¿Qué queda de la izquierda, aquel movimiento libertario y progresista, reducido hoy en día a una cofradía de cómplices del nacionalismo, del chauvinismo más barato, de tendencias proto-racistas revestidas de anti-semitismo reaccionario? ¿Cómo pasamos de la creación de movimientos de vanguardia como el feminismo, a posturas relativistas que justifican lapidaciones en Irán? ¿Del juicio de Nuremberg al rechazo de la Corte Internacional y la defensa de Al-Bashir?
Ah, la izquierda, esa forma de pensar no conformista, inscrita en la memoria y en el historicismo, capaz de defender las causas de los más desposeídos. Izquierda, te han secuestrado, han amordazado a tu boca, pero antes que te mueras, te vamos a encontrar.
La aberración máxima de esta izquierda sectaria y obtusa actual la encontramos en el rechazo a la Constitución Europea. Inversión de roles, transmutación a lo Matrix: La derecha, of all people, propone un tratado para unir a las naciones, la izquierda se opone ferozmente, junto a los partidos neo-nazi europeos, a su implementación. ¿Pensó alguna vez Sartre ver a la izquierda lanzando sentencias proto-racistas contra los polacos, arguyendo que «iban a quitarles el trabajo» a los franceses? La izquierda convertida en nueva derecha extrema, algo que estos ojos jamás pensaron ver.
El liberalismo, claro; todo es culpa del liberalismo. Es la izquierda desmemoriada, incapaz de producir análisis alguno, que reacciona visceralmente, desde el odio y el resentimiento, como un pelotón de juventud hitleriana.
¿Qué es el liberalismo, sino una producción netamente de izquierda? ¿Qué es el liberalismo, sino la base que produjo revoluciones de igualdad en Francia y Estados Unidos? ¿Qué es el liberalismo, sino un movimiento anti-monárquico que abolió la esclavitud?
La izquierda se equivoca, la izquierda no piensa, la izquierda reacciona como niño y se opone a algo que desconoce. Debemos evitar lanzar a los seres humanos a la «jungla desregulada» del todo vale liberal y económico, dicen. ¿Pero no es exactamente lo opuesto? ¿No es el liberalismo, una teoría de la regulación de las interacciones humanas, basadas en leyes económicas y de mercado? ¿No es eso Adam Smith, Keynes, incluso Friedman?
El liberalismo es una teoría y como teoría se discute, como tantas veces lo hemos hecho desde este espacio. Pero la realidad es que la izquierda se ha quedado sin teoría, sin capacidad para pensar, y ahora centra todo su descontento y su frustración de manera gritona y desordenada sobre algo que desconoce. El liberalismo. La nueva batalla épica a librar.
Esta izquierda amnésica, atropellada y reaccionaria es lo que tenemos entre las manos. Esa izquierda que parece haberlo olvidado todo: ¿Existe experimento más perfecto en la consecución del «nuevo hombre» marxista que la tabula rasa camboyana? Pol Pot logró la revolución agraria perfecta, dejando tras de sí millones de cadáveres y familias rotas. La izquierda parece haber olvidado la reflexión de Foucault, que lo llevó a preguntarse, después del horror camboyano, no si una revolución era posible, sino si una revolución era deseable (désirable).
Y así las cosas, hemos pasado de una reflexión profunda y taimada sobre las estructuras de poder (Foucault), a ciertos análisis sociológicos (Bourdieu) y sobre los media (Chomsky), para finalmente terminar en teorías conspirativas dignas de programas de televisión alarmistas mexicanos.
¿Qué se puede discutir con alguien que afirma que detrás de todo movimiento mundial, ya sea el boicot a los juegos olímpicos en China o la castración femenina en Nigeria, existe un puñado de elegidos (de derecha, claro está), que controlan al mundo como un juego de ajedrez?
Es un grupúsculo tan poderoso, tan extendido y tan influyente, que controla desde los diarios de oposición en Venezuela hasta la guerra de Afganistán. Cuando se pregunta quiénes son, el interlocutor asume tono apocalíptico y cita las reuniones en Davos, el grupo Bilderberg, los masones. Todo esto sin bases, sin pruebas, sin documentos; podríamos agregar los extraterrestres ummitas a la lista, ya que estamos.
