panfletonegro

Algo oscuro y viejo se avecina: la semana de la nueva narrativa urbana

Yo nunca podré participar en la semana de la nueva narrativa urbana. No soy lo suficientemente famoso, ni lo suficientemente publicado,ni lo suficientemente mediático,ni lo suficientemente valorado,ni lo suficientemente conocido, ni lo suficientemente Rodrigo Blanco Calderón. Y mucho menos soy lo suficientemente blandengue, como para aceptar la moderación y la descalificación pública de nuestros mercaderes del libro y de la conciencia.Yo no aceptaría la descalificación de Milagros Socorro, porque sencillamente Milagros no sabe escribir, no tiene nada que decir y no es divertida. Milagros es aburrida y anacrónica como lo son la mayoría de los moderadores de la semana de la nueva narrativa urbana.

Incluso, yo nunca podría pasar por el filtro del comité de censura de la semana, porque yo redactaría una historia , un cuento, una crónica, una sátira, una ficción o una no ficción en contra de la semana de la nueva narrativa urbana, junto con todos sus jugueticos.

Yo me metería con el jurado seleccionador de la semana, yo me reiría de su pretensión romántica de rescate de la literatura y demás pavadas, yo echaría pestes de Milagros Socorro y de Alberto Barrera Tyska, yo le declararía la guerra a Relectura, y para ser estrictamente imparcial con el veredicto,culminaría suicidándome en vivo como el protagonista de Network o autoflagelándome a golpe de sentencias lapidarias, pues ya nada tiene sentido. Ni la semana de la nueva narrativa urbana. Ni yo, ni tú, ni nadie(salvo Gabriel Torreles y el proyecto de libros de Urbe Bikini).

Por lo demás, cumplo con ejercer mi completo derecho a la disidencia y a la libertad de expresión, al condenar la discriminatoria, cogollérica, cuartorepublicana, bolivariana y stalinista manera de seleccionar los textos y los elegidos a intervenir con sus lecturas en la semana de la nueva narrativa. Y después hablan del gobierno, de Farruco Sesto y de Héctor Soto.

Pues bien, los textos y los elegidos a intervenir en la semana de la narrativa urbana, se han escogido a dedo, según el viejo método clientelar, acientífico y antidemocrático heredado de la red mafiosa de la macolla adeco-copeyana, revisitada ahora por la corrupción de la revolución bonita.

Sí señor, los textos fueron escogidos a dedo limpio, sin mayor discusión pública y en secreto, al peor estilo de Lorena Almarza en la Villa del Cine. Mal, muy mal ejemplo el dado por el comité organizador y seleccionador de la semana de la nueva narrativa urbana. De ahí la incomprensible y perversa exclusión de Jhon Manuel Silva, porque supuestamente es chamo, es inédito y nadie lo conoce. Puras pamplinas.

En lo personal, yo preferiría mil veces escuchar a un verdadero nuevo como J.M. en lugar de oír las clásicas sandeces y correcciones políticas de nuestros jóvenes famosillos(al margen de ciertas excepciones a la regla).

Por allí, el adjetivo de “nueva” comienza a quedarle bastante grande al susodicho evento. Por ello, propongo llamarlo como se merece y se debe: la semana de la vieja narrativa urbana, moderada y conducida por nuestros escritores mezquinos y pretenciosos, a quienes nada más quieren en sus casas, los días de Todo en Domingo, y en las rumbitas organizadas por ellos mismos, para darse palmaditas en la espalda , aplausos a rabiar, besitos y oraciones de aliento como la tristemente célebre “Te quedó lindo, Gordo”. De seguro, la próxima edición de la semana también les quedará muy linda.

Sólo estoy contando los días para ir con mis amigos de panfletonegro a disfrutar de semejante impostura,de semejante show off onanista, de semejante anacronismo encerrado y enclaustrado en un lugar fashion de “nuestra ciudad de lo glam”, de cuyo nombre no quiero acordarme.

Nos vemos por allá y quedamos pendientes para la crónica o el dossier panfletario sobre el asunto!

 

Salir de la versión móvil