¿Qué es una lista de mejores películas, y para qué sirve? Por lo general, es un truco corporativo: las empresas dueñas de estudios de cine, son también dueñas de medios de comunicación. Estos medios hacen una lista de las 100 mejores películas de yo no se qué y al estudio “se le ocurre” la genial idea de sacar una edición especial de sus clásicos. Eso hizo la Warner® hace unos añitos.
Por otro lado, una lista es una selección arbitraria, limitada, sesgada y tramposa, por varias razones. En primer lugar, porque es tonto creer que alguien tiene el monopolio de la razón como para determinar que ésta cinta es mejor que ésta otra. En segundo lugar, porque el lugar, el tiempo (sobre todo eso, el tiempo), y hasta el estado de ánimo en el que uno se encuentra influye, de manera decida, sobre la apreciación particular que uno tiene sobre una obra determinada. Tercero, el que quiera decir que “éstas” son las mejores películas de la historia debería, por justicia, haberse visto todas las películas que se han hecho en el mundo, y sobre decir que eso es imposible. Cuarto, porque muchos grupos de “críticos” que elaboran listas lo hacen partiendo de desfasados preceptos intelectuales según los cuales lo popular y entretenido no es “artístico” ergo no es bueno y no merece estar en ninguna lista. Siguen el viejo adagio de los intelectualoides: “si lo entendiste y te entretuvo no es arte.” Y quinto, como decía al principio, muchas de estas listas son meras operaciones mercadotécnicas.
Señalo todo esto para exponer el siguiente fracaso: Desde hace un mes me propuse ir colectando todas las películas que he visto durante lo que va de esta década que se inició en el 2000 y que terminará en el 2010. La idea era recopilar un Top-100 de mejores películas de la década, haciendo el respectivo Top-10 y haciendo también un repaso por las temáticas, búsquedas, logros, limitaciones y grandezas del cine de nuestros tiempos. Además de realizar la necesaria radiografía de los nombres y rostros que marcan al cine contemporáneo. Es decir, para decirlo sin tanta palabrería barata, quería saber el qué, el cómo y el cuando del cine de mi (de)generación.
Una vez que recopilé de mi memoria y con la ayuda de imdb la lista de cintas que he visto en esta década, encontré que del total, unas 416, muchas me parecían sobrevaloradas, a pesar de que cuando las había visto me habían parecido obras maestras. Otras, que me habían parecidos bodrios, ahora me parecían maravillosas. Y así…
La hice sin prejuicios, seleccioné, reseleccioné y volví a seleccionar hasta que me quedé con estas 156 películas, hice un Top-12 (que en realidad es Top-13) y coloqué las otras 143 en orden alfabético ya que me niego a clasificarlas, creo que todas valen por lo menos una mirada. De todas formas al lado de algunas hay un breve comentario.
El criterio para seleccionar ese Top-12(13) fue medio profesional, permitiéndome un capricho personal en la posición duodécima. Cuando digo profesional me refiero a que procuré no seleccionar MIS películas favoritas, sino las películas que creo son un reflejo de la forma como se ha hecho cine en esta década, y las películas que será fundamental consultar en el futuro por parte de quienes les interese saber cuales eran nuestros miedos, nuestras manías, nuestras inquietudes y nuestros problemas por estos tiempos.
Top-12 (13)
Película — Director(es) — Año — País.
1) The Village — M. Night Shyamalan — (2004) — EE.UU.
Probablemente el mejor tratado que se ha filmado acerca de cómo el miedo y la ignorancia son usados para mantener al status quo.
Una villa, a finales del siglo XIX, permanece tranquila y feliz en su vida sin sobresaltos. Guiados por sus líderes espirituales y morales, una especie de comunidad de sabios que se reúne a diario para discutir y aprobar los asuntos de la comunidad. Reprimidos a la hora de expresar su amor. Aislados en su feudo que limita con un bosque en donde viven unas extrañas criaturas a las que llaman “los que no se nombran”.
Dichas criaturas y los habitantes de la villa tiene un pacto de no-agresión: ni los villanos atraviesan el bosque de ellos, ni “los que no se nombran” vienen a perturbar la tranquila vida de los pueblerinos. La vida en la comunidad sería perfecta si no fuera por los ruidos que las criaturas emiten en las noches y qué llevan a que en la comunidad existan puestos de vigilancia y un plan de contingencia preparado en caso de que las criaturas vengan a ¿comérselos? ¿atacarlos? ¿robarlos? ¿secuestrarlos?.
Adicionalmente, la comunidad le da a las criaturas ofrendas de animales para ¿alimentarlos? También eliminaron de su comuna el color rojo (el color prohibido) e impusieron el amarillo como un color de protección.
Tal orden es aceptado por lo habitantes de la aldea, al punto de dejar morir a sus habitantes con tal de no cruzar el bosque para buscar medicinas, como ocurre con el hijo del personaje que interpreta Blendan Glesson.
El problema surge cuando Lucius (Joaquin Phoenix) el tímido y retraído joven hijo de Alice (Sigourney Weaver) una de las líderes de la comunidad es herido por Noah (Adrien Brody), un joven con retardo mental, quién hiere a Lucius en un ataque de celos al saber que Ivy (Brice Dallas Howard), una chica ciega, hija de Edward (William Hurt) el principal líder de los aldeanos y suerte de autoridad no-oficial del pueblo, se casará con él.
La situación médica de Lucius lleva a que Ivy le exija a su padre permiso para atravesar el bosque y buscar los medicamentos que le salven la vida a Lucius. Antes de poder atravesar el bosque, Ivy escuchará de su padre la verdad sobre las criaturas, en uno de los giros más arrechamente originales del cine contemporáneo.