¿Pero no lo ves? Es una reunión de banqueros norteamericanos, los cuales el interlocutor se apresurará en subrayar como de origen judío. Antisemitismo 101, para una causa que se indignó del régimen de Vichy y parece haberlo olvidado. Estos banqueros-judíos, en alianza con el «gobierno de los EEUU» y la realeza Británica, planea cosas como intervenir en los Balcanes para evitar un genocidio, no por el genocidio, ¡no!, por algún oscuro interés económico y de control que no pueden precisar.
Es el liberalismo, el liberalismo que se le impone a la gente. No el liberalismo económico (que vuelvo y repito, ya hemos criticado aquí), sino el liberalismo tout court, ese sistema que combatió la discriminación, le dio el voto a las mujeres y creó periódicos en Estados Unidos que son los primeros en denunciar las torturas de la C.I.A. y que, paradójicamente, utiliza «la izquierda» para afirmar su oposición a algo que desconoce.
¿Qué es el liberalismo? Es el escudo semántico, la disculpa perfecta para relativizar alianzas en esta izquierda asquerosa que trata a los individuos como peones en una lucha histórica. Nace el relativismo cultural: El buscar juegos de poder para oponerse a la paranoia de la dominación mundial.
La izquierda confunde «liberalismo» y «liberalismo económico» igual que confunde a los Estados Unidos con lo que los Estados Unidos hacen. Igual que nos hemos opuesto al liberalismo económico, no hemos dejado de oponernos a los derrapajes de la nación de Obama cuando los comete (y de otras naciones). Derrapajes asquerosos, horrorosos, intolerables, cierto. Pero de allí a saltar a un racismo primario en contra de todos los «yankis» hay un paso que la izquierda ha dado y que yo jamás daré.
Esa izquierda, izquierda puta y triste, capaz de aliarse con los gobiernos más retrógrados e injustos del mundo para sentir que han avanzado sus fichas en la cruzada mundial histórica contra quién sabe qué. Esa izquierda asquerosa, servicial, que olvida los periodistas presos en China y Cuba, que ve con buenos ojos el anti-semitismo iraní o los insultos baratos de gobernantes del tercer mundo.
¿Es este el legado de la izquierda? ¿Este juego piche a lo doctor Strangelove? Ese relativismo insoportable, que aplaude a un kamikaze palestino porque, «no tiene otra opción y lucha por la libertad», pero le da la espalda a todo el pueblo de Darfour y al mandato de arresto de la Corte Internacional? ¿Eso es lo que queda de la lucha libertaria? Explicarle a un sudanés masacrado por el régimen de Khartoum que su sufrimiento no entra en el tablero de ajedrez anti-liberal? ¿Que no hay pruebas? ¿Pruebas de qué, por Dios? ¿De presos políticos en Cuba? ¿A ésos les damos la espalda mientras salimos a defender a los de Guantánamo? ¿A cuenta de una guerra histórica mundial?
Y el feminismo: ¿después de lograr pasar leyes de acoso sexual en Europa tiene que callarse ante las vejaciones en Irán? ¿Porque es otra cultura? ¿En Alemania defendemos a las secretarias y en Irán dejamos que un hijodeputa lapide a su esposa porque se le cayó el velo en la mitad de la calle? ¿Cuándo olvidamos que un hijodeputa que lapida a una mujer no es más que eso, un hijodeputa? ¿Cuándo salimos a defender el racismo y el machismo? ¿Cuándo empezamos a aplaudir militares?
Lo siento, pero esa no es mi izquierda. Soy de la izquierda que dialoga con otras culturas, intercambia, construye mundos de paz y libertad, no de aquella que se repliega sobre la xenofobia y el nacionalismo de poca monta para oponerse a Europa como idea. Soy de la izquierda de Gide, Koestler, Popper y Camus, denunciando los goulags en Rusia. Soy de la izquierda que no hace apuestas políticas, que se opone a la pena de muerte en Texas, que mata a dos personas por semana, igual que se opone a los ejecutados en China e Irán.
