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El artista atormentado

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Frances Farmer

La verdad es que no somos un país lo suficientemente dichoso como para ser tan infelices. No tenemos el Estado de bienestar de los países desarrollados como para tener una escena de black metal ni chicos enloquecidos que entran a escuelas armados hasta los dientes. La verdad es que nuestras preocupaciones son menos banales: sobrevivir a las estadísticas de criminalidad nos impide concentrarnos en tormentos metafísicos. Es por ello que quienes intentan hacer la parodia del artista, como diría Fito Páez, y, en este caso, el artista atormentado, se encuentran ante una labor muy voluntariosa y los resultados muchas veces son pretenciosamente falsos. Pero como últimamente ser atormentado está en boga, he aquí algunos pasos útiles para ser un perfecto artista atormentado:

1. Coloque entre sus influencias a artistas (auténticos) que murieron jóvenes: no importa que usted no haya leído Heavier Than Heaven o crea que Love Will Tear Us Apart es una hermosa canción de amor, nombrar a seres turbulentos y complejos que encontraron la muerte en circunstancias trágicas le hará parecer un enfant gâté.

2. Reitere a cada momento que tuvo una infancia traumática… aunque nunca quiera hablar de ella (claro, no sonaría muy dark afirmar que aún llora cuando recuerda que tan sólo fue una vez a Disneyland y que en Navidad en lugar de unos patines Rollerblade le regalaron unos Mattel).

3. Cuando le pregunten por la relación con su padre, lance la mirada al vacío, quédese unos minutos en silencio y luego conteste: «¡Jódete!», antes de marcharse iracundo (o voluntariosamente iracundo).

4. Si no desea ser tan misterioso, afirme que creció en un hogar marcado por el abuso y las peleas. Diga que su padre era alcohólico y que su madre nunca estuvo en casa para brindarle amor (aunque lo más probable es que su padre sólo se lanzara unas copas de whisky los viernes por la noche en el Lee Hamilton y que su madre se la pasara bronceándose como un pollo en brasa mientras hablaba con sus amigas en el club Puerto Azul). Por favor: no diga que sus padres murieron en un accidente al estrellar el carro con un camión cargado de indígenas, eso ya lo inventó un genio como Jim Morrison.

5. Váyase una temporada a la casa de unos tíos en Miami o en Europa en plan de estudio o de turismo y luego monte la historia de que fue huyendo de las drogas regaladas y el sexo sin sentido o que fue a hacer una purificación budista después de jornadas enteras en raves.

6. Júntese con personas que estén dispuestas a comentar en sus círculos de amistades que usted bebe sangre humana y que apologiza el suicidio como forma sublime de morir. De seguro ellos escribirán en Wikipedia artículos que describan su estilo de vida como autodestructivo.

7. Tómese una sesión de fotos en blanco y negro en los que resalten su imagen de jodido y maldito desprecio hacia el mundo, su nauseabunda oposición a las costumbres burguesas y su rebeldía indomable ante la moderación y el decoro. No olvide una fotografía en la que aparezca encendiendo/fumando un cigarrillo (y si es un marijane, de perlas). ¡Una bocanada tormentosa no tiene parangón!

8. Mantenga una imagen andrógina. Esto no sólo le hará ganar admiradores apasionados en ambos bandos, sino que creará la leyenda de turbios conflictos sexuales sin resolver.

9. Aunque el dinero se le desborde de los bolsillos, use unos Converse desgastados y no se peine. Si en cambio la última vez que vio un billete de 100 fue cuando jugó monopolio en el colegio, use unos Converse desgastados y no se peine. No olvide llevar camisetas con lemas provocadores y símbolos contraculturales o con el retrato de Sid Vicious o Allen Ginsberg.

10. Para los pretendientes a escritores: si tiene algo de talento musical, forme una banda de dark ware, postpunk o nümetal y no la promocione en el mainstream. Si carece de talento, pues mucho mejor: permanecer underground no sólo le dará una imagen de rebelde antisistema, sino que será la mejor manera de que nadie conozca sus despropósitos musicales.

11. Para los pretendientes a músicos: tírese una de poeta maldito y publique un poemario; aunque es seguro que la única maldición con la que esté relacionado en su vida sea cuando el lector termine de leer su verso y exclame: «¡Maldita sea, perdí mi dinero en este bodrio!»

12. Para los pretendientes a pintores, escultores, instaladores o afines: consígase en sus noches de farra a varios individuos que estén dispuestos a picar su anzuelo de formar una banda de rock-espacial-experimental-videoart. Quizá no lleguen muy lejos, pero ganará puntos siendo el genio creativo detrás de la banda, además de que tendrá cervezas gratis.

Por último, recuerde lo que decía Borges en El aleph: «El trabajo del poeta no estaba en la poesía; estaba en la invención de razones para que la poesía fuera admirable». De esa manera, aspirantes a artistas que no tengan cosas interesantes ni innovadoras que decir no se desanimen: si ustedes son capaces de crear una imagen misteriosamente atractiva y violenta entorno a su figura y que con ello nadie se fije en la (mala) calidad de su obra, todo lo que hagan será seguido por un corte de aduladores y groupies que le darán fama. Pues total, ¿no es eso lo que buscan?

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