla de romper o no romper con una determinada revolución, lo que se le puede criticar a estos intelectuales, es el romper con sus principios, porque toda lucha social o revolución se basa en cambiar lo que vemos mal en nuestra sociedad por algo mejor, ¿y como comparamos? ¿como decidimos que algo esta mal o debe ser cambiado? bueno yo pienso que lo decidimos comparando lo que vemos con nuestros ideales, principios, valores. Y es muy claro que muchas revoluciones, por ejemplo la cubana, empezaron muy bien, pero con el tiempo se convirtieron en tiranias, ¿no ofende el sentido de justicia que un grupo de tipos le impongan su ideologiaa todo un pueblo por 40 años? Y sistematicamente traten de eliminar el
el pensamiento distinto hasta criminalizarlo… Yo toda mi vida me he preguntado como tipos que se ganan un Novel en literatura no tienen neuronas para ver esos actos y repudiarlos, pero lamentablemente en el fondo se que si lo notan solo que el fanatismo o la conveniencia los ha prostituido moralmente.
Es verdad que en la vida real hay situaciones en que una decisión política puede que no sea entendida por las mayorías, o parezca algo malo en el corto plazo, pero ese no es el caso de imponer una dictadura, de eliminar el derecho a formar partidos politicos, libertad de prensa, y cometer asesinatos políticos…
Eso no es RealPolitik… aunque los tiranos y sus secuaces quisieran que la historia lo considere asi
Tal cual. Los Silvio, los Milanes, los Saramagos, los Brito Carcia, los Earle Herrera son complices, voceros de la tirania, punto. Son los «intelectuales organicos», los queridos adornos de los dictadores para darse cache.
No se trata de los intelectuales no se metan en politica sino como escribe alguien mas arriba no apoyen imposturas ideologicas, contradicciones con los propios ideales a cambio de un cambur (caso de los intelectuales, o palangres venezolanos) o de una falsa superioridad moral (caso de los europedos intelectuales que apoyan a nuestros caudillos del tropicos).