No soy de la nueva derecha reaccionaria y racista disfrazada con franelas del Ché para gritar, en la conferencia de Durban de 2001, «un judío, una bala» y reducir todos los conflictos del mundo a la afirmación miope de que, en el mundo, hay un solo Estado criminal: Israel.
No. Mis padres intelectuales me enseñaron a pensar. Foucault, Derrida, Lyotard, Wittgenstein: Por ellos, por su cruzada anti-totalitaria donde quiera que sea, por ellos soy de izquierda, de esa izquierda que no acepta, bajo ninguna condición, que haya explotación, tortura o genocidio excusable.
Esa es mi izquierda.
Un comentario corto (más bien una anécdota), aunque tu artículo, excelente por lo demás, merecería un análisis más largo.
En un programa de poca audiencia, en un canal venezolano de menor audiencia aún, el conductor dijo en una ocasión, hablando del siglo XIX, que el Partido Liberal venezolano era la izquierda de la época, entre otras cosas, por su actitud abolicionista (en general, porque, de alguna forma, era anti-sistema). Una frasecita que se me quedó incrustada, y que da qué pensar sobre esa distinción cada vez más difusa de «izquierda» y «derecha».
También podríamos hablar de un público de izquierda postmoderna globalizada: Igual que el individuo se desplaza sin rumbo ni guía aparente en un Centro Comercial donde consume productos de toda especie y se adapta a la moda de turno, esta «izquierda» consume movimientos y los utiliza para adosarse a la conveniencia de turno: Relativista, en Irán; Chauvinista, en Venezuela; Soberanista, en Cuba; Interventor light, en China; violento y radical en las cumbres del G-20 y pacifista come flor en las manifestaciones contra la Guerra.
¿Cuál es la tela de fondo? ¿Cuál es la idea que engloba todas estas acciones?
Ninguna, postmodernismo puro, militancia prêt à porter, moda militante y, en el mejor de los casos, cuentos paranóicos sobre la Prioridad de Sion, el protocolo judío de no sé cuándo, la reunión de los países más ricos.
Triste final para una izquierda que estuvo a la vanguardia del mundo.
M e gusto lo que escribistes, pero no dejastes claro que el liberalismo es tambien una escuela filosofica, y es diferente a la economia liberal, relizastes apenas una pequeña mencion, ya que tu sabes la diferencia entre ambas y has sobrentiendido que todos conocen esas diferencias.
Lo cual es falso.
y algo que me llamo poderosamente la atencion es que tu sabes de semantica e incluso tuvistes una idea genial para utilizarla contra este autoritarismo.
Y sigues hablando de «derecha e izquierda» que e de una pobreza increible.
una reflexion sobre eso la puedes encontrar en este post http://opuscrisis.blogspot.com/2008/07/el-lugar-comn-de-la-izquierda-y-la.html
Donde tambien hablo de donde salieron esos terminos de «derecha e izquierda» y mi disgusto intelectual para quienes utilizan ese termino.
Pero ciertamente esta genial, es algo que todos pensamos peor tu le has dado la forma de decirlo adecuada
Excelente post.
El problema que tiene esa «izquierda» de la que hablas con el liberalismo es que este último es más dado a la negociación, a la concertación, lo cual constituye un pecado capital según la visión que tienen esos fanáticos del mundo. Para ellos, hay unos buenos y justicieros (ellos mismos) que luchan por emancipar a los oprimidos de las garras de la «derecha-sionista-neoliberal-explotadora» (todo aquel que difiera de ellos), por lo que una postura donde se busque consenso y convivencia basado, en primer lugar, en la búsqueda de coincidencias básicas entre los distintos grupos de interés/poder para luego, en segundo lugar, pasar a la negociación de los distintos aspectos y principio más susceptibles de ser transados, significaría una capitulación de los principios más perfectos, hermosos y puros (los de ellos, la verdad única) que ha producido la humanidad, en otras palabras la verdad verdadera y absoluta no se negocia.
