La Luna del Tiburón

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Sam Shepard es mejor conocido fuera de Norteamérica por su carrera como actor y director de cine. Sin embargo ha sido un prolífico escritor que ha venido publicando libros y libretos desde los años sesenta. Hace algunos años leí en español con agrado Crónicas de Motel y me llamó mucho la atención el lenguaje y la propuesta de reunir en un mismo libro historias cortas, poemas y reflexiones. Hasta hace poco fue que vine a conseguir otro libro de su autoría titulado La Luna del Tiburón (PAJ Productions, 1981). Busqué sin suerte una traducción al español. El libro es la primera colección de textos similares a los de Crónicas de Motel. He seleccionado algunos textos para traducirlos a fin de compartir parcialmente la lectura. Otros textos en el libro como Ladrones de Caballos o Estampida Silenciosa presentan una relación de significado y juego de fonética entre las palabras que hacen muy difícil su traducción.

William Guaregua

SUEÑO MARINO

La cama fue un océano para él aún cuando estaba despierto. Las cobijas plegadas como olas. Las sábanas como amontonadas gorras blancas. Gaviotas debajo y a lo largo de su espalda. No se había levantado por días y la gente de la casa se fue preocupando. No hablaba ni comía. Sólo dormía y se despertaba y después volvía a quedarse dormido de nuevo. Cuando llamaron al doctor lo orinó completamente. Cuando llamaron al siquiatra lo escupió. Cuando llamaron al cura vomitó. Finalmente lo dejaron tranquilo y le pasaban zanahorias y lechugas por debajo de la puerta. Esas fueron las únicas cosas que pudo comer. La gente de la casa comenzó a bromear acerca del conejo que tenían en casa y eso lo sacó de sus casillas. Su audición se hizo cada vez más aguda. Así que dejó de comer completamente. Rodó la cama hasta la puerta para que nadie pudiese entrar y volvió a dormirse. En la noche la gente pudo escuchar sonidos de huracanes viniendo desde el cuarto. Tormentas, relámpagos y silbatos de buques. Ellos golpearon la puerta. Trataron de echarla abajo pero la puerta se mantuvo firme. Pusieron sus oídos contra la puerta y escucharon un sonido como gorgoteo de aguas. Musgo y moluscos comenzaron a crecer en la pared exterior del cuarto. La gente se asustó. Decidieron que tenían que ayudarlo pero cuando fueron a buscar su carro descubrieron que la casa estaba rodeada por el océano en todas las direcciones y tan lejos como ellos podían ver. Sólo el océano y nada más. La casa flotó y navegó en vaivén toda la noche. Todos se refugiaron en el sótano. Desde el cuarto superior vino un largo y bajo quejido y la casa se hundió completamente dentro del mar.

EL ASESINO DE FAISANES

Mi perro capturó un faisán una noche y se lo comió. Al día siguiente cuando lo descubrí lo pateé hasta sacarle la mierda. Le rompí tres costillas y lloré. Fue entonces cuando me dí cuenta lo estúpidos que son los faisanes aunque todo el mundo piense que son hermosos. Te cagan todo el techo y chillan cuando están fornicando. Así que me compré una veintidós y comencé a matar a cada faisán que pude tener a mi alcance. En la noche yo y mi perro podíamos salir de cacería. Tenía que usar balas cortas con cabeza de hongo y así no pudiesen hacer mucho ruido. Era tal como el ruido del escape de un carro pequeño. Un solo disparo por cada uno y si eso no los mataba dejaba a mi perro acabar con ellos. Regresábamos a casa manchados de sangre y riéndonos con víctimas cada noche. A la mañana los vecinos ricos se despertaban y conseguían los cuerpos mordidos y aplastados contra las cercas de madera. Ellos contrataron a un detective para investigar las muertes. Muy pronto titularon los diarios locales: ENLOQUECIDO ASESINO DE FAISANES SIN CAPTURA. Así que cambié mis tácticas. Cambié a flecha y arco. Grababa en cada flecha con una punta especial una nota que decía: VENGANZA POR COSTILLAS ROTAS.
RENAULT PATINADOR

¿Teddy? Bien, puedo decirte cuándo fue la última vez que vi a Teddy. El conducía un Renault verde del cincuenta y uno la vez que vino a buscarme. Yo lo esperaba debajo del anuncio de la Ford cuando él frenó el carro, patinó hasta mí y me monté. Rápidamente me di cuenta que patinar era algo peculiar de Teddy, su método particular de manejar Renaults y comencé a preguntarle sobre su técnica cuando de pronto vi una bolsa de papel marrón en el asiento trasero y le pregunté qué era. Teddy me dijo que comprobara por mí mismo y estiré mi mano hasta atrás hasta tomar la bolsa y de una sola mirada vi más dexedrinas y afetaminas de las que había visto en toda mi vida. Bueno, me enderecé lentamente sin decir una palabra. Habíamos andado por algún tiempo cuando me percaté que Teddy no se detenía por ningún motivo. Comencé a hablarle, esperando que la conversación lo calmara. Le pregunté qué cosa se había robado últimamente de la fábrica y me dijo que no era una fábrica sino una corporación con sedes alrededor del mundo. Le pregunté que cómo se sentía últimamente en su trabajo y me respondió cómo puedo sentirme si hago circuitos invisibles para su futura instalación en una cámara enorme para filmar la nariz cónica del Gemini 7 cuando regrese hacia la tierra. Veo que él anda en otro mundo y cuando yo estoy sintonizando la WABC Teddy ve a cuatro millas adelante en la carretera un sedán Chrysler del cuarenta y ocho cruzando lentamente la carretera. El giró el volante hacia la izquierda y el caucho izquierdo delantero golpeó la acera y rompió el eje y el carro chocó contra un poste de alumbrado se volcó y dio cuatro vueltas cayendo parado en una estación de gasolina con el techo aplastado y todos los vidrios demolidos excepto por el parabrisas el cual saltó hasta algún lugar sobre la grama.