Esto servirá para que Shyamalan nos lleve a reflexionar sobre los mecanismos del miedo a lo desconocido, al progreso, a la alteridad. La película, casi sin que nos demos cuenta, es un tratado sobre la civilización moderna y sus miedos; una película que dice en sus dos horas y media de metraje lo que a sociólogos, politólogos, psicólogos y demás “ologos” les toma meses y meses de razonamiento, debate y escritura.
Cinematográficamente es una joyita. Los movimientos de cámara, la fotografía, los encuadres, la envolvente banda sonora, el ritmo y sus esmeradas actuaciones, casi nada es cuestionable, esta cinta es un admirable ejercicio de oficio cinematográfico.
Sin duda, un prodigio de película. Cuando la vi me fascinó, y mientras más la veo más genial me parece.
M Night Shyamalan, maneja la cámara como nadie. Agarra a actores regulares, por no decir malos, como Mel Gibson, Mark Whalberg, Bruce Willis y John Leguizamo y les saca interpretaciones enormes. Nos manipula, como solo los grandes maestros del cine saben hacerlo. Se burla de nosotros y nosotros dejamos que lo haga, y no me estoy refiriendo a sus finales “sorprendentes”, de lo que hablo es de la capacidad que tiene el señor para meternos en las atmósferas de sus películas, para jugar con nosotros, y finalmente, sorprendernos.
La seleccioné como la número uno, no solo por lo antes dicho, sino porque a la luz de nuestros días sigue siendo la película que más acertadamente expone los mecanismos que mantienen medianamente cohesionada a la sociedad contemporánea. Hace días, mientras veía a la gente con sus tapabocas en el metro, cuando leí la noticia de una comunidad norteamericana que vivía bajo las mismas normas que rigen a los protagonistas de esta película, no podía dejar de considerar lo grande que se está volviendo el señor M Night Shyamalan. ¿O me van a decir que The Happening (2008), su último filme, no es casi lo mismo que estamos viviendo hoy con el virus AH1N1?
2) Mullholand Drive — David Lynch — (2001) — EE.UU.
Hacer una sinopsis de una película de David Lynch es tan inútil como describir la música de Nine Inch Nails. Al igual que Trent Reznor (y que conste que no es arbitraria la comparación si tomamos en cuenta que ambos trabajaron juntos en Lost Highway (1996)), a Lynch no hay que analizarlo, sino entregarse a su juego y dejar de pensar, o por el contrario, pensar un poco más de lo que habitualmente pensaríamos al enfrentarnos a una cinta “normal”.
En el caso de esta maravillosa película la cosa es aceptar, como en Lost Highway (1996), en Blue Velvet (1989) y en Wild at Heart (1991), que Lynch no es un “narrador” como pudiera serlo Alexander Payne, sino un cineasta. Un tipo que toma las herramientas visuales del cine y nos entrega películas sugerentes y a veces abstractas, pero siempre ambiguas, prestas a las múltiples interpretaciones.
Mullholand Drive es la historia de Betty (Naomi Watts) una (excesivamente) cándida actriz que llega a Hollywood y pernocta en casa de su tía, pero al llegar a la casa de la tía se encuentra con Rita (Laura Helena Harring), una mujer amnésica que llegó a esa casa resguardándose luego de sufrir un accidente. Es, al mismo tiempo, la historia de unos mafiosos que imponen a una actriz al reparto de una película, la historia de personajes ¿esquizofrénicos?, la historia de una relación lésbica-enfermiza, el club El Silencio, llorando, en fin… Imposible de resumir con palabras…
Mejor lo resumimos así:
Sí después de esto no entendiste, entonces fracasé en esta reseña.
3) Gangs of New York — Martin Scorsese — (2002) — EE.UU.
Casi todos los directores que se acercan al pasado es para glorificarlo. En el pasado la gente es modosita, habla bonito y las cosas se hacen por honor y por principios. La corrupción, la violencia, los fraudes electorales, las pandillas y la delincuencia son males modernos, el pasado está lleno de Wallaces, de Bolívares, de Wahsingtons, de Mirandas y de muchos otros “caballeros” de principios incorruptibles que protagonizan intrigas palaciegas y aventuras patrióticas. Si acaso alguna histérica Juana La Loca, o una hermana Bolena, aparece por ahí para llenar de estrógenos los palacios reales. Pero la regla es ver a la Reina Elizabeth conservar su virginidad y manejar la presión de llevar un reino a cuestas [1].
Afortunadamente hay cineastas que dibujan por fuera de la línea. Lo que Martín Scorsese hizo con esta película es un trabajo subvalorado, sobre todo después de The Departed (2007), la cinta que finalmente le dio el Oscar. Pero estoy seguro de que en el futuro cercano recordaremos Gangs of New York como una de las mejores cintas de su director.
A través de dos personajes Bill ‘The Butcher’ (Daniel Day Lewis) y Amsterdam (Leonardo DiCaprio), veremos las manos que construyeron a EE.UU., como dice la canción que U2 hizo para la cinta. Son las manos de los que hacían fraude en las elecciones, de los que se entraban a coñazos, palazos y hachazos en las calles por tener el control de la ciudad. Las manos de los racistas, de los xenófobos, de los corruptos, de esos personajes que no aparecen en las épicas históricas de Diego Rísquez, ni en los libros de Uslar Pietri.
Es la historia alternativa: la lucha entre las dos pandillas culmina con una masacre horrible, un caracazo del siglo XIX en el cual patriotas e inmigrantes son aniquilados por igual. Mientras el Gobernador dice: “Vete al puerto y regálale pan a los inmigrantes y diles que voten por mí, mira que en esta masacre matamos muchos votos”
Adicionalmente el esmerado trabajo de dirección artística, fotografía, música, edición y montaje. Daniel Day Lewis impagable, Di Caprio callándole la boca a sus odiadores, y hasta Cameron Díaz está excelente en su rol.