Yo, personalmente, aunque coincido con muchas de sus propuestas y reivindicaciones, no me siento de izquierdas, en parte por esa izquierda cultista y adoradora de psicópatas desubicados como Mao, el Che, etc. y también, en parte, por ese fetiche intervensionista, donde se espera que el Estado regule aspectos tan personales que atenta contra la individualidad de los ciudadanos. A veces, hasta pareciera que en la búsqueda de esa supuesta igualdad se busca una estandarización de la sociedad (a lo McDonalds) con la excusa de que así lograríamos una sociedad más justa.
Acepto que se necesitan reglas comunes y que estas serán establecidas por la mayoría, pero hay que tener cuidado al establecer límites a ese poder para reglamentar.
Otra cosa,
en este párrafo:
«No soy de la nueva derecha reaccionaria y racista disfrazada con franelas del Ché para gritar, en la conferencia de Durban de 2001, “un judío, una bala” y reducir todos los conflictos del mundo a la afirmación miope de que, en el mundo, hay un solo Estado criminal: Israel.»
¿no te pareces que caes el la visión dicotómica (izquierda buena, derecha mala) que criticas en el resto del texto?
¡como es la vaina Wardolio?
«….y principio más susceptibles de ser transados, significaría una capitulación de los principios más perfectos, hermosos y puros (los de ellos, la verdad única) que ha producido la humanidad, en otras palabras la verdad verdadera y absoluta no se negocia.»
Pana ¿es en serio, o solo estas jodiendito?
Miiiiiiiieeeeerda, » la verdad verdadera y absoluta» Cooooooooño.
y esa vaina existe?
¿sera la famosa ecuacion que integra todas las fuerzas buscada desde los tiempos de einstein?
y ¿tambien crees en san nicolas?
¿en el ratoncito perez?
la verdad unica. ¡¡¡¡¡ Una guara!!!!
me jodistes
se me paso. ¿tendrias la amabilidad de compartir tan preciado descubrimiento, que la parecer solo tu sabes?
Es de verdad, quiero saber cual es esa verdad unica y verdadera, no valla a ser que la pise y la bote como si fuese mierda.
Ya que veras, soy muy ignorante. y de panita, no se cual es.
xluis según entiendo del post de Warholio se está refiriendo a lo que creen los miembros de la «izquierda».
Krisis, muy bueno el post, anótame en esa izquierda. Tengo años sintiendo repulsión por el hecho que en la sociedad actual o estás a favor o estás en contra y uno está practicamente obligado a agruparse con aquellos que defienden o reniegan de ciertas causas. No se puede odiar a Chávez y a Bush, a Obama y a Putin, a Zapatero y Sarkozy. Automáticamente si atacas a Israel condonas a Irán. No hay espacio para debatir ni para llegar a acuerdos ni nada que se les parezca. Si eres pro aborto comes fetos a la parrilla. Y así de verdad que no se llega a ningún lado.
xluis, lee lo que escribió ares1224.
Por cierto, krisis, ¿no hay rollo si publico tu post en mi perfil de facebook? conozco a algunos que les haría bien darle una leidita.
Warholio disculpa, soy un idiota
Coño Krisis, creo que deberías hacerte visible en la escena política nacional y sacar al montón de inútiles que vegetan en esa vaina.
Publiquen lo que quieran, difundan, manden por e-mail, distribuyan; con la escasa oferta de los periódicos locales, yo me encuentro todos los días compartiendo en FaceBook artículos de Cobranza y JohnMa.
Sobre lo demás, el hecho de que el intervencionismo estadal sea bueno o no, si McDonalds reduce la oferta o la aumenta, pues son cosas que podemos sentarnos a discutir con calma, con pruebas, argumentos y teorías a la mano.
Pero eso dista mucho de la postura «anti-liberal» que es una aberración intelectual que no significa nada. ¿Por qué la gente de Portoalegre no se declara «anti-ultra-liberal», algo en lo cual podría hasta estar de acuerdo y discutir? Pero no; reivindican el «anti-liberalismo», por lo que de allí al chauvinismo nacionalista y de allí a la xenofobia y de esta al racismo, hay un sólo paso.
