No sé a ciencia cierta cómo organizar todas las ideas que he venido hilvanando desde hace unos días atrás, en relación a todos los acontecimientos que en materia de noticias y sucesos se han venido suscitando en el país de manera continua y reveladora, es como que no hay descanso para los sentidos y para mí es difícil estar al márgen, es que este gobierno ni siquiera respeta los periodos vacacionales, nada de eso, para ellos es el periodo de tiempo perfecto para «motorizar» todo aquello que les ayude a afianzar su «proyecto de control sobre la ciudadanía» de manera subrepticia, rastrera, teniendo como aliado la sorpresa,… el madrugonazo.
Empecemos entonces, y quiero hacerlo desarrollando un planteamiento a raíz de una película que ví por cable el día de ayer, se llama «La Invasión» y está protagonizada por Nicole Kidman y Daniel Craig. El filme en cuestión fue estrenado en el año 2007 y tiene una trama bastante interesante (es un remake y aparentemente no tuvo buenas críticas), pero en cambio desde que empecé a captar la historia no pude evitar «armar» similitudes entre lo que le sucede a los personajes y lo que está pasando en estos momentos con todos los venezolanos que no comulgamos con el gobierno del Sr. Hugo Chávez Frías.
Un amigo cercano describió al fenómeno Hugo Chávez como un «tsunami», ok imagino un poco y lo veo cómo el trasbordador de la película que al inicio choca contra la tierra y empieza su efecto «contaminante» «hipnotizante». La idea: no tener sentimientos y plegarse sin chistar a los dictámenes de un sistema que te prohíbe manifestar tus emociones y mucho menos rebelarte ante el «status quo», de lo contrario eres identificado inmediatamente y puesto a las órdenes del ente correspodiente para que te suministren el «tratamiento de inicio a la sumisión» y posteriormente la «vacuna» periódica de mantenimiento. No creo que debo extenderme en mayores explicaciones de porqué veo el paralelismo entre la trama de la película y la situación política actual de Venezuela, pero sí me gustaría añadir un detalle particular del filme , que me pareció toda una simbología y es la forma cómo contaminan a los que no están «conversos»…, vomitándoles en la cara, para que así el virus en cuestión pueda entrar al organismo a través de la boca y orificios nasales, luego debes quedarte dormido para que comience la transformación y ¡tadaaa! nuevo ciudadano, pasivo, inerme, sin sentimientos y sin el menor apego filial. Es que aunque les parezca sorprendente hasta el mismísimo Hugo Chávez es mencionado en la película al lado de Bush (nos dan a entender que el tipo pues también sufrió los efectos del virus y por eso departe tranquilamente en una reunión con el expresidente norteamericano).
Cuántos de nosotros día a día estamos luchando con denuedo por evitar ese «vómito», ese discurso conflictivo, de sometimiento, de dominación y en ocasiones soez a las que nos somete el jefe de estado y muchos de sus partidarios y colaboradores. Cuántos de nosotros estamos evitando quedarnos dormidos, para así no quedar en el plano peligroso de la pasividad que nos resuma a unos simples «zombies» dentro de nuestra sociedad. Cuántos de nosotros sentimos que somos «inmunes» a semejante virus traicionero, que enarbolando la bandera del pueblo se ha hecho de las instituciones que nos permiten defendernos de un estado ambicioso que desea ejercer hasta el control de lo que debemos aprender… Hasta el Coronel Macario habla de una poción maléfica.
Los sucesos recientes no son broma, la saña con que agredieron a los 12 periodistas de la Cadena Capriles, es un ejemplo, vean de nuevo la foto que encabeza este post, qué motivación oscura puede impelir a un ser humano actuar de esa manera tan violenta sólo porque no se aceptan posiciones contrarias, asi sin más ni más te caigo a palos porque tu marco de referencia, tus ideas chocan con las mías y con las que dicta el supremo jefe de la revolución….¿qué es eso? ¿hasta dónde ha llegado el lado oscuro de nuestra sociedad? Bien decía Herzberg al llegar a un campo de concentración durante la II Guerra Mundial: «¿cómo era posible que gente normal, en apariencia, hubiera cometido semejantes atrocidades? Desde ese momento concluí que la tarea más importante de un psicólogo consistía en evitar que los cuerdos enloquecieran».
Es por ello necesario elevar nuestra voz de protesta, por otro lado la reciente aprobación de la Ley Orgánica de Educación es una prueba más del arrebato de un sistema legislativo que pretende brindarle al primer mandatario todas las herramientas posibles para que como buen militar autócrata haga lo que se le venga en gana, «saltándose a la torera» la constitución, los resultados del 2007 y más importante aún, el clamor de un buen porcentaje de la población venezolana, que le grita que se detenga en su afán de control desmesurado del poder. No entiende el presidente Chávez que la dignidad de su mandato está en ser demócrata de verdad, escuchando al que disiente, al que no está de acuerdo, el que no puede aplaudir tanto «desaguisado gubernamental».
Me ocupa de manera importante la educación de mis hijos y no creo que las sociedades de padres y representantes tan dócilmente entreguen su responsabilidad a los consejos comunales, así mismo que la comunidad universitaria acepte sin resistencia todo lo que esta ley le afecta en el articulado que le refiere, al menos quiero creerlo así pecando de optimista. Por otro lado hasta cuándo todo debe centrarse en Bolívar, creo que se está exagerando demasiado su figura, so pena de ser estigmatizada por decirlo, pero, existen tantas corrientes de pensamiento, que esta ley sólo habla de «pensamiento bolivariano robinsonniano». Un detalle importante acotado por el escritor Alberto Barrera Tizka en su columna de hoy domingo en el Nacional, cito textual: «Esta semana, con feroz exactitud, Mariano Herrera le ha recordado al pais que el lenguaje también es un espacio para las revelaciones. En las 9.114 palabras sobre las que se construye la propuesta para una nuevaley orgánica de educación, la palabra «escuela» sólo aparece mencionada 9 veces. La palabra «aprendizaje», 5. La palabra «enseñanza», 3. ¿De qué estamos hablando?….» esto es sólo un detalle, uno muy mínimo para la Comisión que se encargó de redactarla, para la Asamblea que violentamente la discutió y para el primer mandatario que la promulgó….así estamos. Más adelante y para finalizar señala Barrera T.: «Esto no es una dictadura. Pero tenemos que estar día a día, impidiendo que lo sea. Vivimos a la defensiva. Recordándole al gobierno que somos plurales, felizmente distintos; que no deseamos que el país sea un cuartel. Vivimos a pulso. Cotidianamente. Diciéndole al Gobierno que no se puede quedar con todo, que lo elegimos para administrar los bienes públicos y no para robarse la historia. En esta práctica ciudadana, en el fondo, hay también más aprendizaje y más enseñanza que en ese proyecto legal que pretende ahora uniformar el pensamiento y crear todavía más mecanismos de control. Algunas palabras no están en la ley, pero sí están en la calle. Esa es la primera que queremos para nuestros hijos: la experiencia de la diversidad…»
Seguiré como Nicole Kidman….resistiéndome a dormir ante tanto desatino.