[1] Sofía Coppola también se encargaría de desmitificar las historias de reinas histéricas, en su particular versión sobre la vida de Maria Antonieta(2007)
4) Dancer In The Dark — Lars Von Trier — (2000) — Coproducción europea.
Una pantalla en blanco durante cinco minutos. Una cámara que se mueve incesantemente durante la primera hora de proyección. Selma (interpretada ¿o debería decir padecida? por Bjork) se está quedando ciega, y nosotros vemos la película desde su punto de (no)vista. A medida que Selma enceguece, la película se hace más clara y al mismo tiempo más lúgubre. Mientras más vemos más sufrimos, sufrimos de la cobardía del pusilánime vecino de Selma, que luego de robarle la obliga a asesinarlo, sufrimos del sistema de justicia que castiga a Selma por mujer y por inmigrante, no sin antes inventarle un pasado comunista.
Pero esos somos nosotros que no encontramos evasión ante el drama de la protagonista. Selma, por su parte, no sufre, o procura no hacerlo. Al igual que la protagonista de Dogville(2003), es una mártir feliz de serlo. Es tan buena que indigna: Ahorra dinero para salvarle la vista a su hijo, bastante ingrato el muchacho, que no para de burlarse de ella y desconocer el sacrificio que ésta hace por él. Incluso Selma se niega a usar la plata ahorrada para pagarse un abogado que la ayude cuando es enjuiciada. Acepta callada los abusos de su jefe, y en general, de todos quienes le rodean. No se defiende en el tribunal. Cuando declara en su interrogatorio prefiere proteger al cretino que mató, y que previamente la había robado, antes que salvarse a sí misma.
Pero esto no sería tan cruel sino fuera porque Selma tiene una imaginación gigantesca. Un mundo interior tan grande que le lleva a imaginar que su vida es como los musicales que ve en el cine. Mientras camina rumbo a su ejecución deja que el ruido de sus pasos se convierta en música y la transporten a otro sitio, a la vida que sueña pero que nunca podrá tener. Al final esa es la historia de la mayoría de las personas, soñar e imaginar para evadir el padecimiento de la realidad.
Como siempre Lars Von Trier nos alecciona sobre la injusticia, y para hacerlo se regodea en el sufrimiento para provocar en nosotros una reacción indignada. Y lo logra, vaya que lo hace, y de qué manera…
5) Minority Report (2003) / Artificial Intelligence (2001) — Steven Spielberg — EE.UU
Dos de Spielberg: En la primera, un agente de la policía precrimen, se enfrenta a la terrible ironía de ser perseguido por el represivo sistema del que es parte. Acusado por un crimen que va a cometer en el futuro, el agente John Anderton (Tom Cruise) tendrá poco tiempo para probar que no cometerá ese crimen. Deberá hacerlo en una huída permanente a través de una ciudad qué es como una computadora infinita, donde tenemos lásers que nos leen la retina para entrar al metro, arañitas que saben donde estamos y nos electrocutan para reducirnos, radares que detectan hasta la temperatura de nuestro cuerpo. Es una ciudad donde la única forma de escapar es quitándote los ojos y deformándote el rostro porque, al igual que en Facebook, todos conocen a todos y nuestras vidas son públicas. La fantasía de Andy Warhol se hace realidad al revés: en vez de todos tener quince minutos de fama todos tenemos —si gozamos de suerte— quince minutos de privacidad. Porque en el mundo futuro según Spielberg, y según Philip K Dick el autor de la historia en que se basa la película, hasta conducir es algo que hacemos pero que no controlamos, los carros van por un sistema de rieles y si la policía nos busca el vehículo nos lleva hasta ella.
En la segunda, el niño-robot David (Halley Joel Osmend) es comprado por la pareja Swinton, un matrimonio de clase media que lo adquiere para remplazar a su hijo, en coma luego de un accidente. Al despertar el niño del coma, y luego de los conflictos que se dan entre el niño real y el niño robot, la pareja Swinton se deshace de David, abandonándolo en un bosque. Pero él no entiende, lo diseñaron para amar y el amor no conoce de ingratitudes o miserias. Así que movido por el amor infinito que desarrolló por Mónica (Frances O’ Connor), su dueña, y a la que cree su mamá, David viajará por una ciudad menos controlada pero más ingrata e inhumana que la de Minority Report.
Acompañado de un oso inteligente y de otro androide, un robot-sexual llamado Gigoló-Joe (Jude Law), David, viaja y escapa de una sociedad insensible y miserable que utiliza y desecha a los robots y hasta los destruye en un circo público. En su trayecto David entenderá que fue utilizado, que los humanos utilizan y desechan, que lo han hecho siempre. Lo lamentable de la película es que David decide seguir y seguir hasta que la fuerza de su amor lo lleva, muchísimos años después, a reencontrarse con su mamá, y a tener con ella un día perfecto. Es quizás lo peor de una película que por momentos llega a ser memorable.
Pero a ambas cintas las unen muchas cosas más allá de su director, cosas buenas la mayoría de ellas.
En primer lugar, los elementos tecnológicos y mecánicos que sostienen los dos sistemas futuristas en los que se desarrollan las cintas están basado en lo humano y sobrenatural. En el caso de la policía pre-crimen son unos pitonisos, unos videntes, los que garantizan el éxito al sistema completo gracias a sus predicciones sobre los crímenes que van a ocurrir. En el caso de la inteligencia artificial ésta se basa en sentimientos y emociones humanas como el amor, la amistad y la gratificación sexual.
En segundo lugar, ambas presentan un futuro desolador. La diferencia es que en Minority Report la gente es víctima de un sistema que le ofrece seguridad a cambio de libertad y en Inteligencia Artificial la gente es víctima de su necesidad de comodidad y de su dependencia tecnológica. El sistema pre-crimen de la primera película es la respuesta a la paranoia y el miedo de la gente. Los robots de Inteligencia Artificial son producto de la comodidad que buscamos y de la incapacidad que tenemos para aceptarnos como somos y expresar nuestros sentimientos (elemento también muy presente en la película número 6 de éste listado).
