El reverso pesimista de la bucólica “Titanic”, donde una linda parejita encarnaba el ideal romántico de la cultura oficial.En el fondo,aquella soap opera de alto presupuesto era la típica recreación del amor imposible signado por la desgracia y la incomprensión del contexto, pero destinado a consolidarse en la catástrofe.
La fórmula del chico encuentra chica volvía a funcionar como catarsis global de una época aferrada a sus mitologías, en oposición nostálgica a los grandes cambios por venir.Por algo, el blockbuster de James Cameron arrasó en la noche de los Oscar y conquistó la cima de la taquilla.
Una década después, Leonardo Di Caprio y Kate Winslet regresan en conjunto al paquebote de los sentimientos encontrados y las pasiones irrefrenables.
No obstante, ambos emprenden una aventura emocional completamente diferente en “Revolutionary Road”, al punto de sepultar cualquier esperanza sembrada por ellos en la fantasía de la fidelidad y el afecto perpetuo, apenas obstaculizada por la intromisión de una masa de hielo, símbolo de la barrera de un entorno hostil.
Siguiendo con la alegoría antes planteada, “Sólo un Sueño” describe el naufragio de un matrimonio joven incapaz de sortear el iceberg de una relación agotada por culpa de la rutina de los suburbios ,como si el melodrama de “American Beauty” fuese extrapolado al período de la posguerra, con la intención de desmontar el escenario de prosperidad y felicidad vendido por el folletín de la era de los cincuenta.Desencanto, muerte e incomunicación en el camino hacia las raíces de la insatisfacción posmoderna.