Repito que puedo entender la frustración y la exclusión que opera cierto capitalismo económico sobre las personas, un dilema que hay que discutir y entender. Pero en Francia, por ejemplo, el partido «anti-capitalista» de Olivier Besancenot está robándole el puesto al Partido Socialista a izquierda. Ese partido solamente capitaliza la frustación, rabia y odio de la gente para ganar costo político. ¿Anti-capitalismo? ¿Qué significa eso? Nada, es colocar etiquietas y drenar la rabia.
Es un error político e intelectual. No es de extrañar que Besancenot sea ultra-nacionalista, anti-europeo y proteccionista en Francia pero firme entusiasta del pan-nacionalismo integracionista en América Latina. Todo sin explicación, sin análisis, sin ideas.
Saludos a todos.
Estupendo, Krisis.
Hay cosas discutibles, como en todo análisis, pero el balance es impecable y positivo.
Felicitaciones, men.
Un gran abrazo y siga adelante con la deconstrucción de la izquierda divina!
Excelente análisis Krisis. Cosas discutibles como dice Cobra, pero muy bien planteado, completo y profundo, además con suficiente background en los enlaces. Estás mejorando la actitud de tus ideas.
Saludos.
Krisis, me parece excelente tu artículo. Yo pienso que hay una palabra que resume de alguna manera lo que has planteado: Humanismo. Anteriormente la izquierda se identificaba con un proceso de transformación del hombre apuntando hacia un mundo más humano. Hemos visto con los años y más que todo desde la guerra fría una suerte de juego de ajedréz en el cual se pueden aceptar como aliados a criminales reconocidos como Bashir, Mugabe, Kim Jong II, sólo porque constituyen una ficha frente al imperialismo. En Venezuela el movimiento oficialista ha querido monopolizar el título de la izquierda, sin embargo vemos cada día que hay un alejamiento de este proceso con los principios humanistas de la izquierda. Se criminaliza al que piense diferente a ellos, se le resta espacio se le conmina a salir de su país por las buenas o se le amenaza. Es sencillamente una aberración.
Uno de los ejemplos más recientes de lo que planteas se ha visto en Nicaragua con el acoso al que ha sido sometido el poeta Ernesto Cardenal por parte de Daniel Ortega. Uno de los intelectuales más solidarios con el poeta ha sido Eduardo Galeano, quien en Méjico denunció la presencia en latinoamérica de estos seudolíderes que manejan sus países como si fuesen haciendas propias.
Pienso que hacen falta más artículos como éste en Panfleto Negro y menos pataletas de muchacho porque no hayan sido invitado a eventos de literatura urbana o cosas por el estilo.
Exactamente, W.
También extraña la reflexión relativista cultural según la cual este «humanismo» (aka derechos humanos) es una entelequia cutural Occidental que no puede exportarse a riesgo de «destruir» culturas enteras (el Islam, por ejemplo).
Pero, ¿no olvidamos que los «Derechos Humanos» no nacieron en Occidente, sino que fueron procesos lentos e históricos? ¿Que de la Edad Media a la abolición de la pena de muerte, hubo un trecho muy largo a recorrer?
¿Por qué negar a ciertos países la posibilidad de andar el mismo camino? ¿Acaso la cultura europea se «destruyó» con la abolición de la pena de muerte? ¿Afectaría de manera irreversible el que, en cualquier cultura, se inserte la idea de que el Estado no tiene derecho a torturar y asesinar personas? Se exporta una idea, no una cultura entera y es sumamente colonialista el negarle a ciertos paises la posibilidad de sopesar esta idea y ayudar a que ciertos patrones de dominación, como la castración femenina, sean repudiados mundialmente.
La izquierda le ha dado la espalda a esa lucha humanista que debemos desenterrar.
