Séptimo Capítulo: entre las fauces de los tiburones de la comunicación
Lee la primera parte aquí
Las voces de la intolerancia y el fanatismo conspiran contra nosotros. Levantan barreras de censura y barricadas de odio para impedirnos ejercer nuestro derecho a la libertad de expresión. Buscan la manera de agotarnos, de provocarnos y de obligarnos a desistir de nuestra lucha de resistencia pacífica por la reafirmación del pensamiento disidente.
Hoy me siento como un periodista infiltrado en el séptimo anillo del infierno revolucionario. Hoy me siento como un reportero infiltrado en las fauces del poder despótico de Birmania. Hoy me siento como los ojos y los oídos de quienes son, sistemáticamente, discriminados por los medios del sistema, de un lado y del otro, porque aquí, no se los olvide, la represión ideológica opera hacia ambos lados del espectro.
En la izquierda retroproge, la maquinaría populista justifica la censura en función de tres premisas básicas, extraídas del lenguaje de la propaganda de guerra: la supuesta existencia de un enemigo exterior e interior, la defensa de la salud pública en el estado de bienestar, y la amenaza perpetua de un complot de la oligarquía para lapidar los bienes y terrenos conquistados por el pueblo llano, bajo la conducción de un gobierno paternalista y proteccionista a partes iguales, siempre al resguardo de los intereses de las mayorías.
En la derecha, el esquema se invierte en la superficie para acabar por fungir de pieza maestra de filtración de los códigos de la plutocracia, alrededor de los magmas de la teoría conservadora al uso.
Por eso, la corrección política de la prensa mainstream parece incapaz de hacerle frente a nada y a nadie,como no sea desde la plataforma de la superficialidad, la ambigüedad y la complacencia indirecta para con la cultura oficial. Para comprobarlo, deben leer sus reseñas de “Zamora”. Puras mentiras y pamplinas.
De tal modo funciona la estructura bifronte y bipolar de nuestros medios de comunicación, al servicio de los pequeños grupos de presión y de represión.
Sólo basta leer entre líneas para comprender hasta dónde llega la falta de compromiso de la prensa de gobierno y de oposición en Venezuela. Sólo basta echarle una ojeada a sus respectivas parrillas de anunciantes para sacar las conclusiones de costumbre.
La única novedad en el panorama habitual, es la emergencia de un mentado y autodenominado periodismo alternativo por internet, lleno de las mismas falencias y carencias atribuidas a la prensa mainstream.
Es el caso de miles de blogs y sites criollos, dizque contestatarios, sobrecargados de publicidad boliburguesa para colmar las ansías de consumo de los rebaños lobotomizados por VTV y Globovisión, en un juego y en una impostura de reporterismo semiclandestino, con todo y lenguaje irreverente, pero incapaz de plantarle cara a los verdaderos dueños del circo. Es la prensa desafiante y maldiciente de nuestros días, amparada ,legitimada y alentada por los clichés de cada bando. Es el resumen de un gremio en crisis, autoindulgente consigo mismo y dispuesto a creerse la tapa del frasco, a punta de necedades ombliguistas.
Pero les tengo noticias, amigos de la derrota. Ustedes no están en contra. Ustedes, como todos nosotros, son parte del show. Ustedes son marionetas del espectáculo de la polarización, digitado por los señores de las sombras. Ustedes no mueven los hilos. A ustedes los mueven los hilos de la banalidad, de la actualidad y de la realidad como mercancía degradada. Ustedes son la punta del iceberg de la prensa populista venezolana.Esa prensa necia consagrada al chismorreo y al comentario picante, sin trascendencia. Esa prensa absurda y contradictoria empeñada en responder ofensiva y reactivamente al menor movimiento del equipo enemigo, cual caimanera de futbolito en la Central. Esa prensa estúpida y limitada, feliz de dejarse constreñir por las exigencias simplificadoras y reduccionistas de Twitter. Esa prensa ingenua, seducida, como niño de kinder, por los paraísos artificiales de la tecnología de punta. Una idealización, casi al borde del fanatismo, imposible de tomarse en serio, fuera del ámbito de Facebook.