En tercer lugar, las une la labor de un maestro de la hechura cinematográfica. A estas alturas sobra decir que Spielberg nos da clases magistrales de cómo hacer películas espectaculares (¿efectistas?). Estas dos cintas no son la excepción, como tampoco lo es la tremenda incursión de Spielberg en el thriller político con la brillante Munich(2005), película que perfectamente podría estar en esta lista.
En cuarto lugar, las cintas están unidas por sus pésimos desenlaces, finales edulcorados y optimistas que contrastan con lo desencantado del planteamiento inicial. Esto es más patente en Inteligencia Artificial, donde el final casi parecía haber sido injertado en el metraje.
Más allá de eso, las dos mejores películas de ciencia ficción de esta década. Seguramente Wall-E(2008) podría ocupar un lugar junto a estas dos.
6) Eternal Sunshine of The Spotless Mind — Michael Gondry — (2003) — EE.UU y Francia.
¿Por qué nos cuesta tanto aceptar lo que sentimos? Si se nos muere un gato lo clonamos. Si perdemos un hijo compramos un robot para suplantarlo. Si terminamos un noviazgo vamos a una empresa para que nos borre de la memoria ese amor fracasado. El luto y el despecho, en un futuro no muy lejano, no serán un problema. No lo digo yo, lo han dicho los cineastas a lo largo de esta década.
Aunque al final la naturaleza humana se imponga, y dos personas que se borraron mutuamente de sus respectivas memorias se encuentren al día siguiente y vuelvan enamorarse como lo habían hecho antes de olvidarse.
Realizada por el maestro del videoclip Michael Gondry, Eterno Resplandor de una Mente Sin Recuerdos es una comedia romántica y una película de ciencia ficción, es una metáfora y al mismo tiempo una gran historia, es una película sencilla y al mismo tiempo bestial en su planteamiento. Una oda al amor y su locura, un llamado de atención a la deshumanización progresiva de las personas, un chiste genial. Una cinta seria pero con mucho humor y mucha humanidad en sus escenas. Jim Carrey, Kate Winslet, Kirsten Dunst, Tom Wilkinson, Mark Ruffalo y Elijah Wood componen personajes entrañables, enormemente humanos y con los que sentimos una extraña empatía al punto de llegar comprender las motivaciones de todos, gracias a que Gondry no los sataniza, ni siquiera al doctor que borra las memorias que encarna Wilkinson.
Al final, según Gondry, la vida, simplemente, hay que vivirla y los despechos sufrirlos, no borrarlos, a la memoria se le enfrenta y se le cura pero no se le suprime y menos podemos creer que con olvidar borramos lo ocurrido.
7) Hable Con Ella — Pedro Almodóvar — (2002) — España.
Hablar mal de Almodóvar es cool. Calificarlo de provocador barato, de mariquito ladillúo, de loca posfranquista derrapada, etc. Difícil es entender su cine, comprender que es un gran planificador de escenas, y en sus últimas película, un tipo que maneja con maestría las narraciones paralelas. Por ejemplo, más allá de su temática y su evidente intención provocadora, La Mala Educación(2004), es una cinta brillante en el manejo de los tiempos y la conformación del pluzze que el espectador va armando a medida que se desarrolla la cinta. Además, más allá de provocar o impactar, las cintas de Almodóvar quieren reflexionar sobre la condición femenina y la del hombre-afeminado; no es casual que sus cintas más débiles como Carne Trémula(1997), sean intentos de reflexionar sobre el hombre-masculino.
Hable Con Ella es la cinta incuestionable de Almodóvar, su indudable obra maestra. Al lado quedan las locas periqueras, los curas sadicones que se enamoran de los niños que tocan, las monjas sidosas, los travestis que preñaron mujeres sin saberlo, las mujeres al borde de un ataque de nervios, los ex-convictos que secuestran actrices y las obligan a enamorarse de ellos, las actrices que dejan que un buzo de juguete les llegue a la entrepierna y luego se enamoran de sus secuestradores. Atrás quedó el Almodóvar vulgar y exagerado con ganas de provocar.
El Almodóvar de Hable Con Ella es un autor en busca de algo más, amén de que es la única cinta “de hombres” que ha logrado trascender en su búsqueda de la psiquis masculina. Claro, esto lo logra el autor colocando a la mujer presente en todo momento: como cuerpo en coma que debe ser cuidado y acompañado, como cuerpo gigante explorado y penetrado por un hombre en miniatura, como recuerdo, o como guardadora de secretos que no se han dicho.. La mujer es la que lleva a los dos personajes principales a reflexionar sobre sus vidas y su relación con el mundo.
Un periodista que espera a una torera en coma, que lo ha abandonado, pero él no lo sabe. Un dedicado enfermero, medio ambiguo en su sexualidad, víctima de un amor imposible, cuida de su bailarina comatosa.
Al periodista la espera le ayuda a entenderse mejor a si mismo, a comprender que su pareja era, en el fondo, una persona a la que apenas conocía. El enfermero ejecutará un acto reprobable, y sin embargo, la visión humana de Almodóvar es tan acertada que terminamos comprendiendo, como lo hace el periodista, la acción del enfermero.
8] Moulin Rogue — Baz Luhrman — (2001) — EE.UU. y Australia.
Espectacular y exagerada, kistch hasta lo indecible, melodramática y trágica como una obra shakespiriana. Ella canta, ella baila, ella se enamora, ella sufre, ella enferma, ella muere, como le dijo Baz Luhrman a Nicole Kidman cuando le ofreció el papel.
