La sensación que me dio al leer la «Ley especial contra delitos mediáticos«, es que la Fiscal General Luisa Ortega Díaz se había leído mi artículo en «La revista«, sobre todo los párrafos dedicados a la libertad de expresión. No que eso me haya emocionado ya que parece haber entendido lo contrario de lo que escribí y actuado en consecuencia. Haré acá entonces algunos apuntes dirigidos a esclarecer mi postura (y la de 99% de los demócratas de todo el mundo) en torno a la libertad de expresión para que podamos entender por qué esta ley demuestra lo que he afirmado en múltiples ocasiones desde este espacio: a partir del 15 de febrero, el gobierno ha girado hacia la derecha militar y autocrática. Ya es un secreto de Polichinela. Esta ley es contraria a todo postulado de izquierda sobre la libertad de expresión y se encuentra en toda la línea de las autocracias de derecha de nuestro continente. Eduardo Galeano podría dedicarle un capítulo de «Las venas abiertas».
¿Cuál es la estrategia retórica de los sicofantes de turno? Los sofistas útiles intentarán aplicar atajos conceptuales para que el defensor de la libertad de expresión sea visto como un ávido fanático de Canales como Globovisión. Luego, intentará desesperadamente hacer otro salto cuántico conceptual (es decir, un disparate que sólo funciona en Venezuela) para lanzarlo al saco de los recalcitrantes que apoyaron el golpe del 2002 o el más reciente golpe de Honduras. Esa es la estrategia de la derecha autocrática venezolana: defender atacando al otro con la esperanza ilógica de que pintar al interlocutor como un monstruo equivale a tener razón en sus propios argumentos. Otra aberración lógica, otro disparate al que nos tienen acostumbrados aquellos que defienden «designaciones democráticas a dedo» («no es lo mismo ser nombrado por el dedo de CAP que por el de Chávez», Aristóbulo dixit) o se apresuran para embarrar los procesos de sustitución de libros en la biblioteca de Miranda arguyendo «aquí no ha pasado nada».
Allá ellos. A riesgo de quedar como un nostálgico, diré que lo importante es exponer nuestros propios argumentos y defenderlos. Entonces, ¡oh innovación!, Me abstendré de atacar o descalificar al contrario, creo que eso lo logran ellos mismos defendiendo esta ley-censura.
Premisa 1: la desregulación de los contenidos que circulan en la polis. En esta discusión debemos evitar relativismos conceptuales ya que no se trata de eso, no se trata de casos particulares, de RCTV o Globovisión, se trata de responder a la pregunta, ¿debe el Estado imponer temas y contenidos adecuados y correctos en el diálogo abierto? Y si debe hacerlo, ¿cuál es el criterio para dirimir si un contenido es adecuado o debe ser censurado? Como ya dije en La revista, la respuesta a esta pregunta es NO. Tenemos suficientes casos de Estados regulando contenidos y ya sabemos a dónde conduce eso. Es ridículo pensar que el Estado permitirá la circulación de contenidos que le son adversos, críticas y denuncias. Por esto, porque el único arma que tenemos los ciudadanos es la circulación de ideas, es que el Estado no debe meterse en estos asuntos. Obviamente, si los medios abusan de su poder, transmitiendo mensajes racistas, por ejemplo, deben enfrentarse a la regulación de la ley. Pero de allí a imponer censura abierta basándose en eufemismos sobre «la moral pública» (vaya derechismo ridículo) hay un paso. La izquierda se caracteriza por creer que los problemas de «moral» deben ser resueltos por los ciudadanos, la derecha por creer que el Estado debe tener inherencia en esos problemas (como el aborto o la eutanasia).
Premisa 2: No estoy de acuerdo con lo que usted dice, pero defenderé su derecho de decirlo hasta la muerte. Esa es la idea fundamental sobre la libertad de expresión. Es muy fácil defender las ideas cuando estamos de acuerdo con ellas, lo difícil es hacerlo cuando son ideas con las que no estamos de acuerdo. Es decir, soy un crítico acérrimo de Globovisión y sus contenidos, pero no quiero que me quiten la posibilidad de demostrar una y otra vez, a través de la argumentación, por qué creo que Globovisión es una soberana basura. Eso es libertad de expresión: la posibilidad de confrontar argumentos y hacer debates, para reafirmar por qué creemos tener razón y por qué el otro está equivocado. Eliminar esa posibilidad es atentar contra el tejido discursivo de la sociedad, es autocrático y conduce al totalitarismo (el historiador francés Etienne Balibar tiene numerosos ensayos al respecto).