Yo les recomendaría a ustedes, leer un libro, compañeros de la desinformación selectiva. Se llama “Lo Tecnológico y lo Imaginario”, y se trata de una deconstrucción seria del mito de la cibercultura como creencia mesiánica y esperanza colectiva. En suma, un cuentito de camino, para engañar almas débiles y cándidas, muy difícil de sostener en pie ante una discusión de altura.
Yo les prometí chisme de Luis Britto García y me volví a ir por la tangente, porque el contexto me abruma. Les guste o no, ya me vale madre. Si quieren seguirme, perfecto. Si les parece aburrido, también.
Por mi lado, voy a seguir empecinado en mi proyecto: escribir una noveleta por entregas, al calor del estreno de “Zamora”. Es mi forma de entender al país, de hacer catarsis y de comprenderme a mí mismo. Es mi manera de retribuirle algo, de gratis, a mi generación, a mis amigos y a panfletonegro, a sus diez años de fundada.
Mi próximo paso será desentrañar, ahora sí, el tejido orwelliano, de vigilancia y control, de la misión cultura.
Acabo de recibir la llamada del Doctor, y me indica aproximarme a la fachada del Teresa; un castillo kafkiano, un molino de viento, un gigante preparado para engullirme de un mordisco. Ante él y ante sus potenciales víctimas, vuelvo a sentirme como un Pitufo, como un enano, como David frente a Golliat. Sus fauces devoran ríos humanos a bocanadas y a dentelladas de Tiburón de Spielberg o de león de Nat Geo.
Cojo aire, me armo de valor y me dispongo, como el sastrecillo valiente, a cumplir con mi misión quijotesca.
El Doctor me odia pero me comprende. Él, inconscientemente, goza de lo lindo al apoyarme en mis aventuras. Se sabe cómplice de algo misterioso e insondable para los dos, y eso lo anima a continuar en la faena.
Entre una multitud uniformada con franelas de color rojo rojito, lo alcanzo a ver enfundado en su eterno look de estrella neoclásica a lo Clark Gable. El Doctor viste de gala y resalta con su aire de film noir, años cuarenta, made in Hollywood. Un reflector describe su silueta de medio lado, mientras absorbe un cigarrillo en cámara lenta, a lo Tony Leung a las órdenes de Wong Kar Way. De inmediato, pienso en la banda sonora, de tintes trágicos y melodramáticos, de la sombría “In The Mood for Love”. Con su estupendo trailer, me despido a la llanera, de una manera bastante “queer”, lo admito.
Nos vemos en el octavo pasajero. Es decir, en el vagón ocho de nuestro tren Zamorano.
http://www.youtube.com/watch?v=fC7_QdLwcJw&feature=related
Me parece interesante y muy bien escrito y me parece una mezquindad muy grande que con 11 votos solo le obtuviera 2,80, creo que las personas votan contra el escritor, no votan por la obra en si. Me sigue pareciendo exelente
Muchas gracias, Luis.
Me alegro que te guste.
Con votos a favor o en contra, esto sigue y para rato.
Muchos saludos.
De momento, estoy preparando el próximo capítulo, el octavo.
Lo publico el viernes. Lo prometo.
Saludos a todos.
jejej
Sí, parece que el Sr. Cobranza produce emociones amor-odio en sus lectores.
Cambiando de tema, esta es una película que se ve por lo menos entretenida. Tendré que estar pendiente cuando la estrenen por estos lares, que probablemente sea antes que en Caracas y les contaré:
Gracias por comentar, Warholio.
Por cierto, youtube «suprimió» tu link. O al menos, yo no lo pude ver. ¿Hasta ahí llegan los tentáculos de la censura?
Muchos saludos.
Parece que el usuario que lo cargó en youtube decidió quitarlos.
Aquí está la página oficial de la película:
http://metropiathemovie.com/