Finalmente, en Venezuela se legalizará la censura, una avanzada heroica de la derecha conservadora y fundamentalista.
El único aspecto positivo consiste en la posibilidad real de hacer limpieza. Desde ya en panfletonegro esperamos que apresen al Presidente, a todo el tren ministerial y a los miembros relevantes de la Asamblea Nacional, así como también a todos los reporteros de los canales del estado y de los medios privados, por los delitos que cometen diariamente según este proyecto de ley.
Broooooooooooother que jeavy está esa vaina!!!! No encuentro qué otra cosa decir.Un saludo panfleteros.
Varias cosas llaman la atención como franco *retroceso* de la libertad de expresión en Venezuela. Primero, el uso de términos vagos cuya interpretación por el poder históricamente se utiliza para oprimir los ciudadanos: «atentar a la moral pública», algo sacado del manualito de las dictaduras de derecha más recalcitrantes.
Luego, la horrorosa coacción que cae sobre los editores o productores, obligados a delatar a sus periodistas anónimos y éstos obligados a revelar sus fuentes; lo cual merma sobremanera la actividad periodística. Recordemos el caso, hace dos o tres años, en los Estados Unidos, donde una reportera obligada a revelar sus fuentes invocó el <i>1st ammendement</i> para proteger a su fuente. Eso es periodismo básico: trata de sacarle un comentario o denuncia a alguien si este sabe que todo lo que diga puede ser usado en su contra en un tribunal.
Aparte de eso, la uniformización cuasi-estalinista de las penas: de dos a cuatro años. Eso recuerda los métodos del G2 cubano y de la policía en La Habana, donde para todo crimen «te echan», como dicen los cubanos, dos o cuatro años. Por ejemplo, fumar marihuana con turistas en el Malecón equivale a dos años en «el tanque» para el cubano, claro, al turista no se le hace nada.
Grave, muy grave y ahora, sin instituciones, no hay contrapoder que ponga orden en este desastre.
Yo creo que es una manera, más que evidente, de allanar el camino para el cierre de los medios incómodos.
En unos días, ante la posibilidad de que nos metan presos a todos, el cierre de los medios nos parecerá una propuesta atractiva.
Sape Gato hermanos. Ahora sí que se jodió lo que quedaba. A volver a los pseudónimos, colegas, no necesitamos mártires de la dictadura sino héroes de la reconstrucción.
JJ, el dueño del medio va preso si no revela la identidad del seudónimo.
En otras palabras, si esto se hace ley, la manera más fácil de resolver una culebra con alguien va a ser atestiguando que esa persona escribe bajo uno de los seudónimos que le son incómodos al gobierno. ¿Me gusta tu esposa? Atestiguo ¿Me debes una plata? Atestiguo ¿Me caes mal? Atestiguo ¿Me quitaste el puesto del estacionamiento? Digo que dijiste que el gordito de Miraflores era feo.
Como hacían tras la cortina de hierro, como hacen en Cuba.
Pratt:
No lo había pensado (yo siempre creyendo que la gente es honesta, y vaina), pero planteas una estrategia brillante: todo lo que el gobierno tiene que hacer es publicar artículos «anti-revolucionarios» con pseudónimo y luego acusarte (a cualquiera) de ser el autor verdadero. Es decir, me inscribo en Panfleto y con un pequeño hack escribo una apología al magnicidio, firmado «Cobranza». Al día siguiente, ustedes dos van presos. Trata de demostrar en una corte chavista, que tú no escribiste eso. Touché.
Irrefutable estrategia, como tratar de argumentar, «yo no soy marico» o «yo no me cogí a tu jeva mientras estabas de viaje», afirmaciones que, mientras más las haces y argumentas, más parece que fueras culpable.
Preparen sus <i>alibis…</i>
Pues me discupan, los panas que siempre defienden la salida democrática y la mamaguevada, esto solo se soluciona de una manera. Y todo el esfuerzo de la sociedad debe ir en esa dirección.