¿Un film menor en la carrera de los Coen?¿ Un trabajo inferior a “No Country For Old Men”?¿Una pausa vacacional tras conquistar la gloria del Oscar en el 2008? Nada menos cierto. En realidad, “Quémese después de Leerse” consolida la trayectoria ascedente de los hermanos, mientras revela su destreza para alternar propuestas serias y solemnes, como la obra maestra incorporada por Javier Bardem,con proyectos aparentemente ligeros,aunque desarrollados a través de un ingenioso y profundo humor negro, a la manera de “The Big Lebowski”.
En efecto, “Burn After Reading” se inscribe de lleno en la tendencia corrosiva de la pareja de autores, al concebir el reverso paródico del género de espías actualizado por la serie “Bourne”, cual reflejo distorsionado de “Body of Lies”.
El sarcasmo de los realizadores evoca también la visión satírica de Kubrick en “Teléfono Rojo” y el absurdo burocrático contra la inteligencia de Estados Unidos, propio del imaginario bizarro de Mel Brooks en “El Superagente 86”.
Al parecer de los creadores, la C.I.A. es en la actualidad un cascarón vacío a la deriva, propenso a atender asuntos domésticos, como la extorsión de uno de sus ex integrantes por parte de una conjura de necios en edad madura y al borde del fracaso. Ácida metáfora de la crisis de los cuarenta. Divertida alegoría de los perdedores y las víctimas desechadas por el sistema. Sin duda, la pesadilla de “No es país para Viejos”, continúa.