Cuando tenía como 6 años estaba en un hotel en Barranquilla (Colombia) y por mi afición de ver películas en la madrugada me quede viendo una de terror, se trataba de un payaso que mataba gente y el coño e madre tenía la capacidad de escalar paredes así tipo “espaiderman”, como era de sospechar a los 15 minutos de película estaba arropado de pies a cabeza dejando solo el espacio necesario para mirar a la ventana esperando que el puto payaso partiera el vidrio de la habitación y entrara a echarme cuchillo, muchos años después en mi primera visita al Sambil en caracas tenía un complejo de grafitero chimbo, andaba con un marcador en todas partes rayando muros, aceras, fuentes, etc. Con frases de películas, filósofos o cantantes, en una de esas veo a Ronald Mc Donald sentado en un banquito y digo pa’ mis adentros “listo, mi obra maestra, voy a rayar a este coño e madre payaso!!!!” y me voy como quien no quiere la cosa pensando que la vaina era un muñeco de plástico, cuando me acerco lo suficiente y pelo por el marcador el «mardito» payaso me agarro y me abrazo (cariñosamente debo decir) pero coño compadre esas no son maneras, creo que los 14 años o algo así que tenía en ese momento no son una buena edad para gritar “mamiiii el payaso me quiere matar!!!!” en especial frente a un gran conglomerado de la “creme de la creme” de la sociedad caraqueña, y de verdad desearía decir que no paso, pero…..
Aprendemos por miedo, nuestra vida entera es un temor tras otro, te va a comer el coco, no saques la mano por la ventana del carro, no hables con extraños, no mueras siendo pobre, vístete a la moda o no te van a parar bolas las mujeres, aprende a bailar o no podrás ir a fiestas, córtate el cabello, no te hagas tatuajes, no seas muy extraño, sigue la palabra y hagas lo que hagas no pienses demasiado, no quieres terminar siendo un extraño dentro de esta sociedad perfecta. Hace algunos días mientras venia de regreso a mi casa del trabajo escuchando música, miraba como uno de estos “raros” se hacia el foco de atención de todos los que estaban en el vagón del metro, y me encontré pensando, “¿como dejan que gente así se suba?” mientras seguía escuchando a Bersuit Vergarabat en mi Ipod, y seguía mirando a las personas reaccionar con cada palabra de este señor, siendo la curiosidad más grande que cualquier otra cosa baje el volumen y escuche lo que estaba diciendo él, hablaba sobre historia, sobre batallas, sobre esas cosas que nos enseñan en la escuela y que al encontrar algún trabajo que pague un poco más del mínimo olvidamos para aprender el nombre de la discoteca de moda y calcular cuántos tragos me puedo tomar antes de que las “flacas pelo planchado” se den cuenta que no pertenezco aquí, y miraba a la señora de la tercera edad que nos miraba a todos como reprochándonos que nadie se levantaba y le daba su asiento, cuando a solo unos vagones de distancia estaban los asientos azules destinados a personas de la tercera edad, miraba al señor que hablaba con el “raro” mientras sonreía y se quitaba el reloj para guardárselo en el bolsillo y que no se lo pudieran robar, y en un momento me vi a mi mismo, alguien que al salir a la calle lo primero que hace es ponerse sus audífonos para aislarse completamente del mundo que lo rodea y no escuchar a los que yo considero “anormales” y que no hace contacto visual con nadie a menos que tenga un escote pronunciado, una cara bonita o un culo que valga la pena mirar dos veces, y pensé, ¿como dejan montar a gente como nosotros aquí?.
Las reglas del juego han cambiado tanto que al “accidentalmente” tocar a otra persona sentimos la necesidad de decir “perdón”, ¿que hay de malo con el contacto humano?, cuando vamos a aproximarnos a otra persona para preguntarles algo nuestra primera palabra suele ser “disculpe”, ¿en que momento comenzamos a pedir perdón por adelantado por el simple acto de interactuar con nosotros mismos?, pero mientras esas pequeñas cosas destruyen nuestras relaciones como “aldea mundial” estamos preocupados por quien tiene la razón, el mundo se va a acabar, será por una predicción maya?, nostradamus?, la llegada de jesus, el apocalipsis, el Y2K, un meteorito, la bomba nuclear, armas de destrucción masiva, el petróleo, el agua, Paris Hilton?… han pensado en que pasaría si en el mundo todas esas teorías se unieran en un solo día, todas y cada una de ellas, unidas, por una predicción digamos de…….. Hermes el iluminado, y el mundo entra en caos y hay saqueos y matanzas y orgias y al día siguiente…. No paso nada, que es lo que queda?, mi respuesta es simple nuevamente, Nosotros, no hay mano que mese la cuna, no hay botón que presionar, no hay conspiración mundial, no hay nada de esa mierda porque lo único que realmente existe en este mundo es gente y dentro de esa gente existen los manipuladores y los manipulados, es tu decisión creer o no creer, ahí está la biblia, el torah, el coran, hasta el diablo creo que tiene una vaina así y según el canal FOX los Simpson son una religión, están los hechos y la información, esta la información y el espectáculo, está el espectáculo y el absurdo, cual te atrae más? Es ahí cuando regreso al hombre raro del metro, ¿por que sentimos la necesidad de apartar y alienar a alguien que nos habla la verdad tan solo porque no viste como nosotros?, no se adapta como nosotros, no tiene un trabajo como el tuyo, no logro tener una familia bonita como tú, no tiene el carro ni el reproductor de discos, probablemente no sepa que coño e madre es un Blue Ray ni a que sabe una hamburguesa de Mc Donalds, pero tiene su versión.
Desde el principio de los tiempos el mayor problema que ha tenido este mundo no es la bomba, los masones ni los iluminatis, los conquistadores ni los políticos o los extraterrestres, el mayor problema que tiene la humanidad son los humanos, no queremos racismo pero seguimos usando términos raciales, ¿por que no simplemente acabar con las razas?, no existen, hagamos de todas una sola, la raza humana, seas de donde seas y del color que seas, ¿pero saben que? Eso no funcionaria, porque aun cuando en un papel firmado por nuestros máximos líderes mundiales diga que las razas no existen en tu casa seguirán llamando “negrito” a tu sobrino, a tu hermano o a ti, porque aun cuando se firmen tratados mundiales de que no deben existir armas de destrucción masiva la gente va a seguir buscando la manera de hacerlas, o de decir que se están haciendo solamente por joder, por que cuando por accidente alguien te toque la mano y te sonría en la calle vas a responder con una evasiva o con desprecio, porque sigues pensando que hay una conspiración para acabar con el mundo, cuando la mano que aprieta el botón esta en tu bolsillo guardando con seguridad el reloj para que ese hombre extraño del metro no caiga en la tentación de hacer lo que harías tu si estuvieras en su lugar, pero esa es solo mi versión y podría estar equivocado.