Christian (Ewan Mc Gregor) el poeta enamoradizo y romántico que cree en el amor como única forma de vivir la vida y Satine (Nicole Kidman) la prostituta que quiere complacer a un acaudalado duque para que la convierta en una actriz de verdad. El día del encuentro entre el duque y la prostituta, Satine confunde a Christian con el duque. La confusión de telenovela servirá para que Satine descubra, de la mano del poeta, la naturaleza verdadera de la vida y el amor como sentimiento que existe incluso más allá de la muerte.
Con esta sinopsis cualquiera puede pensar que se trata de un culebrón a lo Delia Fiallo o la recién fallecida Corín Tellado, pero la cinta va mucho más allá. Porque Baz Luhrman nos entrega una película llena de imágenes grandiosas, de secuencias musicales tan cursis y exageradas que la luna sonríe al ver a los amantes bailando frente a ella. Un humor de tonto y una historia naif y predecible sirven para la reinvención del género musical. Esta cinta, junto a Dancer In The Dark(2000), es la madre del musical moderno. Ni la sobrevaloradísima Chicago(2002), ni la inteligente Dreamgirls(2006), ni la tonta Hairspray(2008), ni la pésima El Fantasma de la Ópera(2005) le llegan. Solo la aparentemente inofensiva —pero en el fondo áspera y cínica— Al Otro Lado de la Cama(2002) y la también kistch y exagerada Across The Universe(2007) se le acercan, se le acercan pero no le llegan a ésta. Una de las películas más influyentes e imitadas de los últimos años. Es una lástima que con Australia(2008) Luhrman haya dado un bajón tan grande a su brillante carrera, espero su pronta recuperación.
9) Cache — Michael Haneke — (2004) — Francia y Austria.
Mientras en Francia siguen vendiéndose como la cuna de la civilización moderna, los principios morales y cívicos, Michael Haneke sigue exponiendo los mecanismos que se mueven debajo de esa máscara. En esta, su mejor película, el tema es los orígenes del terrorismo.
Un pareja “burguesa” (la entrecomillo porque estoy harto de esa palabrita), Anne (Juliette Binoche) editora y Georges (Daniel Auteuil) conductor de un programa de literatura en TV, ve alterada su paz familiar cuando empiezan a llegarles de manera anónima una serie de videos que registran sus actividades diarias. Luego de la incertidumbre inicial, Georges descubre, o al menos eso cree, que las cintas provienen de Majid (Maurice Benichou) un árabe, hijo de un antiguo empleado de la hacienda de su padre, que fue asesinado durante la masacre de inmigrantes en Paris durante el año 1961, al que gracias a una infamia Georges le inflingió un gran sufrimiento, arrebatándole la posibilidad de ser educado en las mismas condiciones y principios que él.
La respuesta de Georges es refugiarse en su inocencia infantil, ahora que la vida le ha dado una segunda oportunidad para redimirse, decide persistir en su indolencia lo que lleva indefectiblemente a una tragedia.
Lo mejor es el personaje de Binoche, una mujer que se muestra comprensiva al principio, que intenta buscar respuestas y entender las motivaciones de su agresor, dispuesta a hacer el mea culpa, pero que termina haciéndose cómplice de la indolencia de su marido.
Igualmente es un punto resaltante que Haneke no se limita a criticar, también propone. Según Haneke hay un punto de quiebre en el que todo puede seguir igual o puede cambiar y la educación es quizás el camino al reencuentro de esas dos Europas de la que Georges y Mohammed son arquetipos: la Europa progresista que quiere dejar el pasado atrás y la Europa que arrastra, por generaciones, los conflictos raciales y resentimientos del pasado.
10) Elephant — Gus Van Sant — (2003) — EE.UU.
Sin respuestas, sin causas ni discursos, esta película es un gran acto de disección y contemplación, que no nos da ninguna conclusión. La cámara sigue, a través de unos fríos planos-secuencia, a un grupo de adolescentes norteamericanos, víctimas y victimarios, estudiantes de la secundaria Columbine. Los acompaña en las horas previas a la masacre, los sigue en ese camino rumbo a la venganza y la muerte.
Parte de una trilogía que pudiéramos llamar del paroxismo, de la que también son parte The Last Days(2005) basada en los últimos días de Kurt Cobain, y Paranoid Park (2007) un extraordinario relato qué, a diferencia de Elephant, sigue al adolescente luego de cometer el crimen (en este caso accidental) pero con la misma parsimonia, asepsia, y frialdad.
En las tres cintas los personajes han perdido conexión con el mundo, están pero no son parte, pertenecen pero no son, existen pero están ausentes. El asesino de Elephant toca en un piano y libera todo el horror que lleva por dentro, el Kurt Cobain de The Last Days camina por el bosque balbuceando incoherencias filosóficas, el skater de Paranoid Park calla y permanece con la mirada perdida durante toda la película.
En contraparte el Harvey Milk de la última cinta de Van Sant no para de hablar, de dar discursos inspiradores. En las películas de la trilogía, la esperanza no existe, solo el vacío, el silencio y la toma de un cielo despejado como metáfora de la oquedad en que todo termina. En Milk(2008) una manifestación multitudinaria de gente con antorchas señala el camino esperanzado hacia un futuro sin discriminación.
Esto no es una contradicción, el cine de Gus Vant Sant es así: un día era un carajo dormitabundo, que estaba casi muerto durante el día en My Own Private Idaho(1991), y al otro un vago-genio que encontraba en el amor, en el desprendimiento de sus amigos, y en el amor de una bella chica la redención a su pasado de niño abusado y la orientación para darle un rumbo definitivo a su vida en Good Will Hunting(1997).
Por esos lados, aparentemente opuestos pero conectados entre sí, se mueve Gus Vant Sant, y casi siempre le salen grandes películas.