Waregua, si bien comprato contigo el fondo de tu comentario, difiero en lo de la búsqueda de «un mundo más humano», sencillamente porque tenemos percepciones distintas de lo que es el ser humano. Para mí, el ser humano no es inherentemente «bueno», sino que , en promedio, se parece más a Atila El Huno, Genghis Khan, George W. Bush, Mugabe o Mao Tse Tung cuando tiene acceso al poder. Por lo que, en mi opinión, ese mundo más humano ya lo conocemos de sobra y más bien debemos buscar un mundo menos «humano», donde construyamos instituciones y contra-pesos de poder que nos protejan en lo posible de nuestra propia naturaleza.
En ese sentido, creo que Warholio tiene mucha razón. Es decir, hay que desenterrar el humanismo como dice Krisis pero hacerlo de una manera poco ingenua como dice W.
Vulgarmente, somos unos monos luchando por cambures y eso no se nos puede olvidar al escavar.
Estupendo artículo, sobre todo porque efectivamente pone de manifiesto la verguenza de que una izquierda progresista, como en otro tiempo fue la Causa R, tenga ahora dirigentes en el PPT que avalan la dictadura centenaria de Cuba y pretendan imitarla en Vzla.
A mi juicio, el asunto con Chávez y sus seguidores es que creen en una izquierda retrógrada y estalinista antiliberal. Cuando mencionas:
«¿Pensó alguna vez Sartre ver a la izquierda lanzando sentencias proto-racistas contra los polacos, arguyendo que “iban a quitarles el trabajo” a los franceses? La izquierda convertida en nueva derecha extrema, algo que estos ojos jamás pensaron ver.»
Pues yo sí creo que Sartre lo pensó. «Las manos sucias» deja entrever la decepción que este escritor tuvo para con los comunistas al ver su lado fascista. No olvidemos que entre los desmanes de la izquierda estalinista estuvo la aniquilación de Trotsky y de toda su familia a manos de un anarquista. Y este hecho, sin duda, aunado a unos cuantos otros, que según recientes archivos desclasificados arrojan cifras de 20 millones de personas ejecutadas sólo en la URSS, están en la obra teatral del escritor.
No sé, a mi juicio, haría falta en nuestro país una izquierda que desmitificara el discurso de Chávez. Alguien por ahí decía que Chávez era un líder sin proyecto, y la izquierda tenía proyecto pero no líder; razones por las cuales amalgamaron bien. Hasta ahora, las críticas desde la izquierda más coherente que he escuchado son las de Teodoro y las de Duglas Bravo, pero a éstos nadie les para tampoco. Los comunistas no le perdonan que se haya negado a dejar entrar al Ché Guevara a las filas del movimiento guerrillero venezolano, y en data reciente rechazaron también sus comunicados contra la Reforma Constitucional, donde deja en claro que esa reforma no tenía nada de izquierda ni de socialista, ni de Revolucionaria.
Hoy, lamento ver a tipos como Aristóbulo, Jacqueline Farías, Alí Rodríguez Araque, haciéndole el juego a un socialismo caduco, autoritario, criminal y criminalizador. En lo particular, para mí han sido muchas las decepciones, pues como bien dices, estas cosas no las puede uno aprobar, pero las reacciones también son espeluznantes…
En días pasados había querido ser optimista, pero hoy leo una encuesta en la que Chávez después de 10 años de gobierno tiene 60% de popularidad y sinceramente, no sé si hay salida.
Amigo Warholio, acepto las diferencias de criterio, pero no sé, el mundo no va a buscar su acomodo por sí solo, si bien el ser humano ha creado muchos males también ha venido evolucionando poco a poco.
Imagínate, por ejemplo por dónde andaríamos si no se hubiesen creado los principios fundamentales de los derechos humanos, si la mujer no hubiese luchado por los derechos que hoy tiene en algunas sociedades, si muchos países no hubiesen buscado su independencia, ¿Dónde andaríamos?
Por las leyes de la termodinámica la entropía trata de dispersarnos, separarnos, enfriarnos, el humanismo es una parte de esos débiles hilos que nos mantonen cohecionados de alguna forma.
De otros seres vivos podemos tomar ejemplos de organización o de convivencia pero nunca podrán ayudarnos.