Premisa 3: La libertad de expresión existe para proteger a los ciudadanos y las minorías del Estado, no al revés. Es una idea espeluznante el que el Estado, es decir, el partido que controla los medios de producción y numerosos medios de comunicación, sea quien decide qué se puede decir o no. Es eliminar la voz de los oprimidos, de las minorías, del contrapoder. Es eliminar el diálogo con nuestros representantes, es impedir la crítica y la rectificación. Por ejemplo, ¿qué sucedería si un Acosta Carles decide que es atentar contra «la moral pública» el realizar películas con temas homosexuales? ¿O el que las mujeres puedan escoger cómo vestirse? Estos dos grupos, históricamente pisoteados por el poder, serían excluidos del diálogo en la polis. Personalmente, no quiero que excluyan a nadie, creo en una sociedad donde todos podamos exponer nuestros puntos de vista. Esta ley es exactamente lo contrario.
Estas tres premisas me parecen lo suficientemente claras como para sentar las bases de mi postura en torno a esta ley. Históricamente, es un proceder autocrático de derecha; intelectualmente, es una aberración, y prácticamente, es un atropello que refuerza al poderoso (el Estado) en detrimento del oprimido (el ciudadano). Porque reivindico el legado de George Orwell, de Karl Popper, de Hannah Arendt y más recientemente de Habermas, Derrida, Baudrillard y hasta Richard Rorty; es decir, aquellos que lucharon para hacer avanzar estas premisas que expliqué anteriormente, es que me posiciono en las antípodas de esa ley. Porque soy consistente. Porque no apoyo posturas que parecen sacadas del manual de Videla o Trujillo. Porque eso es de la derecha autocrática.
Espero quede claro.
Excelente post, Vicente. Muy pertinente y oportuno para el debate. Muchos saludos, pana.
Seguiremos con la lucha intelectual y conceptual, mientras se pueda. No nos iremos sin dar la batalla y aislarlos en todas sus contradicciones. Que el mundo y la historia lo sepan: mucho venezolanos estamos claros y hacemos lo posible por oponernos a este tipo de acciones bulldozer de parte del poder central. Apenas estamos comenzando, reunamos fuerzas, conquistemos espacios virtuales y dejemos que nuestra voz se escuche alto y claro. Esa es la consigna.Saludos…
Ay, Krisis, con semejante comienzo tan vanidoso, tan narcisista, tan ombliguista, le quitas a cualquiera las ganas de leerte: «La sensación que me dio al leer la “Ley especial contra delitos mediáticos“, es que la Fiscal General Luisa Ortega Díaz se había leído mi artículo en “La revista“. Reconozco que eres uno de los más asiduos colaboradores de Panfletonegro, y también uno de los peores. Nunca he podido terminar de leer tus artículos porque tus posiciones siempre son afectadas, de pose, de amigo a juro de la causa democrática. No quiero que personalices mi critica, puesto que no te conozco sino por medio de lo que has publicado aquí. Adiós.
Es cierto que este artículo de Krisis está un poco cargado de afectividad, pero ni hay que quitarle que plantea argumentos sobre la libertad de espresión que merecen que se reflexionen. Yo también veo un poco pretencioso que se ponga a la par con los pensadores allí nombrados, pero esas son cosas que hay que recibirlas con humor y que nos deberían estimular su conocimiento. Lecturas de algunos de estos autores nos darían más elementos para enriquecer el debate. No queda duda de que el Gobierno (Estado) venezolano se creyó el cuento de que los medios iban a tumbarlo, por lo cual sus representantes pusieron la carreta delante de los bueyes (o de los caballos?).
Hola Krisis, realmente inteligentes tus artículos, los sigo desde hace un tiempillo.
Una pregunta, qué hacer cuando tienes ganas de salir corriendo de tu país?, cuando te sientes impotente y sin esperanzas?, quizás no miedo, pero sí rabia, molestia.
Un saludo.
oye, sé que ésta no es una web »del corazón» pero es que el sentimiento de injusticia es blowing y veo globovisión, ávila tv, »el 8» venevisión, televén y critico a cada uno, rctv lo veía también y de = manera lo criticaba, es decir el »magno» desde hace rato usa la manipulación, la presión con el miedo (inseguridad, represión, otr@s), inflación, etc.
bueh la subjetividad de mis 2 posts se debe a que desde hace rato para mí el agua se está rebosando del vaso, pero quisiera saber si soy la única?, si hay más gente en situación similar? y qué hacen al respecto?, porque uno hace pero la gente alrededor parece preferir evadir, claro…es más fácil.