11) The Reader — Stephen Daldry — (2007) — Alemania y EE.UU
Les debo una reseña amplia cuando se estrene en Venezuela. Por ahora diré que es, lo digo casi 100% seguro, la mejor película sobre el holocausto, sus causas y consecuencias. Al igual que Vera Drake(2004) (una dama que practica abortos), The Woodsman(2003)(un pedófilo), el documental Capturing The Friedmans(2003)(unos profesores supuestamente pedófilos), y en menor medida de Collateral(2004) (un asesino a sueldo), en esta película el criminal es el protagonista y a través del tratamiento humano que le dan, comprendemos sus motivaciones, o por lo menos nos acercamos a ellas.
Pero es que además, Daldry, nos da una lección magistral de cine, de cómo desarrollar psicológicamente a los personajes, de dirección de actores; lo de Kate Winslet es asombroso, llevábamos años sin ver una actuación como esa. Hoy por hoy, Stephen Daldry es el director más sensible, o mejor dicho, el que más sabe profundizar en los sentimientos de los personajes. Con The Hours(2002) mostró la riqueza y angustia del universo femenino y nos dio una cinta difícil pero hermosa, profunda y dramática sin ser cursi. Con The Reader nos deja un extraño sabor en la boca al acercarse con tal maestría a un tema que ha sido tocado hasta la saciedad por el cine y que, a estas alturas, se ha convertido en una fórmula comercial y barata para hacer películas busca-Oscar. Afortunadamente en los últimos años con Sophie Scholl(2005), El Pianista(2002) y Los Falsificadores(2007), nos hemos acercado a una versión menos académica y sensiblera de tan terrible tragedia humana.
Pronto la reseña completa.
12) Josie And The Pussycats — Harry Elfont y Deborah Kaplan — (2001)— EE.UU.
¡A que nadie la reivindica! No lo hicieron cuando se estrenó, pero esta es la mejor comedia de la década.
Una morena latinosa (Rosario Dawson), una rubia tonta (interpretada por la rubia tonta de Tara Reid), y una gringuita normal (Rachael Leigh Cook) tienen una banda de teen-rock y sueñan con ser grandes estrellas. En paralelo un siniestro productor de música (Alan Cumming) y una frívola manejadora de imagen (Parker Posey) son líderes de una organización secreta que utiliza grupos de música pop para inocular con mensajes subliminales a los adolescentes e instarlos a que compren cosas que no necesitan; basta que una canción de los grupos que manejan sea tocada una vez en un sitio público para que todos cambien de gustos. Así, en cinco días, Josie And The Pussicats se convierten en estrellas mundiales.
Al mismo tiempo que triunfan en el mundo de la música su amistad se rompe, la relación de Josie con su novio se resquebraja, el dinero las deshumaniza y, como manda la norma de las american movies, terminan por reconocer cual es el verdadero sentido de las cosas, blah, blah. Un final más oscuro se hubiera agradecido.
Pero lo genial de la cinta es su planteamiento, usando los códigos del video clip y la estética de MTV, la película se burla como pocas de la publicidad por inserción, del mundo de la moda, de lo efímero del pensamiento adolescente, y de la industria musical que hoy produce por montón a estrellitas instantáneas. Además lo hace bajo el paquete de una comedia tonta y adolescente, sin recurrir a discursos aleccionadores sino burlándose de todo y de todos. El año pasado Ben Stiller haría algo parecido con el mundo del cine en la brillante Tropic Thunder(2008)
Top-143:
0 — 9
28 days later — Danny Boyle — (2003) — Gran Bretaña
9 songs — Michael Wintterbotom — (2005) — Gran Bretaña
Esta película es El imperio de los sentidos(1976), del siglo XXI.
4 meses, 3 semanas, y 2 días — Chistian Mingui — (2007) — Rumania
A
Across the universe — Julie Taymor — (2007) — EE.UU.
A history of violence — David Cronenberg — (2005) — EE.UU.
About Schmidt — Alexander Payne — (2002) — EE.UU.
Atonement — Joe Wright — (2007) — Gran Bretaña.
Adaptation — Spike Jonze — (2002) — EE.UU.
Almost famous — Cameron Crowe — (2000) — EE.UU.
Amélie — Jean Pierre Jenuet — (2001) — Francia.
American splendor — Shari Springer Berman & Robert Pulcini — (2003) — EE.UU.
Amores perros — Alejandro González Iñárritu — (2000) — México.
Influyente y fantástica. Lástima que las películas de gente que se cruzan se hayan convertido en una fórmula mediocre y predecible, pero ésta sigue valiendo.
Autism the musical — Tricia Regan — (2007) — EE.UU.
B
Batalla en el cielo — Carlos Reygadas— (2005) — México.
Before night falls — Julian Schnabel — (2000) — EE.UU.
Being Julia — István Szabó — (2004) — Hungría
Esta cinta es una joyita. Tiene unos quince minutos finales, realmente sublimes.
Bowling for Columbine — Michael Moore — (2002) — EE.UU.
Michael Moore es un mamagüevo. Sus películas, además de representar el sueño Americano de convertir la protesta y la contracultura en un negocio redondo, están plagadas de mentiras y manipulaciones. Pero con esta película da en el clavo. Sicko(2008) también empieza bien, apunta en la dirección correcta, pero se desarrolla muy mal y termina fatal.
C
Capote — Bennett Miller— (2005) — EE.UU.
También incluí en esta lista la cinta Infamous (2006), que narra esta misma historia. Ambas son excelentes, y creo que se complementan. La de Miller es un estudio sobre la violencia, la de Bogdanovich es un estudio sobre la oscuridad del escritor. Ambas son grandes películas, con grandes actuaciones.
Capturing the Friedmans — Andrew Jarecki— (2003) – EE.UU.
Children of men — Alfonso Cuarón — (2006) — EE.UU.