Sartre sobre la izquierda (escrito en 1960):
«La izquierda, ese gran cadáver caído de espaldas invadido por los gusanos, ¿puede atraer a los jóvenes? Esa carroña apesta: El poder de los militares, la dictadura y el fascismo nacen o nacerán de su descomposición. Para no darle la espalda, hay que tener el corazón bien puesto» (prefacio a Aden Arabie, de Paul Nizan).
waguaregua me podrias explicar que quieres decir con esta frase»Por las leyes de la termodinámica la entropía trata de dispersarnos, separarnos, enfriarnos, el humanismo es una parte de esos débiles hilos que nos mantonen cohecionados de alguna forma.»
y que significa ese «humanismo» del cual hablas.
Krisis,
Frases como esta: “un judío, una bala” la he escuchado por parte de antichavistas foribundos que dicen: «lo de Chávez se resuelve con una bala». Desde luego, no creo en eso de resolver las vainas a balazos y temo que los errores de esa izquierda anacrónica que representa Chávez se traduzcan en un nuevo poder que entablará una cacería de brujas contra todo aquello que huela a izquierda. En este sentido, intuyo que no es tan descabellado entonces que personas como Jacqueline, Diosdado u otros defensores del gobierno revolucionario se aferren a la sobrevivencia del régimen pues, lo que vendrá después es la eliminación de todo aquel que haya, ingenuamente o no, simpatizado con el líder.
Me preocupa la satanización de «la izquierda», cuando bien sabemos que gobiernos como el de Lula, por ejemplo, son de izquierda y no ha sido autocrático, ni totalitario, no tiene un corte estalinista pues. En fin, preocupa la generalización porque puede conducirnos a una REACCIÓN tan desmesurada como el poder del actual presi.
Mis respetos
Este escrito cumple ya tres años y hay un asunto importante que quedó diluido entre los comentarios: ¿qué diferencia hoy día a la izquierda de la derecha? Intuitivamente se podría afirmar que tiene que ser mutuamente excluyente un concepto del otro, entonces ¿qué es ser de izquierda? Y ¿qué es ser de derecha?
Yo prefiero ver el asunto desde una arista que no por doctrinaria deja de ser más pragmática: por un lado el liberalismo y por el otro el socialismo; por un lado el Estado interventor/recaudador/redistribuidor/benefactor, y por el otro lado, el individuo diciéndole «en mi vida privada, en mis y con mi propiedad no te metas». Por un lado la idea que el colectivo tiene supremacía sobre el individuo, por el otro la noción de que el individuo es el centro de toda construcción social y de que este no puede estar sometido a los intereses tribales o de la mayoría.
Me parece que esa discusión perfila un debate más productivo que la arcaica definición de izquierda y derecha.
@Lenguaeniple
Planteas una discusión desde la praxis, mi reflexión se enfoca del lado de la episteme.
Reducir el espectro ideológico a dos enfoques políticos, socialismo y liberalismo (que más que un enfoque político es una regulación totémica de la realidad a partir del libre mercado) equivale a soslayar una plétora de aproximaciones, como el anarquismo anti-estatista.
En «La Revista» integramos una multitud de posturas, lo cual puede ayudar a entender «que es» la izquierda, si es que no está claro ya en el texto.
https://www.panfletonegro.com/v/2009/07/22/la-revista-politica-y-poder-en-el-siglo-xxi/
La izquierda tiene una historia y un origen (la ilustración y la revolución francesa), tiene puntos de referencia (los movimientos sindicales del siglo XX, mayo del ’68) y una forma de reflexionar que le es propia, muy diferente de la derecha.
Puede que esto sea «arcaico e improductivo», igual que toda discusión filosófica. Obviamente, quien quiera ser «productivo» no tiene nada que hacer discutiendo la teoría estética de Kant, por ejemplo. Pero en este mundo hay espacios para todos, gracias a Dios.
Soy de la izquierda que se desenvuelve en un ámbito capitalista, pues, no le queda otra opción. Repudio la discirminación hacia los «Yankys».