Esta semana fue caótica academicamente, final de semestre solo equivale a andar corriendo de un lado a otro, presentando todo lo que no pudiste presentar durante 4 meses, entregando todo aquello que no te recibieron durante 16 semanas, y también bebiendo todo lo que no bebiste en 120 días. Dentro de todo ese caos encontré un tiempo para ver una película recién salida a la luz, desde la capital del sol naciente, no pude encontrar algo mejor que Tokyo!, mas que una colección de 3 filmes dirigidos por 3 directores distintos, este film desarrolla el tema de la comunicación, o la falta de ella de una manera increíble. Es asombroso como en una de las ciudades mas pobladas del mundo, la gente pueda llegar a estar tan sola.
Siempre he sido un fanático del trabajo de Michel Gondry, desde sus vídeos musicales, pasando por su Human Nature que me partió de la risa por su «bizarrés», Eternal Sunshine of The Spotless Mind, que por su salto a la fama le trajo al publico Hollywoodense un dolorcito de cabeza por ser muy «compleja», Science of Sleep, Be Kind Rewind y por supuesto se lleva una mención honorifica por haber dirigido un episodio de Flight Of The Conchords.
Su corto se llama Interior Design, el cual narra la historia de una pareja recién mudada a Tokyo, quienes, gracias a la bondad de una amiga, logran acomodarse en su apartamento hasta que puedan encontrar uno propio. Estoy casi seguro que muchos de nosotros nos identificamos con este mal, este sentimiento de compromiso que nos obliga a brindar ayuda los menos favorecidos. Nos sentimos los buenos samaritanos, creyendo que al ayudar, nuestro karma se elevará, hasta que desafortunadamente la comodidad se pierde cuando las cosas se escapan de las manos. Pero en ocasiones, nos convertimos en esa persona la cual «abusa» de la ayuda que esta disfrutando, muchas veces sin intención, pero así sucede. Hay una linea muy fina que delimita ese momento, donde te das cuenta del comportamiento obsesivo de alguno de tus mejores amigos. Nadie debería cruzarla.
Es una historia de amor entretenida, poco convencional, donde los problemas que enfrentan los personajes no son nada comunes. Luego, nuestro ermitaño se ve retado a salir de su fortaleza, en busca que esta mujer que le cambio la vida. Aunque al final no se desenvuelve totalmente, uno tiene que darle su propia conclusión a la obra de Bong Joon-ho.
En fin, es una película interesante, la cual vale la pena darle la oportunidad.