Cidade de Deus — Fernando Meirelles — (2002) — Brasil
Cold Mountain — Anthony Minghella — (2003) — EE.UU.
Collateral — Michael Mann — (2004) — EE.UU.
Charlie Wilson’s War — Mike Nichols — (2007) — EE.UU.
Closer — Mike Nichols — (2004) — EE.UU.
Cloverfield — Matt Reeves — (2008) — EE.UU.
Control — Anton Corjbin — (2007) — Gran Bretaña.
D
Der Untergang (El Hundimiento) — Oliver Hirschbiegel — (2004) — Alemania.
Das Leben der anderen (La vida de los otros) — Florian Henckel Von Donnersmarck — (2006) — Alemania.
Die Fälscher (Los Falsificadores) — Stefan Ruzowitzky — (2007) — Alemania y Austria.
Die Letzten Tage (Sophie Scholl) — Marc Rothemund — (2005) — Alemania.
Dogville — Lars Von Trier — (2003) — Coproducción europea.
Doubt — John Patrick Shanley — (2008) — EE.UU.
Dolls — Takeshi Kitano — (2001) — Japón.
E
Edmond — Stuart Gordon — (2007) — EE.UU.
Eastern promises — David Cronenberg — (2007) — Gran Bretaña, Canada, EE.UU.
El Enemigo — Luis Alberto Lamatta — (2008) — Venezuela.
La primera de tres venezolanas. Seguramente en cualquier otra lista se evadiría el poner películas criollas, yo incluí las que considero las tres más decentes que se han hecho en esta década.
El Tinte de la Fama — Alejandro Bellame — (2008) — Venezuela.
Elegy — Isabel Coixet — (2008) — EE.UU., España.
Introspectiva, hermosa. Otra joyita que pasó sin pena ni gloria.
El Orfanato — Juan Antonio Bayona — (2007) — España.
El Otro lado de la cama — Emilio Martínez Lázaro — (2002) — España.
F
Flags of our fathers — Clint Eastwood — (2006) — EE.UU.
Por cierto. Todavía no me explico a mi mismo como es que no hay nada de Clint Eastwood en el Top, pero este señor ha hecho el mejor cine de este decenio.
G
Gladiator — Ridley Scott — (2000) — EE.UU.
Gone baby gone —Ben Affleck — (2006) — EE.UU.
Gosford park — Robert Altman — (2001) — Gran Bretaña.
Gran Torino — Clint Eastwood — (2008) — EE.UU.
Garden state — Zack Braff — (2004) — EE.UU.
Adelante, llámenme mariquito.
Goodbye Lenin! — Wolfgang Becker — (2004) — Alemania.
H
High fidelity — Stephen Frears — (2000) — EE.UU.
La película culpable de que estés leyendo esta lista.
Hierro 3 — Kim Ki Duk — (2001) — Japón.
Hotel Rwanda — Terry George — (2004) — Gran Bretaña, Rwanda.
Dedicada a todos los pendejos que creen que “la comunidad internacional” va a venir a salvarnos.
I
In the cut — Jane Campion — (2003) — EE.UU.
In the bedroom — Todd Field — (2001) — EE.UU.
Inland empire — Lynch, David — (2006) — EE.UU.
Infamous — Peter Bogdanovich — (2006) — EE.UU.
Iris — Richard Eyre — (2001) — Gran Bretaña.
Irreversible — Gaspar Noe — (2002) — EE.UU.
J
NO HAY PELÍCULAS CON “J”
K
Kill Bill Vol. 2 — Quentin Tarantino — (2004) — EE.UU.
A mi juicio es la mejor de Tarantino.
L
La pianiste — Michael Haneke — (2001) — Austria, Francia..
La stanza del figlio — Nanni Moretti — (2001) — Italia
Les invasions barbares — Denys Arcand — (2003) — Canadá
Le Scaphandre et le papillon — Julian Schnabbel — (2007) — Francia.
Próxima reseña.
Letters from Iwo Jima — Clint Eastwood — (2006) — EE.UU.
Les Triplettes de Belleville — Sylvain Chomet — (2003) — Francia
Little Miss Sunshine — Jonathan Dayton & Valerie Faris — (2006) — EE.UU.
Lost in translation — Sofia Coppola — (2003) — Japón, EE.UU.
M
Match point — Woody Allen — (2005) — Gran Bretaña.
Munich — Steven Spielberg — (2005) — EE.UU.
Mystic river — Clint Eastwood — (2003) — EE.UU.
Marie Antoinette — Sofia Copolla — (2006) — Francia, EE.UU.
Meteoro (Speed Racer) — Andy & Larry Wachowski — (2008) — EE.UU.
Memento — Christopher Nolan — (2000) — EE.UU.
Meet the parents — Jay Roach — (2000) — EE.UU.
Milk — Gus Van Sant — (2008) — EE.UU.
Monster’s ball — Marc Foster — (2001) — EE.UU.
My blueberry nights — Wong Kar Wai — (2007) — EE.UU.
N
No country for old men — Joel & Ethan Coen — (2007) — EE.UU.
No man’s land — Danis Tanovic — (2001) — Bosnia & Herzegovina
Nurse Betty — Neil La Butte — (2000) — EE.UU.
Ñ
NO HAY PELÍCULAS CON “Ñ”
O
Old boy — Park Shank Wook — (2003) — Corea del Sur.
P
Paradise now — Hany Abu-Assad — (2005) — Palestina.
Paranoid Park — Gus Van Sant — (2007) — EE.UU.
Punch drunk love —Paul Thomas Anderson — (2002) — EE.UU.
Pollock — Ed Harris — (2000) — EE.UU.
Promises — Carlos Bolado & BZ Goldberg — (2001) — Israel, Palestina, EE.UU.
Q
NO HAY PELÍCULAS CON “Q”
R
Ratatouille — Brad Bird — (2007) — EE.UU.