un saludo
Hola, Egna.Personalmente creo que cada quién puede pelear desde su trinchera, haciendo cosas, planteando proyectos honestos y mostrando que no todos tenemos que vendernos ante los Petro-dólares. Gente como Daniel Pratt, Héctor Torres y demás lo están haciendo y eso al menos da esperanza a la gente, les hace entender que existen opciones. Nosotros jalamos desde nuestro polo y tratamos de ayudar con esa publicación, «La revista», que ya veo ha despertado celos en la gente inherte sin argumentos, dedicada al trolleo.Desde tu trabajo, desde tus acciones, lo que podemos hacer es difundir información, lanzar argumentos y realizar acciones productivas. Obviamente el gobierno tiene todo el poder y nos pueden aplastar cuando quieran, pero la guerra intelectual, de los argumentos y de la razón, jamás la podrán ganar. Hay que saber por dónde van a venir, pero en diez años se hacen predecibles: (1) crítica a los estudios, so pretexto de formación «europea» imperialista (este gafo se la pasa citando libros); (2) crítica a la forma, a la persona, a la estética, creyendo que con eso se derrumba el fondo y los contenidos («este es un engreído, clase media acomodada, burgués, etc.).Anótate, da la pelea, esto apenas comienza, hay que avanzar con calma y por lo menos morir sabiendo que dimos la batalla. Muchos saludos.
Leí este artículo en otro sitio de la web y me parece que tiene planteamientos bastante claros y así lo señalé, ahora leyendo los comentarios desde esta tribuna, sólo decirle a egna que no es la única que siente esa sensación de impotencia. Precisamente en este momento me preguntaba el ¿por qué tanta pasividad dentro de mi círculo de amistades a manifestarse públicamente? ¿miedo? ¿conformismo (no me va ni me viene)?…en fin, allá ellos y sus razones, pero aquéllos que si nos damos cuenta, que nos duele, que nos inquieta sobre manera lo que está sucediendo no debemos bajar la guardia. Tengo un blog donde dreno muchas de mis inconformidades y trato de utilizar el perfil de facebook como vehículo de diseminación de otro tipo de mensaje, no sólamente el social-superficial. Me estoy actualizando profesionalmente en aras de ser «factor de cambio» en mi círculo personal, profesional y familiar. Lo del concepto de «trinchera» lo estoy asumiendo desde hace mucho tiempo, prácticamente desde que este señor que tenemos como presidente empezó a ejercer funciones de «autócrata de segunda», así que cómo dice krisis, hay que seguir dando la pelea desde nuestros espacios personales.Al amigo coso, puedo entender que no le agrade el tono de «superioridad» que pudo denotar el autor en relación a su propuesta intelectual, pero si de «arrogancia» y todo lo demás puede hablarse, no considero criticable que alguien pueda sentirse seguro de sus argumentaciones. El punto aquí es esa absurda ley e implicaciones, y creo que sobre ese particular la opinión es importante y cuenta. Habría sido más interesante conocer tu posición sobre ese punto en cuestión, respetando por supuesto la posición que expones sobre la manera de cómo fue abordado el tema por este artículo.Saludos a todos
Tanto las palabras de Krisis como las de Solfeliz, dejan claro que no estamos solos, que debemos atrincherarnos pero sin perder contacto con todos aquellos que se sienten igual de inconformes, frustrados, molestos y hasta desorientados.Solo es cuestión de encontrar cada uno su propia vía para poder generar un cambio, una diferencia. Cada uno desde su área de conocimiento y dentro de su circulo de acción, con argumentos y razones.Saludos.
Anoten, señores: el responsable, el culpable de que esa ley exista es Krisis, puesto que salió de la mala interpretación de un artículo suyo. Si yo fuera él, llamaría a Luisa Ortega Díaz para explicarle que el texto iba en el sentido contrario: «Aló, Luisa, mira chica: yo no escribí eso sino lo contrario… No, no , chica, no al contrario, sino lo contrario… ¡Que no, chica, la guerra de los argumentos no me la podrán ganar! Mira, ya, dejémoslo hasta ahí, que voy a colgar» (Tac, cuelga el teléfono).
Marico, ahí te doy otra opción, para que después no digas que uno no propone nada: ya que interpretaron al contrario tu artículo, escribe uno con todos los puntos de vista que no apoyes. Así, cuando te malinterpreten, será a tu favor. ¡Ves qué fácil es! Y no te pongas bravo, porque estoy tratando de ayudarte. Saludos.
Gracias por sus comentarios muchach@s, sí es cierto, hay que debatir con ideas cuyas bases sean fuertes y con argumentos sólidos, de eso no hay duda; pero aún así, me parece que es necesario que hayan acciones contundentes, inetligentes, pero acciones con-tun-den-tes; debatir inteligentemente es importante, pero en mi opinión, lamentablemente no es suficiente para el momento y el contexto político-social actual del país … no sé si me explico?.
Un gran saludo y de nuevo, gracias por sus palabras de apoyo.