GUAM

Un jeep salta violentamente a través de la espesa y verde jungla de donde cuelgan lianas y culebras. La madre hace cuatro disparos con el revolver fuera de la ventanilla que atraviesan la densa lluvia, el chico en el piso del auto carga un sombrero de vaqueros con el que se tapa los oídos. Los japoneses corren para cubrirse en calzoncillos y zapatos de tenis, uno sangrando por un costado y se ocultan en cuevas. El jeep desemboca sobre una vía de espeso y negro asfalto y la carrera ahora es más suave. Ella vuelva a guardar el arma bajo el asiento y le da golpecitos en la cabeza al muchacho. Llegan hasta el autocine y se estacionan, conectan la corneta y se acomodan en el asiento para ver La Canción del Sur.

CARTA DE UN ASESINO DE SANGRE FRIA

Quizá me quisieses más si no hubiese matado para vivir
Teniendo que sacar mi revolver Luger Blackhawk todas las noches
Contando las balas como si fuesen las monedas de mi pago
Es verdad nos mudamos demasiado y es duro para el chico
Aprendiste a manejar el Dodge y al día siguiente se fueron
Al menos él puede ver la extensión del campo
El ama los trenes y los cambios de pasaporte
Lo que es una mentira ahora y siempre
La sangre sobre la corbata
El lo ha visto en las películas
Decir que es sólo lápiz labial
La pólvora quema los ojos
Dile que tenga cuidado con los fósforos
O mejor dile que soy un Asesino de Sangre Fría
Que trata de costearle la vida hasta la universidad
Y dale un beso en la cabeza
Y acuéstalo en su cama
Y anota lo que él murmura en su sueño de cielo azul.

ORACION A LA LUNA

Sagrada
Noche
Luna
Sagrada
Luz
Nueva
Como un hombre
Preciosas
Tiempo
Precioso
Poco
Adora al animal
El animal
Tú.

JUGO TUYO

Malvado
Sabroso
Rojo
Y maduro
Para palpar
Para tener
En la mano
El jugo
De ti.

FUERZA

Puedo recordar la carrera con mi padre
La diferencia de nuestros tamaños y resistencias
La fuerza de sus piernas
La rapidez de las mías
Aquello casi lo mató pero ganó
Y luego lo escuché vomitar detrás del depósito
Aquella noche me acosté
Y soñé con la fuerza andando ya en el tren.

ANIMAL INSTANTANEO

El estuvo hablando acerca de las imágenes en una buena pelea
No lo entendí
Un extranjero sin duda
Quiero decir él
Hablando del tipo que le lanzó café caliente sobre la cara a otro sujeto
Y de aquellos buenos tiempos
Sin puntos de sutura
Sin hospital
Sin emergencia
Sólo un buen disgusto
El estuvo hablando del valor
Medido por relación con una vida y una muerte activa
Si alguien estuvo allí o no
Estar presente aún después de la muerte
En el mismo tiempo en el mismo lugar
Siempre creí más en un tipo estúpido antes que en uno listo
En un animal instantáneo
Sin pensamientos ocultos
Lo oculto es lo que mata
El observador observa lo observado
Un extranjero sin duda
Quiero decir yo.

MOVIDA DE TIBURON

Así como el tiburón no puede dejar de moverse porque si no muere
Así eres tú sobre el piso
Duermes nadando de espaldas
Escupiendo tus dientes
Deslizándote como el vómito
No puedo hacer nada para que te levantes
Lo que necesitas es que te llenen los bolsillos de ruidosos grillos
Para traerte de regreso a la tierra.

2 Comentarios

  1. Este libro se tradujo al español como «Luna Halcón» y creo que fue editado antes que «Crónicas de Motel» pero no estoy muy segura -el Führer Alzheimer está acabando con mi olvido, no digo, con mis recuerdos- Crónicas de motel lo leí en la red (elorbita.org) y Luna Halcón en la escuela hace miles de años. Lo que sí recuerdo es que ambos eran una compilación de relatos breves que el autor escribió en los años 60´s y que describían la sociedad norteamericana de esos años (sexo, droga y rock and roll) y tal parece que aún tiene vigencia su visión de sociedad norteamericana, aunque yo añadiría otro dos elementos de los que no habló Shepard en esos libros: Guerra y raza.
    Saludo

  2. Malobra, gracias por la información. Voy a buscar por ese título para ver si puedo conseguir la versión en español. Me gustaría comparar las versiones de los textos. Tienes razón, debería llamarse mas bien La Luna del Halcón, lo intitulé de esa manera por uno de los poemas y algunos textos relacionados con el mar.

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