Rec — Joaquin Balaguero & Paco Plaza — (2008) — España.
Requiem for a dream — Darren Aronofsky — (2000) — EE.UU.
Revolutionary Road — Sam Mendes — (2008) — EE.UU.
S
Secretary — Steven Shainberg — (2002) — EE.UU.
Una joyita, subestimada.
Sideways — Alexander Payne — (2004) — EE.UU.
Slumdog millionaire — Danny Boyle — (2008) — India, Gran Bretaña.
Sexo con Amor — Boris Quercia — (2005) — Chile
Secuestro express — Jonathan Jakubowicz — (2005) — Venezuela.
Shrek — Andrew Adamson & Vicky Jenson.— (2001) — EE.UU.
Signs — M Night Shayamalan — (2002) — EE.UU.
Sin City — Robert Rodríguez, Frank Miller. (Director invitado: Quentin Tarantino) — (2005) — EE.UU.
Standard operating procedure — Errol Morris — (2007) — EE.UU.
Swimming pool — François Ozon — (2003) — Francia.
T
Tangled — Jay Lowi — (2001) — EE.UU.
The Aviator — Martin Scorsesse — (2004) — EE.UU.
The Betrayal — Ellen Kuras & Thavisouk Phrasavath — (2008) — EE.UU.
The Constant gardener — Fernando Meirelles — (2005) — EE.UU.
The Dancer upstairs — John Malkovich — (2003) — EE.UU.
The Darjeeling limited — Wes Anderson — (2007) — EE.UU.
The Dark knight — Christopher Nolan — (2008) — EE.UU.
The Departed — Martin Scorsese — (2006) — EE.UU.
The Fog of war — Errol Morris — (2003) — EE.UU.
The Greatest Test Silence, Rape in the Congo — Lisa F. Jackson — (2007) — EE.UU.
La directora, violada en Nueva York, lleva su cámara al Congo, para retratar a las mujeres violadas por los diversos bandos que están en guerra civil. Un documental desgarrador.
The Happening — M Night Shyamalan — (2008) — EE.UU.
The Hours —Stephen Daldry — (2002) — EE.UU.
The Last days — Gus Van Sant — (2005) — EE.UU.
The Magdalene sisters — Peter Mullan — (2002) — EE.UU.
Si odias a la iglesia, esta es tu película: panfletaria, poco comedida, pero tremenda.
The Man who wasn’t there — Joel & Ethan Coen — (2001) — EE.UU.
Esta estuvo a un pasito de estar en el Top.
The New world — Terrence Mallick — (2005) — EE.UU.
The Others — Alejandro Amenábar — (2001) — España
The Passion of the Christ — Mel Gibson — (2004) — EE.UU.
The Pianist —Roman Polanski — (2002) — Coproducción europea
The Road to Guantánamo, — Michael Winterbottom — (2006) — Gran Bretaña.
The Royal Tenenbaums — Wes Anderson — (2001) — EE.UU.
The Squid and the whale — Noah Bamauch — (2005) — EE.UU.
The Savages, — Tamara Jenkins — (2007) — EE.UU.
The Wind That Shakes the Barley — Ken Loach — (2006) — Gran Bretaña.
The Woodsman — Nicole Kassell — (2004) — EE.UU.
¿Será que algún día Kevin Bacon algún día tendrá el papel que se merece? Es decir, ¿le pasará lo mismo que a Phillip Seymour Hoffman, o su talento seguirá inadvertido para la mayoría?
There will be blood — Paul Thomas Anderson— (2007) — EE.UU.
Thirteen — Catherine Hardwick — (2003) — EE.UU.
La única jeva con dos películas.
Training day — Antoine Fuqua — (2001) — EE.UU.
Tropa de élite — José Padilha — (2007) — Brasil.
Tropic Thunder — Ben Stiller — (2008) — EE.UU.
Tideland — Terry Gilliam — (2006) — EE.UU.
Twilight — Catherine Hardwick — (2009) — EE.UU.
Esta la acabo de ver hace unos días y me dejó en shock, me habían dicho que era una mierda, pero es un palazo.
U
United 93 — Paul Greengrass — (2006) — EE.UU.
Unbreakable — M Night Shayamalan — (2001) — EE.UU.
V
V for Vendetta — Andy & Larry Wachowski — (2006) — Gran Bretaña.
Vera Drake — Mike Leigh — (2004) — Gran Bretaña.
Vicky Cristina Barcelona — Woody Allen — (2008) — España.
W
Wall-E — Andrew Stanton — (2008) — EE.UU.
Wonder boys —Curtis Hanson — (2000) — EE.UU.
Wallace and Gromit and the curse of the were-rabbit — Nick Park — (2005) — Gran Bretaña
Winged migration — Jacques Perrin — (2001) — Francia
X
NO HAY PELÍCULAS CON “X”
Y
Y tu mamá también — Alfonso Cuarón — (2001) — Mexico
Z
Zodiac — David Fincher — (2007) — EE.UU.
Zoolander — Ben Stiller — (2001) — EE.UU.
Yo pensé que iba a ser Jim Carrey, o el devaluadísimo de Mike Mayers, pero resulta que, siendo justos, el comediante de la década es el señor Stiller.
Epílogo.
Iba a hacer una estadística, por año, por director, por actores, por guionistas, por paises (aunque queda claro que soy un etnocéntrico insoportable, y que el cine que más veo viene del impereo mesmo.), pero honestamente, si sigo no termino nunca, así que las conclusiones las sacan ustedes.
Igualmente aquí no hay una sola de Herzog, ni una de Kaurismaki, ni una faltan documentales como La Pesadilla de Darwin o Jesus Camp, faltan cintas latinoamericanas, por ejemplo, una de Lucrecia Martel. Bien, la idea es ir actualizando esta lista conforme pase el tiempo y disminuya mi ignorancia.